El sobre que le dio Cheng Xiu era muy grueso, con un toque de rosa debajo del papel blanco y estaba lleno de dinero.
El omega se negó a aceptarlo. Cheng Xiu simplemente le abrió los dedos y lo metió en ellos
— Tómalo, arregla el aire acondicionado de tu casa. Tu vieja casa, con paredes delgadas, sin calefacción, con suelo roído y ventanas con goteras. Se me puso la piel de gallina en cuanto entré en ella. Este invierno es tan frío, ¿cómo planeas vivir sin reparar el aire acondicionado?
— Realmente es demasiado, yo... no puedo aceptarlo.
El omega no dijo nada y quiso abrir la puerta e irse después de devolver el sobre. Los ojos y las manos de Cheng Xiu eran rápidos, levantó la mano y cerró las cuatro puertas.
Zheng Feiluan, que estaba muy nervioso en el asiento trasero, se relajó un poco.
Justo ahora, su primera reacción fue presionar la cerradura de la puerta; la casa de alquiler estaba tan fría que apenas sobrevivieron la noche abrazándose el uno al otro. Pero una vez que él se vaya, sin la temperatura corporal caliente del alfa, el omega, ¿cómo podría sobrevivir al duro invierno de Yuanjiang?
Pero su cuerpo estaba fuera de su control, las yemas de sus dedos se movieron levemente, pero no pudo levantar sus manos, le resultaban pesadas.
Afortunadamente, Cheng Xiu coincidió con él y evito que el omega saliera del auto.
El omega ha estado intentando varias veces abrir la puerta del auto pero tenía miedo de dañarlo por lo que no se atrevía a hacerlo muy fuerte. Resignado tuvo que sentarse y tratar de explicar
— Cheng Xiu, no le tengo tanto miedo al frío. En realidad tengo unos ahorros, puede encontrar a alguien para que lo reparé...
— Vamos, tus pequeños ahorros no se pueden usar para mucho. Seguramente todos ellos juntos no equivalen ni el atuendo de tu hombre. Si vendieras su corbata serías capaz de comer durante por lo menos medio año.
Cheng Xiu no le dio al omega ninguna cara, su boca estaba fruncida. Volvió a tomar el sobre y se lo volvió a dar al omega.
— Tómalo, no seas cortes conmigo.
Pero el omega se negaba a ceder
— Cheng Xiu, no hagas esto, no puedo aceptar tu dinero…
Se negó de nuevo, pero Cheng Xiu no estaba enojado. En cambio, se rió entre dientes y señaló a Zheng Feiluan en el asiento trasero y le dijo
— ¿Qué dices? La lana está en las ovejas. Una vez que tu alfa se despierta de pasar la noche contigo, sube mi salario. La última vez, me dio mil ochocientos más. Esta vez tal vez sea más, pero en realidad no podría disfrutar de eso sin ti. Así que, creo que debería darte la mita, lo mereces ¿no?
El omega negó obstinadamente con la cabeza
— Esto es diferente...
— ¿Cuál es la diferencia?
Dijo Cheng Xiu
— Los dos somos saltamontes en la misma cuerda. Tenemos que vivir juntos, tenemos que colgar juntos. No puedes sentirte mal por aceptar un poco de dinero. Ha pasado tanto tiempo desde que tú y él… por si acaso.
Cheng Xiu dejó media oración de manera significativa, extendió la mano y tocó el vientre del omega.
— Yo…
El omega se sorprendió y miró su estómago.
Se conmovió hasta la parte más profunda de su corazón, mostrando una expresión más suave que nunca y finalmente dejó de ser terco, aceptó el sobre y agradeció solemnemente a Cheng Xiu. Cheng Xiu era muy confiado en sí mismo así que rara vez se avergonzaba y tartamudeaba
— No es nada, repara el aire acondicionado y luego compra algo de comida nutritiva con el dinero restante. Si en un futuro te falta dinero, ven a verme, no necesitas ser educado conmigo…
— No, no habrá próxima vez, solo esta, todavía tienes que pagar la hipoteca y casarte.
