MI RUBIA

By CarrieKneaps

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Él había prometido que no se metería con chicas rubias... pero luego la vio a ella. ESTA OBRA ES COMPLETAMEN... More

Prólogo
La promesa: Rubias no
Capítulo Uno: Es Rubia
Capítulo Dos: Nube
Capítulo Tres: Tal vez la chica ya ha llegado.
Capítulo Cuatro: Está fuera del mercado.
Capítulo Cinco: Nube, jamás te dejaría caer.
...
Capítulo Seis: "No la mires"
Capítulos Siete: Entonces...¿Ella te gusta?
Capítulo Ocho: Coqui
Capítulo Nueve: Apariciones Inesperadas
Capítulo Diez: Decepciones silenciadas
Capítulo Once: Encuentros
Capítulo Doce: Problemas
Capítulo Trece: Decirle que te gusta
Capítulo Catorce: "No importa el nombre, importa ella"
Capítulo Quince: Choques
Capítulo Dieciséis: Luchar
Capítulo Diecisiete: Emergencia
Capítulo Dieciocho: Dios
Capítulo Diecinueve: Miedo
Capítulo Veinte: Noticia
Capítulo Veintiuno: Mentirosa
Capítulo Veintidós: Locura
Capítulo Veintitrés: Decisión
Capítulo Veinticuatro: Plan
P A L A B R A S
Capítulo Veinticinco: Azul
Capítulo Veintiséis: Poder de convencimiento
Capítulo Veintisiete: Plan en marcha
Capítulo Veintiocho: Sorpresa
Capítulo Veintinueve: Amor
Capítulo Treinta: Suya.
Capítulo Treinta y uno: Golpes
Capítulo Treinta y Dos: Malas amistades
Capítulo Treinta y tres: La final
Capítulo Treinta y cuatro: Siete días
Capítulo Treinta y Cinco: Confusión.
Capítulo Treinta y Seis: Ausencia
Capítulo Treinta y Siete: Café
Capítulo Treinta y Ocho: Familia.
Capítulo Treinta y Nueve: Cambio de planes
Capítulo Cuarenta: Cruda realidad
Capítulo Cuarenta y Uno: Pequeña visita
Capítulo Cuarenta y Dos: Secretos
Capítulo Cuarenta y Tres: Futuro
Cuarenta y Cinco: Volviendo a la normalidad
Capítulo Cuarenta y Seis: Esperando
Capítulo Cuarenta y Siete: Triunfos y reuniones
Capítulo Cuarenta y Ocho: Resaca
Capítulo Cuarenta y Nueve: Al descubierto
Capítulo Cincuenta: Puñalada
Capítulo Cincuenta y Uno: Sin noticias

Capítulo Cuarenta y Cuatro: Segundo adiós

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By CarrieKneaps

Capítulo Cuarenta y Cuatro: Segundo adiós

Después de comerse solo una manzana, habían salido corriendo al metro, pues como ninguno de los dos tenía algún medio de transporte propio en aquella ciudad, no quedaba más remedio sino ir en transporte público. Sky estaba realmente feliz. Nunca había subido al metro con Axel y a pesar de que era una cosa muy normal y simple, a ella la emocionada.

Estaban los dos sentados, lado a lado. Axel había pasado un brazo por sus hombros y Sky había recostado su cabeza en el fuerte hombro de su novio. Las piernas, que las tenía a la vista debido al short que llevaba puesto, también las había colocado sobre las de su novio. Se podía decir el 50% de su cuerpo estaba sobre él.

Axel llevaba la típica mochila ancha que acostumbraba a cargar para ir al gimnasio, solo que esta vez llevaba toallas, pantalonetas, bloqueador solar y sandalias. Sky todavía no compraba el traje de baño pues decidieron que era más probable conseguir uno cerca a la playa, así que ella llevaba sus shorts, unos tennis blancos y una sencilla camisa de mezclilla.

—¿Cómo han estado los chicos? — Preguntó Axel sin dejar de jugar con una de las manos de su novia.

El se comunicaba con ellos todo el tiempo, eso era claro, pero no dejaba de ser diferente el hablar con ellos por teléfono que tenerlos cerca, presencialmente.

