Tres

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Okay... necesito contarte algo porque, Bea: tú eres, sin duda, la amiga más sensata que tengo.

Bea se sobresaltó al ver a Chiara aparecer delante de ella a toda velocidad, como si estuviera teniendo uno de sus míticos momentos de hiperactividad, pero además con esa cara mística de a quien le están pasando muchas cosas.

Rió, claro. Llevaba diez minutos hablando con su novia por Whatsapp mientras le daba vueltas con el tenedor a la ensalada de pasta que se acababa de comprar en aquel restaurante del aeropuerto; tenía de todo menos buena pinta, así que la presencia de Chiara, tan burbujeante como siempre, era un chute de adrenalina.

Chiara viajaría a Menorca aquella misma tarde de Navidad, porque conseguir un billete el día veinticuatro fue literalmente imposible para ella y, al final, sus padres tuvieron que pagarle los sobrecostes de lo que suponía volar en un día festivo. Bea, sin embargo, estaba esperando a que su novia entrara en el avión que la llevaría desde Madrid a Barcelona para pasar un par de días juntas y, como Chiara se tenía que ir, al final decidió acompañarla una hora antes de lo que se suponía que ella debería estar allí.

Ambas estaban comiendo algo en la terminal de salidas. Si todo iba bien, Chiara aterrizaría en Menorca pasadas las dos de la tarde mientras que la novia de Bea aparecería en la terminal de llegadas alrededor de las tres. La menorquina estaba un poco triste, puesto que le hubiera gustado empezar el día de Navidad en su casa, desde luego, pero eso pasaba por renunciar al concierto que dio la tarde anterior en el metro y entonces, con toda seguridad, no tendría historia que contarle a Bea, aquella tarde en el aeropuerto.

—Vale. Te escucho.

There's this girl —Bea alzó las cejas, con una sonrisa pícara en los labios—. And she's been drawing me for the last two Sundays when I sing in the metro —Chiara abrió su famosa libreta de composiciones y de allí sacó un par de papeles, desdoblándolos para que Bea pudiera verlos. El primero era un simple dibujo de Chiara tocando el piano, un esbozo (muy bonito, eso sí), pero el segundo era una preciosidad de dibujo en el que la cara de Chiara estaba plasmada con todo lujo de detalles. Incluso algunas de sus pequitas más características. Bea, que flipó, sólo pudo soltar un 'wow' —yeah... that was my exact reaction, too.

—¿Quién es esta chica? ¿La has conocido? Porque yo estaría muy abrumada.

Chiara bufó, tratando de esconder su cara entre sus manos: —La cosa es que no. No sé cómo lo hace, porque siempre se esconde de una manera en la que yo no me doy cuenta, pero es la segunda vez que al final del concierto yo acabo con un dibujo suyo. Se llama Vivi, me sigue en Instagram, pero eso es todo lo que sé.

—A lo mejor es muy vergonzosa.

—No lo creo, mira:

Chiara le enseñó los mensajes de la noche anterior.

lanefervivi:
espero que hoy toques en el metro

lanefervivi:
porque tengo una sorpresa para tí

chiaraoliver:
me ha encantado el dibujo, muchas gracias 💕

lanefervivi:
era la intención

lanefervivi:
cantas muy bonito, ¿sabes? espero poder dibujarte muchas más veces

Bea no pudo evitar reírse: —Dios mío. Este es tu momento más humilde. Has conseguido que una chica pase las tardes de domingo voluntariamente viendo un concierto que tú das en una parada de metro sólo para dibujarte y, además, está manteniendo el suspense. Que el romanticismo no muera nunca.

A Todas Las Versiones De MíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora