Capítulo 42.

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Cuando consigo que se levante de la cama, dejo que sea él el que vaya primero. Me sonríe antes de salir y yo niego riendo. Paso la mano por mi cara y suspiro como tonta.

Este hombre me va a volver loca.

Abro la maleta y dejo sobre la cama mi pijama. Dejo todo preparado antes de salir al salón. Recorro el pasillo, conociendo un poco las diferentes estancias de las otras veces que he estado ya aquí. Al llegar al salón comedor, la mesa ya está puesta. Los niños juegan con unos peluches sentados en el sillón. Ríen mientras tiran de ellos. Sonrío mirándoles antes de fijar la mirada en Mady y su madre.

-¿Qué tal tu habitación? - Miro a la madre de Mady y sonrío.

-Está muy bien, muchas gracias.

-Estás en tu casa, cualquier cosa que necesites sólo tienes que avisarme - Sonrío y devuelvo el abrazo. Miro a Mady que me sonríe y me guiña un ojo. La madre ordena a su hija y a mi hermano que se laven las manos y se sienten a la mesa. Los dos la obedecen rápidamente y toman asiento. Me siento en mi sitio junto a mi hermano. Repaso el lugar con la mirada, buscando al tatuado. Sin suerte dirijo mi mirada al vaso de agua y doy un sorbo - Rosie... Ve a avisar a Dave que está fuera - La pequeña hace morros pero se levanta y camina al patio mientras su madre coloca la bandeja con lo que parecen bolas caseras.

-Mi cena favorita - Ríe Mady cogiendo varias - Se llaman croquetas - Pronuncia dando un sorbo a su vaso - Nos lo enseñó una cuidadora que tuve cuando era pequeña, bueno a mi madre - Eleva los hombros y da un mordisco.

-Cuidado que quema - Se queja su madre sentándose en su asiento. A mi lado queda la última silla vacía, la que ocupará el tatuado.

-Ya está - Rosie aparece tirando de una mano tatuada y seguida de Dave. La pequeña una vez dentro, se suelta y corre a sentarse en su silla. Yo cojo varias y se las sirvo a Cole. La corto en pequeños trozos para que le sea más fácil comerlas y cojo algunas para mí.

-Ten cuidado que están calientes - Le repito a Cole al ver que sale hasta humo del calor que emana la comida. La verdad es que ha hecho una gran cantidad. Seguramente sobrará.

Dave se sienta a mi lado y se sirve un vaso de agua. Lo miro de reojo dando un mordisco a mi cena.

-Están deliciosas - Sonrío asintiendo ante las palabras de mi hermano pequeño. La cena trascurre entre conversaciones entre la madre de Mady y su hija. De vez en cuando interviene el chico de tatuajes al hablar del trabajo. Ayudo a Cole con algunos trozos más grandes. Me quedo pensando en el trabajo de los chicos y olvido la conversación en la que están los tres mayores hasta que interrumpen mi ensoñación.

-¿Tú, Brooke?

-Disculpa... - Miro a la madre de Mady.

-No te preocupes, decía que qué tal te va en el tema de amores, porque estos dos no dicen nada - Trago saliva levemente sin saber en qué momento la conversación ha derivado en esa pregunta. Niego leve tomando aire. Miro a Mady que mira su plato con una sonrisa en la cara.

-Mi hermana no tiene novio y no lo va a tener porque si no Chris y yo le pegaremos para que se aleje de ella - Canturrea Cole cerrando sus manos en puños. Los mayores soltamos una carcajada y veo como Dave ríe mirando a mi hermano. Me muerdo el labio ligeramente, apartando la mirada para no parecer una loca. Acaricio el pelo de Cole y niego sonriendo.

-Yo estoy bien como estoy - Doy un sorbo a mi vaso y miro de reojo a Mady, que aguanta las ganas de reír.

Los niños terminan de comer y la madre de Mady los manda a lavarse los dientes. Van corriendo mientras los demás recogemos la mesa.

-Dave, llévale a Alina las que han sobrado... Seguro que le gustan - Dave asiente dando las gracias y mete los vasos en el lavavajillas. Limpio la mesa en silencio.

Necesito saber quién es Alina.

-Me voy a ir yendo... Es bastante tarde y me queda un buen camino por delante hasta llegar - El tatuado habla y las dos chicas asienten. Me mira y yo asiento leve.

-Yo voy... A la habitación a deshacer la maleta... - Dave me hace un pequeño gesto que entiendo. Mady parece notarlo puesto que habla con su madre.

Esto es muy raro.

Camino hacia la habitación y me espero en la puerta. Juego con el manillar y suspiro leve. Escucho los pasos a mi espalda.

-Así que... Estás bien cómo estás ¿No? - Lo miro y sonrío asintiendo. Me apoyo en el marco de la puerta y lo miro.

-Se podría decir que sí... Podría estar mejor - Le miro y sonrío cuando acaricia mi mejilla. Me muerdo el labio inferior y escucho un suspiro por su parte - ¿Qué?

-Que no hagas eso... Me complicas la vida - Sonríe murmurando en voz baja y roza nuestros labios.

-¿El qué?

-Esto - Muerde mi labio inferior y capto la indirecta. Pongo mis manos en sus mejillas cuando él da dos pasos hacia dentro de la habitación. La distancia entre nosotros es inexistente. Intento razonar y lo aparto un poco al coger aire.

-Me da vergüenza que puedan vernos... - Susurro cerrando los ojos.

-Mady va a tener entretenida a su madre- Da pequeños besos en mi mejilla. Río con nervios negando. La puerta es cerrada por uno de sus pies y se sienta en la cama. Tira de mi brazo acomodándome encima.

Sus manos acarician mi cintura y las mías lo mismo con su pelo. Sus labios atacan mi cuello mientras de mi boca sólo logran escaparse algunos ligeros gemidos. La presión de sus manos aumenta cuando me besa nuevamente. Muerdo el labio inferior, imitando su gesto previo y tiro de él. Nos quedamos en silencio mirándonos.

Cojo aire pronuncio la pregunta en la que no paro de pensar desde hace dos días.

-¿Quién es Alina? - Él se separa, haciendo que me levante, y me mira con una ceja levantada. Aprieto mi mandíbula al notar que su cara ha cambiado completamente.

-¿Y esa pregunta a qué viene? - Él se eleva de la misma manera y se coloca a cierta distancia

-Bueno... No sé... No es la primera vez que la mencionan y tú tienes su nombre tatuado - Me doy un golpe mental porque voy a parecer una auténtica psicópata. Tampoco es que tenga escondido el tatuaje, lo tiene bastante a la vista. Él se queda mirándome y niega. Toma demasiada distancia.

-Me tengo que ir, ya es tarde...

-Espera...

-Brooke, hoy no, ¿Vale? Hablamos otro día - Lo miro y asiento levemente. No voy a presionar. Se va sin girar la vista hacia mí. Le ha molestado algo. La pregunta. Pero no sé porqué.

¿Tan entrometida he parecido?

Me dejo caer en la cama y miro mis manos. Escucho la puerta de la entrada cerrarse.

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