CPS(Comento Para Saber)

By EmyFlores5

430K 19.2K 2.7K

Vi siempre ha pensado que la preparatoria es un buen lugar para enamorarse, ¿por qué no? Y sobretodo es un bu... More

El chico lector
Loan Consatti
Mi capitán
Mi mejor amigo
La isla
Martes
Paris
¿Amigos?
Rumores
Rosas
Lo que hizo Xavier
Sospechas
Acoso
Al más puro estilo de Xavier Sciolla
Lo correcto
Sentimientos que no se van
Soy Sam
Ninjas
El momento de Xavier
Tacos <3
Santiago
Ojos de fuego
Dos chicos: decision imposible
¡Pelea! ¡Pelea!
Noruega
Bipolar
Basta de borrachos
Día de traiciona a tu hermano
Un instante
Buenas noches
Demasiado tarde
Sonrisas finguidas
Una mala idea
Nuestro felices para siempre
Órgano inutil
¡Sopresa!
¡Fuego!
Un amor de esos
Especial: el hermanito de Sam

Amada Violete

7.2K 447 114
By EmyFlores5

Sam:

Corro casi a ciegas, con los brazos doblados frente a mi rostro y el cuello de mi camisa tapándome la nariz, protegiéndome del humo y el fuego que se hacen cada vez mayores.

Sigo adelante a pesar de todo, cada vez más al fondo, hacia el ático. Ya no hay nadie más, todos han salido, sólo quedo yo. Sé que esto es lo más estúpido que he hecho en mi vida, pero necesito hacerlo, necesito salvar a Bingo. Tengo a mi mascota desde los seis años y a este punto ha pasado a ser parte de la familia, más que eso: es lo único que tengo en casa, lo único por lo que soporto estar ahí. No puedo perderlo, no puedo...

-¡Saaam!

Joder, no.

-¡Saaam!- la voz de Violet se acerca, claro, ella debe saber hacia donde me dirijo-. ¡Sam!

-¡Violet!- grito de regreso, el pánico ascendiendo por mi garganta, oprimiendola más que el humo-. No vengas, quédate donde estas.

-Iré- una única palabra, pero una palabra llena de decisión. Sé que de esto no la puedo disuadir, a pesar de que en ese momento es lo único que quiero: convencerla de que no venga. Puedo entenderla, yo estoy aquí porque mi mejor amigo esta atrapado, supongo que su razón no es muy diferente.

Me quedo ahí parado, en medio de las ardientes llamas, esperando a que mi mejor amiga llegue hasta mí. Pero no esta sola, Xavier la sigue de cerca, callado y ausente como nunca lo he visto.

-Tienes que volver, necesito sacar a Bingo- grito por encima del crepitar de las llamas.

-En ese caso, te acompaño- dice con obstinación.

Suspiro derrotado, no la podré convencer, además ya casi llegamos e incluso Xavier puede ayudarnos. Caminamos hacia la última habitación donde se encuentra la trampilla que conduce al ático. Aquí las llamas todavía no son tan grandes y el humo aún no es tan espeso. La esperanza comienza a aflorar en mí. Jalo de la cuerda que hará bajar las escalerillas. No pasa nada. Jalo un y otra vez con el mismo resultado.

-Tu perro debe estar sobre la trampilla y por eso no la deja salir.

-¡Bingo!- grito, desesperación e impotencia peleandose por el lugar principal en mi voz.

Xavier comienza a golpear el cuadrado que marca la trampilla para que, de estar Bingo encima, se mueva.

-No responde, debe haberse desmayado.

-No, no, no, ¡Tenemos que sacarlo de ahí!

-Sam, no podemos- siento a Violet rodearme por detrás. Me resisto y me retuerzo entre sus brazos.

-No- gruño-. No puedo dejarlo aquí.

-Vamos, Sa...

Tiro de Violet hacia atrás antes de que una de las paredes se venga abajo, abatiendo el lugar donde unos segundos antes estuvo mi mejor amiga. La miro por un segundo, a la persona que pude haber perdido por una estupidez. Lo entiendo: no puedo salvar a Bingo, es demasiado tarde, pero aún puedo salvarnos a nosotros.

-Andando- digo con derrota, lágrimas corriendo por mi rostro, tomado a Violet de una mano y jalandola lejos de ahí, hacia la entrada más cercana, sin embargo, la mayoría están o demasiado obstruidas por el fuego o simplemente ya derrumbadas.

-Por allá- Xavier nos guía, más conocedor del lugar, hacia una salida donde el fuego no se ha propagado tanto.

-¿Hacia donde?- inquiero deteniéndome en medio de un pasillo, mis pulmones a un sólo paso de estallar.

-Eh...- Violet mira alrededor, intentando ubicarse.

