Trece

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Las olas chocaban con cierta fuerza contra el muelle. Las temperaturas habían bajado y eso hacía que el paseo no fuera todo lo agradable que Violeta hubiera querido. Chiara sentía —su 'witchy vybe' así se lo decía— que algo fuerte estaba por pasar.

Violeta no sabía por dónde empezar, pero agarró la mano de la otra chica. Necesitaba esa fuerza –y si Chiara se enfadaba con ella, una posibilidad existente dadas las circunstancias, necesitaba explicarle bien todos los hechos. Su mente, absolutamente disociada desde el momento en el que le había dicho que le gustaría hablar con ella, no dejaba de pensar en aquella tarde lluviosa en la cafetería en la que trabajaba Denna. Allí tuvo que confesarse, claro: ¿qué hacer cuando alguien te pilla con el carrito del helado? Huír no era opción: estaba diluviando y la relación con su prima había alcanzado un nuevo 'peak' después de varios años; no era plan de volver a tirarlo todo por la borda.

Ya no era la misma persona.

La misma 'niñata'.

~~~~~

—¿Por qué os esforzáis tanto en ensuciar una cosa que nació como algo bonito? —Violeta suspiró, derrotada. Chiara también le había hablado de 'Vivi' con cierta angustia y aquello no hizo nada más que hacer que la granadina recordara el millón de cosas negativas que comportó, en su momento, la existencia de 'lanefervivi'. Era como un fantasma del que no podía desprenderse—. Esto es horroroso. Yo no sabía que, a ella, esta situación no le está haciendo bien.

—Amore... —la rubia puso una mano en el hombro de su prima y lo apretó con cariño. Qué cambiada, esa Violeta. Aún con sus errores, se notaba el paso de los años sólo al ver la reacción que había tenido. Denna, de algún modo, se sentía orgullosa—. Sí que es algo bonito. Es precioso, de hecho, pero... ¿no crees que se te ha ido un poco de las manos?

—¡Pues claro que lo pienso! No he hecho esto para joderla, por Dios. Es que la conocí y... y, no sé. Chiara me gusta. Me gusta de verdad. Hace que me plantee cosas.

—Cosas... —la rubia incidió—. ¿Qué cosas?

—Pues cosas. Yo qué sé. Estoy empezando a estudiar catalán porque me ronda la idea de acabar trabajando el año que viene aquí. Ella es especial, no me importaría volver a dibujar para ganar algo de dinero. Mira, Denna... —su prima sonrió. Era una de las primeras veces que Violeta la llamaba por el nombre al que ella le gustaba ser referida—. Yo sé que me ahorcarías con tus propias manos, sobre todo desde que te enteraste de que la Kiki y yo... pero es que ya no soy la misma persona que jodió a Salma, ¿vale? Siento volver a meterme en un jardín con una muy buena amiga tuya, pero esta vez quiero hacer las cosas bien. De verdad.

Una larga respiración salió por los labios de Denna. Coño, con el discurso... qué tía; Violeta tenía tanta labia que parecía una diplomática. Aún sentía un poco de resentimiento por todo lo que les había pasado hacía años, pero mirándola detenidamente, su prima parecía un 'perro mojao'. Se dio cuenta de que Violeta estaba hablando desde la verdad absoluta.

—Me dijiste que empezaste a ir al psicólogo —la pelirroja asintió, sin saber muy bien al punto al que quería llegar su prima—. ¿Le has contado todo esto?

—¿Por señales de humo? —una risa amarga la acompañó, a lo que Denna alzó una ceja—. Mi 'psico' está en Granada. Además: que ella no tiene el manual de cómo tengo que hacerlo todo para ser perfecta. He gestionado esto fatal, sí, pero estoy aprendiendo.

A Todas Las Versiones De MíWhere stories live. Discover now