Graaaaacias a todos por sus comentarios, y por el recibimiento que tuvo esta segunda parte jaja aunque tengo una duda, aquellos que leen pero no dejan ni votos ni comentarios, que pasa? No les gusta o es flojera? jajaj
CAPITULO EDITADO: 17 DE SEPTIEMBRE 2020.
Ahora, este capitulo viene a explicar ligeramente cosas que quedaron pendientes en el capitulo anterior, espero que les guste!
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CAPITULO DOS
Hacía ya muchos años, él había dedicado su vida a salvar a otros, ¿cómo alguien podría haber pensado que, en su inmortalidad, su vida sería diferente? Solo que aquella primera vez no lo había hecho con esfuerzo, había muchas almas que se pudieron haber salvado. Tal parecía que los mortales no eran los únicos que podían cometer errores, y se prometió a sí mismo que estaba vez lo haría mejor.
Por ello, esta segunda vez se dedicó a vagar por el mundo mortal con tranquilidad, llevando su poder donde fuese necesario mientras recorría pueblo tras pueblo y ciudad tras ciudad, tratando a pobres y a ricos por igual. ¿Cómo podría él distinguir algo más que la necesidad? Sí había un enfermo que tuviese imposibilidad de ser tratado como correspondía, Yu Xuan estaría ahí, por supuesto.
Casi se sentía como antes de morir, antes de volverse un Dios. Repentinamente Yu Xuan sentía que estaba viviendo los mejores años de su inmortalidad.
¿Y si sus pasos lo llevaban cada ciertos meses a ese lugar donde era recibido con los brazos abiertos? Bueno, él solo podría atribuirlo a las coincidencias de la vida.
La primera vez que los visito, el líder de secta se había visto tan sorprendido de que realmente hubiera tomado en cuenta la invitación, que Yu Xuan casi se rio en su cara.
Él se retiró el mismo día, realmente maravillado de lo apegado que estaba Wei Ying con las personas que llamaba padres y notó con agrado lo cercano que eran los tres hermanos sin la rivalidad que sus padres habían provocado en ellos en su primera vida.
La segunda vez que los visito, también continuó con su viaje el mismo día, mientras pensaba en que los niños eran bastante adorables en su versión miniatura, tan cariñosos y amables. Los padres, en su sospecha de que era un inmortal, habían dejado de llamarlo joven maestro.
La tercera vez, bueno, la tercera vez fue una sorpresa.
Yu Xuan había entrado con tranquilidad a Lotus Pier, siempre sonriendo ante el ambiente bullicioso y alegre, y no pudo evitar esconder una carcajada en el dorso de su mano al ver al pequeño Wei Ying imitando una pelea de espadas junto a su hermano mientras su padre vigilaba de cerca.
Antes de siquiera poder abrir la boca para saludar, se detuvo abruptamente, sorprendido, con los ojos muy abiertos cuando el menor lo noto parado a un costado, y con una sonrisa enorme gritó con entusiasmo—. ¡Tío Yu! —exclamó Jiang Cheng mientras corría hacia él.
¿Umh? Su cerebro no cooperó, por lo que él solo pudo quedarse congelado, atónito y con los ojos muy abiertos mientras veía al líder de secta acercarse casi avergonzado.
—Ah, maestro Yu —había dicho Jiang Fengmian, avergonzado y temeroso de que la persona que él creía que era un inmortal se sintiera ofendido—. Me disculpo por la...
Yu Xuan ni siquiera escuchó el final de la disculpa, aun asombrado por las palabras del joven Jiang Cheng. Nunca nadie lo había llamado tío, en vida había sido hijo único y no era lo suficientemente cercano a nadie como para poder ser llamado tío.
En su posterior ascensión como deidad, no se había permitido acercarse a un mortal lo suficiente como para ser llamado de una forma tan cercana.
Por primera vez, Yu Xuan se sintió lo suficientemente apegado a alguien como para no importarle—. Por favor, no se preocupe —aceptó con facilidad, sonriéndole a los dos niños que se habían acercado a él—. Sabe que puede llamarme Yu Zhi Guang, ¿verdad? —preguntó hacia el hombre, pero sin dejar de mirar a los niños que, aparentemente, querían mostrarle un nuevo movimiento con la espada que estaban aprendiendo.