El omega sonrió, con los ojos llenos de cálido entusiasmo
— Cheng Xiu, gracias.
Cheng Xiu se rascó la cabeza y abrió la cerradura de la puerta. El omega se cerró el cuello de su suéter y salió del auto con el sobre.
Zheng Feiluan en el asiento trasero de repente se puso ansioso. Todavía tiene demasiadas preguntas, quiere tirar de los hombros del omega, trazar cada centímetro de su piel con los dedos, ver sus rasgos faciales y su apariencia. Quiere darle un bolígrafo y papel para que escriba su nombre con su propia mano, de esta forma, eliminaría toda sospecha. Quiere abrazarlo con fuerza durante un día y una noche, para desenterrar las partes olvidadas de su memoria. Si realmente es quien dice ser y hay alguna deuda, puede que sea hora de pagarla. (Todas sus malas acciones)
Pero no puede moverse.
Solo podía sentarse en el coche y mirar el viento y la nieve fuera de la ventana. Con la acumulación de la nieve en la ventana, le era imposible ver muy lejos y poco después ya no pudo ver al omega. Cheng Xiu pisó el acelerador, con el movimiento repentino, Zheng Feiluan cayo hacia el respaldo del asiento, con el impacto, fue despertado de ese sueño.
_____
Se sentó abruptamente, respirando rápidamente.
Su corazón latía frenéticamente en su pecho. El reloj de la mesita de noche señalaba las 6:20 am. Hace cinco horas, él y su hermano tuvieron una feroz discusión en el estacionamiento subterráneo.
El exterior de la ventana estaba borroso y era extremadamente brillante. Las nubes oscurecieron el cielo y era evidente que la próxima tormenta de nieve estaba a punto de comenzar. Miró hacia la almohada, donde un lirio de los valles yacía silenciosamente. Después de una noche, los pétalos han perdido agua, pero el color sigue siendo blanco y la fragancia es tenue.
Agarró el lirio de los valles como pidiendo ayuda, se lo puso bajo la nariz y lo olió profundamente, el pánico se disipó bajo el aroma de la flor. Está bien, nunca dejó su residencia esta noche y por lo tanto nunca estuvo en esa casa de alquiler.
Todo había sido un sueño.
Fue una pesadilla malvada que solo lo hizo entrar en pánico. Seguramente había sido la venganza de “él” por no permitirle ver a su omega.
Pero en el momento en que surgieron estos pensamientos de autoengaño, la cabeza de Zheng Feiluan comenzó a doler, como si hubiera sido perforada por miles de agujas: recuerdos inundaron su mente y una gran cantidad de fragmentos borrosos se desparramaron, uno tras otro, que lo hicieron sentir mareado, no podía ni respirar.
____
Su primera vez había sido una noche de verano con fuertes lluvias.
Junio o julio.
Ese día estaba empapado de la cabeza a los pies, peor que un perro abandonado. Fue hacia el omega, tocando la delgada puerta de metal con un puño, una y otra vez.
Cuando el omega lo vio, primero se veía desconcertado y después gratamente sorprendido, rápidamente le dio la bienvenida a la casa y movió la única silla para que se sentará. Tenía miedo de que se resfriara y le dije que le iba a traer una toalla para que se secará, pero en el momento en que se dio la vuelta, lo empujó contra la pared.
Entonces, el placer llegó.
Es simple y feroz, es un flujo constante. Es más fuerte que una explosión en los nervios de Zheng Feiluan, como si el cuerpo en sus brazos no fuera más que el placer encarnado. La lluvia helada en el cuerpo del alfa, golpeó el cuello del omega gota a gota, empapándolo.
Sus omoplatos se estiraron como un arco frente a él, delgados, blancos y temblorosos.
