Interlace «Mystic Messenger»...

By Kaede_Choi

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[Precuela "Cosmic Love"] Un joven Saeyoung de 19 años junto a Vanderwood se encuentran trabajando en la agen... More

Misión n°4391: "La llegada"
Una nueva misión
Misión n° 4392: "Los clientes y los huevos"
Misión n° 4393: "El Lobo"
Welcome to the Fire I
Misión n°4394: "El intercambio"
Bad Dream
Misión n° 4396: "Ethical Hacking" Parte I
Misión n° 4396: "Ethical Hacking" Parte II
Misión n° 4396: "Ethical Hacking" Parte III
Misión n° 4396: "Ethical Hacking" Final.
One way or another
Misión n° 4397: El casino
Autos
La noche en que todo aclaró
Misión n° 4398: La Infiltración.
Does that make me crazy?
Misión n°4399: La Fiesta (Parte I)
Misión n°4399: La Fiesta (parte II)
La confesión
Misión n° 5000: The Beginning of the End (Parte I)
Misión n° 5000: The Beginning of the End (Parte II)
Misión n° 5000: The Beginning of the End (Parte III)
Hunting the Hunter (Final)
EPÍLOGO: Slowly Disappear.
EPÍLOGO II: Fire Breather

Misión n°4395: "Ahora somos chicas"

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By Kaede_Choi

- Que directa tu pregunta, 707. – dijo Melissa, riéndose. Era obvio que estaba usando su nombre de agente a propósito, pero estaba bien, ya que se encontraban con Amín. – Solo somos amigos. – dijo ella, respondiendo con naturalidad. Amín la miró con cara de cómplice.

- ¿Y así saludas a tus amigos? ¿Cuándo me vas a saludar así a mí? – preguntó Saeyoung, riendo, y Melissa también rio.

- Cuando quieras. – le dijo Melissa, guiñándole un ojo mientras lo miraba por el espejo retrovisor. - Amín trabaja en la agencia, pero en la división de encubiertos. Siempre está en campo. Por esto obtuvimos la información de la ubicación de este grupo. Amín lleva aquí hace meses. – explicó tranquilamente mientras conducía.

- ¿Y no pudiste hacerlo mejor y conseguir la ubicación de los dos grupos? – preguntó Vanderwood de manera hostil. Se notaba que estaba un poco cabreado con Amín.

- Eso hubiera costado al menos un año. Cockroach solo rebela ese tipo de información a las personas cercanas a él, porque son quienes tienen contacto directo con el otro campamento. – respondió Amín de manera hostil también a Vanderwood. ¿Acaso iba a desmerecer su trabajo de meses? Mucho tuvo que pasar para ponerse en contacto con la agencia para entregarles información.

- ¿Cockroach? Que nombre más asqueroso. – dijo Saeyoung, tratando de dispersar el ambiente. Melissa rió, y contagió a todos con su risa.

- Bueno, no está muy lejos de lo que somos. – dijo Melissa, volviendo a concentrarse en la autopista en dirección al sur. Faltaba muy poco para llegar.

El ánimo de todos se dispersó. Era cierto. Como agentes todos estaban destinados a trabajar en el bajo mundo, en las sombras, a tratar de no morir, pero siempre terminaban siendo aplastados. Era por eso que finalmente tenían que crearse personajes de sí mismos. Saeyoung recordó una conversación cuando hace unas semanas atrás, cuando estuvo junto a sus compañeros practicando los tiros y el uso de las armas:

- Lo importante de ser agente no es que puedas portar un arma, ya que muchas veces ni siquiera la utilizamos. Lo que más importa eres tú, tu cuerpo y lo que proyectas. Te había explicado que tu cuerpo es tu mejor arma, y es cierto, porque muchas veces solo contarás con él para resultar ileso. Pero también importa lo que proyectas, es decir lo que quieres que los demás vean de ti. – dijo Melissa, mientras corregía la postura de Saeyoung al tomar el arco y la flecha.

- ¿Y por qué es necesario? ¿Por si es que tengo que mantener un personaje demasiado tiempo? – preguntó Saeyoung sin entender muy bien a lo que se refería su compañera. Y además, por más que intentaba disparar al blanco, no podía acertar.

- Ser alguien y saber mentir en una misión es fácil. Adquieres una identidad como si fuese un juego. – dijo Melissa sonriendo, mientras le enseñaba como debía apuntar bien en el blanco, y cómo acertar de mejor manera. – Pero cuando eres agente, debes comprender que nadie debe tener acceso al verdadero tú, ni siquiera tus compañeros. – le dijo sonriendo con un poco de tristeza.