Xavier se ha quedado parado, observando todo con el ceño profundamente fruncido y una mirada de pánico nublando sus ojos verdes.

-Podríamos...- intentó pensar algo astuto, pero me he quedado sin ideas. Vamos a morir, todos vamos a morir por mi culpa.

Cerca, comienzan a sonar sirenas de bomberos. Aún así, estamos muertos.

-Por allá- dice Xavier de repente, su rostro iluminandose.

-¿Seguro?

Xavier:

-Sí, ya- los empujo por un pasillo que debe conducir a uno de los ventanales que, de seguro, ya debe estar deshecho. No quedan salidas cercanas sin fuego, por lo cual el ventanal que da al frente es lo único que nos queda.

Nos detenemos en otra intersección donde Vi y Samuel se ponen a discutir la dirección a tomar mientras yo me dedico a observar alrededor, ubicandome. Listo, ya lo tengo: tenemos la salida justo al frente. Trato de decírselos, pero entonces me ataca un violento acceso de tos que me hace retorcerme y casi caer de rodillas. Ambos chicos se vuelven hacia mí, los rostros preocupados a pesar de su odio. Están mirando hacia abajo, hacia mí doblando por la mitad y apoyando las manos en las rodillas. Y yo miro hacia arriba, hacia ellos y hacia la viga que comienza a precipitarse hacia ambos chicos.

No es ni un segundo, eso sería demasiado. Es menos que un parpadeo, menos que un instante. Es tan sólo un suspiro.

Pienso que esta es la forma de redimirme, quiera o no. Puedo dejarlos morir aplastados por la viga, sería tan absolutamente fácil. Un parpadeo y ya, ellos desaparecerían. Sin embargo, no quiero eso. Amo a Violet y, me guste o no, ella ama a Sam y no puedo dejar que eso pase, no puedo salvarla sólo a ella porque eso la destruiría. Tal vez haya algo que no encaja en mi interior, esa parte que Vi odia tanto de mí, pero también hay algo más, algo que me impulsa a saltar hacia delante, lanzando a ambos chicos lejos, a salvo mientras la viga no se apiada y sigue su camino, esta vez en mi dirección.

Los veo dar con la salida sanos y salvos, veo a Vi gritar mi nombre mientras las luces de las sirenas se detienen en frente.

El dolor estalla y no me entero de nada más.

Una semana después.

Aún me duelen los pulmones, pero duele más que nada el recuerdo.

Hace unos días que a mí y a Sam nos dieron el alta, pero venimos al hospital porque hay alguien que todavía le queda un buen tiempo aquí.

Xavier.

Nos dejan pasar a su habitación y Sam me aprieta una mano en apoyo, pues sabe que esto no será fácil.

No lo es.

Xavier esta tumbado en la cama, su piel roja en fuerte contraste contra las sábanas pulcras e inmaculadas. Tiene una muñeca atada a un soporte a la cama por unas esposas.

Esta es la historia: Xavier nos salvó, aunque claro, fue él quien inició el incendio. La policía encontró un encendedor que vincularon con él, además de que un par de chicas fueron testigos del momento en que incendió la cortina.

Creo que, después de todo, Xavier no es tan listo como todos creíamos.

Esta vez, su papi no lo salvó, sobre todo después de enterarse que Xavier hurtó el lugar, un lindo gesto de su parte para conmigo, pero sí,  algo bastante malo para él. Las influencias de su padre consiguieron que no lo manden al reformatorio donde se debería ir, pero sí a una escuela militar. Aunque quizá sería mejor mandarlo al psiquiatra ya que si resultó ser un   pirómano. Pero bueno, supongo que cada quien tiene lo que se merece.

Y por si la escuela militar no bastaba, también le quedaron muchas heridas, sufrió incluso quemaduras de primer grado de las que no se recuperará. Incluso le cuesta hablar.

Lo bueno es que no hubo muchos heridos, sólo desmayos ya fuera del lugar y quemaduras leves, como las que presentamos Sam y yo misma.

-Gracias- le decimos finalmente.

-¿Por qué? Fui yo quien inició todo.

-Aún así nos salvaste- Sam se encoge de hombros. Agrega un momento después, ante la mirada escéptica del otro chico-. Digamos que es algo así como "la intención es lo que cuenta", tú querías destruirme, pero terminaste salvándome. Supongo que es un gracias-por-no-matarme.

-Supongo- Xavier se encoge de hombros con una sonrisa tímida.

-Eh...- miro alternativamente a un chico y al otro.

-Claro, te espero afuera- Sam sale de la habitación.

Nos quedamos en silencio un momento. No sé como empezar.

-¿Vas a decirme cuanto me odias?

-¿Hum? No, ¿por qué haría eso?

