<<Evan, Elle y Elliot>>>
— Hola Elliot—Elle le sonrió a su novio, quien estaba en su casa esperándola.
Evan estaba escondido detrás de la chica y Miles no entendía qué pasaba.
— No imaginé que estabas acá...
— No me dijiste que no llegarías a tu casa— Elliot estaba molesto y Elle no quería darle explicaciones de su vida.
— Podemos hablar de eso en otro momento.
Miles miró enojado a Elliot, su hermana no debía darle expliaciones a su novio.
— Es mejor que hagan eso fuera de acá Elliot, mi hermana estaba trabajando— Miles se acercó al chico y lo miró enojado.
Elliot lo miró disgustado y después posó su mirada en Elle.
— Nosotros tenemos una conversación pendiente— Dijo antes de salir.
Evan miraba asustado aquella escena, jugaba con su clásico mechón de cabello e intentaba buscar refugio con su mirada.
— Oh, santa mierda...ahora Elliot no querrá saber nada de mí— Elle resopló y después se dio cuenta de que Evan estaba con ella— Él es Evan, Miles.
Miles miró al chico con una sonrisa y le extendió la mano.
— Así que tú eres ese tal Evan...
— Ho-hola, mi nombre es Evan Thomas Peters.
— Toma asiento Evan...—Miles le sonrió y de paso le sonrió a su hermana.
— Sí, pasa, toma asiento— Evan comenzó a caminar hasta llegar a una silla en la cocina.
Miles se sentó frente a él.
— Y dime Evan ¿Qué te gusta hacer? ¿qué edad tienes?— Miles le hablaba muy tranquilo, su hermana siempre le hablaba cosas de Evan.
Elle se sentó al lado de ellos y escuchaba la conversación.
— Bueno, me gusta dibujar, me gustan los animales. Tengo veinte años y tengo un conejo, dos tortugas y muchos peces. Además de dos perros, y cuatro erizos de tierra.
Miles se sorprendió al notar la cantidad de animales que tenía Evan.
— Genial, a mí también me gustan los animales.
— Elle me dijo que tienen un gato que se llama Bo, yo los odio. Pero si me lo presentan, no me podría negar a saludarlo— El chico hablaba mientras veía un punto fijo.
Elle reía ante los comentarios de Evan, le parecía adorable.
— Definitivamente es quien mejor me cae de tus amigos— Miles le habló a Elle.
— Me conoces hace menos de ocho minutos, es imposible que te caiga mejor que los amigos de Elle— Evan hablaba serio.
— Es un decir; los amigos de Elle me caen horrible— Miles susurró en el oído del chico.
Evan hizo un gesto de que entendió a lo que se refería.
A los segundos entró Rory, el menor de los Turner.
— Rory— Elle abrazó a su hermanito— Mira, invité a un nuevo amigo, se llama Evan.
Evan miraba a Rory de forma detenida, jamás había interactuado con un niño tan pequeño como él.
— Hola—habló el chico— ¿Quieres venir a ver mis juguetes?— Rory le mostraba su dentadura con la ausencia de sus incisivos centrales superiores.
Evan miró a Elle.
— Hola Rory, bueno...— Elle sabía que Evan hacía su máximo esfuerzo.
Rory tomó de la mano a Evan y lo llevó hasta su habitación.
— Me cae bien, se ve que es buen tipo— Miles habló, mirando la figura de Evan que desaparecía.
— Te dije que es genial— la chica sonrió y Miles tocó sus mejillas.
— Te veo muy sonriente con él.
— ¿Qué dices?— Elle abrió sus ojos.
— Que si no estuvieras con Elliot, me atrevería a decirte que ese chico te gusta— habló Miles.
— Estás loco, es imposible. Evan es especial.
— ¿En qué sentido?
— Tiene asperger, él no creo que pueda fijarse en mí o tener una relación con alguien.
— No lo niegas....
— Basta Miles, estoy con Elliot—Elle fulminó a su hermano.
— Bueno, bueno...no te alteres.
— Mejor iré a ver qué hacen los chicos— Elle se bajó de la silla y caminó en dirección a la pieza de Rory; estaba nerviosa por ver a su amigo y a su hermano juntos, temía por la reacción de Evan. Pero al verlos juntos, fue todo lo contrario, Evan le leía una enciclopedia de especies marinas y Rory lo escuchaba con atención.
Rory vio a su hermana, quien los observaba desde el marco de la puerta, porque de inmediato se largó a reír.
— ¡Elle! ¡Evan es genial! , sabe mucho de animales— Evan miraba desde el escritorio con una sonrisa.
— Me alegro— Elle miró a Evan. Elliot jamás hubiera hecho algo así con su hermano pequeño.
— Debes venir más seguido— Rory abrazó a Evan, y Evan lo miró nervioso, pero cedió ante las demostraciones de cariño del pequeño.
— Claro,niño... puedo venir más seguido.
— ¡Yey!—se largó a reír.
Rory salió corriendo de la habitación y Elle se acercó a Evan.
— ¿Cómo te has sentido?— le preguntó la chica.
— Bien, es decir...tu casa es linda, me gusta porque no hay cosas amarillas, está todo ordenado, huele a canela y es espaciosa.
