+18 | Keyra Nash tiene un problema y con él solo obtendrá otro.
El día de las tragedias para Keyra se conforma por la infidelidad de su novio, sus pocos deseos de dormir bajo ese mismo techo y el fatal hecho de que no tiene a donde ir ni a quien rec...
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—¿Qué tanto vas a dormir, corazón?
—Cuánto sea necesario, ¿Tienes algún problema, Henderson? —Él se ríe contra mi oído y sus dedos retiran los mechones de cabello de mi mejilla antes de dejar un beso contra mi piel. Me muevo por instinto hasta alcanzar el calor de su cuerpo a pesar de que me encuentro bajo las sábanas.
—Me robas mi cama y encima quieres buscarme problemas, no seas atrevida, corazón —Suelto un resoplido aún con los ojos cerrados.
—¿Qué hora es?
—Mediodía, ¿No tienes hambre?
—Me duelen los pies —Me quejo abriendo los ojos, sentándome en la cama suelto un suspiro mientras paso mis manos por mi cara—. ¿Por qué me despertaste?
—Porque se supone que deberías desayunar y almorzar antes de irte al trabajo —murmura sentado al borde de la cama, vuelvo a dejarme caer hacia atrás sobre la almohada y estiro las sábanas hasta mis hombros.
—Quiero quedarme aquí.
—A pesar de que eso me beneficia, debo decir que no es correcto —murmura —. Desayuna, vuelve a dormir y despierta para almorzar antes de irte, ¿Qué te parece? —Suelto un suspiro pesado que debería ser una respuesta antes de parpadear para enfocarlo—. Mentira, es hora de levantarse.
—Invítame a hacer eso otro día.
—¿Qué pasa con la emoción de tu primer trabajo? ¿Tan rápido la perdiste? —Se burla y yo palmeo su hombro dándole una mala mirada.
—Te odio —mascullo y él se ríe inclinándose sobre mí, besa mi barbilla esta vez.
—Buenos días, corazón —murmura contra mi piel, extiendo una mano hacia su cabello, rasgando su cuero cabelludo.
—Buenas tardes, Henderson.
—Arriba, el desayuno está en el microondas, debemos volver temprano para llevarte al trabajo ¿Bien?
—No es necesario.
—Tienes razón, pero quiero hacerlo —Presiona otro beso esta vez sobre mi nariz—. Levántate, me dijiste que te llevara a ver el departamento y ya se está haciendo tarde —Miro al techo por varios minutos antes de hacerlo.
Si me hubieran dicho hace meses que estaría aquí en este punto de mi vida tal vez me hubiera acobardado.
Alguna vez alguien dijo cerca de mí que siempre hay que agradecer la incomodidad, porque significa que ya no encajas en el lugar donde estás y te obliga a buscar algo mejor para ti. No diría que le agradezco a Jack por engañarme, ni a Xiomara por entrometerse entre nosotros, pero probablemente seguiría siendo la misma persona de antes si esto no hubiera pasado.
Seguiría siendo la que espera en casa, la que las personas del entorno de Jack miraban por encima del hombro porque no era como ellos, no tenía una carrera importante ni un trabajo relevante; seguiría siendo la que solo soñaba con casarse y tener hijos, pero nada más, solo dedicarse a ello siendo una carga.
