Evan Bellamy se encuentra cursando su primer año en la Universidad. Tratando de sobrellevar los fantasmas de su pasado, un hermano con problemas de alcohol y la vida sin sus padres, con su actitud ingenua, algo torpe y su mala suerte saliendo a tope...
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Derek me recoge a la hora acordada y cuando me ve sus ojos se abren con sorpresa y admiración, sus labios tratan de armar una palabra coherente y termina diciéndome que me veo muy hermosa en mi vestido. Trato de no recordar que son casi las mismas palabras que Harry me dijo hace unas horas atrás. Hoy salgo con Derek, como amigos, y tengo que respetar sus sentimientos, concentrándome en él y yo en el ahora.
Luego de helados, circo y parque de diversiones, Derek y yo hemos casi concluido un día largo saliendo como amigos, antes de que lo llamaran por su teléfono celular diciéndole que lo habían invitado a una fiesta.
— ¿Quieres venir? —Derek pregunta con amabilidad y ojos esperanzados.
No quiero ser ruda con él después de lo maravilloso que ha sido conmigo durante todo el día. Me he reído un montón con él, pero hace años que no he pisado una fiesta desde lo que ocurrió la última vez que acudí a una, y honestamente no fue la mejor experiencia de mi vida por mucho, y es algo que no quisiera volver a vivir nunca más.
—Derek...lo pasé tan bien contigo hoy. Es solo que...las fiestas —comienzo a divagar. Realmente no me apetece ir, y quiero ser sincera con Derek.
—Sé lo que pasó, Evan. Pero han pasado, no sé, años desde eso. Íbamos en secundaria ¿no crees que es momento de darte cuenta que las fiestas no son tan malas como fueron hace ya tanto tiempo? —Derek me mira con aquella sonrisa inocente, que me hace dudar un poco de mis acciones y pensar un poco en sus palabras.
—No lo sé —niego— Honestamente...
—Anda, una pequeña fiesta nunca mató a nadie —Derek me interrumpe dándome un pequeño empujón en el hombro y guiñándome el ojo.
— ¡Hey! No me empujes —lo regaño en broma y el ríe, para luego mirarme con suplica en sus ojos y facciones—. Está bien, iré. Pero solo por un momento y luego tendrás que venir a dejarme a casa ¿entiendes? Tengo deberes pendientes.
—Trato hecho, Bellamy. —dice.—Genial. Vamos entonces. Una fiesta nos espera —dice entusiasmado.
Sólo espero no arrepentirme de esto.
(...)
Bueno, ya me estoy arrepintiendo. En el momento en que pisé la casa atestada de gente, el olor a sudor, alcohol y marihuana inundó mis fosas nasales, haciendo que hiciera una mueca de disgusto. Ya no quiero estar aquí, pero por el contrario mío, Derek parece contento y entusiasmado por la fiesta y no quiero ser la chica malhumorada que ni lleva más de cinco minutos en la fiesta y ya quiere irse. Tengo que esperar a que pase una hora por lo menos, antes de decirle que me siento mal y quiero volver a casa.
La música está a un volumen extremo, que dudo que se pueda hablar debido al ruido ensordecedor. Cada resonancia parece rebotar en mi pecho, haciendo que me sienta más desesperada y ansiosa por irme de aquí. Cuerpos de chicos y chicas bailan en la sala y no me sorprende ver como la estancia está repleta de gente. Chicos y chicas besándose, bebiendo y fumando sustancias que seguramente harán que no recuerden nada a la mañana siguiente. La casa en la que nos encontramos es tan malditamente enorme, tanto como lo será el desastre que habrá el día siguiente. De tan solo pensar en la persona que tendrá que limpiar todo esto me entran ganas de llorar. Sólo espero que le paguen lo suficiente.