Madame Yu, acercándose luego de que un par de discípulos le indicaran la presencia del joven maestro Yu, resopló con diversión porque sabía perfectamente que su esposo no se atrevería a hablarle de una manera tan cercana—. Fengmian no se atrevería, maestro Yu.
—Tú tampoco, mamá —interrumpió Wei Ying al notar que su madre también llamaba maestro a tío Yu. Jiang Cheng, a su lado, tiraba de su brazo intentando que volvieran a las espadas, pero fue solo después de recibir una mirada molesta de su madre que Wei Ying acepto ir con su hermano mientras soltaba una carcajada.
Las risas de Wei Ying se pudieron escuchar hasta que nuevamente comenzó a practicar con su hermano. Tiempo después, incluso la joven Jiang se había unido al entrenamiento.
Yu Xuan sonrió igual de emocionado—. Imagino que la joven Jiang esta emocionada por aprender junto a sus hermanos, ¿no? —preguntó mientras se acercaba, porque aunque sabía que a la joven no le interesaban las espadas, sería necesario para ella aprender y la mejor forma de seguir entusiasmándola sería mencionar a los hermanos que tanto amaba y deseaba proteger.
—A-Jie detesta hacerlo —confesó Wei Ying con una mueca en los labios—. Pero papá siempre le dice que debe aprender para que al menos sepa defenderse. Aunque A-Jie no debe preocuparse, porque A-Ying siempre estará para protegerla.
Jiang Yanli sonrió avergonzada, porque ese había sido su pensamiento hasta hace poco. Sus padres la protegerían, y más adelante podrían hacerlo sus hermanos y futuro esposo mientras ella se enfocaba en lo que realmente le gustaba hacer, despreocupada ante los peligros del mundo.
Que ingenua había sido, se daba cuenta ahora.
—Ah, ¿pero quien protegerá a A-Ying? —preguntó Yu Xuan riendo.
—A-Jie protegerá a sus hermanos, por supuesto —afirmó Jiang Yanli.
Yu Xuan no pudo evitar mirar al suelo mientras trataba de esconder una risita, realmente feliz de ver las diferencias entre esta y la vida anterior. En esta vida, Yu Ziyuan se disculpó en nombre de su descortés hijo en vez de regañarlo hasta la humillación; en esta vida, Jiang Fengmian no favoreció a ninguno de sus hijos.
En esta vida, Jiang Yanli estaría preparada para defenderse.
Y en esta tercera visita, Yu Xuan también dejó Lotus Pier antes de que el sol se escondiese, pero la cuarta vez...
La cuarta vez que paso por Lotus Pier si se quedó a pasar la noche, porque él también había encontrado una familia.
***
En el silencio de su habitación, un niño meditaba tratando de idear un plan. Él no sabía qué hacer, aunque no, eso era incorrecto, él sabía lo que debía hacer, pero aún no lograba saber cómo hacerlo.
Y por ello pasaba sus horas de vigilia libres para meditar. Tratando de llegar a un plan lo suficientemente bueno como para permitirle a ella salir de allí sin levantar sospechas en él o en su hermano.
Realmente veía poco probable que culpasen a su hermano, pero muchas cosas podrían salir mal si estaba solo en su misión.
No fue sino hasta días después que le llegarían los rumores de que la familia Jiang había adoptado a un niño como suyo hace un par de años. Y casi con molestia se preguntó porque existía una regla contra los chismes, cuando aparentemente eran realmente necesarios para que uno se enterase de las cosas que sucedían fuera de la secta.
Él había pensado que estaba solo, pero a juzgar por los rumores provenientes de Lotus Pier, tanto el líder de secta como Madame Yu habían regresado temprano y lo habían hecho antes que él.
***
El toque de queda en GusuLan ya había llegado hace unos minutos, quizás horas, pero no es como si realmente pudiese salir de su habitación, por lo que no era esencialmente importante. Ella bebía tranquilamente su té, aprovechando el silencio y la quietud.
Ella se sentía realmente cansada, ¿de verdad tendría que soportar toda una vida encerrada sin sucumbir a la soledad? ¿Solo permitiéndole ver a sus hijos una vez al mes? ¿Ellos realmente pensaban que una madre podría soportarlo?