Un trueno explotó fuera de la ventana y un rayo golpeó el cielo, reflejando la apariencia del omega, él estaba agarrándose a la pared, luchando, era como una mariposa que huye en una violenta tormenta.
Más tarde, en otoño e invierno, se convirtió en un visitante frecuente aquí.
Los clientes habituales de esas viejas tabernas siempre les gusta ir a comprar una copa de alcohol cuando están estresados, les gusta beber cuando no están felices, una vez terminada regresan a sus miserables vidas. Pero el alcohol de Zheng Feiluan es diferente. Siempre llega a la puerta del omega aturdido y presiona al omega para desahogar su estrés, dejando de lado todas sus preocupaciones. Al otro día, recupera la sobriedad, olvida lo que ocurrió anoche y vuelve a su vida normal.
El omega jamás se queja, es como una flor enraizada en el mismo lugar, esperando día a día a que él vuelva. Siempre preocupándose por él y al mismo tiempo marchitándose por él.
No hablaba mucho cuando estaba aquí, pero al omega le gustaba mucho charlar con él, lo hacía mucho después de la ducha, mientras lo ayudaba a secarse.
De vez en cuando, el omega traía una revista de negocios recién comprada y pasaba a la página donde se había publicado alguna entrevista de Zheng Feiluan, jactándose de que en sus fotos luce muy atractivo y que había respondido a las preguntas maravillosamente. A veces sacaba un libro de poemas y le leía su poema favorito: el poema hablaba de dos pájaros enamorados, pájaros enamorados posados en la orilla, que casualmente tenían los mismos nombres que ellos. Una vez que terminaba de leer el poema sonreía y decía
— Mira, son pájaros enamorados. Yo soy Shui'an y tú... estas destinado a venir a mí a descansar.
Su sonrisa es superficial, pero la felicidad está oculta en sus ojos, en la sonrisa solo revelando un poco de esa felicidad.
Cuando la nieve se derritió gracias la cálida temperatura de la primavera, el omega tuvo una dolencia de estómago, un dolor agudo en el abdomen, su rostro se veía más pálido de lo normal y tenía nauseas. Pensó que los vómitos eran el resultado de estar embarazado pero no fue al hospital. Se quedó solo en casa, soportando los dolores.
Cuando fue Zheng Feiluan a verlo, se acurrucó débilmente junto a él, extendió la mano y gentilmente toco su cara.
— Feiluan, si estoy embarazado, ¿estarías feliz?
Él mostró una mirada de expectación
— Si... si doy a luz y lo llevo a verte… ¿nos reconocerás y aceptaras?
Zheng Feiluan quiso asentir con la cabeza de inmediato, abrazarlo con fuerza y decirle que por supuesto que lo haría, que los abrazaría y los cuidaría toda la vida. Pero en el recuerdo, él era como un caparazón vacío sin alma, sentado al lado de la cama, en silencio y no le dio al omega ninguna respuesta.
Como resultado, la luz en los ojos de Omega se atenuó poco a poco.
— Lo entiendo…
Movió los labios y sonrió con amargura.
Después de mucho tiempo, se acercó a Zheng Feiluan, se acurrucó en su brazo y susurró en voz baja
— Feiluan, no te preocupes, yo... nosotros... no te causaremos problemas.
A mitad de la cálida primavera, cuando se recuperó de su enfermedad, el omega entró en su periodo de celo y el niño que había querido tener al fin llegó: una hija con un destino nefasto, desde la concepción hasta el nacimiento. El padre de ese bebé tuvo la culpa de esto, tal como más tarde se enteró Zheng Feiluan.
En ese momento, el primer hotel junto al mar de Jiusheng estaba en proceso de construcción y Zheng Feiluan estaba bajo mucha presión, tan ocupado para dormir o comer.
En ese momento él pensaba que todo el tiempo había estado viviendo en una suite en un hotel, pero los recuerdos le dieron otra respuesta: había estado con el omega en celo por siete noches.
