• LOBO NEGRO • 》Jeon JungKook...

By RamenDePollo

305K 21.6K 5K

Kim ________ desde pequeña tenía el sueño de toda niña: casarse con un principe azul, tener 5 bebés y una cas... More

• I •
• II •
• III •
• IV •
• V •
• VI •
• VII •
• VIII •
• IX •
• X •
• XI •
• XII •
• XIII •
•XIV•
• XV •
• XVI •
• XVII •
• XVIII •
• XIX •
• XX •
• XXI •
• XXII •
• XXIV •
• XXV •
• XXVI •
• XXVII •
• XXVIII •
• XXIX •

• XXIII •

10.9K 683 230
By RamenDePollo

Lean esto bajo su responsabilidad, pero como también soy responsable, aquí dejo mi +18

🌸🔞🔞🔞🌸

No habían pasado ni 7 minutos desde que habíamos llegado, esperando a que nos den una habitación y JungKook ya había fulminado hasta a la pobre señora de la limpieza cuando me miró amablemente. Este hombre en serio se estaba poniendo mal.

Primero la chica de la recepción, que había coqueteado con JungKook, había sido amenazada con la mirada por él mismo cuando yo comencé a hablar y ella volteó a verme de mala gana cuando mi acompañante no le dirigió la palabra en absoluto.

Pobrecilla, yo también estaba liderando con su falta de habla.

Después un señor de mediana edad que se encontraba sentado en recepción esperando también por una habitación y había saludado amablemente a ambos con una sonrisa, sin embargo, JungKook no pudo evitar marcar territorio pegándome a él, mirando feo al señor y terminando por dar uno que otro pequeños besos en mi cabeza o mejilla.

Luego también una señora que bajaba del ascensor con dos niños pequeños, los cuales nos miraban atentos como todo niño curioso, y obvio, JungKook tuvo que hacerles mala cara. Jeon había corrido con la suerte de que estos habían detenido el atisbo de querer llorar cuando se distrajeron con alguna cosa que su madre había hecho.

Por último, la amable señora que parecía ser de la limpieza, había pasado a un lado de nosotros y había deseado que tuviéramos buen día y JungKook, nuevamente se había encargado de arrancarle la cabeza con solo verla.

Solté un suspiro de alivio cuando por fin nos habían entregado la llave de la habitación y entonces subimos al ascensor al piso indicado. JungKook me tenía de los nervios cada que golpeteaba el pie en el suelo o miraba mal a alguien.

Afortunadamente no había nadie en el elevador, porque a JungKook parecían picarle las manos por querer tener contacto conmigo como si cada segundo estuviera desperdiciando tiempo. Su mano libre del bolso me había atraído a su cuerpo, por enésima vez en la mañana y su nariz aspiró en mi cuello, para luego dejar un pequeño beso húmedamente morboso que solo hizo que mi piel se erizara en anticipo.

Las puertas se abrieron después del sonido suave de parada, dejando un largo pasillo a la vista, y me hubiera gustado mirar la decoración, ya que parecía ser bonita, pero ya estaba siendo arrastrada por JungKook con su mano aferrada a mi muñeca, hasta que paró en seco, haciéndome chocar con su espalda horriblemente musculosa y primitivamente sensual.

Escuché el sonido de la tarjeta llave y luego en un abrir y cerrar de ojos ya estaba dentro de la habitación que nos habían otorgado. Jeon no estaba perdiendo el tiempo en absoluto, y lo noté cuando ya estaba acorralada en la puerta cerrada detrás de mí con un JunKook que parecía querer mantener un poco de autocontrol.

Sin embargo, había sentido su cadera empujarse contra mí suavemente haciéndome sentir asombrada por tal acto tan descaradamente caliente haciéndome saber lo duro que estaba, sintiendo las manos de Jeon sobre mis caderas en un intento de mantenerme quieta a cualquier movimiento que él pudiera implementar.

A causa de la poca luz que brindaba las ventanas que estaban cubiertas por unas cortinas un poco gruesas, pude mirarle cerrar su ojos fuertemente y dejando caer su cabeza en mi hombro, permitiéndose oler mi cuello. Yo por mi parte un poco tímida, terminé por rodearlo sobre los hombros cuando lo escuché quejarse por lo bajo en un jadeo frustrado y desesperado.