Ella ya había soportado bastante y sentía que con cada día, semana y año, ella enfermaba cada vez más, ¿no era hora de permitirse un descanso? Justo cuando estaba a punto de tomar otro sorbo de su té, el silencio de la habitación fue roto por una ventana abriéndose rápidamente.
Pero eso no podía ser posible, pensó con alarma, porque la habitación completa estaba asegurada y era pasada las nueve.
¿Quién podría atreverse a irrumpir en su habitación pasado el toque de queda y rompiendo los sellos? Ella ni siquiera contaba con una espada, ¿con que se suponía que debía defenderse?
—¿Mamá?
Pero aparentemente no lo necesitaba, pensó alarmada al ver a su hijo mayor mirándola con lo que parecían ser lágrimas cayendo por su rostro—. ¿A-Huan?
—Mamá —escuchó el lamento salir de los labios de su hijo, y cualquier pregunta o confusión abandono su mente, porque su hijo era más importante.
—¿A-Huan, que sucede? —preguntó mientras corría a abrazar a su hijo, preocupada—. ¿Está bien A-Zhan? —preguntó.
—Él está bien —logró decir Lan Huan, mientras su cuerpo se sacudía con fuerza, sus manos aferradas a las túnicas blancas de su madre, aun sin poder soltarla, porque él había olvidado el rostro de su madre. Ella había sido hermosa, y él la había olvidado.
Y ahora que la tenía nuevamente con él, se prometió nunca más olvidar como lucia su madre, como olía, que tan cálidos eran sus abrazos. Por ello, él haría todo lo que estuviese a su alcance para salvarla de este lugar, porque su madre no pertenecía a GusuLan.
Ella no pertenecía a una habitación de cuatro paredes, encerrada. Ella debía ser libre, su madre realmente moriría si se quedaba—. A-Huan, por favor —pidió ella con suavidad, tratando de que el niño le dijese lo que estaba mal.
—Quiero que dejes Receso de las nubes —confesó con voz suave, amortiguada contra el cuerpo de su madre, sin poder mirarla mientras hablaba—. Que dejes GusuLan.
—¿Qué?
¿Cómo podría ella irse y dejar a sus hijos? Ella soportaba el encierro por ellos, ella soportaría todo lo que la vida le pusiera en frente con tal de tenerlos a su lado.
—Si te quedas te vamos a perder, por favor —suplicó, porque solo necesitaba que ella escuchase sus palabras.
—No puedo dejarte a ti y a tu hermano.
—Nos vas a dejar igual si te quedas —dijo separándose solo lo suficiente como para mirar el rostro de su madre, tratando de memorizar el rostro de ella, para nunca más olvidarla.
—A-Huan, no me van a perder...
—¡Sí lo haremos! –exclamó, su respiración inestable y su voz temblorosa. Sus ojos intentando transmitir todos los sentimientos que tenía guardados en su interior y que simplemente no podía dejar salir—, te perderemos si te quedas, pero si te vas, al menos podremos saber que estas bien, que estas a salvo —añadió con fuerza—, que estás viva.
—Pero ¿dónde iría? —preguntó con cansancio—. No tendría donde esconderme, ¿y cómo saldría? —añadió, sabiendo perfectamente que sería cazada si solo se atreviese a dar un paso fuera de GusuLan.
Lan Huan guardo silencio por un momento, debatiéndose—. Tengo como ayudarte.
Madame Lan no pudo evitar reír suavemente, mirando a su hijo con cariño—. A-Huan, ¿cómo podrías ayudarme? Ni siquiera yo he podido ayudarme.
—Si tengo como sacarte y donde llevarte, ¿lo harías? —preguntó con firmeza, ignorando hábilmente la pregunta de su madre.
—Si me voy, ¿qué será de ustedes? —preguntó ella, su indecisión mostrándose claramente en su rostro, ¿podría llamarse madre después de abandonar a sus hijos?
—Estaremos bien, sabiendo que estas bien —afirmó—. Por favor, hazlo por nosotros, te necesitamos a salvo.
Madame Lan miro a su hijo, viéndolo extrañamente maduro, casi como si tuviese una sabiduría superior a su edad, y en ese momento no pudo evitar pensar que debía confiar en él.
Después de todo, él era su hijo.
