• J U N G K O O K 'S P O V •
Aunque en la cena YoonGi, NamJoon y Jin estuvieran teniendo una platica relajada, con bromas y chistes de ancianos hechos por Jin siendo el único en reírse de ellos, no evitaba el que tanto ________ como yo, habitábamos en un silencio sepulcral de otro nivel.
Podía percibir la vergüenza de ________ y su rostro sonrojarse de vez en cuando, pérdida en su plato de bulgogi. Tan concentrada en sus pensamientos que aunque le habían llamado varias veces, solo atinaba a encogerse de hombros como si aquello fuera la única respuesta programada en sus movimientos.
Jin había insistido varías veces en las mismas preguntas hacia _______, "¿estás bien?", "¿Sucede algo?" y "¿Te encuentras bien?". Pero ella solo le miraba sin comprender que era lo que había preguntado y terminaba asintiendo con una sonrisa extraña.
Se sentía extraño que _______ haya preferido sentarse entre NamJoon y YoonGi, evitándome por completo desde lo que había sucedido hace apenas unas horas.
Por mi parte, seguía molesto, por lo que no quería ni siquiera pronunciar monosílabos, negando o asintiendo para cualquier cosa que NamJoon llegaba a preguntarme de vez en cuando alguna cosa relacionando con lo que hablaban.
Casi había arrancado la cabeza de YoonGi cuando sentí su apestoso trasero acercarse a la habitación mientras gritaba que Nam y Jin estaban por entrar a la casa. Y aunque me estaba muriendo por aventarlo desde el segundo piso y volver a sentir calor que desprendía el pequeño cuerpo, _______ ya se había movido ágilmente corriendo fuera de la habitación, mientras en su rostro llevaba plasmado la vergüenza y el shock.
Según YoonGi, debía calmarme ya que no estaba pensando con claridad las cosas debido a que mi celo estaba cercas.
Y UNA MIERDA MIN.
Lo hubiera ahorcado hasta que dejara de respirar si no fuera porque había corrido escalera abajo escondiéndose tras de NamJoon y SeokJin, quienes nos miraban extraños.
Mi pecho volvió a inundarse en ese sentimiento de posesividad y un sentimiento extraño burbujeante en la boca del estómago al pensar que YoonGi lo había hecho a propósito, y más aún cuando _______ parecía no querer despegarse de su lado.
Sabía que mi carácter se debía en parte a que mi luna estaba pisándome los talones. Quería justificar todo en eso, pero sabía perfectamente que no solo era por eso, sin embargo, solo lo dejé pasar, despreocupándome sobre el tema de mi humor de el asco para poder enfocarme en pensar si debía o no dormir en la sala.
Me levanté de mi lugar en cuanto había terminado de comer, levantando mis platos y vaso para lavarlos después salir a tomar un poco de aire en mi forma animal.
Me había marchado lo suficientemente lejos como para dejar mi pecho descargara un aullido largo de tristeza y molestia, sintiéndome terrible al sentir que _______ no quería tener nada que ver conmigo, y que YoonGi seguramente estaba consolándola en un abrazo.
Mi pecho de igual forma vibró en un gruñido ante la sola imagen.
Me nublaba los pensamientos imaginar a _______ tan molesta conmigo que ni siquiera quería mirarme. Reacio a aquello, la frustración me invadió sabiendo que debía alejarme en mi celo, y eso me hizo molestar. El saber que tenía que alejarme de la sonrisa de mi chica por al menos un par de días, me ponía mal.
Mi chica.
Miré a mi alrededor, troncos huecos y arbustos me rodeaban, y sin pensarlo mucho mis fauces ya se encontraban masticando y arrancando las hojas y ramas de manera violenta. y después de hacer una escena hasta destrozar las pobres plantas totalmente sintiendo que era una buena manera para hacer que mi lobo se cansara y tranquilizara, entonces volví a tomar el rumbo por donde había venido, sin correr, solo caminando sintiendo la tierra bajo mis patas y peso, calmándome con el silencio de la noche y los sonidos que provenían de insectos y algunos animales nocturnos. El aire aunque era frío, me arrullaba mientras se movía de un lado para otro haciendo sonar las ramas de los árboles chocar entre sí en un sonido armonioso.