No sabía como sentirme, hace apenas tal vez 40 minutos, JungKook estaba decidido tocando mi piel cuando logró despabilarme del sueño que estaba tomando, al igual después que YoonGi había desaparecido por la puerta, incluso en el elevador; pero ahora parecía tener una pequeña batalla con él mismo. Mi pecho se oprimió en un sentimiento extraño al mirarlo de esta forma, pero también solo me hacía sentir más ansiosa.

Con la mirada, rápidamente divisé la puerta abierta de lo que era la habitación, dejándome corroborarlo con la cama grande que se apreciaba desde mi lugar.

—¿Todo bien?— cuestioné curiosa por la nueva actitud, pero maldecí cuando también soné un poco nerviosa. Lo último que quería era causarle más embrollos en su cabeza. JungKook asintió despacio cuando se despegó de mi hombro, mirándome atentamente con esos ojos de color extravagante y penetrantes. —Entonces solo deja de darle vueltas y llévame hasta allá.— mi barbilla apuntó en un movimiento a donde se encontraba la habitación, queriendo soñar decidida, pero solo había donado nerviosa y desesperada.

No supe si mi comentario había sido el correcto, porque su mirada se ensombreció, su rostro se mantuvo quieto pareciendo procesar mis palabras al tiempo que sus ojos examinaban los míos con cuidado, pero pude tranquilizarme cuando una sonrisa socarrona se dibujó en su rostro y en un movimiento rápido me había tomado por los muslos para que mis pies dejaran de tocar el suelo, apretando sus manos debajo de mis muslos y yo poder enrollar mis piernas en su cadera.

Los pasos seguros de JungKook me hicieron removerme en mi lugar cuando mandé al carajo mi moralidad y timidez, y me permití disfrutar de lo que fuera a suceder, desechando la idea de que iba a extrañar que JungKook estuviera sobre mí haciendo sus rabietas de posesividad una vez finalizara el día.

El impacto fuerte con el que me recibió la cama gracias a que JungKook había decido que aventarme era la mejor manera de dejarme sobre esta para poder mirarme con atención por un momento, me había aturdido un poco, recargándome sobre mis codos en la colcha.
Sus ojos se movieron alrededor de la habitación en busca de algo, hasta que por fin pudo encontrar lo que parecía buscar.

Arrastró la pequeña silla que estaba en una esquina hasta que estuvo frente a la cama y terminó por tomar asiento en esta, dejando sus manos sobre sus muslos y sus ojos volvían a clavarse sobre mí pesadamente.

Me cohibí enseguida, no parecía querer moverse, y tampoco querer hablar. No entendía porque se había detenido a sentarse cómodamente hasta que con una mano retiró uno de mis vans, aventándolo por algún lugar detrás de él, y repetir el acto con el otro hasta volver a dejar la manos caer sobre sus muslos de manera relajada. Todo su cuerpo musculosamente relajado sobre esa silla era lo contrario a la mirada obscena que JungKook estaba brindándome.

Comprendí enseguida a que se refería, no era estúpida.

Reuní todo mi valor y seguridad en el centro de mi pecho alejando la vergüenza que sentí por un momento, acostándome sobre el colchón sin poder siquiera apartar la mirada de encima del majestuoso hombre sentado delante de mí.

Y demonios que era sexy. Sus dientes y nariz a pesar de ser grandes hacían una combinación exquisita con sus demás facciones y su perfilada mandíbula apretada en tensión, ni hablar de esos ojos que en este momento solo me hacían descolocar de tanta intensidad trasmitida. Sus labios carnosos a pesar de no ser gruesos, parecían ser los más apetecibles – incluso con aquel piercing – y ni siquiera me había sentido con el placer de devorarlos hasta que ya no pudiera más. Sus hombros y brazos anchos y gruesos podían apretarme de la manera más delicada contra su cuerpo y aún así era tan duro el gesto que quería permanecer entre él el tiempo que fuera posible. Su abdomen bien formado parecía sacado de alguna revista pornográfica y sus piernas esbeltas solo le hacía ver más deseable.
A pesar de que estaba comportándose totalmente hormonal por su celo, solo me hacía prender más, y ni siquiera sabía si eso era extraño o simplemente ya tenía mucho tiempo sin un polvo.

Con ayuda de mis manos y en un elevamiento de caderas, comencé a bajar mis pantalones nada sexys, de una manera un poco lenta hasta que también habían sido arrojados a algún lugar de la habitación.
El aire fresco que chocó contra mis piernas hizo que me moviera sigilosamente hasta quedar sentada sobre mis pies una vez me acomodé en mi lugar, y entonces mis dedos se habían movido instantáneamente al borde mi sudadera para removerla con la misma lentitud.

