Rose.
—¿Qué mierda acaba de pasar?— preguntó Selena luego de un gran momento de silencio.
—No tengo idea.— Comenté todavía en shock.
—Si no fuera un idiota, podría decir que fue lindo lo que dijo.— Sonrió y agarro la botella de Champagne que había traído. Sacó dos copas y sirvió.
Selena sabía muy bien lo que había pasado con Harry, luego de muchas súplicas y amenazas, al final pude decirle lo que pasó, lo odia y me dio toda la razón con ignorarlo ahora.
—¿No vas a tomar de tu copa?— Preguntó dándole un sorbo a su copa.
Hice una mueca —Estoy enferma, no creo que me caiga bien el alcohol.
—Hablando de eso, eres la peor ah.— Negó con la cabeza. —¿Cómo puedes enfermarte justo en este día? De todos los días que tienes para enfermarte, se te ocurre enfermarte en el día que habíamos decidido que iríamos para recordar las épocas universitarias y sacar de tu maldita cabeza a Harry Styles.
—Lo siento, soy la peor.— Hice un puchero.
—Ya no importa. Ahora cuéntame ¿en serio vino a cuidarte?— Alzo una ceja.
—Sí, te dije que hoy iba a trabajar con Harry pero se sentía tan mal que no dure más de dos horas antes de que casi me desmaye y Harry me ayudará.
—Eso es lindo.— Canturreó y yo la fulminé con la mirada. —Solo digo que parece que él si trata de arreglar las cosas.
—Si fuera así, no hubiera follado con Ángela.— Escupí.
—¿Qué?— Preguntó sorprendida. —No jodas ¿Cómo sabes? ¿Los viste?
—No, eso hubiera sido asqueroso.— Y me hubiera dolido.
Le conté lo que pasó ayer sin detallar en cómo lo encontré con Ángela y la pequeña pelea que tuvimos después.
—Y por eso estás enferma ahora.— Confirmó y yo asentí. —Mira, aunque sigo un poco molesta por enterarme por todo este drama muy tarde e ignorarme en todos los días que despareciste cuando estabas viviendo la vida buena en New York...Creo que Harry tiene buenas intenciones.
Me quedé en silencio un minuto analizando sus palabras.
—No— terminé diciendo —no creo, así estamos bien. No necesitamos cambiar eso.
—Bueno, si tú lo dices amiga...—suspiro y se paró —¿Tienes algo de comida? Muero de hambre.
—Harry hizo sopa de verduras. Tienes permiso de tomar un poco si gustas.— Sonreí.
—¿Él cocina?— Se rio y agarro una cuchara para después meterla en la cacerola. Saboreo un poco y luego hizo una mueca —Mierda, esto sabe horrible.— Frunció el ceño —¿Por qué dejaste que él haga esta atrocidad?
—Él quiso cocinar— me encogí de hombros.
—¿Y tú lo dejaste?— Alzó una ceja y yo asentí divertida. —Espera ¿tú no tienes como una caja de sopas enlatadas?
—Sí.— Me reí.
—¿Y por qué dejaste que haga esta maldad?— Señaló la sopa.
—Me daba risa verlo sufrir y como repetía videos en YouTube de cómo hacer una sopa, fue divertido ver su ceño fruncido.
Selena se rio a carcajadas.
—Ay Rose, no tienes remedio.
•••
Los domingos siempre son un día relajante o algo aburrido. El único día donde no tengo que estar soportando llamadas de la empresa y no toco mi lap top para cosas del trabajo. Cuando estaba con Brian, recuerdo salir todos los días después del trabajo para cenar, siempre me llevaba a lugares muy lujosos y me gustaba porque no tenía que cocinar o comer una sopa enlatada. Pero los domingos...siempre me sorprendía con algún regalo para que yo lo recompense con sexo. Él es un buen chico si no fuera porque se metía mucho en mi vida y le importaba más tener sexo conmigo que hablar de cosas tribales, seguiríamos juntos. Ahora, estaba sola en mi casa. Selena se había ido horas después de que vino ayer en la noche. Dormí tranquila aunque con hambre pero cuando desperté me sentía mucho mejor, definitivamente los cuidados de Harry me sirvieron. Sin pensarlo dos veces, le envié rápidamente un mensaje.
[10:40]: Gracias por cuidarme ayer, le informo que ya estoy mejor :)
[10:42]: Me alegra escuchar eso Srta. Rose.
Estoy algo sorprendida de su respuesta, él siempre me habla tan natural a pesar de que yo no pero esta vez, me hablo tan formal como si quisiera...poner distancia.
—¿Entonces es a ti Selena a quién debo agradecer por poner a Rose en mi vida?
Me acorde de las palabras de mi jefe y una tonta sonrisa apareció en mis labios. Salí de mi trance rápido y trate de concentrarme en cualquier cosa menos en él. Agarre mi libro y empecé a leer donde me había quedado ayer antes de que llegue Selena. Estaba muy concentrada leyendo y haciendo algunas notas de los tips que me daban sobre empezar una empresa que apenas me di cuenta que me estaban llamando.