-¿No me odias?

-No, bueno sí, bueno... ah, tal vez- suspiro-. Debo admitir que, cuando dije que te perdonaba la otra vez, no pude, no fue en serio. No podía pensar en perdonarte, era algo impensable, sólo actuaba. Pero ahora, creo que puedo hacerlo, esta vez puedo perdonarte.

-¿Por qué? Debes decirlo sólo porque estoy herido.

-No- respondo con sinceridad-. He aprendido muchas cosas últimamente de Sam. Si él esta dispuesto a perdonarte, yo también debería estarlo.

"Cometemos tantos errores por tantas razones diferentes que tenemos el derecho a ser perdonados. Todos merecen perdonar y ser perdonados, todos tienen ese poder.

"Sería un error no perdonar a los demás cuando nosotros mismos nos hemos equivocado tanto. Yo también he lastimado a mucha gente y me han perdonado y si no lo han hecho, me gustaría que lo hicieran.

"Así que lo haré- finalizo.

-Wow, ¿cuando te volviste tan poeta?- se burla Xavier.

-Oh, cállate- me contengo antes de darle un golpecito juguetón, no creo que sea conveniente teniendo en cuenta su estado.

-Así que... ¿estoy perdonado?

-Aún no, pero prometo intentarlo esta vez.

-Muy bien, supongo que es más de lo que puedo pedir- dice dejándose caer sobre su almohada.

-Supongo que ya sólo queda decir adiós.

-Te equivocas en eso. Aún no estoy listo pare dejarte ir.

-Adiós, Xavier- digo saliendo.

-Hasta pronto, Vi.

Sam me pide que lo acompañe a su casa, acepto pues ahora mismo lo único que se me antoja es estar con él y quizás tener ese beso que hasta ahora se nos ha negado.

-Espera aquí- me dice dejándome en su enorme sala mientras él sube a su habitación.

-O...kay- digo no muy segura, observando el rostro ansioso y terriblemente nervioso de mi amigo a la vez que desaparece escaleras arriba.

Cuando baja, lo hace con las manos a su espalda, escondiendo algo.

-¿Qué traes ahí?

No responde, se acerca a mí y me hace entrega de un libro.

-¿Para mí?

-Para ti- asiente.

-No es mi cumpleaños- me burlo.

-Ya tampoco es el mío. Sólo ábrelo, Coram- añade impaciente.

-Vale patrón.

Lo sostengo, como sostengo todos los libros nuevos, ante mi y observo las tapas duras cubiertas de cuero antes de abrirlo. Me abstengo de olfatear sus hojas, pues siento que la paciencia de Sam comienza a agotarse. ¿Qué le pasa? Abro el libro por la primera página, quedandome sin aliento. En la contraportada delantera se puede apreciar una foto de nosotros, muchísimos años atrás, del tiempo en que nos conocimos. Se nos ve incómodos, separados del resto. Había un convivio ese día y nosotros éramos los inadaptados que se juntaron porque nadie más quería estar con ellos. Nos tomaron la foto por sorpresa, nuestras expresiones sumamente graciosas ante el repentino flash.

Paseo mis dedos por las hojas hasta dar con la contraportada trasera donde hay una foto mucho más actual, una de la fiesta de Sam justo antes de que todo se fuera al traste. -Wooow- susurro.

-Hay más. En el inicio- Sam retrocede las páginas hasta el principio, donde hay varias páginas con su escritura conocida. Se puede apreciar el esfuerzo en las letras menos torcidas de lo normal. Me extraña, pues para sus cartas casi siempre pide ayuda mía o de Julie, esto debe ser realmente personal para que no quiera que nadie más lo escriba por él. Probablemente alguien normal no entendería nada, pero tengo años de conocerlo y su letra torcida y pequeña me es tan familiar como la mía propia.

Amada Violet:

