Capitulo LXX: Clichéleando

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Cliché.

Todos entendemos lo que significa, ¿verdad? Es un término tan usado que quizá su propio empleo sea un cliché por sí mismo, y gran parte de la labor de Ficcionando es poner algunos de los más populares e impopulares para una mayor inspección.

¿Pero realmente lo entendemos? ¿Es de verdad comprendido o es solo una de esas palabras que se avientan al aire porque parecen denotar cierta superioridad intelectual sobre los demás?

Empecemos con las frías pero necesarias definiciones.

Un cliché se refiere a un tema, recurso narrativo, tropo o motivo cuyo uso ha sido tan socorrido que genera desprecio en el espectador ("¿En serio? ¿Van a hacer eso?"). No se refiere a elementos demasiado generales en sí mismo, hay algunos que lo son tanto que su uso no significa que la historia sea trillada, simplemente que es un elemento tan necesario que su ausencia implica un esfuerzo deliberado de creación de una obra experimental o anti-convencional (hay espacio para eso, pero no es lo usual).

He aquí una lista de elementos que no se podrían considerar clichés:

* Personajes que sean interés románticos.

* Un tema central.

* La estructura de tres actos (introducción-desarrollo-desenlace)

* Ciertos personajes o arquetipos (el héroe, el villano, el mentor, etcétera)

* Deconstrucciones o reconstrucciones

¿Por qué no? Porque ofrecen suficiente espacio para maniobrar y crear obras de enorme diversidad: El Diario de Bridget Jones tiene intereses románticos, pero lo mismo los tiene Deadpool. Son temas o recursos tan generales que cualquiera que intente clasificarlos como "cliché" da a entender que poco sabe en realidad del tema de la creación de ficción.

Un cliché debe referirse a algo especifico: no demasiado, pero si lo suficiente, como una especie de sopa del cuento de los tres osos. Debe ser, en general, familiar para el público.

Pero aquí nos topamos con quizá la segunda otra gran consideración, y es que la familiaridad es una de esas molestas características subjetivas. ¿Qué quiero decir? Dependen mucho del medio, del género al que pertenezca la obra e incluso del contexto cultural. Alguien quién apenas sea introducido a, digamos, el mundo del anime puede gustar una serie y sentir que es lo más innovador que ha visto en su vida, sin darse cuenta que pudo haber elegido una que sea considerada trillada por los fans más adentrados del medio; un aficionado a la lectura de novelas viejas puede gustar lo diferentes que son a la literatura moderna pero ser incapaz de notar los clichés que estas pueden tener, al ser ciego a muchas de las normas culturales de épocas pasadas.

Eso se puede notar más fehacientemente en el modo en que ciertas obras son recibidas de modos tan diferentes: en occidente, el filme El Tigre y el Dragón fue un gran éxito de taquilla y de criticas, y fue nominada a varios premios de prestigio; en su natal China, por el otro lado, fue vista como otra película más de artes marciales. Toy Story 3 fue aclamada de manera casi universal en cada rincón del mundo, pero en Rusia, la recepción fue, tibia cuando mucho. La obra de Edgar Allan Poe es quizá una de las más respetadas y conocidas fuera de su país, y sigue teniendo fans alrededor del mundo, pero en EEUU a menudo es difícil de tomar en serio para los nativos dado que hoy en día mucha de ella es considerada, adivinaron, cliché, a pesar de lo revolucionaría que fue en su momento.

Mas claro, para bailar tango se necesitan dos (a menos que haya surgido una nueva variante que desconozca), y es que todos conocemos la siguiente situación: ¿Cómo es posible que ciertas obras, ya sean libros, series o películas sean tan trilladas tengan tanto éxito mientras que estas obras más innovadoras no sean reconocidas?

En lo personal se lo atribuyo a varios factores:

* Escapismo: muchos clichés involucran este elemento de un modo u otro. Sabemos que no es lógico que una chica tímida y de apariencia genérica tenga a media escuela bajo sus pies, pero es una fantasía muy suculenta y deseable para su público meta. De manera similar: es casi imposible que un sujeto sin empleo y débil de carácter tenga un harem de chicas hermosas, pero en el mundo de la animación japonesa conocen a su público.

Es un tanto como la comida chatarra: después de cientos, sino es que miles de estudios sabemos que nos hace mal, ¿dejamos de consumirla? No.

* Comercialismo: a veces olvidamos que hay un negocio en la ficción. Desde las editoriales hasta los grandes estudios de Hollywood, hay dinero involucrado, y en muchos sentidos no es diferente a otros giros: si un pozo de petroleo te ha provisto durante años, a menos que se acabe, lo seguirás usando. Si una formula ha otorgado dividendos, no podemos culpar a esos productores por seguir usándola, porque no solo se trata de ganar dinero, sino de preservar una industria: técnicos, correctores, editores, traductores, y demás. El modus vivendi de muchos está en juego.

Por supuesto, y como mencioné en mi analogía del pozo: este puede acabarse. Por lo mismo, usar los mismos esquemas puede funcionar por un tiempo pero ninguno va a funcionar todo el tiempo. El problema es que nunca se sabe cuál será el punto de quiebre para un género o un estilo.

* Humor: uno puede tomar algo trillado y con un giro humorístico, hacerlo funcionar. Inclusive puede haber algo de comentario social en su uso para fines de comicidad: después de todo, si la ficción es un reflejo de la sociedad, pueden haber muy agudas criticas a algunos de sus peores aspectos al usar, mientras se ataca, algunos de sus clichés.

Eso sin mencionar que al mezclar algo familiar con un giro, obtenemos algo que es divertido. Tomemos por ejemplo, el dicho "Se atrapan más moscas con miel que con hiel". La frase es trillada, muchos la conocemos. Pero "Sí, se atrapan más moscas con miel que con hiel, ¿pero quién quiere tener un montón de moscar?".

* Seguridad: en ocasiones (y creo que he dicho esta frase ya varias veces), algo es cliché porque funciona: los triángulos amorosos, el giro de último minuto. Y además, solo porque un recurso se haya gastado no significa que algún otro que intente tomar su lugar sea necesariamente mejor. Es un poco como los artistas independientes: sí, habrá muchos talentos que son demasiado alternativos para el mercado comercial, pero en muchos otros no han sido firmados porque simplemente no son lo suficientemente buenos (he ahí mi historia con las editoriales).

Y luego tenemos las "comadrejas necesarias": clichés que no tienen sentido, sabemos que están gastados, pero son la piedra base de sus géneros a tal grado que es imposible quitarlos sin que se desmorone lo demás.

Ejemplos:

* Que en mundos de fantasía o de ciencia ficción casualmente todos hablen el mismo idioma (atrasaría mucho la trama y la haría densa en su camino al desarrollo).

* Que en los dramas juveniles veamos más los amoríos que las clases (porque es el principal atractivo de la serie en primer lugar).

* El quebrar el cuarto muro en las comedias (porque es gracioso).

Y para probar que ni su amado autor está inmune a tales placeres culpables, en el siguiente capitulo daré a conocer mis 10 clichés favoritos de la ficción. Los que sé que son viejos, cursis y sobre-abusados, pero vaya que los sigo queriendo y me siguen emocionando.

Slalom camaradas.

Digo, shalom camaradas.

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