Si iba a pasar mi celo lejos, por lo menos debía avisarle a NamJoon y que él se encargara de avisarle a los demás. Si por mi fuera y en mi estado de ánimo actual, no avisaba, pero recordaba la razón por la que estábamos aquí y me obligaba a ir de regreso a informar a dónde iría por mera protección.
Mi lobo chillo triste.
De regreso y más tranquilo, pude darme cuenta que me había alejado tanto, que incluso podía escuchar agua moverse a unos metros, sin embargo, no quería averiguar, por lo que seguí mi camino durando un muy largo rato. Después me dedicaría a la tarea de investigar sobre de dónde venía específicamente el sonido de el agua.
Para cuando pude observar entre los árboles la casa grande, ya habían transcurrido alrededor de 2 horas desde que había salido. No me había molestado en caminar lo más lento que podía, sin muchos ánimos de querer llegar.
• ________' S P O V •
Suspiré en mi lugar, concentrada en quitar los pedazos de pasto que había quedado sobre la ahora doblada ropa de JungKook.
Estaba preocupada, ya habían pasado un poco más de dos horas y aún no aparecía. No había dicho a dónde iba, su único aviso de que se había marchado, fue el sonido de la puerta corrediza de vidrio siendo cerrada con fuerza.
Después de eso, YoonGi me había preguntado si me encontraba bien cuando lo encontré afuera recogiendo la ropa que JungKook tenía puesta antes de irse, y pude sentir en el tono de su voz que estaba un poco preocupado.
Me había limitado a asentir con una pequeña sonrisa, agradeciéndole por preguntar, pero aún así había obtenido un "Son muy diferentes, hablen y entiéndase" de su parte, junto con una pequeña sonrisa para terminar por adentrarse, dejando la ropa sobre una silla desplegable.
Había doblado la ropa después de sacudirla un poco y me había dedicado a esperar hasta que llegara JungKook. Estaba en verdad preocupada, sabiendo el peligro que podía correr, pero sin querer imaginar nada malo.
Casi a punto de rendirme por esperar, volví a echar una ultima mirada a los árboles frondosos. Tuve que entrecerrar mis ojos para intentar distinguir bien el cuerpo obscuro, pero no tarde en verificar que se trataba de JungKook sentado en sus cuartos traseros mirando en mi dirección. No tardé mucho en levantarme de mi lugar, llevando conmigo la ropa doblada para acercarme, hasta quedar sentada sobre el suave pasto a un lado de él.
A pesar de que ya había mirado a JungKook en su forma animal, y más en estos días, aún seguía intimidándome un poco el tamaño del lobo, pero al mismo tiempo me gustaba acariciar su cabeza y cuello. Justo como ahora.
Me sentía más cómoda estando cercas de él sabiendo que por el momento era un lobo.
Alcé las ropas, captando su vista en mi mano y tardó pocos segundos en entender que lo que quería, era que cambiara. Atrapó entre sus dientes la ropa y después de moverse a uno de los árboles detrás de mí, escuché el sonido de huesos siendo tronados y después el de la ropa rozando entre sí, luego de un rato JungKook ya estaba tomando asiento a mi lado.
Ninguno decía nada, solo el sonido de los árboles, algunos insectos, nuestras respiraciones y la repentina risa de Jin dentro de la casa era lo único que podíamos escuchar. Mis nervios volvieron casi al instante después de que JungKook se había movido en su lugar, y por el rabillo del ojo noté que ahora estaba con sus antebrazos sobre el pasto sin estar completamente acostado, pero sí miraba el cielo.
Aún estaba intentando procesar lo que había pasado en la habitación. Yo ni siquiera sabía por qué de un momento a otro mi cuerpo se había apoderado de mis acciones, dejando de lado las señales que mi cerebro había programado y mandado en esos instantes, como el levantarme e irme. Pero no; había disfrutado tanto de los roces y las enormes manos sobre mí que volvían a hacerme sonrojar.
