|EPÍLOGO|

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Nea

A lo largo de mi vida me sucedieron hechos que me hicieron cambiar en tantas formas, cada decisión que tomé me llevo a una consecuencia. Sin embargo, sucedieron cosas por las cuáles siempre estaré agradecido.
Ahora recuerdo todas esas veces que torturé gente, que mate y que rompí reglas que no debía, y en cierta parte me arrepiento, pero por otra parte agradezco tener esa clase de errores y experiencias pues eso me permitió a ayudar a que más personas no los cometieran.

— ¿Nea ya estas listo? — me pregunta Kyara entrando con un largo vestido color coral. — Kyne jamás nos perdonara si llegamos tarde a su graduación.

— Si, vamos. — Los dos salimos a la primera planta y ahí ya se encontraba Kyne vestido con traje.

Sonreí. Algo irónico es que había estudiado para abogado. Hubo muy malos tiempos, él ya no quería estudiar y he de admitir que eso me rompía el alma, yo no quería que mi hijo también fuera un delincuente, yo quería lo mejor para él.

— ¿Podrían apurarse?, llegaremos tarde. — Hablo nervioso.

— Hey tranquilo. — Sonreí. Los tres salimos y afuera se encontraba mi auto.

— Nea. — Escuché la voz de Marcus.

— Subanse, en un momento regresó. — Le dije y camine hacia dónde estaban Marcus, Ricky y Brad.

— Espero que sea lo suficientemente importante para retrasarme a la graduación de mi hijo.

— La droga paso con éxito. — Informo Ricky y una sonrisa se apareció en mi rostro.

Habíamos intentando vender droga en nuevos lugares, pero en algunos, corromper a la ley era más complicado y se consideraba todo un reto meter mercancía.
Lo que era cierto es que seguía siendo uno de los mafiosos más famosos del momento, y un nuevo logro fue que ahora no sólo era conocido por mi astucia en los negocios negros, si no también porque había hecho diferentes fundaciones; una era para ayudar a mujeres desamparadas, la otra era para protección animal y la ultima era para ayudar a los niños huérfanos. Ahora también era conocido por cosas bondadosas y eso me enorgullecía bastante. Me encantaba no ser el cliché de mafioso malo, yo demostré que pertenecer a la mafia no es sinónimo de maldad y a pesar de que a lo largo de mi vida hice cosas malas trate de enmendarlas.

— ¡Eso es genial! — Exclame feliz.

— Esto amerita una gran celebración. — Grito Ricky.

— Será para después, ahora una graduación me espera. — Los tres asintieron y antes de irme dije. — Espero verlos esta noche o los golpearé. — Los cuatro reímos.

[...]

—  Quiero darle este reconocimiento a uno de los mejores alumnos que este instituto ha tenido, su cambio realmente me impresiono, además de que sus calificaciones fueron unas de las más destacadas, en fin, por favor Kyne Balboa sube por tu reconocimiento. — Hablo la directora.

Al escuchar esas palabras me puse de pie aplaudiendo con emoción.

— ¿Estas llorando? — me preguntó Kyara mientras aplaudíamos.

Lleve una de mis manos a mis ojos y seque las lágrimas que amenazaban con salir.

— Claro que no, es el aire. — Mentí.

— Como tu digas. — Río.

Y es que la verdad me sentía orgulloso de tener un hijo como Kyne. Mi mente viajo hacia esas veces que me gritaba por encerrarlo en su habitación o cuando me decía ¡Eres el peor padre! Solo por obligarlo a hacer sus tareas, o peor aún cuando lo obligue a trabajar en exceso en el negocio. Me sentí orgulloso, levante mis ojos hacia el techo como esperando ver la imagen de mis abuelos, ahora se que ellos también querían lo mejor para mi, hace años que murieron, pero sus enseñanzas siguen aquí.

Al terminar el evento Kyara y yo esperamos ansiosos a Kyne.

— Mamá, papá, quiero presentarles a mi novia. — Habla Kyne, mi vista viaja hacia una chica joven con el cabello peliverde y muy simpática, inmediatamente sonrió, Salma, hija de Rimi, quedamos en familia. — Se que no es el momento pero Salma y yo planeamos casarnos.

Eso me llega por sorpresa y me hace darme cuenta que él pequeño niño que me pedía que le contara algunas de mis aventuras ya era todo un hombre.

Kyara y yo intercambiamos miradas, los años que ella y yo llevábamos no eran un desperdicio, pude ver lo sentimental y orgullosa que estaba.

— Bienvenida a la familia. — Le doy un ligero abrazo.

— Esto es genial. — Dice Kyara abranzadola y sonriendo.

— Lo se, gracias. — Dijo feliz.

Después de la ceremonia, Kyara y yo volvíamos solos a casa, pues Kyne había llevado a su novia a comer. Entonces se me ocurrió una idea y cambie la dirección en la que conducía.

— ¿A dónde vamos? — Me preguntó Kyara.

— A recordar momentos. — Sonreí.

[...]

Y aquí estábamos sentados en un sucio sofá. Había traído a Kyara a la vieja casa en donde la había secuestrado, ambos estábamos callados. Yo pensaba en la primera vez que la vi.

— ¿En qué piensas? — Me pregunta Kyara.

— En lo hermosa que te veías la primera vez que te vi. — Le sonreí con amor.

— Yo pensaba lo mismo. — Ambos reímos. Yo me acerque a ella y bese sus hermosos labios. Baje mis manos a su cintura.
Mi memoria me llevo hacia la primera vez que la hice mía, aunque después me arrepentí por haberlo hecho muy pronto, la sensación que ella provoco en mi me dejo cien por ciento satisfecho y con la plena seguridad de que la quería a mi lado.

— Hazme tuya. — Me susurro sensualmente Kyara.

— ¿Aquí? — Le pregunte inseguro.

— Claro, después de todo es nuestro lugar.

— Te amo. — Le susurré en su oído.

— Te amo Nea. — Me respondió con cierto tono de ternura.

Dicho esto proseguí a hacerla mía y a pesar de ya estábamos cerca de los 50, me sentía como 20 años atrás.
Sentía a esa hermosa y joven Kyara y siendo sincero, no me importaba su edad ni su aspecto para mi ella siempre seria mi hermosa y bella Kyara, esa mujer que me hizo cambiar sin ni siquiera darse cuenta.

FIN.

Al Lado Del MafiosoWhere stories live. Discover now