<<Evan y Elle>>
Era de madrugada, y Elle dormía junto a Evan. Evan tenía sus ojos abiertos, sin despegar su vista del techo, estaba nervioso, jamás había dormido así, su corazón latía fuerte y no entendía nada de lo que estaba pasando. Tenía dolor fuerte de cabeza, en el labio inferior y en la nariz.
— Llamaré a James, él me puede venir a buscar — Evan necesitaba a su amigo, sabía que no podía estar en casa de Elle.
— ¿Estás seguro?—La chica lo miraba de manera detenida—Puedes quedarte unos minutos más.
—Elle, no llegué a casa—Evan habló preocupado.
— Bueno, entonces llámalo.
— ¿Por dónde saldré?—Evan la miró nervioso.
— Tendría que ayudarte a salir por la ventana, más abajo hay un techo donde puedes saltar—Evan tenía cero experiencia con las aventuras extremas.
— ¿Es la única opción?
— Mis padres no pueden escucharte. Aún no se levantan, debes salir despacio.
— Debo llamar a James—Evan tragó saliva.
—Vale, vale...llámalo—Elle sonrió y tocó sus heridas—Te han quedado horribles ¿Te duelen?
— Pues un poco, pero ya estoy mejor—Evan sonrió débil.
— ¿Piensas hablar con la policía?—Evan pensó en las amenzas de Jonah.
—No, ya está, me han pegado y no hay vuelta atrás—Evan tragó saliva—Es la ley, soy más débil—se encogió de hombros y Elle sintió una tristeza interior.
— No digas eso—acarició su cabello—Eres más fuerte de lo que piensas—Ella le sonrió—Yo te admiro mucho.
— ¿Hablas en serio?—abrió sus ojos.
—Claro que sí, ¿Por qué te mentiría?
—Pues...no sé.
—Yo te quiero de verdad...
— ¿Pero me quieres como se le puede querer a un amigo, a una mascota o a un hombre?—Evan nunca hacía preguntas tan profundas, pero, Elle le inspiraba un poco más que las cosas comunes.
— Te quiero como a alguien de quien podría enamorarme— Elle habló despacio— Eres...eres un chico maravilloso.
— Tú también eres maravillosa—Evan le sonrió— Bueno, es mejor que me vaya—Evan miraba una alfombra de la chica— le hablaré a James.
— Claro— Elle lo miró sonrojada—Habla tranquilo.
James estaba en su casa, hablaba con Justyna; las cosas entre ellos iban muy en serio, pero algo pasaba, que la cosa no llegaba más allá, quizás habían pasado muchos años.
Vio una llamada entrante, era Evan, aquello captó su atención, porque no era normal que su amigo lo llamara a las seis de la madrugada.
— ¿Qué pasa?— Contestó.
— Ven a buscarme donde Elle, han pasado cosas muy malas.
James se asustó y se paró del sillón.
— ¿Está todo bien?—preguntó.
— Claro, he tenido pequeños problemas, pero nada de otro mundo.
— Voy para allá—James cogió una chaqueta y fue a buscar a su amigo.
En el trayecto pensaba en Evan, a veces se asustaba al pensar que su amigo podría estar en peligro; nadie le sacaba de la cabeza que el incidente de los peces de Evan, fue obra de Elliot McDougall y que por ende, ese chico no dejaría de molestar a su amigo.
Se estacionó a una cuadra de la casa de Elle, no podía generar sospechas. Cuando se paró a esperarlo en el patio de la casa de la chica, llamó a su amigo.
— Ahora— susurró en el teléfono.
Evan asomó su cabeza por la ventana y antes de salir, miró a Elle.
— Adiós, gracias por cuidar de mí— Evan se despidió con un gesto de mano y Elle lo tomó por el cuello, causando gran sorpresa. Lo estaba besando como si no hubiera un mañana, y Evan apenas podía reaccionar
— Nos vemos en la tarde, ahora ve...James te espera.
Evan sólo la miró nervioso y saltó por la ventana, cayendo sobre un techo; ya quedaba menos para llegar donde su amigo.
James lo miró y quedó impresionado al verlo golpeado.
— Tu cara parece mierda de perro ¿ Qué te ha pasado?— James le preguntó, mientras ayudaba a Evan a bajar.
El chico logró llegar al piso y le sonrió a su amigo.
— Jonah me pegó, y al rato llegó Elliot.
James abrió sus ojos.
— ¿Que esos hijos de puta qué?—James tomó sus hombros— Ve a la policía, esos tipos son delincuentes.
— Estoy amenazado, dudo que pueda— Evan constestó con simpleza— Prefiero no meterme en problemas
—¿Y has dormido con Elle?
— Sí.
— Eso es meterse en problemas.
— Ya pero Elliot no lo sabe.
— Sí, tienes razón— James largó una risa— ¿Y tuvieron sexo?
Evan hizo una mueca de ignorancia.
— ¿ Debo tener sexo si duermo con una chica?— preguntó sin entender.