Pero por supuesto, solo de noche.
Porque durante el día, seguía siendo un extraño que no tenía nada que ver con él.
Antes del amanecer, Cheng Xiu intentaba por todos los medios llevárselo. En ese momento, el cuerpo del omega estaba suave y caliente, ardiendo con un fuego inextinguible. Su cuerpo necesitaba estar con su alfa y no podía estar un segundo sin él.
Por primera vez, vio al omega, que siempre era tolerante, olvidando su dignidad por la terrible lujuria, acostado en la cama, tirando de la manga Cheng Xiu, llorando y rogándole que no se llevara a su alfa.
Los ojos de Cheng Xiu estaban rojos y repetidamente le pidió perdón, pero al final mantuvo la cordura y se llevó a Zheng Feiluan.
La puerta se cerró frente a él y a través de la delgada puerta de metal, Zheng Feiluan escuchó al omega llamar su nombre desde el interior, llorando y temblando de desesperación. Luego, hubo una larga separación de veinte horas.
¿Cómo pudo el omega en celo dejar a su alfa durante todo un día?
Zheng Feiluan no lo sabía.
Nadie había estado dispuesto a intentarlo, jamás.
Aún desconoce como el omega sobrevivió esos siete días solo. Los recuerdos de Zheng Feiluan comenzaban a las 2:00 a.m. cuando abría la puerta de metal. Al entrar encontraba al omega envuelto en una manta, agazapado en la esquina del pasillo, con ojos muy abiertos, una débil respiración. El resto de la estancia de Zheng Feiluan en la casa, la pasaran teniendo relaciones sexuales.
Esa noche, el omega cayó en un coma, a raíz de la deshidratación y el hambre; ni siquiera se había alimentado con una de las soluciones nutritivas almacenadas en el refrigerador.
Un omega en el período de celo es más frágil que el vidrio. Normalmente es el alfa el que se ocupará de él para sobrevivir. Sin embargo, Zheng Feiluan no es del todo racional cuando está en su periodo de búsqueda de compañero y es incapaz de cuidarlo. La única persona que puede ayudarlo es Cheng Xiu. No fue hasta el tercer día que Cheng Xiu descubrió que el omega estaba pálido y su físico era terriblemente débil. Abrió el refrigerador y descubrió que las soluciones nutritivas estaban intactas, por lo que rápidamente abrió algunas y las vertió en la boca del omega.
Nadie hubiera esperado que este periodo de celo tan turbulento hubiera dejado una vida en el vientre del omega.
Este niño fue considerado un tesoro por el omega y creció con cuidado y amor todos los días. Pasaron seis meses en paz en los cuales le crecieron las manos y los pies, comenzó a moverse, aprendió a escuchar y a no causarle muchos problemas a su “madre”... sin embargo, ese día de principios de otoño, sufrió la mayor catástrofe de su corta vida.
Su padre alfa, que había regresado del extranjero, supo de su existencia.
Su reacción al saberlo había sido como si se tratara de una colonia de serpientes, ratas, insectos y hormigas. El omega no podía protegerla, así que solo pudo esconderse en los lugares más feos de la ciudad para poder concebirla. Mientras se escondía, no podía mostrar su cara a la luz del día, no podía dormir tranquilo en las noches, siempre viviendo con miedo…
Esa pequeña vida finalmente nació en Navidad el año pasado, cuando las sábanas de la cama se tiñeron de escarlata por la sangre del omega...
Zheng Feiluan era el culpable.
Era todo su culpa.
Desde la noche de verano con fuertes lluvias hace dos años hasta el nacimiento, cada escena en sus recuerdos representaban un crimen que había cometido. Zheng Feiluan miró el lirio de los valles blanco en su mano y su corazón de repente se estremeció. Su pecho estaba tan apretado que el aire en sus pulmones fue expulsado, sentía que se asfixiaba sin importar cuanto respirará.