-¿Qué os sucedió en el bosque, Dragón? - Preguntó el Héroe medieval mientras pasaba un trapo húmedo, limpiando la sangre seca que aún tenía debido al golpe que había recibido una hora antes.
Habían llegado al castillo y Potter había ordenado hacer guardia por todos los alrededores del mismo.
En lo que respecta a Malfoy, lo había llevado hacia la habitación y allí se había encerrado con él luego de llevar una charola con agua para limpiarlo.
-Me encontré con Merwyn. Bueno... digamos que estaba con alguien. - Empezó a hablar mientras trataba de pensar en cómo explicar de la forma más adecuada todo.
-¿Con alguien? ¿Qué os ha dicho? Jamás se había acercado tanto a los terrenos del castillo.
-Me encontré a un grupo de magos que me estaban buscando, como ya sabes, estoy extraviado. - Explicó, notando que las cejas pobladas del mayor se elevaban con sorpresa. - Como te das cuenta, no escapé ni mucho menos. De hecho, les estaba hablando de tu problema con Merwyn cuando éste nos atacó.
-Eso podría explicar su aparición. - Dijo entonces, levantándose para mirar por la ventana, hacia el tupido bosque en la lejanía. - Presencia de magia.
- El maldito ha secuestrado a uno de mis amigos. - Comentó, captando la atención nuevamente del mayor. - ¿Qué se supone hará? Tenemos que salir ya a buscarlo, Potter. No puede pasarle nada...
El lord suspiró y se inclinó para tomar el rostro del rubio entre sus manos, notando la alteración en los mismos a causa de la preocupación.
- No voy a irme, Potter. De verdad. Debes darme mi varita y debemos salir a buscar a Merwyn.
-¿Qué hay de la otra persona que estaba contigo? - Cuestionó nuevamente el mayor, suspirando mientras pasaba una mano por su espeso cabello.
-Bueno...tendríamos que ir con él. Pero es de fiar.
Draco tendría que pedirle al Potter de su época que se aplique un Glamour, era un auror estrella experto en camuflaje, no sería un gran sacrificio para el soquete.
- ¿Y en dónde estaba? Cuando te vimos...
-Lo sé, venías con tus hombres, le dije que se escondiera en el bosque. Potter ¿Me vas a devolver mi varita?
El lord suspiró nuevamente mientras se incorporaba, caminando entonces hacia el cofre que varias veces Draco intentó abrir. El rubio pudo notar la dubitativa del lord, quizá, cavilando las múltiples posibilidades de engaños y mentiras que podría estar creyendo con el objetivo de sólo recuperar su varita.
Draco chasqueó la lengua.
- Llévala y dámela cuando estemos cerca de Merwyn, si así lo deseas. Lo único que te digo es que, sin ella, pueden asesinarme en cualquier momento. Los métodos barbáricos no serán efectivos contra un mago oscuro.
El Potter medieval sacó entonces de entre sus bolsillos, una llave peculiar. A pesar de su tamaño rudimentario, algo provenía de ella, y Draco podía sentirlo pero de una manera muy sutil.
Se abrió el cofre entonces y Draco sintió el desesperado llamado de su varita. Se apalancó de un pequeño brinco y caminó hacia Potter, el cual tomó la varita y lo observó con ojos intensos.
- Empaca lo que necesites. Te daré la vara una vez estemos fuera del castillo.
Draco mordió su mejilla para evitar reprochar, ya se la darían, perfectamente se la podría quitar con el hechizo evocador, pero claramente no quería romper la confianza que había formado con el Potter medieval.
Este último salió de la habitación quizá para ir a dar órdenes y organizarse, y Draco, sabiendo que no tenía nada, rápidamente salió de la habitación y corrió escaleras abajo - huyendo del hedor - para salir del castillo.
Confundió a cuanto soldado preguntaba algo y se subió en su caballo, indicándole a uno de los chicos jóvenes de las caballerías que le dijeran a Potter que lo vería en el riachuelo.
Tenía que hablar con el Potter de su época, advertirle y también, saber qué consecuencia puede traer que se encuentre con su antepasado o con su vida pasada, sea cual sea el caso.
El problema era la ausencia del conocimiento de Flynn. Algo les iba a decir y le inquietaba que había dado una negativa desde el inicio.
- ¡Potter! - Gritó entonces el Slytherin al estar en el riachuelo. - ¡Potter!
Un plup se hizo presente a su lado y allí vio aparecer al héroe mágico.