El frío había golpeado directamente sobre mis senos, ya que había omitido la parte en donde buscaba un sujetador cuando había sustituido la blusa de mi pijama por la sudadera, y el frío esta vez fue un poco más fuerte, provocando que mis pezones se endurecieran más de lo que ya podían estar.

Mis ojos vagaron en un movimiento fugaz a la mano de Jeon que vaciló por querer subir más arriba de su muslo, pero el movimiento había sido sustituido por uno de acomodarse mejor en su lugar, con esos ojos vino con un poco de ámbar tan obscuros pero a la vez brillantes de perversidad que me hacían estremecer.

En otro movimiento lento – sin pensármelo demasiado por la vergüenza – retiré con cuidado la tira de mis bragas hasta que también habían desaparecido sin importancia.

Volví a recostarme en la cama, con la rodillas flexionadas y con cuidado de apretar las piernas por el momento para buscar la mirada de JungKook. Su mirada era pesada, fija, caliente, lujuriosa, hambrienta, obscura, brillante y sexy, sin siquiera decidirme por una sola cuando se inclinó en su lugar, llevando su gigantesca mano a mis rodillas para separarlas con cuidado, sintiendo una leve corriente eléctrica al sentir el contacto de los dedos calientes sobre mi piel. No protesté, y no iba a hacerlo.

Mi intimidad se encontró totalmente expuesta y observada cuando JungKook volvió a recargar su peso sobre el respaldo de la silla, mirando con atención. Noté cuando su lengua remojó sus labios rápidamente haciendo contacto con la argolla al mismo tiempo, y como también había pasado saliva ante la vista delante de él al tiempo que aspiraba profundamente en el aire, haciéndome sonrojar ferozmente.

Sus ojos volvieron nuevamente a los míos, y en su rostro pude mirar una sonrisa traviesa que supe interpretar una vez recorrió mi cuerpo con los ojos y volvió a mi cara, pareciendo satisfecho con lo que miraba.

Una de mis manos que se encontraba sobre mi estómago, acaricio mi piel con cuidado hasta que mis dedos habían bajado hasta mi vientre, atrayendo la pesadez de la mirada ajena a cualquier movimiento que pudiera hacer mi mano, y le siguió fielmente hasta que la yema de mis dedos descendió con delicadeza a tocar alrededor de mis labios inferiores, ganándome un cosquilleo inmediato y un pequeño calor de excitación en otro nivel por ser la primera vez que iba a tocarme delante de alguien.

Cuando distinguí la concentración de JungKook en mis dedos, entonces los llevé a mi boca para humedecerlos un poco y volver a levarlos a acariciar la zona extasiada por el ligero frío. Pude sentir la sangre bombeando en mi corazón cuando sin dejar de acariciarme por encima, pude observar la mano ajena acariciar por sobre la tela de sus pantalones un momento. Sonreí gustosa por aquello.

Con ayuda de mis dedos separé los labios no sin antes acariciar alrededor de ellos hasta que sentí la conocida sensación de excitación en mi zona centro y un calor grande en el cuerpo cuando mis dedos rozaron de mi clítoris hasta mi entrada, sacándome un pequeño jadeo. Mi estómago se revolvió en una sensación oprimida por las sensaciones al igual que mis pulmones, haciendo que mi respiración estuviera pesada por el esfuerzo que querer respirar mejor cada que mis dedos me acariciaban por encima.

El cuarto pareció subir en temperatura de repente y pude sentir el ardor de mis mejillas incrementar por un poco de vergüenza y muchísima excitación acumulada en tan poco tiempo.

Mis dedos fríos se movieron haciendo más presión cuando las pobres caricias no fueron suficientes. Me relaje un poco más en ese momento, permitiéndome cerrar los ojos por la satisfacción de la masturbación que me otorgaba.
Uno de mis dedos acarició más directamente mi entrada sacándome un pequeño escalofrío y provocando que mi piel se erizara con una pequeña corriente eléctrica. A causa de esto mi otra mano la dirigí a uno de mis pezones, para apretarlo y estirarlo cuando mi dedo estuvo enterrándose en mi interior, sacándome un jadeo pequeño.

