Capítulo treinta| Posesiva.

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Kyara

Son las 6:32 de la mañana y me encuentro terminando de arreglarme.
Me encuentro vestida con un pantalón de mezclilla, una blusa roja de mangas largas, unos tenis negros y una chaqueta de cuero negra. Llevo el cabello suelto y voy ligeramente maquillada.

Escuchó que alguien toca la puerta, tomó mi bolsa, guardo mi teléfono y unos cuantos billetes.

Camino hacía la puerta y la abro, veo a un hombre alto, vestido con un trajo formal, es muy musculoso por cierto, lleva gafas negras, es de tez morena y va muy bien peinado.

— Hola, mucho gusto soy Jav y el señor Balboa me ha mandado por usted.

— Hola, soy Kyara, bien, vamos.

[...]

Llegamos a una puerta inmensa, Jav baja e ingresa unos números, vuelve al auto y ahora la puerta esta abierta, ingresamos al lugar, observó todo; sólo hay árboles y personas muy parecidas a oficiales, están vestidos de negro y encima llevan un chaleco, a su lado llevan pistolas.
Llegamos al frente de una enorme casa, esta rodeada de más hombres de negro y rodeados de armas , Jav baja y yo también lo imito.

— Por favor señora, sígame.

Yo sigo a Jav y entramos a la enorme casa, la cuál se encuentra en un lugar muy poco concurrido, esta a la mitad de un bosque en medio de una carreta desierta.

Entramos y veo una mujer vestida de sirvienta, es simpática, se ve que es de Brasil o por algún país de por allá.

— Hola, mucho gusto, el señor Balboa la espera en el piso dos.

Jav asiente por mi y me lleva al ascensor.

Cuando llegamos veo una bonita sala y al lado un comedor. Hay dos puerta las cuales yo supongo que son habitaciones, veo a Nea sentado con unos pantalones de mezclilla, una camisa blanca toda desabotonada y unos tenis de alguna marca cara.

Se encuentra sentado en un sofá con vista a la ventana y esta tomando café.

— Te tardaste mucho. — Me dice y camina hacía mi. — Puedes retirarte Jav.

— Si, hasta luego.

Nea llega hasta a mi y me abraza de la cintura, acerca su rostro y me da un sensual beso en los labios.

— ¿Qué quieres desayunar?

— Amm no lo se.

— Mmm entonces comeremos comida china, hace mucho que no la pruebo.

Nea se acerca a una sirvienta que se encuentra ahí y vuelve a mi lado.

— Si tienes esta hermosa casa, ¿por qué vivimos en un departamento?

— Es peligroso vivir aquí, y por favor no empieces con tus preguntas.

[...]

Después de haber desayunado Nea y yo conversamos un rato de cualquier cosa sin importancia.

— ¿Te gustaría volver a la universidad?

Escuchar esa pregunta me hizo recordar mi grandiosa vida en la universidad que iba, quien diría que de ser toda una chica rica y popular pasaría a ser la esposa de un mafioso con una vida llena de peligros.
Aunque es cierto que en su momento no valore nada, ahora estoy arrepentida de todo.

— Si, la verdad si me gustaría terminar mi carrera.

— Si tu quieres podrías ir a la universidad. — Me dice y bebe de su copa.

Al Lado Del MafiosoWhere stories live. Discover now