Días después.
Cumpleaños de Liza.
-¿Estás segura de ir a ese campamento?-me preguntó por décima vez mi hermano.
Le entrecerré los ojos. -¿Cuántas veces me vas a preguntar lo mismo?
-Mañana vuelvo a Boston con Madison y Dimitri. Quiero estar seguro porque ese campamento...
-¿Fuiste?-lo miré sorprendida.
-Una vez.-dijo agarrando un poco de la picada que había en la mesada de la cocina. Específicamente un cubito de jamón y otro de queso.
-¡Ey! Es para los invitados.
-Formo parte de los invitados.-me guiñó un ojo.
Rodé los ojos.-Como sea. ¿Vas a decirme por qué no quieres que vaya?
-No es que no quiera. No sé si es...para ti.
-¿Por qué lo dices?
-Ese campamento no es como lo pintan en las películas.
-¿Qué clase de campamento es?
-Tyler podría decirte mejor porque estuvo más tiempo, yo solo fui por unos días. No sé si seguirá siendo igual pero cuando fui, no podíamos usar el teléfono por ejemplo. O sea no podíamos tener contacto con el exterior. Era como una burbuja.
-¿Por qué no les dejaban usar los teléfonos?-lo miré extrañada.
Se encogió de hombros.-Ni idea. Habían muchas restricciones.
-¿Pero iban muchas personas al campamento?
-Si aunque en realidad nos separaban por grupos según la edad. Si mal no recuerdo separaban en dos grupos. De 13 a 16 años, de 17 a 25.
-¿Los mandaban a lugares diferentes o como hacían?
-Quizás ahora cambiaron las cosas pero en su momento, como el terreno era grande, mandaban a un grupo a un lado y al otro grupo a otro lado. Nunca nos cruzábamos con el otro grupo. Pero no sé, tendrías que averiguar en la página web. Pasó bastante desde la ultima vez que fui.
-Bueno... y ¿te resultó divertido ir?
-Si, que se yo. Al ir con amigos es distinto, la pasas mejor.
Me quedé unos minutos más hablando del tema, sacándome algunas dudas porque seguramente si se las preguntaba a Tyler no me iba a responder ninguna hasta que eché un vistazo a la hora y abrí mucho los ojos.
-Mierda. En media hora llegan todos y ni siquiera me arreglé.-salí prácticamente corriendo hacia la escalera dejando a Hunter que seguía observando la comida para ver que podía agarrar para que nadie lo notara.
Menos mal que antes de viajar a Paris, con Madison, fuimos a una tienda a comprarnos un vestido para usar en el cumpleaños de Liza ya que por los comentarios de Hunter, iban a asistir mujeres con vestimenta elegante junto con sus esposos e hijos.
En la tienda que fuimos, los vestidos costaban muchísimo dinero. Ninguno nos terminaba de convencer del todo hasta que ambas llevamos la mirada hacia dos vestidos que estaban colgados al final. Era el mismo vestido, pero de diferente color. Uno negro y el otro rojo.
Al verlos, fue un flechazo a primera vista así que no dudamos y los compramos sin importarnos que fueran el mismo. Madison terminó eligiendo el de color rojo y yo el de color negro.
Veinte minutos después de la conversación con mi hermano, ya me encontraba lista mirándome en el espejo que tenía en la habitación para luego ponerme perfume y cepillar nuevamente mi cabello.
No sabía muy bien por qué pero me sentía nerviosa.
Respirando hondo, busqué mi teléfono y me dispuse a salir de la habitación.
Mientras cerraba la puerta con llave, porque no quería que algún invitado se metiera en la habitación por error, oí la puerta de enfrente abrirse. Era Tyler. No sabía qué onda pero siempre salíamos al mismo tiempo.
El sonido de unas botellas provocó que lo mirase de reojo. Tenía dos botellas de alcohol en sus manos. No obstante, le eché un rápido vistazo a su atuendo. Llevaba un jean negro junto con una camisa negra arremangada que dejaba al descubierto sus tatuajes.
-¿Te gusta lo que ves?
Cuando levanté la mirada hacia sus ojos verdes pude llegar a ver la diversión en él. Dándole una sonrisa falsa le contesté.-Para nada. Tan temprano ¿y ya bebiendo?-alcé las cejas cuando lo vi tambalearse un poco.