—Están muy bien, Santi ha estado ganando en sus últimas carreras y eso lo tiene muy contento. — Contó Sky. — Y también más creído que de costumbre, ya sabes, cree que es la última Coca - Cola en el desierto. — Ambos rieron. — Y pues Ed está bien, siento que ha estado viendo a alguien, pero no ha querido soltar la lengua. — Aseguró. — Pero te juro que le sacaré toda la información.

El pecho de Axel vibró por la risa que le produjo aquel comentario. No dudaba de sus palabras.

—Y espero me pases la información, porque si Santi no sabe nada quiere decir que tampoco me lo va a decir.

Sky asintió con ánimo.

—Por supuesto que te lo diré. Ni más faltaba. — Aseguró divertida.

—¿Y mamá y Máximo?

—Ohh, Ax, tú mamá es un amor. — Dijo la chica. — Se mata demasiado trabajando y sé que ama lo que hace, pero realmente sus turnos son muy extenuantes. — Axel asintió. Sabía a lo que se refería su chica, el era testigo. — Creo que te extraña demasiado, solo que no quiere demostrarlo mucho por Maxi. — Sky rió. — Ese niño si que te ama, creo que es el que más nota tu ausencia, precisamente por que estaba más contigo que con cualquiera, pero bueno, lo entiende y te apoya.

Aquello fue un golpe al corazón de Axel. Su pequeño hermano, que sabia que lo tenía en un pedestal y que lo calificaba con su héroe, estaba lidiando con su ausencia, de irse solo al colegio, quizás hacerse sus almuerzos, dentro de lo que sabe. Su hermano estaba aprendiendo a vivir solo, como lo que él nunca quiso que pasara a tan corta edad.

La cuestión ya iba más allá de que el cumpliera sus sueños, se trataba de darle lo mejor a su madre ya su hermano, además de Sky, evidentemente. A su muy pequeña familia que, de cierta forma dependía de él. Era más que claro que, con todo lo que ha tenido que hacer, lo mínimo que espera lograr es entrar a la UFC *. Eso era lo que más anhelaba.

—No te presiones, lo lograras, pero todo es un proceso y las cosas no suceden de un momento a otro. — Le dijo Sky después de ver como su novio se había perdido en sus pensamientos.

Ella sabía qué lo atormentaba y comenzó a pensar que aquello que le había dicho no había sido tan buena idea. Escuchó como él suspiró y la pegó más contra él.

—Se que no debo presionarme, pero entiéndeme, siento que mi familia depende de esta mierda. — Soltó algo frustrado.

Aunque fue algo sorpresivo que Axel utilizara esas palabras, que no eran muy de su estilo, la rubia no dijo nada.

—Y claro que lo voy a lograr. Así tenga que quemarme las pestañas del cansancio, te lo juro. — Aseveró él, para después dejarle un beso en su cabeza.

Sky no dijo nada y supo que aquel juramento no se lo estaba haciendo a ella, sino a él mismo.

No tardaron más de 20 minutos en llegar a la parada que quedaba cerca de la playa. Caminaron tranquilamente agarrados de la mano, mientras admiraban el paisaje. Cuando ya estaban llegando a la playa, comenzaron a ver las tiendas típicas con los recuerdos y para vacacionar, así que de inmediato Sky se metió a una de las grandes tiendas que tenían una amplia sección de trajes de baño.

Axel iba distraído en el celular y le daba su opinión cuando ella se lo pedía, pero no fue hasta que la chica vio un traje de baño rosa, con la parte de arriba strapless, que se enamoró. Le dijo al chico que la esperara mientras esta se lo media y él, sin ningún problema, se tumbó en una de las sillas del lugar, disfrutando del aire acondicionado que lo aliviaba entre tanto calor.

Sky, ya acostumbrada a medirse prendas, fue veloz y salió como un rayo a mostrarle a su novio.

—¿Qué tal? — Preguntó, llamando a la atención de Axel que seguía viendo su celular.

El chico levantó la vista y abrió la boca levemente.