No podía creerme aún el cómo había actuado. Me avergonzaba, y ni siquiera sabía el porqué, así como tampoco sabía por qué me había encantado la mirada de lujuria que JungKook había tenido.
En ese instante me di cuenta de que Kook olía rico.
—Deberías de dejar de pensar lo que sea que estes pensando.— la voz suave de JungKook me hizo voltear a verlo en un brinco, como si me hubiera atrapado cual niña pequeña en medio de una travesura.
Sus ojos estaban clavados en mí, los músculos de su rostro y brazos estaban tensos en incomodidad.
—L-lo siento, solo buscaba una forma de disculparme por solo irme e ignorarte así.— con aquello dicho, solo asentí a encogerme de hombros y voltear a donde JungKook miraba antes de mirarme a mí. —No sabía si había sido correcto o no, me puse nerviosa de repente y muchas cosas pasaron por mi cabeza, y preferí solo huir.— escuché sonido detrás y entonces me di cuenta al girarme a verlo, de que JungKook estaba acostado con sus brazos bajo su cabeza mirando las nubes obscuras.
Sin pensarlo demasiado me tumbé a un lado, con mis manos sobre mi estómago, golpeteando la tela de mi sudadera con la yema de mis dedos de una forma relajada. La respiración más tranquila de JungKook me hizo relajar mis músculos que no sabía que estaban tensos y alcé mis manos al cielo sin apuntar a ninguna dirección, intentando responderme sin ningún éxito las dudas que giraban por mi cabeza.
¿Qué tan malo era el celo de JungKook? ¿O qué tanto era su puro instinto? ¿Porqué la pocesividad y los celos repentinos? ¿Era su celo? ¿Qué tan necesario es para él elegir a una persona con quien pasarlo? ¿Sí no estuviéramos aquí pensaría en mí aún así? ¿Lo habrá pasado antes con alguien? ¿Quien era? ¿Que tan malo podría ser que lo pase conmigo?
Bufé, avergonzada conmigo por algunas de mis preguntas, y aunque esas parecían un poco marcadas en mi cerebro, había mucho más; aunque simples dudas sobre cómo era biológicamente sobre cualquier híbrido, simples curiosidades.
Mordí mi labio dejando caer mis manos a mi estómago nuevamente, al tiempo que escuchaba a JungKook reírse por lo bajo, haciéndome voltear a verlo curiosa por su repentina risa.
—En serio quiero golpear a YoonGi.— confesó sin dejar de sonreír y volteó a mirarme con mirada culpable.
Me reí, ocultamente a favor. También había sentido esa sensación de molestia con YoonGi por ser demasiado inoportuno.
—Kookie, deberías de hacerlo barbacoa. Puedo ayudarte a limpiar la parrilla.— bromeo escuchando una risa salir de él, sintiéndome más segura de estar a su lado en este momento.
—A mí me parece una idea fantástica. También puedes ayudar con las guarniciones.— ambos nos reímos un poco fuerte, mucho más relajados ahora, sintiendo una comodidad en el aire más palpable.
Cuando paramos de reír volteamos de nuevo al cielo, mirando la luna brillante la cual era nuestra fuente de luz en estos momentos.
—¿Qué tan alejado estás ahora mismo de tus instintos?— pestañeé en su dirección, tanteando un poco el terreno.
Los ojos de JungKook vacilaron entre el cielo obscuro por unos momentos para volver a mirarme.
—Algo, ¿por qué?—
—Tengo dudas.— solté simplemente, dándome cuenta que últimamente me gustaba ser directa sobre mí cuando habló con JungKook.
—Puedo con ello. Dime.— su voz sonó tranquila, dándome ánimos pero dejó de mirarme al instante.
—¿Tu luna no es algo que se pueda evitar?—
Miré el cielo de igual forma.
