Capitulo 11

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•Skye:

-Liam, ¿podríamos salir a dar un paseo, por favor?

-Sí, claro, voy a tu casa en un minuto- Respondió desde el teléfono. 

–Gracias.-Dije y colgué

Necesitaba salir de la casa para despejar mi cabeza y yo sabía que Liam me dejaría hacer eso, así como hacerme compañía. Bajé las escaleras despacio, me encontré con mi madre. Su pelo rubio caía sobre sus hombros y llevaba un sencillo vestido negro. Ella probablemente saldría. Ella me miró y alzó una ceja

-¿Estás bien?- Asentí con la cabeza. 

– ¿Quieres algo de comer? No has comido en días- dijo ella. 

–No tengo hambre 

-Skye… si se trata de Har..

-¡Mama! Deja de traerlo ¿Esta bien? El se ha ido, el no va a volver, lo entiendo- Grite enojada. 

-A los que amamos, nunca mueren. Ellos están siempre con nosotros... 

-Bueno, Harry no, ¡el está muerto!- Le di la espalda y salí de la casa, dando un portazo.

Encontré a Liam en el camino, corrí hasta el, junte mis brazos alrededor de su cuello, y comencé a llorar en su hombro. Sentí que sus brazos se movían arriba y abajo en mi espalda confortablemente, susurrando algo en mi cuello, pero yo no estaba escuchando.

- Ven, vamos a la cafetería y compremos algo de comer- sugirió.

No dijimos nada en el camino, nos dirigimos a la pequeña cafetería en la parte superior de la carretera al lado del gran parque. Yo no quería comer, no tenía hambre, me había estado bloqueando de todos los demás sentimientos de mi mente, incluyendo el hambre.

-¿Echas de menos a Harry?- Pregunte para romper el silencio. Él asintió con la cabeza y tragó saliva

-No ha habido un minuto en el que no lo extrañe..- bajó la cabeza- No puedo explicar la pérdida que siento dentro de mí

Me dolía el corazón por él y de repente me sentí egoísta. Durante todo este tiempo solo me preocupe en cómo me sentía yo sin Harry y no me preocupe por los sentimientos de mi otro mejor amigo. Puse mi mano en su hombro.

-Lo siento mucho Liam  

-Está bien

Se encogió de hombros mientras empujaba la puerta de cafetería, la campana sonó, una vez que entramos en el interior, lo que indica que alguien acababa de entrar a la tienda. Nos sentamos en una de las cómodas sillas de color azul oscuro y apoye los codos en la mesa de madera delante de nosotros. Había sal, pimienta y un pequeño menú, de color rojo que decía que podía comprar y los precios.

–¿Que pedirás?- Me preguntó.

–Nada 

-Skye... 

-¡No tengo hambre!- Él levantó una ceja 

-Skye, he notado que no has comido

-Lo he hecho

-No, no lo has hecho, iré a comprarte algo de comer...- Suspiré 

-Liam, no tengo hambre- Parecía como si él iba a decir algo, pero no lo hizo.

Él se levantó y caminó hasta el mostrador, pidiendo a la mujer por dos chocolates calientes y un trozo de pan tostado. Después de un minuto, Liam regresó a la mesa y sonrió débilmente a mí.

-¿Quién crees que lo hizo- le pregunté al azar sin siquiera darme cuenta, tome un sorbo de mi chocolate caliente después. 

– ¿Hacer qué?- pregunto. 

– Lo mato - me encogí de hombros.

Liam se encogió de hombros, tomando su chocolate

-Realmente no tengo ni idea. La policía está haciendo su mejor esfuerzo por descubrirlo- 

-No creo que ellos son- Suspiré. Él asintió con la cabeza

-Estoy de acuerdo contigo- descansó la barbilla en la palma de su mano y cerró los ojos.