- ¿Acaso lo que veo de ti no es lo real? – preguntó Saeyoung, incrédulo. Nuevamente no pudo acertar en el blanco.

- Por supuesto que no. – dijo Melissa, y por alguna extraña razón, Saeyoung se sintió traicionado. Entonces, ¿quién era la chica que tenía al frente? – Descubrí que tipo de personalidad encaja mejor conmigo, y simplemente me adapté a ella para mostrarle al resto. Mientras más inaccesibles seamos, a menos gente podemos herir. – dijo ella, alzando los hombros.

Saeyoung no entendería el peso de aquellas palabras, hasta mucho, mucho después.

Sin embargo, en ese momento a Saeyoung se le encendió una chispa en los ojos. Durante todo este tiempo se había concentrado completamente en su trabajo, haciéndolo todo perfectamente. Jamás se había percatado que los agentes tenían cada uno una cualidad explotable que no solo eran sus habilidades, sino que tenían que ver con su personalidad. Vanderwood era el rudo, pero de buen corazón, Melissa era la sexy y terrible bruja. ¿Y él? Podría ser el gracioso, era algo que no le costaba de todas formas, ya que es en realidad lo que piensa. A través del humor se puede sacar información... y también ocultar, pensaba Saeyoung. Volvió a intentar disparar al blanco, y esta vez acertó. Melissa le sonrió, mientras Saeyoung no sabía si era por el blanco o porque estaba leyendo sus pensamientos, porque sus ojos mostraban que ella veía más, mucho más.

Es por esto que ahora, estando en el auto, Saeyoung le costaba entender la situación. ¿Amín es un novio o una fachada? ¿Este es el interior o el exterior de Melissa? Sea como sea, descubrirlo le causaba curiosidad.

Cuando llegaron al nuevo lugar, tenían que hacer lo mismo: ubicar las armas, y cambiarlas. Sin embargo, esta vez las armas estaban mucho más protegidas que antes.

- Este lugar es grupo funciona distinto al anterior. Lo que pude averiguar es que ellos entierran las armas una vez que se ubican, dentro de los típicos cajones de madera. Solo el jefe sabe la ubicación, y si nos ponemos a desenterrar todo el campamento, nos descubrirán. – explicó Amín, una vez que se detuvo el auto. Los cuatro se miraron en busca de respuestas.

- ¿Sabes de alguna forma en que podamos infiltrarnos? – preguntó Saeyoung. Lo más fácil era intentarlo desde dentro. Melissa sonrió.

- Por supuesto que sí. – respondió ella. Melissa bajó de auto, y en el carro de arrastre donde traían las armas, sacó un bolso distinto. Sus compañeros bajaron del auto, mientras ella tiraba el bolso al suelo.

- A cambiarse de ropa. – dijo ella, sonriendo divertida. Amín cruzó los brazos sonriendo divertido.

- ¿Sólo nosotros? – preguntó Vanderwood, apuntando a Amín con el pulgar, diciendo "¿y él no?"

- Solo ustedes. – dijo Amín, mientras sonreía. Luego, arqueó una ceja mirando a Vanderwood con maldad.

Saeyoung abrió el bolso y de ahí sacó un vestido color café, y unos zapatos. Vanderwood sacó unos pantalones ajustados y una polera escotada.

- ¿ME ESTÁS JODIENDO? – dijo Vanderwood en un volumen un poco elevado. Melissa arqueó una ceja, y él suspiró, pero aun así seguía enojado.

- La mejor manera de entrar a la tienda del jefe es así. Todos los primeros viernes del mes él pide prostitutas para festejar. Y un miembro del otro campamento se los debe llevar. Y bueno, ese miembro seré yo. – dijo Amín, mientras sonreía, un poco aliviado.

- ¿Y acaso no era más fácil contratar prostitutas reales para eso, o incluir a más agentes? – preguntó Vanderwood, mientras se tomaba la cabeza, aun cabreado con el asunto.

- ¿Y cómo Saeyoung aprendería de todo esto? – preguntó Melissa sonriendo.

- ¿A todo esto, dónde carajo se metió este imbécil? – preguntó Vanderwood, haciendo cada vez más evidente su mal humor.

