Polémica

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El timbre suena repetidamente a las siete de la mañana, me levanto con pesar, dispuesta a matar a quien se haya atrevido a irrumpir mi sueño, teniendo en cuenta que hoy mis clases empiezan más tarde que lo normal.

Cuando abro la puerta me encuentro a Marta, mi hermana, con la cara que en los años que la conozco sé que no lleva nada de bueno.

—¡¿Pero a ti qué te pasa?! —Me grita se mete en mi apartamento sin esperar a ser invitada. Bufo mientras cierro la puerta, mi hermana tiende a exagerar las cosas.

—No lo sé, deberías de saberlo tú, teniendo en cuenta que me has despertado. —Suspiro. Ella deja caer sobre la mesa, con un fuerte golpe un grupo de papeles, cuando me acerco me doy cuenta que son diferentes diarios y revistas, pero todas tienen lo mismo como portada.

Fotos mías, con Lucas y Mario, saliendo del restaurante.
Trago saliva mientras cojo la de encima del todo.

¿Nueva chica para Ribeltta?

Ese es el titular, cojo un diario deportivo de mucho prestigio en España.

Chica misteriosa, junto con Ribeltta.

Trago saliva de nuevo, de pronto bastante nerviosa, pasando diario tras diario y revista tras revista.

Y todas con titulares parecidos.
¿Han pensado que salgo con Lucas?

Vaya tontería.

—¿Y bien? —Me grita mi hermana.

—¿Qué? —Le espeto harta. Ella bufa, se pasa las manos por la cara, de repente veo lo cansada que está.

—¿Qué hacías junto a Lucas Ribeltta, y mi hijo?—Recalca al máximo las dos últimas palabras.

—Había quedado con Lucas. —Miento, no pienso decirle que me he llevado a su hijo a ver un campo de fútbol, me matará.

—¿Habías quedado con Lucas? —Pregunta recalcando las palabras al máximo como si no lo entendiera.

—Si.

—¿Y te llevas a mi hijo a ver un futbolista famoso? —Enfatiza "famoso" y "mi hijo" al máximo. Me encojo de hombros.

—Tú necesitabas que me quedara con él, y yo había quedado con Lucas, en ningún momento me has preguntado si tengo cosas que hacer. —Respondo tranquilamente, ella suspira.

—Ya, bueno, lo siento. Pero debiste decírmelo. No quiero que el niño se acostumbre al fútbol.— Dice mucho más calmada. —Y mucho menos que salga en todas la portadas de todos los diarios y revistas. —Suspira. —Y eso que no has visto internet. Ya verás como papá va a ponerse cuando lo vea. No parará hasta que le presentes a Ribeltta. —Me dice.
Suspiro, mi fascinación por el fútbol empezó por culpa de mi padre, es un seguidor del fútbol como cualquier otro, solo que no te atrevas a mencionar otro equipo que no sea el Real Atlético Español, es un seguidor fiel del Real Español y ni te atrevas siquiera a mencionar que otro equipo es mejor.

Bufo, mientras me paso la mano por la nuca, cansada.

—Lo siento, pero tu obsesión contra el fútbol es un poco excesiva, debías de haber visto a tu hijo, ayer, cuando vio a Lucas, estaba fascinado y su cara nunca se comparará con cualquier otra que hayas visto jamás. —Sonrío recordando su expresión al ver a Lucas. Marta niega la cabeza.

—Me da igual, no quiero que se ilusione, no quiero que piensa que puede jugar al fútbol, ese deporte no le llevará nada bueno. —Suelta exasperada. —No me gusta el fútbol.

La respuesta no es la huidaWhere stories live. Discover now