Fui encarcelada pero no recuerdo porque, tengo una idea de lo que hice, lo que el otro Hamada quería que yo hiciera pero no recuerdo haberlo hecho, todo está borroso a partir de esa noche. Todo lo que había planeado, todo lo que quería hacer, todo el trabajo que hice durante todo este tiempo fue para nada, fue un completo desperdicios desde el momento en que accedí a trabajar a su lado, él me utilizó, otra vez caí por culpa de un Hamada.
Apenas pasaron un par de días cuando Tadashi vino a visitarme, se burló de mi, me restregó en la cara que solo me uso como peón para encubrir sus propias huellas, me contó todo su plan con tanto descaro y satisfacción que me hizo odiarlo con toda mi alma, pero lo peor es que sin lo hizo porque sin importar lo que yo diga nadie me va a creer.
Maldito Tadashi Hamada.
No creí que alguien fuera capas de odiar a Hiro más de lo que yo, pero quizá el tenía razón, sin una guía no puedo hacer nada, fuí criaba para obedecer a un líder. Papá, Tadashi, nunca seré más que una herramienta.
–Vamos Tri, sonríe, pronto acabaré con Hiro ¿No es eso lo que querías? El pagará por todo lo que hizo– dijo él con superioridad.
–No tienes razón. Él no te hizo nada a tí.
–Claro que lo hizo, ¿Ahora lo defiendes? ¿De quién es la culpa de que estés aquí ahora?
–Es tuya, imbécil.
–Es de él, muñeca, si no fuera por él tu no estarías aquí ahora, pero no te preocupes, yo me encargaré de que pague todo el que ha hecho.
–Estas loco y equivocado. No eres rival para Hiro.
Él río como un maníaco.
–Tu no eres rival para él pero yo, yo lo tengo en la palma de mi mano. Bye, perdedora.– se fué, dejándome atrás como un juguete roto y si valor.
No creí que diría esto pero espero que lo derrotes Hamada.