Todos miraron en distintas direcciones, sin poder encontrarlo. Hasta que de la nada, Saeyoung apareció entre las ramas, con el hermoso vestido color café. Tenía un borde negro arriba, con una cinta color blanco que le quedaba a la altura del hombro. El vestido también era a los hombros, mientras que abajo, también tenía un borde negro y le llegaba mucho más arriba de las rodillas, mostrando un poco más de lo necesario, ya que incluso tenía puesta unas medias, dejando ver el borde con encaje. Tenía una peluca color rojo, risada, y se había incluso puesto el brassier que le hacían notar unos pechos que parecían reales. Calzaba unos zapatos color negro.

- ¿Me hará falta un poco de maquillaje? – preguntó Saeyoung, mientras se afirmaba del árbol coquetamente, y deslizaba uno de sus dedos subiendo su vestido. La carcajada fue general, mientras Vanderwood se golpeó la cabeza con la palma de la mano, negando. Melissa estaba absolutamente feliz de verlo así, y se acercó con los ojos brillantes.

- ¡Te ves perfecta! – dijo Melissa aplaudiendo, y Saeyoung sonrió. Melissa no pudo evitar rodearlo para verlo mucho mejor. Era increíble, parecía realmente una mujer, fácilmente podría engañar a cualquiera.

- ¡¿¡¿POR QUÉ CARAJO TIENES DEPILADAS LAS PIERNAS?!?!? – preguntó Vanderwood exasperado.

- Para verme bonita con vestido. – le dijo Saeyoung mientras le guiñaba el ojo y le lanzaba un beso. Esto irritó más a Vanderwood.

- No haré el ridículo, no me vestiré así. – dijo, mientras cruzaba los brazos y los fulminaba a todos con la mirada. – Podrá 707 verse bien, pero yo me veré como un simio con vestido.

- ¿Estás diciendo que me veo bonita? – preguntó Saeyoung, acercándose a él para darle un beso en la mejilla. Vanderwood lo detuvo poniéndole la mano en la cara.

- Ni siquiera lo intentes.

- Venga, vale, es hora de irnos. No se supone que eres un agente, ¿Vanderwood? Debes si o si adoptar otra identidad. – dijo Amín, arqueando una ceja. Vanderwood lo fulminó con la mirada, le había dado donde más le dolía: en el orgullo. Vanderwood suspiró, tomó el bolso y se alejó para cambiarse.

Después de unos instantes, apareció con unos pantalones anchos negros, unos zapatos negros, y una blusa negra, que le quedaba a los hombros. El brassier que usaba tenía relleno y daba un efecto push up, lo que marcaba y subía los pechos ficticios de Vanderwood, haciendo ver un hermoso escote. Por fortuna, no tenía vello en esa zona que lo delatara. Tenía una peluca color castaña, muy larga. Salió detrás de los árboles, fumando exasperado. Melissa sonrió, se veía muy divertido así.

- Vamos, antes que me arrepienta. – dijo Vanderwood, dejando tirado el bolso al lado del auto, y caminando en dirección al campamento.

- Solo una cosa más, recuerden que somos prostitutas, por lo tanto, debemos seducir. – dijo Melissa, arqueando una ceja y mordiéndose el labio. Vanderwood la miró aterrado, mientras Saeyoung sonreía. – Y no debemos llevar armas. – dijo Melissa, determinantemente.

Caminaron internándose en el bosque, y una vez que llegaron, Amín saludó a un par de conocidos para hacer todo más normal. Melissa se acercó a los conocidos de Amín, mientras reía y les sonreía coquetamente, y Saeyoung la imitaba. Melissa se acercó a uno que era bien parecido, con cabello negro corto, quien respondía a sus coqueteos. Vanderwood se mantenía más bien lejos, fumando. Iba a tener el menor contacto posible con hombres. Definitivamente, esta era la peor misión que había tenido en su vida. Una vez que se aproximaron a la tienda, los cuatro se miraron.

- Llegó el momento. – dijo Melissa, y les sonrió para darles confianza.

Amín entró con un grupo de tres prostitutas a la tienda de jefe, mientras que él al verlas sonrió. Era un hombre bastante alto, de mediana edad, con cabello castaño. No traía camisa, pero sí unos pantalones militares y unos suspensores con dos armas colgando de él. Vió a las tres mujeres de arriba abajo, deteniéndose en cada una de ellas como si fueran mercancía. Cuando se detuvo en Vanderwood hizo una mueca, pero prefirió no decir nada. Era obvio que no le había gustado. Amín conversó un momento con el jefe, cosas triviales y respondiendo a las preguntas que él hacía. Luego de un momento salió de la tienda, dirigiéndose por última vez al grupo de mujeres que se encontraba paradas en esa tienda.

