Mi primo y yo nos habíamos quedado dormidos en el sofá, bueno, yo no sé cómo acabé en el suelo... me levanté del suelo, y recordé lo de anoche. De repente me salió gritar de emoción, por lo que sin querer desperté a Gabri. EL pobre del susto se pegó un buen porrazo al caerse al suelo. Me daba pena, pero no podía dejar de reírme.
-¿¡Y TÚ DE QUÉ TE RÍES MOCOSA!?- Dice con una cara molesto.
-JAJAJAJAJA, lo siento...- digo secándome las lágrimas de la risa.
-¿Por qué has gritado?-
-Lo siento primo, pero me acordé de lo que hablamos de Londres...- digo recogiendo la hucha de la mesa.
Mi primo se queda pensativo, yo recojo el salón y me dirigo hasta la cocina.
-¿Crees que el tío nos va a dejar ir?- dice sacando el pan para las tostadas.
Ambos empezamos a preparar el desayuno, mientras tanto conversamos.
-Debe, él fue quien me animó a hacer esto... y he tenido unos meses muy duros sin compras...- digo aguantándome las lágrimas.
-Pues recemos... por cierto, ¿dónde está?- dice cogiendo su móvil y trayendo el mío.
-¡Son las 8 de la mañana!- dice mi primo casi cayendo su móvil.
Me mira con cara de asesino y yo no puedo dejar de reír. Al final acabamos tirando toda la leche al suelo... era predecible.
Cuando acabamos de recoger todo llamamos a mi tío mientras desayunábamos.
-¡Hola mis sobrinos!- grita mi tío al otro lado del teléfono.
-¡DÓNDE ESTÁS!- le grito.
-¡TRABAJANDO!- dice parece que algo molesto.
-¿No has dormido?- pregunta mi primo sin creerselo. Ayer estuvo toda la noche con su "amiga" entonces seguro que estuvo en bares y no le dió tiempo a dormir.
-No, mi querido Gabri... es lo que tiene salir cuando tienes que trabajar, pero cuando vuelva dormiré. Ayer temprano hice todo lo de la casa para que pudierais estar tranquilos, así que espero que salgáis a dar una vuelta por ahí- dice mi tío algo cansado.
-Saldremos, tío Pablo... - digo antes de que me corte.
-Tengo que seguir trabajando...-
-Es sobre Londres...- dice mi primo antes de que se despida.
-Cuenten-
Mi primo y yo le contamos nuestro plan, él no estaba muy de acuerdo, pero nos vió tan entusiasmados que aceptó.
Gritamos de alegría ambos, y vamos al centro comercial a preparar las cosas...
Me suena el móvil, y veo que lo que hay... es poco creíble...