Capítulo treinta y nueve | Hay cosas que cambian y otras que no.

60.8K 3K 71
                                    


Nea

Me encontraba pensando lo hermoso que era despertar feliz y con la persona que amas

- ... Y no ha entregado el dinero. - Esa oración me volvió a la realidad.

- Nea, sabemos que amas a Kyara y que andas muy feliz, pero trabajo es trabajo. - Dijo Marcus serio.

Suspire: - Ya, lo siento, ¿qué decían?

- Decíamos que Dorian no ha entregado el dinero, ya es mucho, miles de millones están ahí.

Y ahora si la felicidad se fue: - No entiendo que esperan para traerme su cabeza. - Dije serio y ellos me miraron sorprendidos.

- Creí que habías dejado atrás lo sanguinario.- Murmuro Brad.

- No digas estupideces, en este negocio eso no es posible, así que traigan a Dorian, pero vivo, el maldito va a sufrir...

- Nea, su endeudamiento nos traerá problemas. - Dijo Marcus preocupado.

- Será muy difícil recuperarnos. - Dice Brad serio.

- Difícil más no imposible.

- Esta bien, pronto estará aquí llorando. - Sonreí.

- Eso espero.

[...]

Después de tanto tiempo odiando llegar a casa, al fin llegaba yo feliz. Abrí la puerta y lo primero que olí fue a quemado.

- ¡Kyara! - Grité preocupado.

Kyara salio con un mandil rosa con pastelitos estampados.

- Hola amor. - Saludo tímida.

Me acerque y la mire para cerciorarme que estaba bien: - ¿Estás bien?

Se sonrojo: - Intente cocinar nuestra cena, pero la queme y arruine un poco la cocina.

- No te preocupes por eso, lo importante es que estas bien, además, no creo que lo que hayas hecho sea tan grave.

Se sonrojo aún más: - No... - Respondió nerviosa.

Camine a la cocina: - Nea, no es necesario que lo veas...

Abrí la puerta de la cocina y el humo salio de esta, entre y olor a quemado se hizo más fuerte, parte de la estufa estaba quemada, los trastes estaban tirados y bastante agua estaba regada por todas partes: - Mi cielo, tenemos extintor...

- ¿En serio?, no lo vi. - Río nerviosa.

Reí: - Estamos rompiendo todas las reglas de la mafia. - Dije con una enorme sonrisa.

Ella se acerco a mi y rodee su cintura con mis manos: - ¿Por qué lo dices?

- Porqué usualmente las esposas de los mafiosos viven como reinas, y no es por nada, pero pareces un cocinera así...

Kyara me miro mal: - Idiota, todavía que intento prepararte la cena y todavía dices que me veo como una cocinera...

- No lo tomes a mal, además, eres una cocinera muy sexi. - Bese sus labios.

- Lo se, ahora, subiré y me pondré más bella de lo que ya soy, tu harás lo que tengas que hacer y me llevaras a cenar a Palacio de Oro, y en mesa privilegiada...

- Kyara, para cenar en ese restaurante y en mesa privilegiada, tienes que hacer una reservación un mes, o antes...

- Creí que para ti no había imposibles, estoy comenzando a creer que no eres mafioso... - Entre cerro sus ojos.

Al Lado Del MafiosoWhere stories live. Discover now