- No he logrado encontrar a Flynn, Malfoy. ¿Recuperaste tu varita? - Preguntó el auror mientras le observaba encima del caballo. - Vaya.
- ¿Qué? Y no, aún no. - Chasqueó Malfoy bajando del caballo.
- No pensé que llegarías a llevarte bien con una criatura que merece tu respeto antes de poder domarla.
Draco viró los ojos y Potter disimuló una sonrisa. Ambos pensaron en lo mismo. El hipogrifo.
- Tenemos un problema y no tenemos tiempo. Debes aplicarte un glamour, Potter. Tu antepasado no puede verse a sí mismo, o bueno, no sé qué pueda pasar y no sabemos lo que opina Flynn así que...
- Igual se van a desmemorizar todos, pero para evitar complicaciones sí estoy de acuerdo con ello.
Una punzada cruzó el pecho del rubio nuevamente pero lo ocultó tras su expresión estóica mientras observaba a Potter aplicarse con su varita un glamour. Sus cabellos se volvieron castaños y ondulados. Sus ojos verdes ahora eran cafés, su piel morena ahora era casi tan blanca como la de él.
Irónicamente, Draco se sintió molesto por perder de vista las esmeraldas ajenas.
- Siempre pensé que si tu cabello crecía te verías igual que Lucius Malfoy, sin embargo, es absurdo el hecho de que te veas bien sin llegar a parecer un cretino.
Malfoy elevó ambas cejas, algo bloqueado sobre atacar al otro por el insulto hacia su padre - aunque estaba de acuerdo en que Lucius era un cretino a veces- o enfocarse en el hecho de que le estaba elogiando.
Ya había pasado mucho tiempo desde que se miró en un espejo, no sabía bien cómo lucía.
No alcanzó a ingeniar algo astuto qué decir, ya que el vibrar del suelo les alertó de la cercanía de alguien.
Allí apareció entonces el corcel negro del Potter medieval, y este enfundado y con expresión preocupada, la cual se apasigüo notablemente al ver a Malfoy, se acercó a ellos.
- Dragón.
Dijo este antes de voltear a ver a Potter, repasándolo con la mirada con cierto recelo. El héroe mágico observó a su antepasado un tanto impactado por la apariencia de este.
- Potter, este es Potty, mi compañero.
Dijo Malfoy. Ambos Potter voltearon a verle con una clara interrogatoria en el rostro. El rubio quiso reírse, pero se mantuvo serio.
- ¿Potty? - Repitió el lord.
- James Potty, así es.
Harry sintió un tic en el ojo por la absurda broma que estaba jugando Malfoy en ese momento. Estaban en una situación de vida o muerte, con posible recluimiento en Azkaban y pérdida de todas sus licencias y a él se le ocurría jugar así.
Suspiró y se dispuso a hacer una pequeña inclinación hacia su antepasado, rindiéndose a las excentridades de Malfoy.
- Bien, Sir Potty, Dragón, tenemos que ponernos en marcha. Ya casi se pondrá el sol y llegar a los dominios de Merwyn es peligroso. Confío en que sus habilidades sean necesarias y suficientes para poder atravesar el bosque.
- ¿Cómo sabe de Merwyn? - Preguntó el auror, subiendo detrás de Malfoy en el caballo. Esto hizo fruncir el entrecejo del medieval.
- Ya me he enfrentado a él.
Se limitó a decir mientras se acercaba al corcel de Malfoy. Este estaba observando con atención al caballo, esperando que no se alterara por llevar dos jinetes. Cuando levantó la mirada, el lord lo estaba tomando de la cintura para pasarlo hacia su corcel.
Tanto el auror como el pocionista quedaron atónitos.
- Potter pero qué demonios...
- Confío en que se podrá defender solo. El dragón por el momento está desarmado, es mejor que vaya conmigo.
Le dijo el lord a Harry, el cual no podía salir de su estupor. Una molestia se instauró en su pecho, más no pudo reparar mucho sobre ello, porque entre el forcejeo de Malfoy, su antepasado ya se había echado a andar.
Harry hizo andar al caballo, notando que era muchísimo más dócil que Buckbeak.
- ¿Qué diantres te pasa? - Preguntó Draco mientras trataba de acomodarse, quedando sentado entonces al frente de Potter, dándole la espalda a pesar de que las riendas las llevaba el medieval.
- No confío en que te van a proteger como se debe. - Se limitó a contestar el lord.
- No necesito que nadie me proteja, necesito que me des mi varita. Y además, de todas las personas en el mundo, Potty es la persona más fiable para protección.