Mis ojos se abrieron de golpe cuando escuché el sonido seco de lo que suponía era la pequeña silla que fue arrastrada bruscamente, y en efecto; JungKook estaba de pie retirándose la ropa rápidamente con una expresión dura en su rostro. En un dos por tres ya estaba completamente desnudo, y mi rostro enrojeció cuando pude notar su miembro duro ser masturbado descaradamente antes de acercarse completamente a mí.

Maldición, Jeon JungKook.

El ceño fruncido de JungKook bajó bruscamente hasta que estuvo de cuclillas delante de mi feminidad, enrollando sus antebrazos en el inicio de mis muslos para acercarme de manera un poco brusca y ansiosa a él. Para este entonces yo ya había quitado mis manos sobre de mí.

Toda mi zona centro se sentía hinchada, palpitante y sensible, pero había incrementado cuando sentí el cálido aliento chocar contra mí, sintiendo los latidos de mi corazón incrementar a causa de eso. Los ojos ajenos habían examinado mi área y después se habían clavado sobre los míos cuando su lengua caliente y húmeda pasó de abajo hacia arriba dejando un rastro frío. Mi respiración se entrecortó ante la sensación y me descolocó enseguida cuando volvió a repetir la acción una y otra vez, atrapando entre sus labios mi hinchado clítoris y succionándolo tan delicadamente que me podría volar la cabeza, haciendo un sonido demasiado obsceno junto con un pequeño e involuntario gemido mío.

La boca hirviendo en calor volvió a saborearme por completo y entonces unos dedo largo se había enterrado de manera un poco brusca en mí, siendo totalmente satisfactorio en cualquier maldito movimiento que el azabache produjera.
Su ante brazo aún rodeando mi muslo encaminó a su mano sobre mi vientre para deter cualquier mínimo movimiento que hicieran mis caderas cuando el dedo hizo un mete y saca y su boca se dedicaba a succionar y lamer, a veces a morder con cuidado los interiores de mis muslos.

Un segundo dedo fue a invadirme incrementando la velocidad y fuerza dentro de mí y entonces mis ojos fueron cerrados nuevamente cuando mi garganta se ahogó en otro gemido y mis caderas intentaban moverse.

—O-oh carajo, Jeon.— mi voz había sonado débil y aspiradas gracias a la penetración de los dedos ajenos.

Mi vientre bajo cosquilleo a los dedos de JungKook, y pude sentir cuando su rostro se había separado de mi zona, pero poco me había importado cuando un tercer dedo había hecho que la velocidad aumentara en demasía haciendo que mi cuerpo se sintiera generar una leve capa de sudor a causa de la tensión muscular que hacía debido a la excitación.

Los dedos se movieron de diferentes formas haciéndome retorcer bajo su tacto y después volvieron al mete y saca dejando besos en mi vientre, muslos en todo lo que pudiera encontrar al alcance.

—JungKook... más.—

Pero volteé a verlo de manera recriminatoria cuando sus dedos abandonaron mi interior haciendo que me molestara levemente, sus ojos rojizos obscuros destellaron en lujuria con una pequeña sonrisa burlona en su rostro a causa de mi repentina reacción.

Retrocedí en mi lugar cuando JungKook se posicionó sobre mí, besando desprevenida mente mis labios una vez estuvo entre mis piernas. Sus labios presionando los míos en movimientos bruscos y salvajemente dominantes, me habían dejado en un transe completo. Sus dientes mordieron mi labios inferior y su lengua exploró con desespero mi cavidad bucal, terminando por luchar contra mi lengua, siendo la suya dominante a comparación de la mía. Jadeé contra los labios de JungKook cuando sentí su glande restregarse de arriba a abajo por mi vagina, pero me separé de ellos en un gemido cuando de una estocada fui invadida, haciéndome mover un poco las caderas ante la repentina acción.

Tardé un poco para poder recuperar un ritmo respiratorio para no quedar sin aire, a la vez que los labios ajenos atacaban nuevamente mi boca en una distracción para poder acostumbrarme al tamaño.

Maldita sea, el olor leve que desprendía JungKook era tan atrayente como el sabor exquisitos de sus labios adornados de ese maldito aro, no sabía ni siquiera como describirlo, pero era un sabor un poco diferente y embriagante o tal vez era por lo caliente que estaba siendo todo esto.