¿Sabes porqué nunca te llame Vi, Vio o cualquier otro derivado? Porque no me parece correcto acortar algo tan hermoso. Hay nombres que quedan mejor cortos- supongo que mi nombre es uno de ellos-, sin embargo, Violet suena perfecto para mí, abarca todo lo que eres y cambiarlo por un apodo sería un delito. No hay nombre que te quede mejor, que consiga abarcar tan bien todo lo que eres, por eso para mí siempre serás Violet.
Sé que hay otra cosa que te cuestionas: ¿por qué te quiero, por qué te elijo a ti en vez de las porristas o las demás chicas que me siguen? Es fácil: porque tú siempre estuviste ahí. Fue en la secundaria cuando me enamoré de ti, y también fue en la secundaria cuando peor me porté contigo. ¿Recuerdas ese tiempo? Esa etapa que tuve en segundo cuando te traté horrible y evitaba a todo el mundo. A pesar de todo, tú siempre estuviste ahí, conmigo, sin que te importarán mis repentinos cambios de humor o lo mucho que te repetía que quería estar sólo. Tú simplemente te sentabas a mi lado en silencio, y aún sin pronunciar una sola palabra, me abrazabas. Nunca te platique lo que me pasó y tú nunca me interrogaste, no porque no te importaba, sino porque estabas esperando que yo sólo diera el primer paso y te lo contara.
Fue entonces cuando me enamoré de ti, me enamoré de la amistad incondicional que me ofrecías, del apoyo callado, de ese soporte en que te convertiste sin saberlo. Me enamoré de eso que nadie más me dio nunca. Y en ese tiempo, te veía tan lejana e inalcanzable, quizá suene irónico, pero era yo él que se preguntaba porque saldrías con alguien como yo. En ese tiempo salías con Jaime y luego saliste con Xavier mientras mis esperanzas se hacían cada vez menores. Quizás estaba destinado solamente a adorarte de lejos, atrapado por siempre en la zona de amigos.
Entonces terminaste con Xavier y fui yo quien te apoyó, quien te devolvió todo lo que me diste, quien se sentó a tu lado sin hacer preguntas y te abrazó cuando notaba que lo necesitabas. No lo hice porque pensé que necesitaba saldar una deuda, si no porque es lo que quería hacer. Y ya no pensé más que no te merecía. La esperanza revivió y comencé a creer que algo podría pasar entre nosotros. Pero tú eras tan esquiva, temerosa de algo que no podía entender. Sabía lo que era: tenías miedo de que lo que nosotros teníamos, esta amistad sin condiciones, se echará a perder con un romance. Ahora te digo que sí, que tal vez pudo ser así, pero que no lo será. Porque esto no es un estúpido romance, esto, estoy seguro, es más profundo. No es algo pasajero, es lo más hermoso que me pudo pasar y espero que tú pienses lo mismo. Porque, si me das la oportunidad, te prometo que haré que esto, todo por lo que tuvimos que pasar, valga la pena.
También sé que tienes miedo, que piensas que somos demasiado jóvenes para algo tan serio e importante, a fin de cuentas apenas vamos empezando la preparatoria. Te propongo algo: ¿Por qué no nos olvidamos de esto por un momento? ¿Por qué no dejamos de pensar en el futuro y nos concentramos en esto que tenemos ahora mismo? Si estas dispuesta a dejar todos tus miedos e inseguridades atrás, te prometo que yo no te daré razones para seguir temiendo.
Te ofrezco algo, y no, no puedo darte un amor exactamente de película o de esos libros que tanto lees; no voy a ser Patch, Jace o Finnick porque no soy perfecto, no soy ellos; pero, si me aceptas, estoy dispuesto a darte más que eso: no somos un amor de libro, pero podemos escribir el nuestro, ¿qué te parece? Después de esta carta, todas las hojas están en blanco, listas para que podamos escribir nuestra historia, claro, si tú me lo permites.

A este punto, las lágrimas ya están resbalando por mis mejillas, corriendo en un par de riachuelos que cuelgan de mi barbilla y caen en las páginas del libro, de nuestro libro.

Alzo la mirada hacia Sam cuando termino de leer, está apoyado en un rodilla frente a mí, mirándome sonriente y con una rosa roja en la mano.

-Violet, ¿quieres ser mi novia?


Si, este es el final, ahora si espero que realmente les haya gustado. Casi lloro escribiéndolo. Comenten que tal les pareció, quiero saber sus opiniones.
Por cierto, tuve un errorsito en el capítulo pasado: le deje la inscripción [LETRA] cuando ahí debía poner la letra de una canción, pero lo olvide y lo subí así jeje pero ya lo arreglé 😁 siento el error jaja
Estense pendientes que todavía falta el epílogo y lo estaré subiendo hoy o mañana :333
Todavía nos estamos leyendo, no se olviden que sigue la historia de Daniel. Besos ;*

Continue Reading

You'll Also Like

56.3K 9K 45
Athemia Cashworth está a medias. Su vida se divide en dos, y justo en el centro se encuentra aquel accidente que destruyó todo lo que tenía; su carre...
8.5K 1.8K 35
Dicen que las segundas partes nunca han sido buenas, yo me niego a creer eso. A veces las segundas partes son el detonante perfecto para concluir con...
3M 190K 102
Becky tiene 23 años y una hija de 4 años que fue diagnosticada con leucemia, para salvar la vida de su hija ella decide vender su cuerpo en un club...
306 67 25
Thea Hofmann es una estudiante de psicología cerrada al amor con una vida tranquila hasta que accidentalmente se topa con Félix Fisher.. ahora su nue...