Potter chasqueó la lengua y no apuntó nada más. Draco viró los ojos de nuevo y se dispuso a sostenerse mientras entonces galoparon hacia las afueras de las tierras de Potter, lejos de Trent.
No entendía porqué los Potter eran tan sobreprotectores, por lo menos, sabía que el auror protegía con dientes y garras a sus amigos.
El auror iba a una distancia prudencial de los otros dos, en caso de tener que interceptar un hechizo, cavilando bastantes interrogantes sobre su antepasado y su falta de magia. También, en lo extraño que resultaba que Malfoy justo hubiese caído en un tiempo y tan cerca de su antepasado y no más bien en alguien del linaje Malfoy.
Pronto el matiz del cielo se les perdió al adentrarse en la espesura del bosque. El microclima en el interior estaba mucho más helado que hace un rato y Potter rápidamente se aplicó un hechizo termo regulador en el cuerpo, así como envió el mismo contra Malfoy.
El rubio, por su parte y quien ya notaba el cambio de temperatura, pronto sintió el golpeteo de magia en su cuerpo. Una magia fuerte, desbordante.
Volteó a ver hacia el auror y por unos segundos sus miradas conectaron.
No hubo burla en ese momento, como solían mirarse, más bien, una seriedad enigmática que obligó al rubio a apartarle la mirada.
¿Qué demonios estaba sucediendo? ¿Por qué Potter lo estaba cuidando?
Su instinto de héroe, quería pensar, pero, si fuera por ser un correcto. ¿Por qué no en vez de entrar - y violar la ley también - al espejo del tiempo, lo reportó para que los inefables lo buscaran y básicamente lo sacaran de allí a patadas y de seguro lo mandaran directo a Azkaban?
¿Cuál eran los motivos detrás de su arriesgada desición? Usualmente se le hacía que Potter actuaba sin sentido, pero siempre era de la forma justiciera.
Aunque, si lo pensaba, Potter se la vivía rompiendo más reglas que nadie, por lo menos, cuando estaban en la escuela.
- ¡Arania exumai!
El grito del auror, junto al hechizo que acabó impactando contra una acromántula enorme que salió a volar y la hizo salir huyendo, acabó por traerlo a la realidad. El lord medieval asintió en agradecimiento a Potter y empezaron a galopar más rápido.
- ¡Dame la varita, Potter! ¡No voy a huir!
El lord renegó en una respiración fuerte y debido al galope, Draco no podía voltear a verle. No hallaba la razón a que no le diera su maldita varita.
El camino estaba lleno de acromántulas que por suerte el auror repelía una y otra vez, incluso depulsando varias lejos de ellos. Pero, con su ayuda sería más fácil.
En un punto entraron en un claro del bosque y una explosión los hizo salir disparados, tumbando al caballo azabache de Potter.
- ¡Malfoy! - Grito Harry llegando a galope.
Draco se incorporó con el genio disparado mientras el medieval también se levantaba para mirar al rubio.
- Dragón estás...
- ¡Accio varita! - Sentenció entonces Malfoy, haciendo que su varita saliera disparada de entre la ropa del medieval, sosteniéndola de nuevo en sus manos y apuntando al lord, el cual abrió sus ojos con sorpresa.
- Malfoy... - Sentenció Potter mientras apuntaba su varita hacia el ex mortífago, sin tener muy claro qué sucedía.
- ¡No entiendo porqué no logras confiar en mi! ¡Estamos metidos en este maldito bosque para ayudarte y no me has entregado la varita! ¿Ubicas que las acromántulas nos pudieron matar? ¡Estamos vivos porque este cretino es uno de los mejores magos de todos los tiempos!
Ambos Potters se quedaron callados ante su voz. El medieval con sentimientos de culpabilidad mientras que el héroe mágico algo sorprendido por el halago.
- Dragón, no es que no confíe es sólo que...
- ¡No me interesa! Ya tengo mi varita y vamos a hacer las cosas a nuestro modo, somos los que tenemos magia, tus músculos no sirven de nada aquí. Empieza a hacer por una vez en la vida lo que te dicen ¿está bien? Y para empezar, necesitamos saber qué demonios te ha robado Merwyn.
Harry bajó su varita y el lord suspiró y dejó caer los hombros derrotado. Draco sintió su magia chispear, siendo canalizada en su varita. Estaba harto de sentirse como alguien débil, él no lo era, ya estaba cansado de siempre ser un punto débil en la guerra.
Estaba decidido a hacer las cosas bien, por lo menos en esa época.
*AriMinds*