Di un paso hacia atrás cuando lo vi dar un paso hacía mi para señalarme con una de las botellas.-No es asunto tuyo, niña.
Apreté mis puños ante su comentario.
-No me digas niña.
-Lo eres.
Su semblante burlesco me dio ganas de insultarlo. Sin embargo me contuve y comencé a caminar hacia la escalera.
Cuando los invitaron comenzaron a llegar, Liza junto a su esposo le dieron indicaciones para llegar uno de los jardines que tenía la casa. Sí. Había dos jardines de los cuales nunca me enteré mientras estuve en la casa.
Liza junto con una chica que había venido por la tarde a la casa, armaron todo en uno de los jardines. Colocaron bastantes mesas y sillas con una que otra decoración. Había quedado re lindo todo, refinado. También habían colocado pequeños faroles que en la noche quedaban estupendos.
Mientras Liza organizó todo con esa chica, con Madison observamos todo. Y por otro lado, Tyler y Hunter estuvieron en el otro jardín organizando otras cosas. No supimos que tenían pensado para ese jardín hasta que nos topamos con Dimitri y nos comentó que iban a poner música. Y por supuesto, iba a haber mucho alcohol.
Al ver la cantidad de mesas que había en un jardín y la cantidad de botellas de alcohol que había en el otro jardín, caímos en la cuenta de que iban a asistir muchos invitados.
Volviendo a la realidad, miré a las dos chicas que estaban sentadas en la misma mesa que nosotros. Ni idea quienes eran. Se sentaron con el pretexto de que no había lugar en las otras mesas lo cual era mentira.
Desde que nos sentamos hasta ahora la pelirroja y la castaña no pararon de tirar comentarios fuera de lugar.
Después de haber disfrutado de la comida y de que Hunter y Tyler se fueran hacia el otro jardín para ver el tema de la música, con Madison decidimos levantarnos de nuestros asientos cuando estas dos chicas terminaron con nuestra paciencia.
Unos pasos después, oímos nuevamente sus voces chillonas.
-¿Se van a dormir? Entiendo, esto no es para ustedes.
-Que sueñen con los angelitos.-terminó de decir la otra.
Al principio me contuve para no armar líos en el cumpleaños pero ya era suficiente. Sus voces sarcásticas provocaron que me acercara velozmente a ellas.
-Vamos a aclarar una cosa...-comencé a decir de mala manera hasta que de pronto volvieron Hunter y Tyler a nuestro lado.
-¿Qué pasó?-preguntó Hunter confundido.
-Nos están atacando con mentiras.-respondió la pelirroja bajando su tono de voz.
-Que mentirosa.-lancé enojada.
-No estamos mintiendo.-habló la castaña.-Se están burlando de nosotras.-culminó al borde del llanto.
Justo cuando estuve a punto de abalanzarme hacia ellas, Tyler me detuvo y con alguna que otra palabrota de por medio nos alejamos los cuatro.
Con Madison estuvimos unos cuantos minutos más refunfuñadas por esas dos idiotas hasta que después se nos pasó cuando empezó a sonar la música.
Estábamos tan a gusto bailando las canciones que no me percaté que tenía a alguien detrás y me la choqué.
Dispuesta a pedirle disculpas, voltee pero cuando lo hice las palabras quedaron atoradas. Era la pelirroja de antes.
Luciendo una sonrisa falsa, le di nuevamente la espalda y seguí bailando sin importarme si le daba otro codazo más.
Un buen rato después, ya estaba sin Madison bailando ya que ella se quiso ir a su habitación porque no se sentía del todo bien. No sé cuánto alcohol bebí pero fue más de lo que debía, o eso pensé cuando comencé a ver algo borroso.
Llevando la mano hacia mis ojos, giré. Gruñí cuando me llevé puesto a alguien.
-Que desagradable.-una voz chillona ocasionó que frunciera el ceño.
Levanté la mirada y me topé nuevamente con la pelirroja. ¿Por qué diablos se me aparecía a cada rato?
-Que idiota.-respondí ante su comentario, repitiendo la palabra "que".
-Qué mal vocabulario. Ya me lo imaginaba.-dijo con suficiencia.
-Como digas.-dije pasando por su lado llevando puesto su hombro con el mío apropósito.
