-¿Qué quieres hacer? - Escucho su voz en un susurro en mi espalda. Muerdo mi labio inferior antes de girarme. Lo miro y sonrío levemente al ver su amplia sonrisa.
-¿Ya se te ha pasado?
-¿El qué?
-Tu berrinche de antes - Él eleva una ceja dando un paso hacia mí.
-¿Cómo que berrinche? No soy una niña pequeña como tú - Me cruzo de brazos en un primer momento cabreada. Luego realmente pienso la respuesta y sonrío.
-Pues esta niña pequeña... - Susurro lento mordiendo mi labio inferior intentando provocarle. Soy consciente de que lo consigo pues su mirada viaja a mi boca descaradamente - Te encanta - Termino por soltar en su oído.
-Pero también me crispa los nervios a niveles jodidamente increíbles - Su mano viaja hasta mi pelo y reduce nuestro espacio.
-No lo has negado - Lo miro.
-No tengo nada que negar - Deja un beso en mi mandíbula y muerdo mi labio inferior.
-¿Ah no?
-No, porque no has dicho ninguna mentira - Sigue dejando un recorrido de besos. Llevo mis manos a su nuca y lo separo simplemente para besarlo. Su mano libre viaja de mi cintura a mi trasero. Deja un apretón que provoca que de mi boca se escape un leve gemido.
Camino hacia atrás dejándome guiar por él hasta que mi espalda choca contra el mueble. Sus dientes atrapan mi labio inferior y tira de él. Me separo un poco para inhalar aire hasta mis pulmones. El tiempo que transcurre es prácticamente inexistente porque las ansias de volver a mezclar nuestro aliento es superior a nosotros mismos. Mi estómago inferior arde y tiembla a partes iguales. Tiro de su pelo cuando siento mis piernas levantarse entre sus brazos hasta ser posada sobre el armario.
Abre mis piernas dejando hueco para acomodarse, gesto al que no opongo ningún tipo de resistencia. Sus manos se introducen bajo mi blusa y deja caricias en mi piel, que responde erizándose. Muerdo mi labio inferior arqueando mi espalda cuando sus besos viajan hasta mi cuello y se entretiene con él. Tiro de su camiseta pegándolo aún más a mí y siento mi cuerpo arder, buscando algo que hasta ahora no había pedido.
-¿Quieres? - Escucho su voz en un susurro mientras sigue con sus caricias subiendo hasta mi sujetador. Asiento leve, sin tener confianza en que mi boca consiga articular alguna palabra. Una oleada de nerviosismo me atraviesa entera, pero es rápidamente sustituida por las ganas. Mi blusa desaparece rápidamente. Me siento desprotegida sin ella. Aunque eso no elimina la sensación de seguridad que siento.
De mi boca se escapan jadeos acompañando a los besos que deja por mi cuello. Mis labios con más inexperiencia buscan los suyos, que se adueñan de mi boca con suma facilidad. Tiro de su camiseta, queriendo eliminar el trozo de tela que impide mi visión y tacto de sus tatuajes. Él me ayuda y lanza la camiseta hacia algún lugar de la estancia.
Me mira cuando nos separamos para coger aire y sus manos me levantan. Camina conmigo en brazos hasta apoyarnos ambos en el sofá. Acaricia mi mejilla observándome en silencio. Doy besos en su cuello cuando comienza a deshacerse de mi sujetador. Tiro de su pelo atrapando su piel entre mis dientes cuando aprieta uno de mis pechos. Deja un camino de besos hasta llegar a él. Arqueo mi espalda al notar su erección sobre mí.
Acaricio su abdomen, recorriendo con lentitud cada uno de los abdominales que se le marcan al inhalar aire. Se separa de mí y acaricia mi mejilla. Cierro los ojos ante su tacto y siento como desaparece el resto de ropa que manteníamos ambos.
Trago saliva observándolo. Alarga la mano hasta su pantalón y saca del bolsillo un pequeño paquete. Muerdo mi labio inferior al ver como sonríe levemente al centrar su mirada en mí. Deja un beso en mi cuello mientras abre el paquete y saca del pequeño envoltorio el condón. Se lo coloca y me mira. Acaricia mi mejilla y vuelve a hacerse dueño de mis labios. Siento sus manos posarse en mi cintura y levantarla. Gimo en sus labios al notarlo cerca de mí. Jadeo sorprendida al notar como son sus dedos los que juegan con mi clítoris.