—¿Qué tienes en mente?
***
Lan Huan le sonrió a su hermano, varios días después, viéndolo tan pequeño y tierno como no lo había sido en años, pero tan serio y silencioso como seguiría siendo muchos años después. Él caminó junto a su hermano mientras Lan Zhan lo miraba fijamente, en silencio, pero con la pregunta clara en su rostro.
Su hermano pequeño definitivamente lo conocía bastante, pensó con cariño, porque él no había dicho nada, pero Lan Zhan había notado solo con mirarlo que había algo mal.
Pero con pesar, él guardó silencio, porque sabía que no podría decirle hasta que todo estuviera hecho, hasta que su madre estuviese muy, muy lejos de GusuLan. Él sabía perfectamente que su hermano no comprendería porque mamá debía irse y podría tratar, con buena intención, de evitarlo.
Él no podría permitir que su hermano se sintiera culpable si por su intervención no lograban salvar a su madre, así que simplemente se dejó guiar por su tío hacia la que sabía, sería la última vez que vería a su madre en Receso de las nubes.
Y mientras la noche comenzaba a asomarse, él vio con cariño como su madre molestaba a su hermano, sabiendo que aun avergonzado y con las orejas sonrojadas, su hermano era feliz. Porque aún pequeño como era, Lan Zhan ciertamente podía sentir un pequeño calorcillo comenzando en su pecho, revoloteando como pequeñas mariposas que se movían lentamente.
Lan Zhan ciertamente era demasiado pequeño para identificar tan gran amor que sentía apoderándose de su cuerpo, demasiado joven para poder dar cuenta de las emociones difusas y cálidas que se apoderaban de él cuando pensaba en su familia.
Mientras miraba a su hermano, Lan Huan no pudo evitar meditar para sí mismo, su sonrisa disminuyendo ligeramente mientras pensaba que, desde ese día en adelante, ya ni siquiera podrían ver a su madre una vez al mes.
Pero después de todo, ¿no era mejor una o dos veces al año que simplemente nunca más? Él realmente estaría feliz si pudiese verla aunque sea una vez al año, sabiendo que ella estaba viva y bien, donde sea que fuese, que la otra alternativa.
Su hermano simplemente tendría que comprenderlo tarde o temprano. Y definitivamente le agradecería más adelante, cuando se diera cuenta de que su madre debía ser libre para poder sobrevivir. Así que determinado, no dijo absolutamente nada cuando se retiró junto a su hermano, aun sintiendo la mirada insistente de él.
Y fue por eso que más tarde, esa misma noche y después del toque de queda, Lan Huan camino hacia la cabaña que tenía prisionera a su madre. Rápidamente desactivo los sellos, agradeciendo silenciosamente a los Dioses que, aunque su poder había disminuido de lo que había sido como adulto, ciertamente era mayor de lo que debería haber sido a su edad.
Entro en silencio y rápidamente noto a su madre sentada frente a una mesa, reflexionando. ¿Se había arrepentido?
—Mamá...
La mujer lo miró casi con tristeza—. A-Huan...
—No —negó con la cabeza, porque ella no podía rendirse y simplemente esperar su muerte...
—No puedo abandonar a tu hermano, va a odiarme cuando se entere que los abandone.
—Yo le explicaré —afirmó apretando los puños. Por favor, que ella no decida quedarse por ellos. Él no podría soportar ser la causa de la muerte de su madre.
—Simplemente no puedo —negó con la cabeza—. Le dirán cosas sobre mí, y realmente, ¿qué clase de madre abandonaría a sus hijos?
—Una madre que prefiere vivir a morir encerrada y sola —dijo Lan Huan, porque ese definitivamente sería el destino de su madre si ella permanecía allí—. Y él entenderá, porque si te quedas por nosotros, tu muerte será nuestra culpa.
—A-Huan —se quejó, su hermoso rostro haciendo una expresión adolorida—, no voy a morir.
—¡Pero si lo harás! —exclamó, desesperado, porque ella simplemente no comprendía—. ¡En solo unos meses vas a morir si te quedas! ¡Wangji sufrirá aún más! ¡Él vendrá a verte y tú no saldrás a verlo, porque no estarás aquí para hacerlo!
