Un día en El Pico Bolívar

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Hoy fui por primera vez al sistema teleférico Mukumbarí; hace poco lo volvieron a abrir ya que lo estaban remodelando por lo que tengo entendido, realmente no estoy segura.
Tenía 7 años cuando oí por primera vez de El Pico Bolívar y el sistema teleférico más alto del mundo, y hoy, después de tantos años, pude observar las maravillas que están en las alturas de nuestras montañas; cada estación tiene algo por descubrir, y mientras más alto vas, es mejor lo que tus ojos van a descubrir; pero tiene sus desventajas: tuvimos que madrugar. A las 4:30 am ya estábamos todos despiertos arreglándonos, ya que teníamos que estar a las 7:00 am en la entrada del teleférico, si llegábamos tarde no nos dejarían ni quedarnos al frente de las puertas de las instalaciones, tampoco nos devolverían el dinero.
No es que viva en otro estado, mi casa se encuentra en una ciudad cercana a la ciudad de Mérida, son como máximo una hora y media de camino, pero, somos muchos; mi familia es muy grande y no todos tenemos ese compromiso de llegar puntuales a nuestras actividades, así que, para asegurarnos de no perder el viaje decidimos madrugar. Hace bastante frío en esa zona en particular.
Mérida es conocido en todo el país por su fresco clima, siempre que estás por sus calles ves personas usando chaquetas, bien abrigadas; pero en este lugar, el frio que hace es espeluznante. Para decirlo todo, llevaba puesto tres licras debajo del pantalón, una franelilla, una camisa manga larga, un suéter normal, otro de lana y encima de todo eso una chaqueta de cuero, guantes, un gorro, dos pares de medias y unas converse.
Cada cabina del teleférico estaba llena, las personas corrían para poder conseguir un puesto, y el resto, como es lógico, quedamos de pie. El problema es que éramos demasiados, y para bajarse a cada estación los que estaban cerca de las puertas casi se caían, pero eso ya forma parte de vivir la experiencia. Uno pensaría que el recorrido empieza desde la estación número uno hasta la número cuatro, pues no, te llevan a la cuarta estación de una vez. La altura es impresionante, tienes que ser muy cuidadoso, porque si no, te puede dar el famoso "Mal de Páramo", eso quiere decir: no corras, no camines rápido, hazlo todo con lentitud, si no cumples con esas instrucciones deberás buscar el baño más cercano, lo peor del caso es que hay unas escaleras enormes que no son de mucha ayuda; la mayoría termina mareada al bajarlas. Si tienes suerte, puedes ver la nieve caer en el pico Humboldt.
Hay otro error muy común que la gente comete: nunca, bajo ninguna circunstancia, coman chocolate. Hay personas que dicen que es bueno para mantener el calor en el cuerpo. Esto es totalmente falso, lo que realmente causa son unas puntadas en el estómago muy intensas, ya que las energías de nuestro cuerpo están ocupadas manteniendo a los órganos vitales en un perfecto estado y no en metabolizar las grasas que hemos consumido, eso lo aprendí por las malas; pero no todo es malo aquí, está el monumento a la virgen, es hermoso, y los ponqués de la cafetería se veían muy buenos, lamentablemente no me dio tiempo de probarlos ya que era momento de bajar a la siguiente estación.
En la estación número tres te puedes sentar y esperar a que se te pase el mal de páramo, puedes dar una vuelta a caballo y había una especie de laguna en esta estación, es muy bello, sin duda mi favorita, y puedes chalequear a los gochos por su manera de hablar sin que ellos se molesten, sí, lo sé, es muy irónico, un gocho burlándose de otro gocho, bueno esto es Venezuela, acá hay de todo.
En la segunda estación hay muchas cosas, empezando con que al llegar te recibe un grupo cantando al son del arpa y maracas, al final terminé cantando con ellos, fue raro, mucha gente me grabó. También hay un pequeño museo y una cafetería. Al salir por un pasillo puedes ver otra parte del paisaje; cuando  salí a contemplar la naturaleza sentí que ya había estado allí, en un sueño. Hace tiempo soñé que estaba en ese lugar haciendo un reportaje sobre los frailejones, que son unas flores muy comunes en La Cordillera  Andina. Siempre he oído que cuando uno sueña, el alma sale a diversos lados del planeta; nunca creí que todas esas cosas fueran ciertas. 
En la primera estación puedes ver toda la ciudad de Mérida desde un balcón, también hay un restaurante (que es muy costoso, por cierto). No son muchas las cosas que puedes hacer aquí, solo sentarte y disfrutar de la vista, pero es uno de mis lugares favoritos.
En mi opinión personal, todo venezolano tiene que ir al menos una vez en su vida, sin importarle nada, es una experiencia inolvidable, es impresionante cómo va variando el panorama en un mismo sitio...

Por: mydelmargc

El lacreo VenezolanoWhere stories live. Discover now