La felicidad no dura para siempre

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Camino con aire distraído por el pasillo hasta llegar delante de la puerta del despacho de aquella persona que hace apenas unos minutos ha solicitado mi presencia.

Llamo a la puerta, y hasta que no oigo un pasa que proviene del interior, no entro.

—Hola, Jordi. —Sonrío mientras me dirijo hacia el interior del despacho. Cuando él me indica tomo asiento en una de las sillas dispuestas delante de su mesa de trabajo.

—Hola, Verónica. —Me saluda dirigiendo su mirada a varios papeles que tiene puestos sobre la mesa. —Quiero hablar contigo sobre algo. —Me indica, evito responderle que eso es algo obvio, ya que me ha llamado para hablar no para otra cosa, pero me contengo al fin y al cabo es mi jefe. —En nada empieza la Eurocopa. —Me dice, asiento, sé eso, a parte de que es lo único de lo que se habla, mi novio es futbolista. —Quiero que tú seas una de las reporteras que enviaré a Francia. —Nombra el lugar donde se llevará a cabo la Euro este año. —A Irene la enviaré a América, para la Copa América, pero como tú estás más metida en el fútbol europeo, prefiero que te quedes por aquí. —Me explica. Asiento entendiendo. —¿Si? —Lo pregunta, parece que en realidad me deje decidir si quiero viajar a Francia, en junio, para cubrir los diferentes encuentros, pero en realidad sé que no tengo elección.
Asiento sin mediar palabra, al fin y al cabo no me molesta para nada, igualmente hubiera viajado a Francia en los días que tuviera libre para ver algún encuentro de la Roja, y si encima me pagan para ir a ver a mi novio jugar, pues más que perfecto.

—También quiero informarte de algo, para la entrega del balón de oro quería que fueras tú quien fuera a retransmitirlo. —Abro la boca para protestar pero Jordi me corta. —Sí, pero eso era antes de que tu relación con Ribeltta saliera a la luz, y siendo Ribeltta uno de los finalistas para el balón de oro, estoy seguro que vas a viajar a Zúrich como invitada y acompañante, así que enviaré a Anabel. —Dice nombrando a una de las periodistas deportivas de esta cadena.

—Gracias. —Agradezco, hace nada Lucas me había invitado, y he aceptado, no me parece justo dejarle plantado por el trabajo, incluso si igualmente voy a estar allí.

—Otra cosa, para la Euro quiero lo mejor de ti, quiero a la Verónica que hizo cualquier cosa para conseguir una entrevista con Lucas Ribeltta y la consiguió, esa es la Veronica que quiero, quiero a la Verónica determinada y feroz, no me decepciones, los del Deportivo van a enviar a Leire Hernandez, sé que tú eres mucho mejor que ella si te lo propones. —Me replica mirándome fijamente. Sonrío tanto porque estoy dispuesta a hacer cualquier cosa por conseguir un buen material en la Eurocopa, como por las palabras de Jordi, sobre que soy mejor que Leire.

—Tranquilo, jefe, vas a tener el mejor material. —Le digo con una sonrisa. Jordi me la devuelve mientras asiente satisfecho. —Para los amistosos no, ¿verdad? —Pregunto, ya que en noviembre se empezaron a llevar a cabo los amistosos pero en ningún momento Jordi me insinuó que quisiera que fuera. Él sacude a cabeza.

  — No, no hace falta, va a ir Anabel y Ruben. — Me explica, asiento. Después de tenerlo todo claro respecto a la Euro y los premios del balón de oro, pasamos a limar algo más sobre el matinal que se volverá a retransmitir la semana que viene. 

Después me dirijo hacia la oficina que comparto con Irene, después de hablar con ella sobre los cambios que hemos hablado Jordi y yo, me siento en la mesa de trabajo pera ponerme a trabajar. 

Mientras tanto también reviso mi correo y me encuentro con un mensaje de Nikki, lo abro sabiendo lo que puede ser, y lo confirmo cuando veo los diferentes bocetos de lo que sería su nueva y primera colección. 

Nikki quiere abrir su propia firma de ropa, no quiere depender de nada y de nadie, y quiere que yo le dé mi opinión sobre sus diseños, los diseños con los que piensa lanzar su firma. 

La respuesta no es la huidaWhere stories live. Discover now