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Iván Archivaldo.

Mire cómo Archivalda salía corriendo a las camionetas, arrancaba una y salía echa furia del rancho, a pesar de todo era mi plebe, y su felicidad me importaba, pero.....

—¿A donde va la niña?— dijo Ovidio— Tas bien pendejo Iván, le puede pasar lo mismo—

— Nos tocaría de más herencia— dije yo, pero parece que a ninguno de mis hermanos le hizo chiste.

Archivalda.

Iba pero en chinga al lugar donde le había pedido a mi apá que llevaran a Tere, quería a Serafín, pero siempre sería ella.

En las calles de Culiacán había un desmadre y agradecía machin el que Iván nunca hiciera público que tenía una hija, aunque el tener la misma cara que él y mi tío Alfredo no ayudaba.

Llegue a la casa, con nervios baje de la camioneta y me acerqué a la puerta, estaba ella, la notaba asustada, pero ahí estaba, mí Teresita.

Fijó su mirada en mí y sonreí.

—Apoco sí me creíste— dije sonriendo y ella se aventó a mis brazos.

—Pero tú...— dijo ella y como si un cable se hubiera conectado con ella, se alejó de mí de golpe dejándome confundida.

—Yo...— la mire— Tere esto me está costando mucho, de verdad— suspire y la mire sonriendo, tenía mis ojos llorosos— Yo te amo—

—Archivalda— dijo ella llorando.

Por un momento creí que ella lloraba de emoción o qué al menos iba a corresponder mi amor, se supone.

—...Tienes que irte. ¡Ahora!— me grito y la pizca de emoción que tenía en mis ojos ya se había terminado.

—¿De que hablas Teresa? ¡Tu me amas! Y yo te amo— dije ahora con voz autoritaria.—Bonita chingadera— mire como empezó a agarrar sus cosas.

—Entonces si no te vas tú me voy yo— y estaba a nada de salir cuando la detuve.

—Si tú te vas, te vas a olvidar de mí, olvidarás las mamadas que acabo de decir y me valdrás más que pura verga Teresa ¡Te lo juro!— le dije.

Otra vez rogando por cariño, perra madre.

Si me quedó, no vas a amarme, vas a querer matarme— dijo y sentí como la sangre comenzó a hervirme. Sabía a qué se refería.

••••
Tu me cuidas, yo te cuido— le dije a Teresa una noche después de que junto con Alfredito Jr. habían salvado mi vida— Pero si me traicionas, te mato Teresa— dije viéndola a los ojos mientras tocaba su mejilla.
••••

—¿Cuánto té pagaron?— ella me miró —¡Te estoy hablando chingado! ¿¡A quien perras madres me vendiste!?— y antes de que pudiera decirme ráfagas de balas comenzaron a sonar.

Iván Archivaldo.

Estaba en una de las casas de seguridad que tenía en Guamúchil, tobama una de las cervezas que Néstor me había ofrecido, no sabía nada de los Zambada, aunque si sabía de Archivalda y Tere.

—Dejaste ser feliz a nuestra hija— sonreí al escuchar su voz.

—Algo así— dije mirando a la mujer que me volvía loco desde que mi apá llegó con ella a la casa.

—Iván quiero conocer a mi hija, quiero decirle que siempre estuve a su lado—

—No seas pendeja Luisa, Archivalda no me necesito ni a mi ¿Tú piensas que a ti si?— me acerqué posicione una mano en su cintura y la otra en su nuca atrayéndola a mí, besando sus labios.—Tú siempre serás mi pecado favorito— le dije y mientras la empotraba contra la pared.

—¡Iv...Iván!— soltó en un gemido pausado.

Apenas iba a dármela de nuevo cuando mi teléfono sonó.

¿que quieres?— dije mientras me introducía en mi morra.

—Ya hice lo que me pediste— dijo del otro lado.

—jajajaj ¿tan poco amas a mi hija?—

—¿y tú? ¿Amas a tu hija? —

Seguí lo que estaba haciendo mientras que me cogia a Luisita,

"a pesar de todo era mi plebe, y su felicidad me importaba, pero... yo siempre soy primero.

El teléfono sonó de nuevo.

Iván, agarraron a Archivalda, la acusan de narco tráfico de armas, fentanilo, cocaina, trata de blanca además del homicidio de Ivan, del Jr, mijo, van a extraditar a Archivalda—

—Ni modo— colgué la llamada de mi apá.

Por qué yo soy el único Guzmán sobresaliente y así será siempre.

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DIFERENTEWhere stories live. Discover now