A Todas Las Versiones De Mí

Cinco

—I shouldn't be obsessed with her, that's all.

Martin estaba desconectando su guitarra eléctrica del amplificador, mientras veía a los viandantes pasar por delante de ellos.

Aquella tarde de domingo, Chiara le había pedido a su mejor amigo que la acompañara en su concierto y Martin, que por ella se apuntaría a un bombardeo, accedió. De nuevo, había sido un éxito y, de nuevo, sentía que se le había escapado la oportunidad de descubrir quién era la chica de los dibujos. Se había pasado la tarde buscándola entre la gente, a pesar de no conocer su aspecto. Esperaba cruzar una mirada con alguien con quien sintiera una conexión y al pensar en esa conexión, le vino a la cabeza Violeta. Recordó el beso que habían compartido y se sintió absurda buscando la nada, como si en una mirada fuera a sentir una mísera parte de lo que había sentido en aquel sky bar.

A pesar de ello, siguió buscando algo entre la multitud. No sabia bien el qué, pero a medida que pasaban los minutos, se encontraba a si misma echándole miradas de reojo a su teléfono móvil. Por si acaso.

Martin adivinó sus pensamientos al ver que Chiara continuaba mirando entre la gente, como buscando algo.

—A lo mejor te ha perdido la pista porque el domingo pasado, como estabas en Menorca, no cantaste.

—Ya... —Chiara frunció el ceño, tratando de encontrar una explicación racional a lo que estaba pasando y, por primera vez en dos horas, cogió su móvil. Las piernas empezaron a temblarle en cuanto lo hizo—. Fuck, shit, mierda!

—¿Estás bien?

Chiara le pasó el móvil a Martin que, al leer lo que aparecía en pantalla, echó a reír.

lanefervivi
*foto*
acabo de pasar por aquí
te he dejado algo, a ver si lo encuentras
pd: hola, me ha encantado tu concierto 💜

—¡Pero no te quedes ahí pasmada! ¡Corre, Kiki!

Reaccionó. Echó a correr como si fuera la mismísima Femke Bol, como si estuviera a punto de perder algo: un tren, una oportunidad, una vida...

Cuando llegó al destino, vio el metro saliendo de la estación y, abatida, puso las manos en sus rodillas. Ella, Vivi, estaba ahí dentro. Estaba ahí dentro y había logrado escaparse.

En el suelo de aquel andén, en aquel momento completamente vacío, había un cuaderno. Chiara caminó hacia él, agachándose para cogerlo y sorprendiéndose al ver que, efectivamente, pertenecía a Vivi.

'Vivi's Drawing Bullet Journal'

Fue pasando página a página y sintió, por un momento, que estaba invadiendo su privacidad. Allí había dibujos sobre lo mucho que le gustaba el mar, sobre su película favorita (Chicago), sobre canciones que le inspiraban... era tan bonito, tan personal, que Chiara se alegró de poder conocerla, aunque fuera así. Cuál fue su sorpresa cuando llegó a las últimas páginas y vio, en ellas, un dibujo nítido de lo que eran sus ojos. Con una profundidad que a Chiara la desbordaba, con un color... se acercaba muchísimo al color real. Se acercaba tanto que Chiara quiso, deseó con todas sus fuerzas, haber podido ver a esa persona, tenerla más cerca para que aprendiera el tono real. Para que no dudara: ni azules, ni verdes.

Aquello encendió un fuego dentro de ella que hizo que no dudara en escribirle. Total, de perdidos al río.

chiaraoliver:
casi aciertas con el color de los ojos