Emma
Lo había invitado a mi apartamento y nunca ningún hombre había entrado aquí antes, pero desde que nos conocimos ya no soy consciente de lo que hago, no cuando estoy frente a él y veo su dulce sonrisa y mirada sincera, no cuando veo esos grandes y brillantes ojos color café, que me miran tratando de ver más allá de mí. Mi mente queda en blanco y no soy yo misma, no soy Diana fría y calculadora que no le importa nada, vuelo a hacer yo, Emma la joven que en algún momento de su vida tuvo sueños y creía en las personas y en sus buenas intenciones... Me niego a aceptarlo, pero él saca lo mejor de mí.
Después de que termináramos de comer nos recostamos en mi cama, él lucia algo incomodo y eso era lo que menos quería así que trataba de animarlo.
— ¿Estas preocupado por volver a tu casa?
—No, ya estoy acostumbrado a los gritos de Joe —Se encogió de hombros—. Es solo que tú me pones nervioso, el estar aquí en tu departamento y ahora en tu cama es raro.
—Tranquilo niño bonito, no te voy a violar si eso es lo que te preocupa —Me acerque peligrosamente a él, pero se alejó inmediatamente—. Lo siento, no quiero que te sientas más incómodo.
—No, no es eso... —Bajo su mirada—. No me gusta que se me acerquen mucho a la cara me da pena que vean mis granos. —Me confesó y en eso momento sentí tanta ternura.
—Yo también los tengo y no tiene por qué darte pena, a tu edad es normal que salgan. —Trataba de convencerlo.
—Mis hermanos me molestan todo el tiempo y las demás personas también se dan cuenta y se ríen.
—Son unos idiotas, nadie es perfecto Michael, pero tú eres muy lindo.
Sonrió con pesar —Sí claro.
— ¿Qué acaso no es eso lo que te gritan tus fans? ¡Michael eres tan sexi! ¡Oh Michael hazme un hijo!
Él comenzó a reír fuerte —Estas loca.
—Oye solo fui a uno de tus conciertos y solo eso basto para darme cuenta de que el centro de todo eres tú, a ti las chicas te gritan, a ti es a quien ellas quieren.
Negaba con la cabeza. —Me gusta tener fans, y tener chicas que crean que soy lindo, pero ellas quieren al Michael estrella, no les interesa el Michael más humano más sencillo.
— ¿Cómo sabes tú eso? Yo creo que cualquiera se moriría por tener la oportunidad de conocerte más a profundidad, y aunque no lo hagan ellas ya te conocen y aman a este Michael que tengo frente a mí ahora... —Tome su mano—. Creo que deberías empezar por creer más en ti y me refiero a aceptarte físicamente, eres un muchacho muy guapo y muchas personas piensan lo mismo, pero eso no importa si no eres tú el que lo cree.
Nos quedamos mirando fijamente a los ojos y podría jurar que ambos pensábamos que era el momento perfecto para besarnos, él se acercó, yo cerré mis ojos y solo sentí sus brazos envolviéndome en un suave y tierno abrazo.
—Gracias Diana...
Diana... mi corazón dolía un poco al oír cómo me llamaba, quería decirle la verdad de mi nombre, pero temía que se molestara o que no me entendiera.
—Michael... debo decirte algo. —Estaba nerviosa no sabía cómo reaccionaría.
Se encontraba jugando con pastelito — ¿Qué sucede?
—Y- yo...
Y en ese preciso instante su celular comenzó a sonar, él contesto y pronto su semblante cambio de feliz a molesto y no tenía ni idea de por qué, solo sé que de un momento a otro se fue sin si quiera despedirse. Y ahí me encontraba yo, parada en la entrada del departamento sin entender lo que acababa de pasar... pronto reaccioné y corrí a ver por la ventana si tenía señales de él y cuando lo vi subirse a una camioneta grande y oscura no supe que pensar.
Michael
¿Cómo era posible? Aun no lo entendía... Cuando recibí esa llamada no podía creer que afuera estuvieran mis hermanos y Joe esperándome a que saliera, pues de alguna forma se habían enterado de donde me encontraba. Salí más que rápido y me dolía no haberme despedido de ella, ni siquiera le pude decir que era lo que estaba pasando y de seguro se quedó muy confundida y es que yo también lo estaba, aun no entendía que sucedía, solo sabía que al subirme al auto un silencio inundo el espacio y las miradas de todos estaban posadas en mí, algunos me miraban con vergüenza y otros complacidos y seguía desconcertado sin saber que decir o hacer solo escuche la voz dura de Joe.
—Hablaremos hasta llegar a la casa.
Y solo eso bastó para que un escalofrió recorriera todo mi cuerpo, tenía miedo y no sabía que había hecho de malo.
— ¡Te prohíbo rotundamente que vuelvas a ver a esa mujer! —Podría asegurar que sus gritos se escuchaban en toda la cuadra.
— ¿Cómo... cómo es que ustedes? —Mi voz sonaba quebrada, tenía un nudo en la garganta con el que apenas podía hablar.
— ¿Creíste que no me enteraría de lo que estabas haciendo? ¡Esta es mi casa! ¡Aquí nadie puede venir a burlarse de mí y hacer cosas a mis espaldas!
—Y- yo no estaba haciendo nada malo.
