Epílogo: Aiden

142 15 13
                                    

Aiden

Los últimos meses han estado cargados de un torbellino de sucesos. Entre la luna de miel, el viaje por una semana a Europa que la abuela de Chloe nos regaló, la inauguración de "Asteria y Selene", el arduo trabajo que implica hacerse cargo de un local así por parte de Chloe y Luna, y el éxito que ha tenido nuestra marca en el extranjero y que involucra también una mayor dedicación a seguir mejorando y proyectando nuevos horizontes para ampliar el mercado, el tiempo se ha pasado muy rápido.

Es navidad. Nos hemos pasado la tarde con todos los chicos en la casa que ya no puedo llamar mía (me he mudado oficialmente con Chloe hace un tiempo), aunque supongo que una parte de mí ya está grabada en ella, en las historias que albergan sus paredes, los secretos y las anécdotas más locas que compartí con Joshua y Ethan. Festejamos todos juntos y nos entregamos algunos regalos. Chloe amó el vestido de color rojo que le obsequié, Luna me ayudó a escogerlo, y yo amé la nueva guitarra acústica que ella me entregó. A los chicos les regalé una nueva parrilla para hacer barbacoas (o los típicos menús vegetarianos que Joshua prepara) y a Luna una nueva tabla de surf con el diseño de algunas tortugas marinas. La celebración estuvo divertida, acabó con un karaoke improvisado en el jardín y muchas risas.

Ya ha anochecido y hemos regresado a casa, a la playa, a pasear por un momento solo nosotros dos. La luna se refleja en el mar de forma llamativa y el cielo está lleno de estrellas. Creo que nunca había presenciado una noche tan clara. Nuestros pies van descalzos marcando nuestras huellas en la arena y nuestras manos entrelazadas.

—¿Sí iremos mañana a saludar a tu familia? Tengo un lindo obsequio para Ollie.

Aprieto sus dedos.

—Iremos, ella estará encantada de verte, ¿qué le regalarás?

—Un libro de curiosidades relacionadas a los animales.

—Oh, lo amará —sonrío—. Es una nerd, te aseguro que lo leerá el mismo día que se lo entregues y luego se pasará toda la semana repitiendo todo lo que ha aprendido.

—Me parece bien, es muy inteligente. —Se detiene para recoger una caracola de mar, la limpia con el agua de la orilla y la guarda en su bolsillo—. Para mi colección —se justifica, como si no supiera ya que siempre las recoge y luego las exhibe en el porche de la casa de la más pequeña a la más grande.

—Me enamoré de una chica que sueña con constelaciones y colecciona caracolas de mar... —tarareo.

Y Chloe suelta una suave risa que retumba en mis oídos como si fuese parte de la canción que escribí para ella.

Nos detenemos en algún punto y nos sentamos en la arena. La brisa marina revuelve su cabello y hace resaltar más el dulce aroma de su perfume.

—Tengo un regalo para ti —confieso.

Voltea en mi dirección.

—Ya me entregaste mi regalo esta tarde.

Llevo mi mano al bolsillo de mi pantalón.

—Este es diferente. —Saco la pequeña cajita y la abro frente a ella revelando un collar de plata con un dije de un sol y una luna—. Feliz navidad, Chloe.

Lo observa con atención tomándolo entre sus delicadas manos y estudiando los detalles.

—Es precioso. —Alza la vista hacia mí—. Muchas gracias, Aiden.

La ayudo a ponérselo cuando ella se gira y acomoda su cabello hacia un lado. Mis dedos rozan su tibia piel de caramelo, la acaricio con cuidado antes de que vuelva a voltearse. Se inclina hacia adelante y me besa con suavidad. Hay tantos sentimientos en este beso, puedo sentirlo, lo veo en sus ojos cuando los abre ligeramente cristalizados.

—¿Qué ocurre?

Muerde su labio y contiene la respiración antes de atreverse a hablar, y cuando lo hace toma mis manos entre las suyas.

—Gracias, en serio, no sabes cuánto significa para mí.

—Está bien, bebé, no pasa nada.

—No me refería solo al collar, Aiden.

—¿Entonces?

Su voz es un susurro al viento cuando responde.

—De una forma que no concibo entender... me encontré en ti. Tú me hiciste sentir, me animaste a adentrarme a nuevas aventuras, a vivir. ¿Recuerdas cuando te pregunté cómo podría llamarse el libro que contara nuestra historia de amor y tú dijiste "el día que sientas el despertar"?

Asiento acariciando el dorso de su mano.

—Te pregunté qué significaba despertar, respondiste que no era solo abrir los ojos —continúa.

—Es abrir el corazón.

—Sí —musita con una dulce sonrisa—. Hoy, aquí contigo, con este anillo en mi dedo sabiendo todo lo que significa para ti y para mí, puedo sentirlo.

—¿Qué sientes?

—Lo siento todo. —Se aproxima y su nariz roza la mía jugando conmigo con complicidad—. Ya sé cómo se llamará el libro.

Me pierdo en sus ojos pardos, en la forma en que me hipnotizan como si fuese la primera. Casi puedo sentirlo así, como cuando nos conocimos. Sus dedos tocando mi hombro y obligándome a voltear en aquel bar, solo para decirme que debía respetar la fila antes de pedir mi trago en la barra, exigiéndome el desuso de mis privilegios por ser primo del dueño del local. Tan firme, tan demandante... y tan hermosa. ¿Cómo iba a saber en ese instante que esa morena sería el amor de mi vida? ¿Cómo podría imaginar toda la historia que compartiríamos juntos a lo largo de los próximos años? ¿Cómo iba siquiera a pensar que yo, conociéndome tan bien hasta ese entonces, podría enamorarme perdidamente de la chica que solo quería un cóctel margarita de frambuesa?

—¿Cómo se llamará?

Alza la vista hacia el cielo y sonríe antes de volver a mirarme.

—El día que te despierten las estrellas.

° ° °

Omg, no puedo creer que haya terminado esta historia, siento que Aiden y Chloe me acompañaron todos estos meses y me da nostalgia decirles adiós. Pero está bien así. Fue una linda historia y me gustó cómo se desarrolló. Espero que ustedes la hayan disfrutado tanto como yo. Les mando muchos cariños. Muchas gracias por leerme y apoyarme. ¡Besos! 

Pd. ¿Les gustó esta novela? Cuéntenme, leerlas me anima un montón.

El día que te despierten las estrellas (+18)Where stories live. Discover now