Se despegó casi nada de mí, lo suficiente para clavar su dura mirada sobre mis ojos haciéndome caer ante esos ojos tan expresivos, sus labios levemente hinchados por el beso caliente que me había entregado ahora portaban un color rojizo en ellos y su ceño fruncido le hacía ver totalmente ardiente.

Ahogué un jadeo ante mi pensamiento y la boca de mi estómago junto con mis mejillas sintieron un hormigueo ante aquello, pero las visuales me estaban matando.

JungKook se irguió en su lugar sin salir de mi interior y arrastrándome por las caderas tras él cuando sintió que se pudo separar de mi medio centímetro, cosa que me hizo jadear por el movimiento y mover mi caderas cuando pude sentirlo un poco más dentro gracias al jalón.
Los ojos de Jeon tuvieron ese brillo juguetón en ellos y después de que su cabello fuera retirado de su frente de la manera más abrumadoramente caliente, fue cuando dejó caer sus manos a mis costados en un movimiento rápido para un vaivén de caderas lento pero duro.

Cerré los ojos ante cada deliciosa estocada, mordiendo mi labio inferior para no soltar algún tipo de sonido que pudiera opacar el rico sonido de nuestras pieles chocando y el leve gruñido suave y apenas perceptible que salía de la garganta de JungKook cada que ejercía un movimiento contra mí. Yo podría morir en esta situación y largarme al infierno con todo gusto llevando incluso bloqueador solar y unas gafas de sol por si las dudas, tal vez y pueda llevarme un poco de Jeon conmigo y seguir disfrutando de él en el inframundo, si es que su belleza y perfección no es mandada al cielo por ser tan malditamente bueno enterrándome el pene de esa manera.

Los músculos toscos de Jeon estaban más tensos que nunca, haciendo resaltar esos sexys tatuajes que tenía y a mí hacerme babear sin poder evitar tocar la piel dibujada.

Aaah~ sí, más.— gesticulé como pude cuando sentí mi paciencia agotar por lo realmente lento que estaba siendo, pero maldije el momento en que no disfrute la lentitud y sensualidad de las estocadas cuando empecé a ser taladrada en movimientos rápidos y más duros, haciéndome llevar la cabeza hacia atrás sin poder siquiera soltar un sonido por lo bien que se sentía.

En algún momento en que mis pulmones necesitaron aire, fue entonces que un gemido involuntario – que más sentí fue un grito – salió de mis labios, sintiendo los contrarios en mi cuello nuevamente ante aquello, y después de eso, no pude callar ningún solo gemido que pudiera salir de mi boca, agradecida que no estuviera gritando como loca porque a falta de mi respiración apenas podía producir el pequeño sonido cada que JungKook arremetía fuerte contra mí.

Mis manos que habían enterrado las uñas en los hombros de JungKook habían sido apresadas juntas sobre mi cabeza con cuidado a pesar de como estuviera llevando la situación Mr. Sin Cuidado. Pude mirarle recorrerme con los ojos sin dejar de moverse y una sonrisa traviesa se dejó ver cuando notó el caos que estaba hecha, y cuando terminó de comerme con los ojos a mí y a mis pechos danzantes a causa de los movimientos que JungKook tan generosamente me estaba regalando, entonces pude mirarle gesticular alguna cosa, que sinceramente no escuché y tampoco me importaba demasiado.

Sentí los labios de JungKook descender hasta uno de los botones duros de mis pechos y su otra mano estrujando el otro abandonado cuando volvió a agacharse buscando atacar cualquier parte que sintiera ser atendida por él.

—Dios, ~ oh por... JungKook maldición.— no sabía con exactitud que era lo que decía, pero al diablo con la coherencia, la lengua y dientes de JungKook eran el maldito paraíso y ni se diga de su miembro.

El sonido de su boca abandonando mi pecho en un sonido seco hizo que volteara a verlo, su cuerpo perlado en sudor solo provocó que mi excitación aumentara. El cabello de Jeon había bajado nuevamente sobre sus ojos pero no se había molestado en retirarlo, haciendo que bailara al compás de las estocadas que incrementaban levemente al igual que el gutural sonido que la garganta de delicioso aroma desprendía, sonaba al compás de sus movimientos. La mano que amasaba mi pecho había parado en mi mandíbula con cuidado de no lastimar aunque hubiera sido un poco brusco a la vez, volviendo a introducir su lengua a mi cavidad para amortiguar contra él los jadeos y gemidos que estaba proporcionando.

