Thomas
¿Qué es lo que me pasa? Son las cuatro de la madrugada y aun no puedo dormir. No dejo de pensar en su rostro- sin mencionar que estaba hermosa con ese vestido negro y sus vans-, sus bonitos ojos marrones, la forma en que su expresión se transformó cuando vio lo que ese idiota le estaba haciendo a su amiga. Y sobre todo en nuestro momento en la cocina, diablos tenía tantas ganas de besarla, sus centelleantes ojos me tenían atrapado, estábamos tan cerca... ¿pero en que estoy pensando? Tengo novia.
Annie es hermosa, inteligente, cariñosa, es una buena persona, siempre se ríe de mis chistes malos y me quiere. Nunca peleamos por nada, ni siquiera por la película que estamos a punto de ver. Pero ella... ella no me amenaza con venderme al mercado negro, no se burla de mi cuando canto o porque mis chistes son malos, no pelea conmigo porque sus libros son mejores, no me desafía yendo a una fiesta, no... no me llama de esa forma tan infantil haciéndolo parecer adorable...
Ella no es Amy.
No no no, tengo que dejar de pensar en ella, debe ser porque no la veía hace mucho tiempo y ahora esta mucho mas atractiva, si, tiene que ser eso. Me quedaré con esa explicación.
Esto no funciona, necesito distraerme. Marco el numero de Annie y ella atiende al tercer tono.
-¿Thomas?- su suave voz responde al otro lado. Su tono es desconcertado y su voz indica que acaba de despertarse.
-Hola, siento despertarte- me disculpo mirando por la ventana de mi habitación, el cielo esta oscuro y las farolas amarillas iluminan la carretera.
-No importa, ¿como estas? ¿todo bien?
-Si y ¿tu?, te extraño mucho- siento el remordimiento subiendo por mi garganta, pero es verdad que la extraño, me gusta pasar tiempo con ella.
-Yo también, cariño. ¿Ya viste a Amy?- su pregunta lo único que hace es aumentar el sentimiento de culpabilidad, y ni siquiera he hecho nada.
-S...si hoy fuimos a una fiesta.
-¡Genial! Ya quiero conocerla- dice tiernamente.
-Si ella también me dijo lo mismo. Bien umm, solo quería saber como estabas. Creo que... sera mejor que te deje dormir
-Pero...
-Adios- corto la llamada y me tiro de espaldas a la cama.
No puedo seguir hablando con ella, la culpa me carcome y no sé por qué es, ni siquiera la bese. Y tampoco es que sienta algo por Amy ni nada.
....
Amy
Me despierto por un fuerte golpe en la puerta. Doy un salto y miro a la chica a mi lado ocupando casi toda la cama. El fuerte ruido resuena otra vez en la habitación seguido de la voz de mi madre.
-¡Amy! Nosotros vamos a la universidad de Susan para una reunion de padres, volvemos para el mediodía- me avisa.
-Bien adios- le grito en respuesta y compruebo que Molly siga durmiendo. Está en el quinto sueño.
Miro el pequeño reloj en mi mesa de luz, las 10 de la mañana. Me levanto y voy a la cocina, ya no puedo seguir durmiendo, gracias madre.
Pongo a calentar el agua para hacer el desayuno y coloco dos panes en la tostadora. Mientras espero a que se hagan me pongo a pensar en lo que le diré a Molly, pero no puedo porque inmediatamente los ojos de Thomas aparecen en mi memoria. La intensidad con la que me miraba. Nuestro momento de anoche viene a mi mente e inconscientemente mi mirada va hacia la mesa.
La forma en la que mi piel hormigueaba bajo su tacto, la electricidad que surgía entre nosotros, era como si una fuerza magnética evitara que nos pudiéramos separar. Nunca me había pasado algo igual, menos cerca de él. Fue muy raro, y era como si nos fuéramos a... besar.
No no no, ese habría sido el peor error de mi vida, por suerte Molly rompió el hechizo.
Aun no entiendo que son esos cosquilleos en mi piel cuando su mano accidentalmente roza la mía. O ese pequeño salto de alegría que da mi corazón cuando lo hago reír o cuando me mira tan intensamente que siento que puede ver dentro de mí.
Seguramente solo es porque hace mucho tiempo que no nos vemos, y él esta mucho mas atractivo. Si eso debe ser.
Además no puede ser posible que él haya querido besarme. O si...
El ruido de la tostadora me saca de mis cavilaciones. Preparo dos tazas de café y unto mantequilla en las tostadas. Encuentro unas cuantas naranjas asique hago jugo, se que a Molly le gusta y quiero consentirla lo mas que pueda. Busco una aspirina y voy hasta mi habitación.
Molly sigue exactamente en la misma posición y roncando como si se estuviera atragantando. Enciendo la luz del velador y me dispongo a despertar a la bestia.
