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El capitán del equipo masculino de voleibol siempre ha sido una persona firme, decidida e intimidante incluso para algunos de sus compañeros de equipo.
Aquel día cuando los chicos entrenaban después de las clases, no comprendían que es lo que pasaba con Wakatoshi, sabían que no se encontraba bien, pero no por alguna enfermedad pues no mostraba síntomas de malestar, sin embargo, estaba distraído.
Sus recepciones, remates, saques y bloqueos no eran tan buenos como de costumbre.
Sus saques no pasaban la red, sus remates eran bloqueados y sus recepciones hacían que el balón se desviara.
Su distracción era resultado de la escena que había visto a la hora del almuerzo.
[...]
A paso firme, Ushijima se dirigía a una máquina expendedora para comprar la bebida que Satori le había pedido amablemente.
Justo cuando estaba por llegar, observó a dos personas interactuar cerca de la máquina de bebidas.
—Semi—Lo llamaste alargando la “i”—¡Por favor! Solo por esta vez—Te colocaste delante de él juntando tus manos en forma de suplica—
—Puedes estudiar sola, además matemáticas es bastante fácil—Lo miraste indignada.
—¡Por supuesto que no!—Te colocaste a su lado en el momento que comenzó a insertar las monedas en la máquina de metal—Por favor ayudame a estudiar, como los buenos amigos que somos ¿si? —Pestañaste varias veces tratando de converncerlo.
Ante aquello Wakatoshi no pudo evitar sorprenderse, no sabía que tú y Eita eran viejos amigos.
El peligris suspiro para después dar pequeños golpecitos en tú cabeza.
—Estas bien, esta bien—Te sonrió ligeramente.
—¡¿En serio?! —Asintió en respuesta—¡Muchas gracias!—Lo abrazaste por la espalda sonriendo victoriosa.—
—Igual no seré piadoso contigo—Aclaró.
—Mou~ que malo eres semi—Te separaste de él para comenzar a caminar a su lado.
[...]
Recordar aquello hizo que una sensación amarga se instalará en el pecho del pelo olivo, si bien, muchas de las cosas que sentía desde que comenzó a salir contigo hace algunos meses atrás no las comprendía del todo.
Satori le había dicho que era completamente normal al ser un maníaco del Voleibol y no saber muchas cosas que no tuvieran que incluir dicho deporte.
Sin embargo, esa sensación no se iba de su pecho y lo incómodaba en cierta forma, más aún al notar la buena relación que tenías con el peligris.
¿Desde cuando se había vuelto tan inseguro? Probablemente desde que comenzó pensar en la posibilidad de que te terminarás saliendo con otra persona que no fuera él, le provocaba cierto malestar.
«El amor es tan confuso»
Por tu parte te encontrabas preocupada por lo que estuviera pasando con el más alto, no era normal que este tipo de cosas pasarán, por no decir que nunca habian sucedido hasta ahora.
Por lo que aprovechaste el pequeño descanso que dio el entrenador para que Ushijima se despejará y te acercaste a él.
Le tocaste el hombro de manera suave, haciendo que su gran cuerpo girará hacia tu dirección. Te observo fijamente esperando algo de tu parte.
—¿Podemos hablar? —Señalaste disimuladamente la entrada del gimnasio con tu cabeza. Ushijima asintió ante tu pedido—
Ambos comenzaron a caminar con la mirada de sus compañeros detrás de ustedes.
Llegaron hasta la salida del gimnasio, cerrando la puerta detrás de ustedes, observaste como los colores del cielo iban cambiando de unos tonos amarillentos a unos rosados.
—¿Qué sucede? —Pregunto el más alto tras unos segundos.
—Esa es mi línea—Lo miraste con una sonrisa—¿Qué es lo que te sucede a ti? —Te cruzaste de brazos ladeando la cabeza—No es normal que estés distraído en una práctica, ¿te sientes bien? —Lo miraste preocupada extendiendo tu mano a su mejillas para tomar su temperatura.
Ushijima tomó tu pequeña mano, entre la suya.
—Estoy bien...creo—Reprimiste una sonrisa ante su respuesta—
—¿Crees? —
—¿Desde cuando tú y Semi se llevan tan bien? —Pregunto de repente.
Ante aquello no pudiste evitar sorprenderte, observaste su intensa mirada sobre tí.
“¿No será que...?”
Por su parte, Wakatoshi después de haber pensado tu relación con el peligris, creyó que lo más prudente era preguntar sobre ello.
—Wakatoshi, cariño—Lo llamaste algo incrédula—Estas... ¿Estas celoso?—Preguntaste.
El chico analizó tus palabras, había pensado en eso descartando esa opción, pero el que tu le preguntará sobre ello daba a indicar que era verdad.
—Lo estoy—Sonreíste a su respuesta.
Te acercase lo suficientemente a él para tomarlo de las mejillas y depositar un suave y pequeño beso en sus labios, el cual él mayor no tardo en corresponder.
Te separaste aún sosteniendo sus mejillas, le sonreíste con algo de gracia.
—Wakatoshi, no hay necesidad de sentirse así ¿esta bien?—Él asintió como niño pequeño—Semi es solo un amigo de la infancia, además me gustas mucho, mucho, muchoooo~—Ahora repartiste muchos besos en su rostro.
—A mi también me gustas mucho—Realizó la misma acción que tú de besar tu rostro.
—¿Te sientes mejor ahora? —Preguntaste algo sonrojada. El asintio en respuesta—Bien, volvamos a la práctica, el descanso no tardará en terminar.
Lo tomaste de la mano para caminar en dirección al gran gimnasio.
Fin.