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Iván Archivaldo.

Me sentía en un estilo de trance, mis puños no dejaban de golpear a Junior, la adrenalina me hacía pegarle más fuerte, mientras que él marica que tengo de hijo solo lloraba.

—¿¡Como vergas pudiste!? ¡Eres un pinche enfermo!— le grite mientras le escupía y le seguía golpeando.

Archivalda solo veía a Junior, en ella tenía esa mirada que me volvía loco, esa mirada que me hacía querer darle todo el universo a mi hija, tenía la mirada digna de un Guzmán, de un heredero.

—¡Iván!— me gritó ella—Por favor para— dijo mi pequeña viéndome.

No sabía que lo estaba ahorcando hasta que quite mis manos y él empezó a toser.

—¿¡Qué te pasa cabron!?— mi apá llegó corriendo junto con Alfredo y Serafín, quien rápido llegó y abrazó a Archivalda.

quizás no era mala idea esto del matrimonio arreglado.

¡Es tu hijo Iván!— Alfredo lo estaba auxiliando mientras que Ovidio venía con agua para darle.

—Ese pinché marica no merece ser mi hijo— dije con odio, con asco.—¡Este pinché cabron se cogio a mi hija!— grite emperrado y Ovidio le aventó el agua para luego quebrarle el vaso en la cabeza.

—¡Eso! Ten— Nini le dio otro vaso a Ovidio—También reciéntale este— y Ovidio se lo volvió a reventar en la cabeza.

Mi apá se me acercó.

—Júralo Iván— asentí— Chingadamadre, pero tú también te metiste con tu hermana cabron igual que... — se quedó en silencio—¡Yo no te pinches mate por cogerte y embarazar a mi hija menor!— dijo en tono alto, pero no lo suficiente.

—Pero yo me cogi a Luisa por que ella quiso, ella me lo pidió— lo miré—¡Junior secuestro y violo a mi hija!— le grite y por fin Archivalda comenzó a llorar, como si un recuerdo hubiese desbloqueado.

Le hice una seña a mis hermanos y ellos entendieron, entre a la casa con ellos detrás y junior siendo arrastrado por Alfredo.

Archivalda.

Seguía en los brazos de Serafín, mi abuelo platicaba con Nini y sentía la mirada de todos, mirada que me transmitía lástima.

—No te merecen Archi— dijo Serafín— Tú siempre cuidaste a Junior, dabas la vida por él y él...—-

Solo solté un suspiro y fue suficiente para que él guardara silencio.

—Será— le dije— Tú estás consciente que amo a otra persona— le dije él me separo un poco y acuñó mi cara entre sus manos.

—Sí, se que amas al cabron de cabeza de brócoli que ahora está feliz en una relación, pero soy paciente y el que me dejes estar aquí abrazándote y dejándome escuchar tu corazón, es lo más bonito— dejo un beso en mi cabeza y tomó mi mano.

—Eres bien mamon Serafin— dije riendo, mientras mis ojos se ponían más cristalinos.

—Nomas por mi Reyna—

—y ustedes que— Vicente llegó junto con Don Mayo que nos miraba ahora de la misma manera que mi abuelo, con los ojos abiertos.

—Nosotros estamos comprometidos— dije y escuché cómo llegaba Tere.

—¿Ustedes están qué?— me dijo con una sonrisa, pero parecía más una mueca.

—Comprometidos— dijo Serafin.

Ella solo asintió.

Mi Teresita, tú sabes que eres mi Zambada favorita— dije abrazándola, refugiándome en sus brazos.

DIFERENTEWhere stories live. Discover now