-Huye nomás.
Al oír una carcajada detuve abruptamente mis pasos y la empujé.-Que te jodan.
Decidida a irme dentro de la casa, volví a detenerme cuando sentí un tirón en mi cabello.
Y ahí sí, se descontroló todo.
-Basta, Freya.-Tyler tiró de mí hacia atrás para que me alejara de ella. Ya todos habían formado un círculo y nos alentaban a seguir la pelea.
-Suéltame.-me removí en el lugar.
-No. Vamos.
Una vez que estuvimos finalmente dentro de la casa y me soltó, me alejé rápidamente de él para volver hacia la chica. No obstante, Tyler se adelantó y me tomó nuevamente para que no avanzara.
Con Tyler pisándome los talones, subí la escalera como pude porque el mareo comenzó a hacerse presente en aumento.
-Métete a tu habitación y deja de meterte en problemas.
-Ella empezó.-cuando llegamos a la puerta de la habitación, Freya se detuvo.- ¿Sabes qué? Le daré su merecido. Me cansó.
-No.
-Apártate.-empujó sus manos contra mi pecho lo cual fue inútil porque ni siquiera me movió de mi lugar.
Llevé la mano al puente de mi nariz.-Es el cumpleaños de mi mamá y no vas a armar ningún lío ¿de acuerdo?
-No es justo. Ella empezó. Me tiró comentarios a propósito. Y como empezó que se banque las consecuencias.-bajé nuevamente la mirada hacia ella debido a que es más baja que yo cuando la oí tan decidida a enfrentarla.
-La mayoría de las chicas que vinieron son así. Les gusta llamar la atención molestando. No le sigas el juego.
-¿De verdad? No me di cuenta.-dijo sarcástica tratando de mantener el equilibrio.
Ladee la cabeza.-Si vas a beber, procura controlarte.
-No me digas lo que tengo que hacer...-calló cuando se escucharon unas voces provenientes de la escalera.-Es ella.
-¿Eh?-levanté las cejas mirando al pequeño terremoto que tenía enfrente, es decir a Freya.
-Es la pelirroja con la otra idiota. Estoy segura.
-Les voy a decir que no pueden estar en esta parte de la casa. No te mueves.-la señalé antes de encaminarme hacia el final del pasillo hasta que de repente el sonido de unos tacones me hicieron cerrar los ojos por unos segundos. Freya venia caminando detrás de mí.-Te dije que te quedaras allí.-la detuve haciendo que apoyara su espalda en la pared.
-Necesito decirle algo. Suéltame.
-No.
-Tyler.
-Freya.
-Oh aquí estás.-la pelirroja miró a Tyler ignorando mi presencia. La otra castaña estaba a su lado.-Te estaba buscando.
Tyler ladeo la cabeza hacia ella.- ¿Qué pasa?
-¿Podemos hablar a solas?-le habló coqueta a lo que yo hice una mueca.
-¿No ves que está ocupado?-intervine.
-¿Y tú eres?-se hizo la pensativa un instante.-Ah, sí. La sin modales.
Tyler se habrá dado cuenta que estaba a punto de decir algo porque habló antes.-No está permitido que los invitados recorran el resto de la casa.
-Oh, lo siento.-su tono amable me enfureció cada vez más.- ¿Vas a... quedarte con ella? Por cierto, he estado conversando con tu madre. Me dijo algo realmente gracioso.-lo miró para luego mirarme con burla y regresar la mirada a él.
¿Por qué me miraba así?
-¿Qué te dijo?-Tyler levantó las cejas.
-Que esta ilusa es tu novia.
Me la quedé mirando sin pestañar cuando soltó la palabra "ilusa".
-Dile que se vaya.-le dije a Tyler antes de perder el control con ella. Ya me sentía bastante mal para que esta chica venga a tildarme de ilusa.
-¿Es verdad que es tu novia o solo lo dice por compasión?
Si seguía hablando con ese tonito iba a estallar.
-Chiara. Será mejor que vuelvas al piso de abajo.-le dijo Tyler ignorando su pregunta.-Y tu también.-le dijo a la castaña.
-Está bien, está bien.-levantó las manos como si no hubiera dicho nada.-Era obvio que era mentira.-me dio una última mirada antes de que giraran en dirección a la escalera.
