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El ejército mexicano rodeaba esa casa a las orillas de Culiacán, Teresa Zambada había escapado, pero Archivalda Guzmán no había corrido con la misma suerte

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El ejército mexicano rodeaba esa casa a las orillas de Culiacán, Teresa Zambada había escapado, pero Archivalda Guzmán no había corrido con la misma suerte.

Caleb Archivalda.

25 minutos antes....

Escuchaba los gritos de aquellos hombres, ideando una estrategia para venir por mi, escuchaba como tiraban bala, haciéndole al pendejo por qué yo andaba sola.

—¡Archivalda Guzmán!— gritaban.

—Parecen pendejos gritándole a la nada— dije con mi cuerno en la mano y la súper en la otra.

Levante y apunte, y justo cuando iba a disparar pude ver a Teresa entre las sombras de los árboles que habían alrededor.

—¡Baja las armas! Igual de asquerosa que el padre— dijo uno mientras golpeaba mis rodillas haciendo que yo cayera frente a él.

Sentí como el coraje que sentía se concentraba en mi mirada aún fija en ella, la mujer que me traicionó.

El amor siempre vuelve pendeja a la gente.

Yo no soy igual que él, me falta mucho para eso— dije, era enorme el orgullo que tenía de ser hija de quién soy.

—¡Pinché vieja pendeja!— dijo un cabron.—Ni has de saber cómo tirar— él seguía riendo.

Esto era lo que me divertía de los hombres, eran unos bastardos, el wey no dijo nada gracioso y los otros estaban que se cagaban de risa.

—Nacos— dije y comencé a disparar. Le daba con exactitud a todo aquel que se moviera.—¡Órale cabrones! ¡Tengo un chingo de plomo para repartirles hijos de su perra madre!—

Los hombres empezaban a caer, mientras yo corría y me escondía atrás de las camionetas, eran casi 30 hombres pa mi solita.

Qué rico.

¡Ocupamos gente!— escuchaba que hablaban por los radios—¡Ocupamos mucha gente!—

Me alagan.

Apá— dije por el teléfono.

—¿Archi? ¿Qué pasó mija? ¿Ya van a las Europas?—

—Le necesito apá— dije y escuché un silencio— Por favor papi, los verdes me tienen rodeada—

Seguía hablando con mi apá mientras yo seguía tirando y tirando bala.
Eras tú o yo plebe, y yo siempre soy primero, estás sola—

Sentí como me tembló hasta el cielo.

—¡Hijo de tu puta madre Ivan!— grite colgando el teléfono.

DIFERENTEWhere stories live. Discover now