—A-Huan... —murmuró Madame Lan, tan incrédula que ni siquiera pensó en preguntar por la identidad de aquel Wangji que su hijo había mencionado.
—Por favor, mamá, sal de aquí mientras aun puedas —pidió en tono más bajo, pero no menos desesperado—. Este lugar te está matando.
Madame Lan no pudo evitar hacer una mueca con los labios, viendo a su hijo tan desesperado. Y no pudo evitar pensar que tal vez, solo tal vez, él podría tener razón. Ella se había estado sintiendo tan mal, tan cansada, tan desanimada para hacer otra cosa que ver a sus hijos una vez al mes.
En respuesta, solo pudo asentir con la cabeza mientras preguntaba, porque su hijo había afirmado tener todo resuelto—. ¿Y dónde me esconderé?
—Lotus Pier.
—¿Qué? ¡Definitivamente me buscarán allá! —dijo, casi levantándose del asombro—. ¡Y la secta Jiang seguramente me entregará! ¡Y no me perdonarán dos veces, A-Huan!
—Tengo... tengo amigos allá —afirmó casi a regañadientes—. Debes decirle al líder de secta que Zewu-jun te envía, él entenderá. Él no te entregará.
—Hijo —dijo cerrando los ojos, porque nada tenía sentido para ella—. ¿Amigos en Lotus Pier...? Ah, A-Huan —se quejó, frunciendo el ceño suavemente, confundida, porque su hijo nunca había estado en Lotus Pier antes—. A-Huan, el líder de secta Jiang no querrá hacerle la guerra al clan GusuLan, él me entregará sin importar a quien mencione —afirmó con voz suave, casi como si intentará explicarle algo a un niño. Que, de hecho, así era.
—Por favor, confía en mi —pidió desesperado, porque esta era la única forma en que él podría salvar a su madre y mantenerla a salvo—. El líder de secta y Madame Yu te protegerán.
Porque él sabía que ellos habían tenido la oportunidad de salvar las vidas perdidas de su clan, ¿cómo podrían negarle a él la oportunidad de salvar a su propia madre? Ellos definitivamente lo ayudarían.
***
Cuando llego el tiempo de alejarse, su madre agarro las pocas pertenencias que había guardado para viajar, y juntos salieron a la oscuridad de los pasillos de Receso de las nubes. Afuera, rápidamente la abrazo, fuerte, sin realmente querer soltarla, pero sabiendo que era totalmente necesario.
—Recuerda, ve a Lotus Pier —murmuró Lan Huan contra el cuerpo de su madre, respirando hondo—. Y por favor, intenta enviarme una señal cuando te encuentres a salvo.
Madame Lan asintió con la cabeza, sin dejar de repartir besos por todo el cabello de su hijo, sintiendo un enorme orgullo y amor por él.
—Vendré cuando sea que me necesites, lo sabes, ¿verdad?
—Por supuesto —aceptó fácilmente, porque aunque su madre se estaba yendo, no los estaba abandonando realmente.
—Aunque no me puedan ver, seguiré siendo tu madre —afirmó ella dándole un último beso—. Por favor, cuida de tu hermano. Y dale un beso por mí, ¿sí?
Lan Huan asintió, y con renovada esperanza la vio alejarse.
Porque gracias a él, su madre podría vivir para verlos crecer. Para verlo convertirse en un líder de secta capaz de quitar su castigo, y para ver a su hermano convertirse en el gran hombre que será en el futuro.
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Sin una espada para agilizar el viaje, no sería hasta varios días después que ella llegaría a Lotus Pier. Ella se bajó del bote con inseguridad, casi sintiendo como si todos pudiesen ver sus vestimentas y reconocerla, y repentinamente deseó haberse quitado el uniforme de la secta que realmente ya no la identificaba.
Ella simplemente ya no pertenecía allí. Y quizás, nunca lo había hecho.
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Ahora, por favor haganse a la idea de que aunque Yanli este aprendiendo junto a sus hermanos, ella no podrá estar a la par con ellos, no realmente, me guiare del canon al dar por hecho que su nucleo dorado es débil, por lo que en ella solo vamos a privilegiar el aprendizaje de defensa (yo digo que mucho habría cambiado si ella supiese aunque sea bloquear un ataque con espada) y más adelante medicina con Yu Xuan!