—No. Pero una de las formas con la que los padres alfas detenían a sus cachorros primerizos, a veces, es encerrarlos en un lugar un poco alejado de la manada. Obvio, dejan alimentos necesarios, pero así es probablemente 2 días, aunque generalmente dura algunas horas, casi todo un día, aveces se llega a extender.—
Asentí, comprendido sus palabras.
—¿Y duele?—
—Pues, sí.— volteé a verlo asustada y preocupada, entonces se rió de mi rostro cuando giró a verme. —Creo que a cualquier hombre, ya sea híbrido o simple mundano, una erección por muchas horas sin poder calmar, duele.— explicó volviendo a dirigir su vista a arriba.
Volví a asentir.
—Uhmm, ¿la posesividad es parte de eso?— esta vez jugué con mis dedos, sin poder mirarlo, no eran nervios, era más bien la anticipación de lo que podría contestar.
Escuché un bufido extraño proveniente de JungKok con el sonido del pasto moverse bajo de él, aún así, no pude voltear a verlo.
—Sí y no.— su voz ahora no era tan tranquila —Si te refieres a que me he puesto como un loco, bueno, eso es por el anticipo de mi cuerpo reaccionando a las hormonas que están comenzando a acumularse, pero admito que en parte esa es mi forma de ser.—
Volví a asentir, no sabiendo como tomar lo último exactamente.
—YoonGi me dijo que como estás previo a tu celo estas marcando territorio conmigo, porque quieres que lo pasemos juntos.— la fuerte mirada de JungKook se clavó en mi rostro de repente, no lo miraba yo, pero podía sentirlo. Tomé aire sintiéndome un poco sofocada de repente y carraspeé mi garganta para seguir hablando —Pero yo creo que es porque estamos alejados de personas y me encuentras como una opción obvia.— sonaba tan tranquila, que la tristeza en mi interior se había sorprendido.
Por el rabillo del ojo pude mirar a JungKook sentarse de golpe aún sin dejar de mirarme, y solo después de varios segundos en los que reuní un poco de valor, le regresé la mirada.
Su rostro poseía molestia, confusión sobre todo. Se acomodó mejor en su lugar quedando sentado en forma de indio mientras acariciaba el puente de su nariz con un poco de fuerza.
—No importa, es algo norm...—
—¿Acaso estás diciendo que te miro como la única opción viable solo porque no hay otra chica?— me senté en mi lugar con cuidado, quedando frente a él, abrazando mis piernas mientras asentí y entonces evito cualquier contacto visual conmigo. —Creo que no has entendido entonces muchas cosas estos últimos días.— molesto, así es como estaba ahora, sin embargo aún mantenía la paciencia sobre él, porque podía notar como estaba aguantándose las ganas de simplemente levantarse, gritar algunas cosas e irse.
—JungKook, tú tampoco estás entendiendo que esto es nuevo para mí.— sus ojos se posaron sobre mí nuevamente, molestos, pero atentos a lo que acababa de mencionar —Realmente estoy intentado saber quién eres. estos últimos días has estado comportándote conmigo como lo harías con cualquier otro híbrido. Sé que es parte de tu naturaleza, pero también debes de detenerte a pensar que todo esto me agobia. No sabía qué estabas pasando realmente, hasta que me dijo YoonGi.— bajé mi mirada y con mis dedos comencé a arrancar pequeñas hebras de pasto, sintiendo el crujir de este al ser desprendido, distrayéndome de la mirada extraña que JungKook estaba lanzándome —No entiendo si tu comportamiento es por tu celo o simplemente por que se te hincharon los huevos. Son muchas cosas y emociones en menos de una semana, y tú pareces de lo más normal mientras que yo estoy tan confundida preguntándome qué debería hacer o decir, porque estás molesto de repente, y no me gusta.— volví a arrancar el pasto dejándolo caer, mirando como el viento lo empujaba a un nuevo punto de caída.
Volví a mirar al cambia formas, miraba las acciones de mis manos y podía distinguir su semblante serio típico de cuando piensa demasiado.