— No siempre, pero sí se da...
— ¿Tú lo has hecho?—preguntó Evan.
— Un par de veces— James se sinceró.
— Fue como una pijamada, aunque Elle limpió mis heridas con alcohol.
James se largó a reír.
— Vamos, ¿Y no le has dado un beso en el cuello?
— ¿Beso en el cuello?— Evan abrió sus ojos.
— Eso las pone mucho— sonrió su amigo.
Ambos ya estaban dentro del auto de James.
— ¿Crees que debería hacerlo?
— Pues sí, ya estás en edad...
— Tengo apenas veinte , cumpliré veintiuno en dos meses más.
— Bueno, yo tengo veintitrés, pero eso da igual— James le sonrió a su amigo—Lo hago todos formas y les gusta mucho — Amigo...¿Y crees en los sentimientos Elle?— James lo miró de forma honesta.
Evan analizó la pregunta de su amigo, no sabía qué contestar; una parte de él confiaba en la chica, pero también creía que que era probable que volviera donde Elliot.
— Sí, ella no me miente—Evan tragó saliva y tocó sus heridas.
— Se van a demorar en borrarse—James sugirió mientras conducía, evitando el tema de Elle.
— Gracias por venir por mí, te quiero— Evan sonrió nervioso y James sobó el cabello del chico.
— Eres mi mejor amigo, tonto— ambos rieron.
{...}
Había un sol de película en la ciudad, Elle caminaba feliz hacia la casa de Evan, quería ver cómo estaban sus heridas.
Evan la esperaba desde la ventana, con una sonrisa de oreja a oreja; Elle usaba un vestido con flores, pocas veces lo hacía y aquello le quedaba muy lindo. Al menos a juicio de Evan Peters.
La chica notó que Evan la miraba desde ahí, casi esperándola y acariciándola con la mirada. La chica se puso nerviosa al imaginar a Evan tocando su piel, acariciando su espalda y escuchando sus leves carcajadas detrás de su oreja.
No estaba Wilkins para abrirle la puerta, Evan lo hizo y cuando se vieron, se abrazaron.
— Te extrañé ¿Lo sabes?—Elle miró a Evan.
— Es cosa de mirar tus ojos para saber que me extrañaste— Le sonrió.
— ¿Qué haremos hoy?—preguntó Elle.
— El día está demasiado lindo como para estar encerrados ¿No lo crees?
— Tienes razón— ambos sonrieron y caminaron juntos.
Ninguno hablaba demasiado en el camino, tan sólo llevaban sus manos entrelazadas y sonreían al pensar en lo que estaba pasando.
Nadie podría haber imaginado, que ambos terminarían en una relación romántica, que se basaba en algo puro e inocente como Evan.
En la ciudad habían muchos lugares hermosos, pues tenían playas, lagos, ríos, bosques, parques llenos de matrimonios jóvenes con mucho amor y bebés, pero ellos no estaban en condiciones de presumir su relación naciente a los demás.
Elle conocía un lugar llamado: Los pozones, y tal como su nombre lo dice: allí habían tres pozones con agua, donde los jóvenes en verano van a bañarse, pero en primavera, es mucho más que es que eso, es como si fuese una especie de paraíso verde, lleno de flores y árboles.
Evan y se Elle se habían cansado de caminar tanto, y se sentaron en aquel lugar, estaban solos, nadie podía verlos , ni Dios, ni Elliot McDougall.
— ¿Te han visto tus heridas?—Elle le preguntó.
— No, sólo james...
Elle se acomodó en su lugar, y se acercó más a Evan. Lo abrazó de espaldas y puso su mentón en su hombro derecho.
— Me asustaste mucho, me siento culpable por lo que pasó, si no te hubiera llamado, estarías bien.
— Si no me hubieras llamado, no podría hacer esto...— Evan se volteó hacia ella y tomó su cara con fuerza para besarla.
Fue un beso infinito, que cada vez se hacía más y más potente.
Elle se puso frente a él para continuar el beso de mejor forma. Evan recordó los consejos de su amigo James, y la atrapó en otro beso silencioso, pero esta vez, bajó desde su boca a su cuello y aquello llamó la atención de la chica; ese no era el Evan que conocía, pero le caía bien.
Evan jamás había experimentado algo similar, fue algo extraño en su cuerpo, como una sesanción de querer besarla más y más.
Se separaron para tomar un poco de aire; salieron un par de risas casi silenciosas.
— No sabía que besabas así— Elle estaba sonrojada.
— James me lo ha dicho, él lo hace.
— ¿Y si James se tira de un puente? ¿también lo haces?—rió Elle.
— Claro, es mi mejor amigo. Eso hacen los amigos— Evan contestó serió y Elle comenzó a acariciar los rizos dorados de Evan.
— Eres la cosa más dulce que hay en la tierra— recostó su cabeza en un hombro de Evan—No quiero separarme de ti, me gustaría congelar el tiempo y quedarme así para siempre.