Elle rió ante los comentarios de Evan.
— No hay problemas en venir más seguido.
— Tus hermanos son simpáticos, ellos no me dijeron retrasado— Evan rió.
— Eso es porque no eres uno, eres inteligente Evan. Estoy segura que nadie sabe las cosas que tú sí.
— Eso lo dices para hacerme sentir bien, sé como funciona la dinámica de las personas normales.
— Pero tú no eres anormal...
— Claro que lo soy, me guío bajo mis propias leyes. No soy normal como tú y los demás.
— Pero yo te quiero, así como eres...
— Gracias por quererme.
— Somos amigos, Evan.
— Claro, somos amigos— Evan sonrió nervioso.
Mientras tanto, Elliot manejaba enojado, no soportaba lo que acababa de pasar.Llegó directo a la casa de Jonah, quien jugaba en el computador.
— ¿Qué pasó ahora?—Jonah jugaba, mientras Elliot estaba sentado en el sofá de su cuarto.
— Es Elle y el retrasado. Resulta que ahora Elle lo lleva a su casa.
— No te hagas mala sangre, es como su bebé...
— No me da buena espina ese Evan Peters, Elle le hace todos los gustos.
— Es un jodido autista ¿ Piensas que Elle te cambiaría por un asperger?
—Ya no sé que pensar, Elle sólo se dedica a él— Elliot hablaba enojado— Tengo que hacer algo para ese chico aprenda la lección.
— Cuenta conmigo, sólo no lo matemos— Jonah se largó a reír.
— Estás loco. Imáginate que Elle suspendió nuestros planes por quedarse con él.
— Es su trabajo, yo que tú, ni me tomo las molestias de ponerme celoso por culpa de ese retrasado.
— Sí, lo sé. Pero no me gusta que Elle me deje en segundo lugar. Soy su novio, debe respetarme.
— Lo hace Elliot, lo hace... y por eso hay que darle su merecido, pero por lo mismo, haz las paces con tu chica, no necesitamos que ella se enoje más.
— ¿Qué quieres decir?— Elliot arqueó una ceja.
— Hagámonos amigos de asperger, el chico tiene dinero, buena casa, de seguro tiene buenas tías— los dos rieron—Cuando ya tengamos la confianza del tipo, le damos su merecido.
— Creo que me das buenas ideas, Jonah.
— Yo que tú, pongo mas ojo con ese chico McAvoy.
— ¿James?— Elliot arqueó una ceja.
— Sí— Jonah asintió—Algo me dice que esos dos tienen algo. O al menos James quiere algo con ella.
— No hables estupideces— Elliot miró molesto a su amigo.
— Tengo tanta rabia aún— Elliot miró molesto a su amigo— Me iría a coger con miles de putas. Hace ya dos semanas que no tengo sexo con Elle, y estoy que reviento.
— Si quieres te paso a Cindy, esa perra ya me tiene más que aburrido— Jonah habló tranquilo.
— Pensé que estaban bien—Habló Elliot.
— Lo nuestro sólo se basa en buen sexo, nada más. Ya se está poniendo sentimental y sabes que eso me jode.
— Entonces si te aburre, me la prestas...todo queda entre amigos.
— Si, pero a cambio te pido a Elle...— Jonah le sonrió a su amigo.
— Eres una rata sucia— Elliot lo fulminó con la mirada.
Elle estaba en su casa, Evan seguía ahí, y debían volver antes de que se hiciera demasiado tarde.
Los dos caminaban por la cuidad, Evan miraba al piso todo el tiempo, el sonido de los vehículos y de las personas apuradas, lo hacían estresarse.
— Gracias por ser amable y dejarme ir a tu casa.
— Puedes ir cuando quieras.
Ambos estaban concentrados en lo que hacían, cuando de pronto se dieron cuenta que estaban frente a una casa amarilla, y al lado de ellos había un letrero del mismo color.
Evan abrió sus ojos y comenzó a jalar su cabello. Elle notó aquello y abrazó a Evan, para ayudarlo a salir de aquel lugar, que lo tenía atrapado.
— Tranquilo, todo va a estar bien— la chica susurró en su oído.
— A-ama-amarillo, odio ese color— Evan temblaba— Lo odio, lo odio, lo odio, lo odio.
— Estas conmigo Evan, nada malo va a pasarte— Elle susurraba en su oído, mientras acariciaba su cabello dorado.
Ya estaban a salvo, en una calle con colores cálidos.
— Ves, ya pasó...no hay nada amarillo— Elle acarició el rostro de Evan— debemos caminar antes que se haga tarde.
Evan comenzó a relajarse y a observar a su alrededor. Sabía que todo estaba bien, gracias a la chica, y ya era el momento de armarse de valor.
— Elle...— Evan se paró, quedando detrás de la chica.
— ¿Sí?— Elle se dio vuelta hacia él.
— ¿Quieres tener una cita conmigo? Será sólo una cita, no te daré un beso, ni nada por el estilo. Pero sólo quiero que me digas sí o no.
Elle lo miró nerviosa, jamás imaginó que Evan le pediría algo así.
El chico ya estaba nervioso por la respuesta, Elle estaba tardando demasiado.