Luego, algo me golpeó. ¿Qué pasa si fueron ellos? ¿Qué pasa si esa gente lo mató? Cerre los ojos muy fuerte y puse mi cabeza sobre la fría mesa. Conteniendo mis lagrimas.

Fue alrededor de las seis, cuando regresamos a mi casa, mi madre y mi padre se había ido a cenar y mi hermana menor estaba en la casa de su amiga. Me despedí de Liam, me abrazó fuerte y se alejó diciéndome adiós con su mano. Lo vi desaparecer, volví a entrar, dejándome caer en el sofá y me hundí en su suavidad. Me golpee mi cara en la almohada y me quede allí por un momento sin hacer nada, sin pensar siquiera.

Después de unos segundos más, me senté y pasé los dedos por mi cabello rubio, sacándolo de mi cara. Estaba oscureciendo y sabía que pronto sería de noche, así que decidí aprovechar al máximo el brillo y sali a dar un paseo por el parque.

Los planes de ir a dar un paseo con Liam se arruinaron cuando me llevó a la cafetería y dar un paseo seria como una muy buena idea en estos momentos. Me quité la chaqueta teniendo en cuenta que hacía bastante calor fuera y salí de la casa una vez más, cerré con la llave. Caminé lentamente por la calle que estaba llena de casas grandes, blancas y jardines llenos de flores, en realidad era un lugar muy bonito para vivir.

Finalmente llegue al cementerio, abrí la gran puerta color negro. Camine dentro de este sin detenerme en la tumba de Harry, en cambio, acelere el ritmo y empecé a correr hacia el bosque sin preocuparme de lo que iba a suceder. Mis emociones cambiaron en una fracción de segundo, fue como si quisiera estar con Harry. Yo sólo lo anhelaba, lo quería tanto que no podía dejar de lo que iba a suceder ahora.

Después de pasar a través de los árboles altos y subir encima de la valla pequeña de madera, que sirve para que la gente no pueda pasar a través. Corrí hacia la colina llena de hierba, forzando mis piernas doloridas para correr más rápido a medida que me acercaba a la cima. La vía del tren estaba a la vista ahora como finalmente llegué a la cima de la colina, si las vías no estuvieran allí, sólo se vería como un patio verde, con un par de árboles, para ser honesta, la vieja vía del tren lo hacía feo.

Había un prado amarillo en el otro lado de la vía, que era tan hermoso. Me trajo recuerdos de Harry, que me hicieron quererlo más, más que nunca. ¿Por qué me siento así? Caí de rodillas y empecé a llorar.

-¡Harry!- Grité su nombre en varias ocasiones como las lágrimas corrían por mi cara y sobre el césped prolijamente cortado.

Me levante, sin molestarme en componer y me tropecé con la vía, que era una estupidez lo que yo iba a hacer, pero yo no podía dejar de estar con él. De este modo ahora estaría con él, para siempre.

Me quedé con la espalda hacia fuera de donde el tren iba a llegar, entonces no exactamente sería mi "asesino" en el ojo.

Abrí mis dedos, puse mi cabeza hacia atrás y respiraba dentro y fuera lentamente. El tren llegaría pronto, me llevaría lejos, me dejaría en libertad, me llevaría lejos a donde mi mejor amigo estuviese. La suave brisa soplaba en contra de mi piel, pequeñas gotas de agua comenzaron a caer, cayendo sobre mi cara, se pusieron más y más fuerte hasta que se sintió como una ducha, que estaba empapada. Mi camisa blanca se pegaba a mí.

El tren se acercaba, pude escuchar que cada vez estaba más cerca. Por alguna razón, estaba muy emocionada, no podía esperar la muerte, que iba a ser una aventura, una gran aventura. Me sonrei a través de la lluvia que se mezclaba con mis lágrimas. Oí el silbato del tren, que estaba cerca ahora, no sentía miedo alguno.

"-Adiós mundo cruel..."

Hometown GloryWhere stories live. Discover now