Capítulo 19

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"Cuando en la noche te envuelven las alas de tul del sueño y tus tendidas pestañas semejan arcos de ébano, por escuchar los latidos de tu corazón inquieto y reclinar tu dormida cabeza sobre mi pecho, ¡diera, alma mía, cuanto poseo, la luz, el aire y el pensamiento!

Cuando se clavan tus ojos en un visible objeto y tus labios ilumina de una sonrisa el reflejo, por leer sobre tu frente el callado pensamiento que pasa como la nube del mar sobre el ancho espejo, ¡diera, alma mía, cuanto deseo, la fama, el oro, la gloria, el genio!

Cuando enmudece tu lengua y se apresura tu aliento, y tus mejillas se encienden y entornas tus ojos negros, por ver entre sus pestañas brillar con húmedo fuego la ardiente chispa que brota del volcán de los deseos, diera, alma mía, por cuanto espero, la fe, el espíritu, la tierra, el cielo."

Sentir el pecho del joven subir y bajar al compás del suyo, una respiración tranquila y quieta le hizo pensar que este era el cielo, ese del que hablaban los escritores, sus poetas favoritos.

Estaba ensimismado en esos pensamientos justo después de haber terminado de recitarle este poema. Necesitaba expresarle sus sentimientos, que el joven entendiera su necesidad de pasar el resto de su vida junto a él, porque lo amaba, porque ya no había duda alguna.

Haber escapado de un matrimonio arreglado, de una vida que estaba destinada a vivirla de manera tan desgraciada, para luego haber encontrado al amor de su vida en el lugar menos pensado, en la persona menos pensada...

Pasó su mano por la espalda desnuda de él y suspiró. Su corazón se agitó al recordar lo que sintió en el momento en que fueron uno. Para toda la eternidad.

Cuando el señor Chiva-aree le pidió que fuera suyo, el joven había dicho que sí. Juntaron sus labios de manera suave, ambos intentando controlar sus emociones. El joven tenía sus manos sobre el rostro de Bright mientras lo besaba acariciaba sus mejillas. Su cuerpo reaccionó cuando sintió unas manos bajo su ropa, soltando un gemido en medio del beso su cadera de movió haciendo que ambas caderas se friccionaran. Bright intentaba ir lento, tan despacio como podía. Su cuerpo anhelaba al del joven como nunca creyó hacerlo.

Mientras sintió al joven moverse de manera que lo volvía loco, decidió rodar sobre la cama y dejarlo bajo suyo. Bright tenía ahora una hermosa vista del joven, jadeando al romper el beso, sus mejillas ruborizadas, su pecho subiendo y bajando y eso hizo que su corazón se acelerara más.

Con mucho cuidado se sentó hincado, abrió sus piernas a cada lado del cuerpo del joven y comenzó a desabotonarle el pijama, lentamente disfrutando del momento. Metawin lo miraba, anhelando volver a sentir sus manos en su piel, en su alma. Conectándose.

Su mirada intensa se clavó en esa blanca y suave piel. Si bien el señor Chiva-aree era un hombre joven, de piel clara, el joven poseía una más nívea aún. Se permitió observarlo un momento, las mejillas del joven se encendieron más.

Se inclinó para besar la quijada, bajando por el cuello, dejó a su paso suaves besos, pasó su lengua de manera sutil para saborear a su amado. Siguió su camino hasta el pecho, besó suavemente sus pezones hasta hacerlos endurecer. Sus manos estaban en la cama impidiendo que su cuerpo se cargara por completo sobre el joven, esto hacía que Metawin extraña el contacto y llevó sus manos hasta los costados de él y tiró hacia su cuerpo, necesitaba cercanía, necesitaba sentir su corazón junto al suyo. Y así lo entendió Bright, bajó despacio hasta quedar sobre él, piel con piel. El joven extasiado comenzó a mover sus piernas, su cuerpo ardía de placer, uno tan ajeno y desconocido hasta ese entonces.

Lentamente desabotonó él la camisa del pijama de Bright, sus miradas se cruzaron y vieron el amor uno en el otro. Bright sintió su pecho apretarse, nunca en su vida había sentido lo que sentía ahora, un inmenso amor y devoción por el joven. Metawin bajó la ropa por sus hombros de manera tan erótica que sus ojos no podían perderse la piel que asomaba, tan suave y blanca, la acarició mientras deslizaba la camisa hasta quitársela por completo.

Cuestión de orgulloWhere stories live. Discover now