Las risas dentro de la casa captaron la visión de JungKook por un momento breve, volviendo a mirar mis manos nuevamente mientras mordía su labio inferior como si estuviera pensando hasta que su cerebro comenzara a quemar.
—Y-yo lo siento. A veces simplemente no puedo controlar mis instintos.— los dedos de JungKook comenzaron a moverse de su cabello hasta quedar entrelazados detrás de su nuca volviendo a mirarme. —No estaba pensando tampoco que esto es nuevo para ti. Perdón. Voy a parar con esto, estuve pensando en ello.— sus manos volvieron a bajar.
Sentía una calidez dentro de mi pecho al saber ahora que JungKook no estaba siendo un idiota porque quería, y que se le había olvidado lo que me afectaba. Más aún una disculpa sincera de su parte.
Llevé una de mis manos a su hombro y me agaché en mi lugar buscando su mirada, la cual no tardó en cruzar con la mía, entonces le regalé una pequeña sonrisa.
—Pudiste simplemente decirme que pasaba contigo, no lo habría tomado tan mal.— mencioné recibiendo un asentimiento culposo —JungKook, yo...— pasé saliva, sorprendida conmigo por lo estaba pensando —Si pido algo, lo quiero en mi mano en menos de 10 minutos. Vas a ser mi esclavo personal, por lo que sí quiero que laves mi ropa, tienes que hacerlo. Y tienes que obedecer cuando quiera bañar a tú pulgosa piel de perro.— enumeré con mis dedos una vez me coloqué derecha en mi sitio, recibiendo una mirada totalmente confundida por JungKook. —Oh, también quiero café en las mañanas, sabes que amo el café.— terminé, asintiendo con mi petición.
El rostro de JungKook permanecía es la misma sintonía, pero no evitó que se removiera en su lugar, acercándose un poco solo con la intención de querer aclarar lo que acaba de decir.
—¿Voy a ser tu esclavo? ________, no se a que mierda te refieres con eso de repente. ¿Por qué querría ser tu esclavo, o dejarme bañar para empezar? Me baño solo en algún lago.— sus brazos cruzados sobre su pecho solo me hicieron reír nerviosamente, sintiéndome un poco estúpida y apenada por las peticiones.
—Eso es lo que quiero a cambio.— me cruce de brazos imitando su postura. —Te ayudaré a pasar tu celo a cambio de lo que pido.— obvio estaba intentando sonar segura y como si realmente no me afectara. Ni siquiera sabía porque estaba proponiendo esto.
Los ojos de JungKook se abrieron en sorpresa, sin embargo terminó entrecerrando sus ojos mirándome acusadorente, no muy confiado de mis condiciones o de mí.
—¿Estas segura de esto?— llevó las palmas de sus manos a recargarlas sobre el pasto centímetros atrás de él, obteniendo una mejor visión de mí —Quiero que entiendas que si me he estado comportando así es parte de mi celo. Ahora, no solo es meterte el pene y ya.—
Vaya, JungKook. No te vayas a quedar sin tacto.
Su mirada aún seguía sobre mí, podía mirar en sus ojos ansias sobre qué le respondiera, y la forma en la que mordía su mejilla interior solo me lo confirmaba.
Extendí mi mano frente a él, pareciendo muy segura de mi decisión después de volver a pensar que esto volvería a la misma rutina de estos últimos días. Y aunque aún seguía pareciéndome extraño por el repentino acercamiento, no me había disgustado alguna cosa; al contrario. JungKook ganaba con su celo mientras me dejó llevar y le doy sus mimos, y yo a cambio disfruto de igual manera, plus, sería mi esclavo. Esto era un ganar/ganar.
—¿Vas a aceptar el trato o quieres que retire mi mano?— alcé una ceja mirando el rostro sorprendida de JungKook, y cuando sentí que mi brazo se cansaba, la mano grande de Kookie fue estrechada con la mía.
—Me parece justo.— un dejé de felicidad, satisfacción y tranquilidad fingida era lo que adornaba el rostro de JungKook mientras cerrábamos nuestro trato debajo de la brillante luna.