— ¿Salir con una prostituta acaso no te parece hacer algo malo? —Su tono desafiante incrementaba con cada palaba.
No entendía cómo es que él sabía todo eso y no fue hasta que miré a mis hermanos que lo entendí... ellos me delataron y peor aún me siguieron.
—Ella no es eso, no la conoces. —Sentía que con cada cosa que decía me hundía más.
—Y tú menos —Intervino de repente Jackie.
—Claro que sí. —Asegure.
—Te dijo que su nombre era Diana, pero te mintió. —Me entrego una hoja de antecedentes.
—N-no entiendo.
—Ahí dice que su verdadero nombre es Emma Reed—Señalo Tito—. Debe usar Diana como señuelo para engañar a los ilusos como tú.
Mire a todos a mí alrededor y mire la hoja que tenía entre mis manos, tratando de procesar todo lo que me decían y seguía sin creerlo.
—Desde ahora no saldrás de la casa sin mi permiso, solo para ir a los ensayos y nada más. —Sentencio Joe.
—Pero es mi vida, no puedes controlarla como quieras. —Me defendía a pesar de que tenía todo en contra.
Soltó una carcajada —En mi casa se hace lo que yo diga. ¿Entiendes muchachito? Y agradece que tú madre no se enterara de esto, porque no se merece pasar por algo así. Y quítate esa ropa y bótala —Dijo antes de retirarse de la sala.
—Debe ser de ella... ahora usa su ropa —Agrego Tito— Él cual parecía estar disfrutando esto.
Sentía unas enormes ganas de golpearlo, pero me controle y preferí subir hasta mi cuarto, cerré con llave y me tire en la cama. Por más que leía ese papel no podía creer que ella me mintiera con algo tan tonto como su nombre y más aún que tuviera antecedentes, era por robar alimentos dentro de un supermercado... quizás no tenía que comer... ¡No Michael! No puedes defenderla. Es una muchacha que apenas conoces y sí me oculto algo así quizás cuantas cosas más ha ocultado, quizás esta era una señal para dejar todo hasta aquí y así no meterme en más problemas con Joe.
1 semana después
Después de lo que había pasado había dejado de hablar con mis hermanos, no les perdonaría el que me hayan delatado con Joe cuando pudieron haber hablado conmigo primero, mi mamá no entendía mi comportamiento hacía ellos, sabía que siempre habíamos tenido roces entre todos, pero esta vez era diferente y no sabía hasta cuando estaríamos así, ni hasta cuando Joe me dejaría salir.
Toda la semana había pensado en ella, en sí salir y aclarar las cosas o dejar todo así, después de todo no éramos nada, ¿Por qué tendría que exigirle algo entonces? Quizás porque sentía que me merecía alguna explicación por parte de ella, yo había sido honesto, pero ella... tenía demasiadas preguntas sin contestar y deseaba respuestas.
...
—Yo con gusto te acompaño al centro comercial hermanita —Le decía a Janet que minutos antes estaba pidiendo por alguien que la llevara a comprarse otro par de zapatos, ya que según ella nunca es demasiado si de zapatos se trataba.
— ¿De verdad Mike? —Sus ojos brillaban de emoción.
—Claro, siempre y cuando Joe me deje salir. —Lo mire esperando una respuesta y solo asintió con la cabeza.
Perfecto.
Llevaba más de media hora esperando a que Janet se decidiera por unas botas, no sabía si llevarse las negras o las cafés, eran exactamente iguales, el color era la diferencia.
— ¿Por qué no te llevas las dos? —Propuse ya ansioso por salir de aquí.
—Ya sé... me llevare las dos, así tengo para combinar con toda mi ropa —La aplaudí por su gran decisión.
Cuando ya íbamos de salida de la tienda, nos encontramos con un grupo de amigas, de ella obviamente... se saludaron entre todas y yo estaba ahí parado con todas las bolsas arrepentido por haber aceptado salir con ella.
—Mike... —Janet me llamo— ¿Estas aburrido?
—Nooo... cómo crees —Respondí con sarcasmo.
—Sí quieres puedes ir a dar una vuelta y nos vemos aquí en una hora. —Propuso—. Yo iré a las demás tiendas con mis amigas.
Mis ojos brillaban ante tal proposición. — ¿De verdad? ¿No le dirás a nadie que te deje sola, cierto?
—Te lo prometo —Me aseguro—. Ve tranquilo a donde tengas que ir hermanito.
La abrace, sabía que podía confiar en ella, le entregue todas sus bolsas y antes de que me reclamara me fui.
Tome un taxi que sabía que me llevaría donde ella y quizás esto era un error, pero solo quería una explicación y después no volvería a verla más...
Pronto llegue a mi destino, ya me encontraba a las afuera de su edificio y con la esperanza de que ella estuviera allí entre y fui subiendo las escaleras una por una, pensando en lo que le diría y como ella reaccionaria al enterarse de que ya lo sabía todo.
Estaba parado afuera de su puerta, respire profundo y golpee lo suficientemente fuerte para que pudiera escuchar si es que estaba ahí.
Ella abrió, me miro sorprendida y le dije. —Hola Diana... o debo decir mejor, hola Emma.
Holo, aquí un nuevo cap.
¿Que creen que pase ahora?
Espero sus votos y comentarios