Nadie conoce el destino de alguien, pero una madre si sabe lo que le sucederá a su hijo y hará lo que sea para evitar que su fatal destino se cumpla si eso implica decir la verdad o incluso mancharse las manos de la persona que lo causó.
Nadie conoce el destino de alguien, pero una madre si sabe lo que le sucederá a su hijo y hará lo que sea para evitar que su fatal destino se cumpla si eso implica decir la verdad o incluso mancharse las manos de la persona que lo causó.
Porque para convertirse en demonio primero hay que vivir el infierno en carne propia.
Ángeles como tu no pueden ir al infierno conmigo.
quizás yo no pueda bajar al infierno, pero tú tienes alas así...