London United.

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Salgo de clases bastante contenta de que por fin sea viernes, la entrevista ya está entregada y ya no tengo que preocuparme por ella.

Llevo dos días sin saber nada de Lucas, desde que estuvo en mi casa con mi familia, sé que debe de estar ocupado, sobretodo teniendo en cuenta que mañana tiene partido contra los ingleses.
Pero no puedo dejar de comerme la cabeza acerca de que me evita por nuestros besos.

Decido ir a verle aunque las cosas vayan a ser incomodas.

Conduzco hasta su casa.

Cuando llamo a la puerta, me sorprende Nikki tras ella.

-¡Verónica!-Exclama contenta mientras me abraza. -Pasa. -Me invita dentro. Me adentro a casa de Lucas.

-¿Está Lucas? -Pregunto. Nikki sacude la cabeza.

-Últimamente está muy ocupado, el míster los explota. -Pone una mueca y se sienta en el sofá, la sigo y la imito sentándome a su lado. 

-Si, me lo había imaginado. -Murmuro. Veo que encima de la mesita de café hay varios dibujos, y diferentes cintas de diferentes colores y texturas. Nikki repara en mi mirada y sonríe.

-Soy diseñadora. -Me explica. Levanta una especie de libreta y me la tiende. -Es la nueva colección, echale un vistazo y dime que te parecen. -Me pide. Asiento mientras cojo la libreta y empiezo a pasar los diferentes dibujos.

-Son muy buenos. -Murmuro con la verdad mientras sigo pasándolos. -No sabía que fueras diseñadora. -Digo cerrando la libreta y devolviéndosela. Ella asiente mientras la coge.

-Si, ¿no has oído sobre la firma Giovanni? -Pregunta. Asiento, si, esa firma si que me suena.

-Si.

-Esa es la mía. -Sonríe orgullosa.

-Vaya, vuestros padres deben de estar orgullosos, les ha salido un futbolista mundialmente conocido y una diseñadora de igual renombre. -Digo, Nikki suelta una carcajada. 

-A mi madre cuando la visitamos solo le importa que nos terminemos los platos que nos pone delante, puedes tener el éxito que quieras pero si no te terminas sus ravioli, ella no te conoce. -Suelto una carcajada imaginándome a la típica italiana, dándole ordenes a Nikki y a Lucas, para que se terminen sus platos.

-Pensaba que vivías en Italia con tus padres. -Le digo, ella niega con la cabeza.

-Tengo una casa en Italia, en Roma, mis padres viven en Milán. Pero en realidad somos de Nápoles. -Me explica.

-¿Sois napolitanos? -Pregunto bastante sorprendida, pensaba que Lucas sería de Milán o Venecia, alguna ciudad de la vieja Italia, no habría creído que fueran del sur de Italia.

-Sí, la preciosa Nápoles. -Suspira risueña. -Deberías verla, es de lo más preciosa en verano, aunque haya un calor sofocante, es de lo más bella. -Sonríe. 

-¿Tú y Lucas sois los únicos de vuestra familia que habláis castellano? -Pregunto.

Nikki sacude la cabeza.

-No, mi madre es de las que piensa que los idiomas son importantes, así que cuando Lucas vino a España, nos obligó a toda la familia a tomar clases, claro, Lucas solo tenia diez años y siempre que nos veíamos nos hablaba en castellano, ya que estaba acostumbrado a ello además habríamos tenido que aprenderlo de todas formas, porque Lucas apenas habla italiano, ¿sabes? -Asiento, -Claro, lleva desde muy pequeño hablando el idioma... Tu puedes hablarle todo el italiano que quieras que él va a contestarte en español. -Vuelvo asentir. 

-El otro día, lo oí hablar por teléfono en italiano. -Nikki frunce el ceño unos segundos hasta que vuelve a sonreír.

-Con mi madre, seguro que hablaba con nuestra madre, es la única con la cual se comunica con el idioma. -Sonríe -Bueno, contestando a tu pregunta del principio, tengo una casa en Roma, pero apenas estoy allí, la firma con la que trabajo está en París así que la mayor parte del tiempo estoy en la hermosa Francia. -Me explica.

La respuesta no es la huidaWhere stories live. Discover now