-Voy a matarla.-le mascullé entre dientes a Tyler a lo que él soltó una carcajada ronca.-Muévete.
-No.-dijo colocando sus manos sobre mis brazos.-Eres capaz de tirarla por la escalera.
-Si te apartas estaría encantada.
-Ahora olvídate que me aleje.-sonrió negando.
Después de que me dijera por décima vez que no le hiciera caso a sus comentarios, lo volví a mirar cuando noté la cercanía entre nosotros.
-Tyler...-musité segundos después llevando la mano a mi frente.-No me siento bien...
-Mejor ve a tu habitación.-se hizo a un lado para que pasara.
Pestañeé varias veces.-Esto no es bueno.-me aclaré la garganta cuando el mareo volvió a apoderarse de mi con más fuerza.
-Te pasaste de la raya con el alcohol.-lo oí suspirar mientras se acercaba nuevamente a mí. Lo vi morderse el labio.-¿Qué fue lo que tomaste?
-No sé...-respondí insegura.
-¿Bebiste de los vasos que estaban en la mesa, cierto?
-Si...
-Freya.-se refregó el rostro con la mano.-¿Aceptaste el vaso de alguien?
-¿Por qué...?
-¿Si o no?-preguntó impaciente.
-No sé Tyler. No recuerdo.-me tapé el rostro con las dos manos.
Ay no. Apoyé mi espalda en la pared y me dejé caer sentada acomodándome el vestido cuando no pude mantenerme de pie.
No entendía que me estaba pasando.
Me he emborrachado varias veces pero esta vez...no sé. Sentía algo diferente.
-Freya.
-¿Qué?-lo miré cuando se puso de cuclillas frente a mi.
-Te pusieron algo en la bebida. Si se entera tu hermano...
Lo miré asustada.-No le digas nada.-cuando se me quedó mirando sin decir nada, volví a hablar.-Por favor, no le digas.-supliqué.
-¿Sabes que de cualquier modo va a enterarse?
-Si no le dices nada no se va a enterar. No quiero que se preocupe.-cerré los ojos por un instante cuando quise levantarme y no pude.
-Ven. Te llevo a tu habitación.-se acercó más a mi y colocó sus manos en mi espalda y en la parte de atrás de mis piernas para levantarme y completar los pasos que faltaban. Cuando apoyé mi cabeza cerca de su cuello, no pude pasar desapercibido su perfume.
-¿Sabes quién pudo haber metido algo en la bebidas?
-Si.
-¿Quién?
-No importa. Yo me encargo del chico. Es un imbécil.-dijo apoyando mis pies en el suelo.-Dame la llave así abro.
Mi pulso comenzó a acelerarse tratando de recordar dónde había dejado la llave.-No sé dónde la dejé.
-Diablos, Freya. ¿Y ahora qué?
-No sé.-susurré sentándome de nuevo en el piso cuando no pude mantener el equilibrio. Era como si ahora me estaba haciendo efecto lo que me habían metido en la bebida. Tenía ganas hasta de llorar de lo mal que me sentía.-Tengo frío.-comencé a temblar de la nada.
-Son los efectos. Vas a sentirte así por unas horas. Ven.-repitió la misma palabra que antes y me volvió a cargar. Te voy a dejar en mi habitación hasta que regrese ¿de acuerdo?-me llevó un mechón de cabello detrás de la oreja.
-Está bien.-susurré.
Tyler abrió la puerta de su habitación.-¿Estás segura que no quieres decirle a tu hermano?-dijo cuando ya ingresamos.
-Si. Ahora debe estar con Madison, no quiero que se preocupen. No se sentía muy bien. ¿Estás seguro que esto dura unas horas?-formulé una mueca quitándome los tacones. Mis pies no lo aguantan más.
Asintió llevando la mano a su cabello despeinado y rizado.-Si. Quédate tranquila. Voy a ir a ver si encuentro a mi madre para pedirle el otro juego de llaves de la habitación.-de pronto miró la pantalla de su teléfono cuando se escuchó el sonido de una notificación.-Diablos. Me olvidé.-maldijo y comenzó a teclear rápido algo en su teléfono.
-¿Pasó algo?
-Me olvidé que en media hora tenía que buscar algo.