—Preciosa, como siempre. — Dijo él sin dejar de repasarla con la mirada.

Sky sonrió y se miró.

—Creo que me llevaré este. — Dijo sonriente.

—En ese caso, iré a pagar. — Dijo levantándose del asiento. Realmente pensaba que aquello le llevaría más tiempo, pero no fue así. Se acercó a su novia sin poderse contener y le dejó un beso en sus labios, rodeándole la cintura. — Mi nube. — Susurró en sus labios.

Sky sonrió como una niña pequeña.

—Tuya. — Aseguró.

Axel sonrió de medio lado, miró a los lados para fijarse que nadie estaba viendo y cuando se aseguró de que así era le dio una nalgada que impresionó a Sky.

—¡Axel! — Dijo después de alejarse de él de un salto. — Eres un atrevido. — Riñó fijándose de que nadie los había visto.

Axel rio con fuerza al ver como su chica comenzaba a ponerse colorada.

—No lo pude evitar, lo siento. — Dijo sin un gesto de verse arrepentido. — Ve a cambiarte mientras yo pago. — Ordeno.

Si bien es cierto que sabe que su chica estaba más que acostumbrada a tener ojos sobre ella, y que, claramente nunca diría nada sobre su forma de vestir, pues ella era libre, no podía decir que lo ponía un poco... incómodo que la gente la mirara. Solo quería él poder verla. Pese a eso jamás le diría algo al respecto, sonaba algo primitivo y ciertamente era problema de él, no de ella.

Sky, dándole una mala mirada por lo que había hecho, se metió nuevamente el probador. Sin dejar la sonrisa, Axel fue hasta la caja y pagó el traje. La rubia llegó minutos después, con su ropa puesta nuevamente. Seguramente se había dejado el vestido de baño bajo la ropa.

—Andando. — Ordenó Axel, volviendo a agarrarla de la mano.

Sky se dejó llevar mirando alrededor, la vista era hermosa, aunque el sol estaba en su máximo punto y eso la incomodaba un poco, comenzaba a sentirse pegajosa por el sudor y eso no le gustaba.

—Alquilaremos una de las carpas, ¿cierto? — Preguntó Sky. — Con el sol a ese punto nos quemaremos de no tener cuidado. — Aseguró.

Axel asintió.

—Claro que alquilaremos, tal vez podamos darnos una siesta, entraremos al agua cuando baje un poco el sol.

Y así lo hicieron, alquilaron la carpa y descargaron sus cosas en las sillas de esta. La rubia se quitó la ropa con algo de afán, debido al intenso calor que hacía. Axel se sentó y comenzó a quitarse también la ropa.

—Recuéstate, te aplicaré el bloqueador. — Ordenó ella cuando vio a su chico sin camisa.

El sonrió divertido.

—Como mandes.

El rubio se acostó y Sky comenzó a aplicar la crema por su cuerpo. Axel suspiró mientras cerraba sus ojos.

—¿Muy cómodo? — Preguntó ella esta vez divertida.

Axel abrió solo uno de sus ojos para verla.

—Podría acostumbrarme. — Aseguró.

Ella río y siguió masajeándolo mientras negaba con la cabeza. Cuando terminaron los papeles cambiaron y después fue él quien le aplico el bloqueador en el cuerpo. La brisa que entraba en la carpa relajaba tanto a Sky, que comenzaba a quedarse dormida.

—¿Quieres dormir un poco? — Preguntó él mientras le pasaba las manos por el cabello.

Sky rio.

—Creo que soy la única persona que viene a la playa y le dan ganas de dormir. — Dijo divertida mientras lo miraba.

—Para nada, ven, déjame tumbarme y te sirvo de almohada.

Sky se acomodó encima de su novio y apoyó la cabeza en su pecho. Axel, como pudo, agarró una de las toallas para ponérsela encima a su novia y que esa forma no dejará a la vista nada de sus piernas y culo. Al sentir como la arropaba rio pero no dijo una sola palabra y cerró los ojos y se dejó llevar por los latidos de Axel.

***

—¡Axeeeel! — Gritó en protesta llamando a la atención de algunas personas que estaban cerca a ellos.