—¿Aló?— Contesté distraída.
—Rose.— Escuché su voz fría y me tensé.
—¿Mamá?— Cerré mi libro de inmediato concentrándome más en su voz. —¿Cómo conseguiste mi número?— Estaba más que segura que yo no se lo di.
—Quería hablar contigo y sabía que Austin debía tener tu número así que solo lo persuadí un poco.— Se rio, no me gustaba su risa, era como maléfica.
—¿Y de que querías hablar?— Traté de sonar normal.
—Oh, tú debes saber, sobre el desfile de modas que siempre voy.— Contuve el aire en mis pulmones. —Me acaban de mandar el correo para ver si aceptas las invitaciones que les hice. ¿Ya lo pensaron? Es este fin de semana.
—Realmente Harry y yo no hemos tenido tiempo en pensar en eso.— Después de que él se esfumará de New York como una rata y todos los problemas de la empresa, no he pensado en ese maldito desfile de modas.
—Bueno ¿y qué esperan?— Habló un poco fastidiada.
—No sé, mamá, tendré que pensarlo y hablarlo bien con Harry.— Mentí.
—Bien.— Accedió. —Espero tu respuesta pronto.— Colgó sin despedirse de mí o por lo menos poder preguntarme como estoy.
No me apetecía ir a ese maldito desfile de modas. Recuerdo haber rezado y hasta suplicado a mi madre ir a ese desfile. Siempre me dijo que no y ahora que tengo la supuesta vida perfecta quiere que vaya y que mejor para ella que con Harry. No pensaba decirle y cuando ella me vuelva a llamar le diré que estamos muy ocupados para ir. Lo único que me falta ahora es hacerme la fuerte y contestarte a mi mamá.
•••
Apenas deje el capuchino y el muffin encima de su escritorio el lunes que llegue a la oficina, me sentí con la urgencia de ver a Harry y agradecerle por cómo se quedó conmigo el sábado. Sé que le agradecí por un mensaje pero igual quiero ver su rostro al decirle esas palabras. Siempre lo esperaba en su oficina para decirle la agenda del día pero hoy estaba más ansiosa que antes. Al momento que vi su cuerpo entrar a la oficina, tome una gran bocanada de aire, él me saludó educadamente como siempre y se sentó en su silla esperando que le diga su agenda. Tomo un poco de su capuchino mientras yo le dictaba todo lo que tenía que hacer.
—Gracias, Rose.— Agradeció luego de todo lo que le dije que tenía que hacer en el día.
—De nada y gracias a usted de nuevo.— Sonreí —por lo del sábado.— Agregué.
—Oh eso, no fue nada. Veo que ya estás mejor así que esperemos que sigas así.
—Veo que usted no se contagió. Me alegra mucho, no quería tener la culpa matándome por haberlo enfermado.
Él se rio —Yo soy una persona invencible, cariño. Nada me puede matar.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo al momento que escuche que me dijo 'cariño'. Trate de verme normal y le di una sonrisa educada.
—Eso es bueno, me voy.— Le di una leve inclinación de cabeza y me dispuse a salir pero la voz de Harry me detuvo.
—Ya acepte, así que espero que ese día este desocupado.— Lo miré confundida.
—Disculpe, no de que me está hablando.— Comenté.
Una sonrisa se extendió en sus labios —Lo del desfile.— Sentí mi cara volverse pálida. —Ayer tu mamá me llamó y me contó todo de que trata-
—Espera ¿qué?— Hable ahora acercándome de nuevo a su escritorio —¿Mi mamá lo llamó? ¿Cómo consiguió su número?
—No tengo idea, cariño, pero le dije que sin falta estaremos ahí.— Sonrió relajado.
— ¿Cómo se le ocurre decidir eso, usted?— Hable algo irritada. —Ni siquiera me pregunto que me parecía.
—Y tú tampoco al querer declinar esa propuesta.— Apreté los labios. —Vamos Rose, unos días más fingiendo no nos hará daño. Tu madre estaba muy emocionada por teléfono al decirme donde estaremos y cómo sería.
Claro que ella estaba emocionada porque por fin su hija hizo algo bueno y tiene un novio con buen partido. Si ella supiera que todo esto es una farsa volvería a tratarme mal.
—No creo poder lograrlo.— Comenté.
— ¿Por qué?— Se acercó a mí y de plantó al frente mío —¿Le tienes miedo a algo?
—A mi mamá. — Admití.
Y a ti.
Paso sus dedos por mi mejilla y una leve electricidad recorrió esa parte —Ella no te hará daño mientras estés a mi lado.
¿Y quién me va a proteger de ti?
Wow, capítulo 20, realmente nunca pensé que llegaría a este capítulo y tan rápido lol. Sé que es corto pero fue lo que vino a mi mente, prometo que el próximo será mucho mejor ya que supongo que ya saben que se aproxima (?) Anyways, gracias por sus votos comentarios y a todos los que leen xoxo.