-Molly- susurro mientras la muevo ligeramente. Como no se despierta lo hago mas fuerte- Molly...- aun sin respuesta- ¡Molly!- grito y ella da un salto y cae de la cama. Empiezo a descostillarme de la risa al ver su cara de confusión enmarcada con una nube de cabello negro.
-¿Por que gritas?- se queja tocandose la cabeza en señal de dolor mientras se vuelve a sentar en la cama.
-Lo siento no te despertabas- apoyo la bandeja con comida sobre la cama y le paso una aspirina.
-Gracias- me sonríe aun con los ojos hinchados de haber llorado tanto anoche.
-No hay de que- comienzo con mi desayuno.
-Me refiero a... gracias por todo- dice sinceramente- se que hiciste el jugo de naranja porque me gusta... pero estoy bien no tienes que consentirme.
Diablos si que sabe lo que pienso.
-Molly, puedo consentirte si quiero- la regaño- además, lo que pasó anoche no es nada lindo para nadie... dios, aun quiero golpear a ese idiota- ella ríe un poco, pero esta conteniendo las lágrimas.
Espero en silencio por si quiere hablar de ello, no quiero forzarla, se que lo hará cuando esté lista. Pero me sorprende cuando comienza a hablar.
-El fue muy amable conmigo al principio- empieza con la voz temblorosa- bailamos por un tiempo y comenzamos a tomar de más... luego me dijo... me dijo que vayamos afuera para tomar aire- lagrimas caen por sus mejillas- yo estaba borracha pero me acuerdo ¿sabes?... me acuerdo que estábamos cerca de la puerta y le dije que quería ir al baño, pero él no me dejó- mas lágrimas caen de sus hermosos ojos celestes y su respiración se vuelve irregular. Me acerco a ella y la abrazo. Solloza un rato sobre mi pecho mientras le acaricio el cabello y luego continúa un poco más tranquila.
-Se acercó mas a mí y me tomó la cintura, comenzó a subir su mano pero se la aparté, me quise apartar de él pero me tomó de la muñeca y me obligó a salir afuera. Y el resto ya lo sabes- susurra mientras solloza. La abrazo mas fuerte.
-Ya esta... ya pasó. Por suerte estábamos allí afuera- lagrimas caen sobre mis mejillas. No quiero ni pensar que hubiera pasado si Thomas y yo no hubiéramos estado en el patio.
Permanecemos un rato abrazadas y luego tomamos nuestro desayuno, a Molly le sube un poco el ánimo.
-Bueno ahora dime- me mira casi curiosa- ¿qué es lo que pasa con Thomas?- su mirada se torna juguetona y casi forma una sonrisa- y no me digas "nada" porque anoche parecía que se estaban comiendo con los ojos.
Siento mis mejillas calientes y bajo la mirada.
-Nada- la miro, ella rueda los ojos.
-Si claro.
-Enserio, sabes que somos amigos y así va a ser siempre ¿recuerdas?
-Pues cuando entré en la habitación estaban demasiado juntitos y me parece que se estaba pasando de manos- hace círculos con el dedo hacia mí en forma de reproche y yo me río. Me alegro de que haya recuperado su carácter habitual aunque sea por un rato. Molly siempre tiene una sonrisa en el rostro y puede ser muy insistente a veces, y le encanta especular cosas—todo lo contrario a mí, odio imaginarme que algo pasará de una forma y defraudarme con la realidad—. Algo que admiro de ella es su valentía y su forma de ver las cosas. Si eso me hubiese pasado a mí estaría una semana en cama dandole vueltas al asunto y sin confiar en nadie.
-Molly, tiene novia y ademas prometimos nunca enamorarnos, nada va a pasar- digo obvia, pero no muy convencida de lo que prometí.
-Amy eso era una promesa de niños, es innegable que entre ustedes hay química, son el uno para el otro. Y si hubieras visto la forma en que te miró toda la noche no dirías que tiene novia- dice con una sonrisa pícara. Ruedo los ojos hacia ella- ademas parecías muy cómoda bailando pegadita a él- comenta mientras muerde su tostada y yo le tiro un almohadón. Molly se descostilla de la risa.
-Que no me gusta Thomas- le lanzo una mirada asesina y ella levanta las manos en rendición.
-Bien bien.
Ni siquiera se me había pasado por la cabeza pensar que me gusta Thomas. Admito que parece uno de esos chicos que todas las chicas desean pero no puede gustarme. Es mi amigo desde pequeños, lo vi comerse los mocos y perseguirme con sapos en las manos. Es un nerd disfrazado de atleta, nadie lo sabe pero yo si.
<< No me gusta, es solo mi amigo>> me lo repito varias veces hasta que lo creo verdad.