El chico la tenían en su hombro, como un saco de papas, arrastrándola hasta el agua. Hace un tiempo después de terminado de almorzar en un restaurante cerca de la playa y está decidido esperar un no era bueno metrose al poco agua al haber terminado. Sin embargo, su novio solo fue capaz de esperar media hora antes de quejarse y alzarla para arrastrarla hasta el agua.

Realmente su siesta duró solo 20 minutos, pero pareció que era justo lo que ella necesita para animarse a dar un paseo por la playa, la cual estaba algo vacía. Axel se había quedado profundo, pero a penas ella se intentó levantar se despertó agarrándola, pensando que ella se iba a caer. Y, tres horas después, el chico había decidido arrastrarla hasta el agua.

Sky se abrazó fuerte a su novio para hacerlo hundirse con ella, y lo logró, pese a que el chico pesaba como mil kilos. Ambos forcejearon por unos minutos debajo del agua, Axel tratando de hundirla más y ella evitando que el saliera a la superficie. Después de algunos segundos, el oxígeno se les agotó, por lo que no tuvieron más opción que salir a la superficie.

—¡Eres un idiota! — Le dijo Sky después de recomponer el aire.

Axel rio carbonatado y trato de agarrarla de la cintura para acercarla, pero ella, aún tratando de mantenerse brava lo manoteó.

—No te volveré a dar besos en todo el día. — Dijo haciéndose la indignada.

Axel abrió la boca.

—Obviamente bromeas. —Dijo confiado. Sky lo miró seria, aunque quería reírse. —No, nube, no me puedes quitar los besos. — Aseveró al ver que ella no cedía.

—¿Y por qué no? — Preguntó ella alzando una de sus cejas.

—Pues porqué esos labios son míos. Solamente míos. —La mirada de Axel se tornó oscura.

Sky supo que su novio acababa de excitarse al decir ello y tenía que ser sincera, a ella también le dieron cosquillas en su vientre bajo al escucharlo. De repente sus fuerzas flaquearon, pues su novio comenzó a acercarse como si de una presa se tratase.

—Axel... estamos en un lugar público. —Dijo ella al conocer las intenciones de su novio.

Miro a alrededor, había unas cuantas personas, la playa no estaba muy llena pero tampoco estaban solos como para tener sexo.

—¿Y qué con eso? —Preguntó despreocupado mientras la agarraba por la cintura y la pegaba a él.

—¿Cómo que qué? — Inquirió incrédula.

El sonrió pícaramente.

—Nadie nos presta atención. — Aseguró el rubio.

Sky sabía que nadie estaba siguiendo cada paso que daban, pero de solo pensar que podrían tener sexo ahí la ponía paranoica, pensando que incluso podrían leerle el pensamiento. Regresó a la realidad cuando sintió como su novio le agarró las piernas para que las enrollara alrededor de su cintura y una vez lo hizo saltó, pues ya podía sentir su miembro erecto, chocando con su feminidad.

Axel rio, pues esa era justa la reacción que esperaba.

—No es divertido. —Dijo ella mirándolo mal, para después a desviar su vista alrededor volver.

—Si que lo es. —Dijo el, quien le agarró el mentón suavemente para hacer que ella lo mirase. — Voy a hacerlo. — Aseguró.

Y como siempre Axel tenía ese efecto en ella, de hacerla querer hacer cosas que, estando con la cabeza fría, nunca haría. Tal y como les pasó aquella vez en el camerino, el día de la final. Lo terminaron haciendo sin siquiera haberle puesto seguro a la puerta. Ese día alguien los pudo haber sorprendido sin ningún problema.

Tal cual como esa vez, Sky cedió, dejando que su novio sacara su miembro de la pantaloneta de baño para después dejarlo sobre su feminidad y restregárselo encima de la tela. Sky apretó los labios mirando como Axel se deleitaba con sus gestos. Sin poder evitarlo miró nuevamente. La gente parecía tan ajena. De verdad iba a tener sexo en un sitio público.