Levanté las cejas.-¿De madrugada?
-Si. Ahora me tienen que pasar la dirección.-respondió como si nada.
Segundos después volví a hablar.-Oye...¿Hasta cuándo se van a quedar los invitados en la casa?
Cuando Tyler quiso volver a desbloquear la pantalla de su teléfono, quizás para ver si le habían mandado la dirección del lugar a dónde tenía que ir, gruñó cuando no le prendió. Se le quedó sin batería.-Una hora o dos horas más creo.-respondió a mi pregunta mientras se movía en la habitación seguramente buscando el cargador.
-Ey, tu madre ahora debe estar disfrutando con sus amigas. No le pidas las llaves, mejor se las pido yo cuando la gente se haya ido. Seguro en un rato me siento mejor y puedo bajar la escalera aunque ahora se me fue el mareo y la sensación que tenía. Mientras...¿me dejas quedarme en tu habitación hasta que termine el cumpleaños?-cuando solté aquella pregunta me sentí como una niña pequeña pidiendo permiso a algo que seguramente la respuesta sea un rotundo "no".
Tyler volteó y se quedó unos segundos en silencio mirándome. Su mirada intensa pareció envolverme por unos segundos debido a que no podía quitar la mirada de la de él.
-Está bien.-aceptó para luego ladear la cabeza.-Pero no toques ni rompas nada de la habitación.-asentí con una sonrisita.-Igual ahora estás mejor porque estás quieta. Si empiezas a caminar te vas a volver a marear.-dijo como si ya hubiera pasado esa experiencia.-El idiota el año pasado hizo lo mismo en otra fiesta. Siempre mete lo mismo en ciertas bebidas.
De repente pasó todo muy rápido. Tyler quiso conectar el cargador al enchufe y todo se volvió oscuro a nuestro alrededor.
-Maldita sea. Se cortó la luz.-maldijo cuando se llevó puesto algo. No se veía absolutamente nada en la habitación ya que tenía las persianas de su ventana bajas.-Pon la linterna de tu teléfono.
-No tengo mi teléfono.
-¿Cómo que no? ¿Dónde está?
-Antes se lo presté a Madison, lo debe tener en su habitación...-comencé a mover mis brazos para evitar golpearme con algo mientras encontraba el picaporte de la puerta hasta que bajé los brazos de golpe en el preciso instante que me llevé puesto a Tyler.-Lo siento.
Mi corazón comenzó a latir con un poco más deprisa cuando percibí la cercanía que había entre nosotros.
Un silencio se extendió en el ambiente hasta que escuché a Tyler decir mi nombre en la oscuridad, lo cual me causó algo extraño y ciertos pensamientos abundaron mi mente. ¡Por dios! ¿En que diablos estaba pensando? Me dije mentalmente intentando quitar aquellos pensamientos.
-Freya.
-¿Qué?-susurré aclarándome la garganta mientras retrocedía un paso.
Inmediatamente me arrepentí cuando mi espalda tocó la pared y quedé entre Tyler y la pared.
-¿Sabes que tu hermano va a matarme si se entera que ahora estás en mi habitación, cierto?
-Lo se.-susurré.
-Esto está mal.-dijo cuando nuestros rostros se acercaron y la tensión nos envolvió por completo. ¿Como diablos llegamos a esta situación? Una voz en mi cabeza me decía que me alejara, pero simplemente no lo hice.
-Muy mal.-mi voz fue casi inaudible cuando sentí sus manos acunar mi rostro.
-A la mierda todo. Solo una vez.-quise preguntarle a qué se refería con solo una vez pero no fui capaz de articular ni una sola palabra más cuando sentí una caricia y luego su boca sobre la mía. Parecían un rompecabezas, encajando a la perfección. Tendría que haberme alejado a tiempo porque esto estaba mal, sin embargo no me importó.
Ya tendría tiempo para arrepentirme después, me dije.
O eso quería creer, que sería un simple beso a pesar de que también sabía, muy en el fondo, que nos traería consecuencias porque sin pensarlo, nos estábamos metiendo en la boca del lobo y con eso, ya no había marcha atrás.
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Capítulo dedicado a:
Recuerden que estaré dedicando los capítulos a los que dejen comentarios a lo largo de los capítulos 🥰