La guerra de lenguas no tardó en tomar presencia en el juego, creando otro sonido morboso aparte del de nuestras pieles chocando, nuestros gemidos amortiguados y el calor de nuestros cuerpos.

La mano que apresaban las mías comenzó a abandonarlas, sintiéndome agradecida cuando fueron liberadas. Mis manos habían hormigueado tanto por querer entrelazar mis dedos entre su cabello que ni siquiera lo medité bien y ya estaba haciendo un desastre con su melena negra. Y estaba tan concentrada en el feliz beso que no me había dado cuenta que los dedos de Jeon ya estaban atacando mi clítoris el movimientos suaves.

Maldita sea, este hombre me va a fundir el cerebro.

Los gemidos que ambos generábamos seguían siendo callados por nuestros labios, aunque los míos se habían vuelto más débiles en el momento en que sentí que mis paredes amenazaban en contraerse gracias al placer de ser tocada y penetrada por Jeon. Mis ojos se cristalizaron cuando la excitación fue demasiada provocada por la dureza de las estocadas y los dedos gentiles que acariciaban con fervor.

—Maldita sea, así~... Ahí.— mis voz sonaba débil, mis labios que habían sido abandonados para besar y morder la unión de mi cuello y hombro, se sentían arder y palpitar, y mis manos aferradas a la la cabellera de JungKook habían tirado de su cabello cuando sus movimientos sorprendentemente aumentaron un nivel más, haciéndome perder por completo la cabeza y entonces sentir mi cuerpo ser sacudido en una oleada de éxtasis total.

Mi orgasmo se había prolongado más gracias a que JungKook seguía arremetiendo contra mi hasta su liberación, la cual fue acompañada de una mordida sobre mi hombros que – para nada – gentilmente Kook había depositado al tiempo que se corría dentro de mí y dejaba salir un jadeo gutural entrecortado; yo había soltado un pequeño grito sin ser muy fuerte a causar de los dientes enterrados en mi piel, y no sabía si era excitante o doloroso.

Nuestras respiraciones agitadas se calmaron después de lo que pude sentir como horas aunque en realidad habían sido minutos cortos. Mis manos seguían apretando el cabello de JungKook que no tardó en separarse del hueco de mi cuello para mirarme. Su aroma me inundaba las narices sutilmente, y sus ojos se clavaron en los míos.

Entonces tuve miedo de decir algo y que JungKook no me contestara nada, que siguiera igual de mudo que toda la mañana.

Los dedos cálidos buscaron con cuidado la piel de mi rostro y en ese instante mis ojos se cerraron buscando más contacto, sintiéndome agotada de repente. La risa nasal que soltó JungKook por mi gesto me hizo abrir un poco los ojos por un corto tiempo, ya que sus labios estaban siendo dirigidos para terminar besando mis mejillas con cariño, después mi nariz, frente, párpados, barbilla y terminando por dar piquitos suaves a mis labios magullados. No pude contenerme, por lo que solo había fruncido los labios para que siguiera besando cariñoso y así lo hizo hasta después de varios segundos.

¿De donde había salido este JungKook tierno?

—Deberías descansar un rato.— la voz gruesa y ronca de JungKook resonó en mis oídos, obligando a mis ojos a ser aunque sea entreabiertos para mirarle.

Pude sentir cuando salió de mí provocándome un gemido pequeño, y pude verle sonreír despacio ante la mueca que hice.

El cuerpo grande en músculos se había levantado de su lugar, fuera de la habitación para regresar rápidamente con nuestras cosas, sacando las toallitas húmedas para terminar acercándose y limpiarme cuidadosamente para después hacerlo en él.

Mis ojos no pudieron resistir más tiempo abiertos y mi fundido cerebro solo los mandó a cerrar cuando los brazos ajenos se habían acercado en un abrazo una vez las cobijas estuvieron contra nosotros.

—Descansa cuanto puedas, porque aún no acabo contigo, bebé.—dejó un casto beso en la coronilla de mi cabeza provocándome enseguida mandar a dormir, sin importarme lo demás por un momento.

Continue Reading

You'll Also Like

806K 120K 99
Toda su vida fue visto de menos y tratado mal por las personas que decían ser su familia, estaba cansado de que todas las noches llorara por aunque s...
591K 79.5K 46
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
625K 58K 45
"ADAPTACIÓN" Me ví obligado a casarme con el hombre más frío, cruel, orgulloso, prepotente y multimillonario de todo el país solo por un contrato que...