–Date prisa, volverá en cualquier momento–, le ordeno apresuradamente a Jack. Me está ayudando a preparar una cena romántica de San Valentín para Allie, pero, francamente, no se le da bien.
Ahora que lo estoy pensando, debería haberle preguntado a John, pero él tenía sus propias cosas que ver con Emily, y no había forma de que pudiera arreglar esto por mi cuenta.
Así que aquí estoy corriendo hasta el último segundo con Jack.
–Está bien, está hecho–, me dice Jack, dando un paso atrás y admirando su trabajo. Lo reviso rápidamente, y casi lo apruebo, antes de que algo me llame la atención.
–¡Jack!– Siseo.
Se vuelve hacia mí con brusquedad. –¿Qué?
Recojo el ramo de flores que me ha dejado. –Te equivocaste–, gruñí. –Te dije rosas rojas, no blancas. ¿Cuándo te volviste daltónico?
Simplemente se encoge de hombros como si no fuera gran cosa. –Siempre puedes pintarlos. Ya sabes, como lo hicieron en Alicia y el país de las maravillas.
Le tiro las flores. –Eres un idiota.
Jack se ríe. –¿Tengo tiempo para ir a buscar los rojos?
Gimo en voz alta y niego con la cabeza. –Su auto acaba de doblar en la entrada. No hay tiempo.
Jack me da un pequeño ceño fruncido. –Lo siento, hombre. Solo dale flores otro día.
Lo miro. Quería regalarle flores hoy, no otro día. Si quisiera hacer eso, lo habría hecho.
–Jack, por favor, vete–, gemí.
Se ríe de mí y se despide, caminando hacia la puerta trasera. –Dile a Allie que dije hola–
–¿Por qué no me lo dices tú mismo? Estoy aquí–, la voz melódica de Allie flota a través de la habitación mientras cierra la puerta principal.
Jack se ríe de mí y camina hacia mi pareja, besándola en la mejilla. Ella lo aparta juguetonamente.
–Dios, Luna, te estás volviendo enorme–, le dice Jack, mirando con asombro su creciente estómago.
Me levanto y empujo a Jack lejos de ella suavemente. –Haz que tu propio compañero se babee–, le siseé.
Levanta las manos tratando de demostrar su inocencia. –Está bien, sé dónde no me quieren. Simplemente me iré ahora–, comienza a caminar, a la puerta trasera.
–Bien–, murmuro en voz baja. Allie se ríe.
–¡Nos vemos Allie!– llama justo antes de que la puerta trasera se cierre de golpe.
–Me encanta lo mucho que me respeta–, refunfuño.
Allie se ríe de mi expresión y se inclina para besar mis labios ligeramente. –Eres gracioso. ¿Por qué estaba aquí de todos modos?–
Yo suspiro. –Se suponía que él me estaba ayudando a prepararte una sorpresa–.
Su rostro se ilumina. –¿Dónde? ¡Quiero ver!–
Sonrío y agarro su mano, llevándola a la pequeña mesa que ha sido decorada y preparada con una comida elegante. Tengo que admitir que se ve bien, pero se vería mejor con algunas flores.
–¿Tu hiciste esto?– Allie susurra, sin dejar de mirar los arreglos.
–La mayor parte, sí–, respondo. –Jack ayudó, pero no mucho–.
Ella sonríe y me rodea con sus brazos, llevando su cabeza contra mi pecho. –Te amo, lo sabes, ¿verdad?– ella susurra.
Beso su cabello. –Por supuesto que sí. Te amo aún más–.
Ella gime. –Lo dudo–
Me río. Continuaremos por siempre si no lo hago. –Bien. Puedes ganar esta vez–
Ella me muestra su perfecta sonrisa. –¿Podemos comer? Me muero de hambre–
Asiento con la cabeza y le echo la silla hacia atrás para que pueda sentarse. Ella me da las gracias y comienza a comer.
–Esto es delicioso. ¿Lo preparaste?– ella pregunta.
Me encojo de hombros. –Algo de eso. Me entristece admitir que Jack fue bendecido con habilidades culinarias mejores que las mías.
Ella ríe. –Bueno, de cualquier manera, es maravilloso–, coloca una mano sobre la panza. –También me alegro de que sea bueno. Ya no solo como para mí–.
Yo sonrío. –Lo sé. Estoy emocionado de saber el género mañana.
Allie suspira feliz. –Yo también. No puedo esperar.
***
El próximo pequeño capítulo será Allie y Kaden averiguando el género, así como decidiendo un nombre. No estoy segura del nombre o el género que le pondré, pero tengo algunos planeados.
¡Espero que hayas disfrutado! :))