08. ¿Tengo que rogar?

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Pensé que mi etapa problemática se había quedado en el pasado, en la secundaria o tal vez en la universidad

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Pensé que mi etapa problemática se había quedado en el pasado, en la secundaria o tal vez en la universidad.

Pero parece que no es así. O tal vez sí lo hizo.

Simplemente mi etapa bondadosa no tuvo mucho qué hacer aquí, sobre todo cuando mi visión se volvió roja al ver su mano levantada, una serie de imágenes de Keyra golpeada pasaron por mi mente incluso antes de que aquello sucediera y no pude contenerlo.

Sentí la sangre calentarse bajo mi piel y estuve tentado a moler a golpes al tal Jack, pero mi trabajo me lo impide, ni siquiera debería haberme dejado golpear, pero no lo pude evitar.

Lo cínico que fue, la manera en la que, cuando ella fue por sus cosas, insinuó que ella regresaría a él porque no tendría a donde ir, porque él le daba todo y ella no sabría hacer nada por su cuenta me tentó a romperle el cuello en el suelo de su propio departamento.

Pero eso sería tirar mi vida por la borda ante ese imbécil.

Paso una mano por mi cabello antes de llevarlas ambas al volante de mi auto y comenzar a conducir de regreso a casa. Sin embargo, mi celular suena antes de que empiece a hacerlo así que lo tomo aceptando la llamada de mi hermana.

—Me debes mil—respondo antes de que ella pueda hablar.

—No seas Imbécil ¿Dónde estás? ¿Dejaste a Keyra sola con Jack? Espero que no lo hayas hecho porque te...

—No lo hice, ni en los más agradables sueños de ese imbécil.

—Sabía que estaría ahí, es un bastardo—murmura mi hermana y estoy segura de que ya analizó todas las probabilidades de lo que podía suceder cuando fuéramos allí—. ¿Cómo está ella? —Frunzo mis labios.

—Probablemente llorando otra vez en mi casa.

—¿Cómo que...?

—No puede evitarlo ¿bien? Y yo soy malo consolando, lo sabes, así que la dejé sola.

—Eso te hace un imbécil más del montón—replica y escucho movimiento de papel, probablemente está en la oficina ahora.

—Bueno, apenas la conozco, Kathe, no puedes esperar que intente abrazarla cuando comience a llorar desconsolada por ese imbécil—replico observando mi reflejo en el espejo retrovisor, no sé cómo voy a ocultar ese labio roto mañana en el vuelo—. Pero solo por curiosidad... ¿Alguna vez viste a Keyra golpeada? —Ella suelta un suspiro y casi puedo ver su ceño fruncirse.

—No, pero tampoco nos veíamos con tanta frecuencia ¿por qué lo preguntas?

—Solo curiosidad.

—¿Curiosidad que viene de dónde? —Paseo mi lengua sobre mis dientes superiores tamborileando mis dedos sobre el volante antes de hacer un sonido negando.

—Solo...olvídalo, me pareció que no era una persona muy pacífica y más un celoso empedernido, pensé que podría haberlo hecho.

—No lo sé, pero tampoco creo que lo hiciera, Keyra está yéndose por una infidelidad, estoy casi segura de que no hubiera permanecido allí si él la hubiera golpeado antes—Tuerzo los labios haciendo un sonido de afirmación esta vez—. Pasaré más tarde a tu casa.

Quédate otra nocheWhere stories live. Discover now