Poco a poco sintió como Axel corría hacia un lado la tanga de su traje de baño, dejándola expuesta para él. Su novio no tardó mucho en ubicar su miembro en la entrada, y comenzar a deslizarlo muy lentamente dentro de ella. Sky quiso gritar, pero terminó pegando su frente con la de él, con los ojos cerrados y apretándole el cuello, para tratar de liberar esa sensación.

Cuando ya estuvo totalmente dentro, Sky abrió los ojos para verlo. Fuego fue lo que vio. Axel no se movió, sino que esperó unos segundos quietos. Era evidente que no podía moverse rápidamente pues eso ya sería ser muy evidentes.

—Abrázame. — Le susurró el rubio, tratando de buscar la posición ideal que disimulara los movimientos que comenzaría a realizar.

Sky no le dijo nada y lo abrazó, dejando su cabeza en el hueco de cuello. Viendo hacía la gente que se encontraba en la arena. Axel comenzó a salir tan lentamente que tuvo que volver a cerrar los ojos, pues entre más lento, más lo sentía.

—No puedo creer que esté haciendo eso. — Le dijo ella al oído, en un gemido bajo.

—Oh, nube, acabas de cumplir una, de los cientos de fantasías que tengo contigo. —Respondió él, volviendo a entrar en ella.

Sky volvió a gemir y definitivamente supo que estaría dispuesta a hacer cualquier cosa que aquel rubio le pidiera. Solo él tenía ese poder de convencimiento en ella. Solo él la hacía sentir así y lo mejor era que ambos eran completamente del otro.

***

Sky se separó con pesadez, pensando en cuantas veces debería volver a hacer lo mismo. Despedirse de él.

—Esta vez tienes que jurarme que me llamarás cuando llegues, por favor. — Dijo seriamente Axel, mientras le colocaba uno de sus mechones detrás de la oreja.

La rubia asintió.

—Lo juro. No volverá a pasar, ya lo sabes. —Aseguró.

Axel asintió conforme y le agarró ambas manos.

—Bien, mi nube. — Dijo.

Quedaron en silencio, mientras se miraban el uno al otro y en esas, a Sky se le aguaron los ojos de inmediato, no quería dejarlo. El chico volvió a abrazarla mientras le sobaba la espalda. Como siempre era ella la llorona, pues jamás había visto una sola lágrima por parte de Axel.

—No llores cielo, sabes que lo detesto. - Pidió él.

—Ya sé, soy una ridícula. - Dijo ella tratando de calmarse, solo unos cuantos meses.

O quizás más. Pensó Axel al saber que nunca le dijo a la rubia que de pronto su estancia en Los Ángeles se alargaría y que no sabría por cuanto tiempo más se trataría. Sentía que la traicionaba al no decirle eso y al ocultarle todo lo que en realidad sucedía allí.

—Nunca eres ridícula, simplemente no me gusta que llores. Menos por mí. Nadie nunca merecerá tus lágrimas, nube. — Dijo vehemente agarrando sus mejillas. —Nos veremos pronto cielo, ya verás.

El rubio volvió a besar sus labios suavemente.

—Te amo, ¿lo sabes no? — Dijo mientras apoyaba su frente con la de ella.

—Claro que lo sé, y espero también sepas que también te amo, con toda mi existencia. — Dijo ella acariciando su suave cabello. —Volveré. —Prometió.

—O tal vez sea yo el que vaya por ti.

La rubia rio y se separó de ir.

—Es hora. — Avisó.

Axel le dio una sonrisa y no dijo nada más. La rubia le dio un leve pico antes de separarse por completo y darle la espalda para echarse a caminar a la sala de espera. Axel se quedó viéndola mientras la perdía entre las personas. Claro que volvería por ella, siempre lo haría.

*UFC: Es un evento de artes marciales mixtas producido por Ultimate Fighting Champions.

Oigaaaaaan he vuelto ❣️

Muchas gracias por los 100k, no saben cuánto significa llegar a esta cifra. Mi Rubia es de las mejores cosas que tengo🥺

Cuéntenme qué tal el cap y que creen que viene 🤔

Tengan un excelente inicio de semana ❣️

C.K

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