Melissa vio una botella de bourbon en una mesa, y sacando unos vasos de una cajuela, los comenzó a servir, invitándolos a todos a sentarse. El jefe se sentó en la silla más grande, y Saeyoung se sentó directamente en sus piernas, acercándole el vaso. Así evitaría tomar todo lo que pudiera, manteniéndose ocupado con el jefe, mientras le sonreía coquetamente. Melissa trató de disimular su asombro ante su atrevimiento, mientras Vanderwood trataba de disimular su mal humor y solo sonreía.

- ¿De dónde vienen chicas? – preguntó el jefe.

- Directamente de Nueva York. – contestó Melissa en tono coqueto.

- O quizás de tus sueños. – dijo coquetamente Saeyoung, mientras sonreía. Todos rieron.

- Parece que estás un poco apurada. – le dijo el jefe, susurrándole a Saeyoung. Comenzó a deslizarle lentamente un dedo desde su cuello bajando hasta sus "pechos". 

- No sabes cuánto. – dijo Saeyoung, simulando el nerviosismo que le provocó, tras una sonrisa. Esta vez Saeyoung deslizó su mano y la colocó sobre el pecho del jefe. - ¡Vaya, qué músculos tienes! - dijo, mientras se mordía los labios. El jefe le tomó la cara, poniéndola muy cerca de él, mirando fijamente los ojos color miel de Saeyoung.

- ¿Sabes? Me gusta conversar antes de coger. – le dijo con la boca tan próxima a la de él, y luego le dio un mordisco en los labios a Saeyoung, quién se sonrojó tanto que no pudo evitar mirar hacia otro lado. 

Todos que estaban muy atentos a la escena, y Melissa sonreía enbobada con la situación. Vanderwood lo miraba atónito. 

- Bueno, ¡entonces vamos a brindar! - dijo Vanderwood antes de que el jefe intentase algo más con su compañero. 

La conversación seguía a medida que tomaban y la botella se vaciaba. Melissa miraba a Saeyoung quien no bajaba el vaso, solo lo intercambiaba por el jefe, sin embargo, eso no lo podría mantener por mucho tiempo. En un momento, Saeyoung le dio una mirada repleto de nerviosismo, haciendo notar que le estaba pidiendo ayuda con el alcohol a su compañera. Decidió que ella comenzaría a beber los vasos de Saeyoung, dejándole unas pequeñas gotas al final para que el jefe lo viera beber. 

Después de un rato, comenzó a pasarle la cuenta a Melissa, y Vanderwood solo la miraba, sin saber qué hacer. En total Melissa había bebido dos tercios de la botella de whiskey de bourbon de pésima calidad. Buscó con la mirada en la tienda por si había agua, alcanzándola para ella. Vanderwood creó un momento de distracción, levantándose a mirar unos objetos dejó caer y el jefe lo miró un poco enojado. Se levantó de su asiento y ordenó, mientras Vanderwood torpemente ordenaba también las cosas. Ese momento lo aprovechó Melissa para beber agua y Saeyoung para depositarle la droga en el vaso del jefe. Una vez que volvió a su asiento, y Saeyoung estaba sentado a su lado, el jefe bebió todo su vaso, y quedó con la mirada perdida. Todos lo observaron detenidamente. Era momento de actuar.

La droga que tenía la agencia, combinada con el alcohol provocaba un efecto en que él hablaría sin remordimiento de cualquier tema, funcionando como una especie de suero de la verdad, y a la vez el alcohol le provocaba que posteriormente no recordara qué había sucedido. Saeyoung se levantó del asiento y se acercó a él, amarrándolo en la silla.

- Debemos probarlo. – dijo Saeyoung divertido. - ¿Cuál de las tres te parece más bonita? – preguntó sonriendo.

- Pues tú, me fascinan las pelirrojas. – dijo el jefe, dándole una nalgada. Saeyoung rió.

- Yo creo que funciona. – dijo divertido.

- ¿Cuál es tu fetiche al momento de tener sexo? – preguntó Melissa. También quería aprovechar y probar si es que la droga funcionaba.

- Me encanta amarrar a las prostitutas mientras tengo sexo con ellas. Amarrarlas, hacerles daño, mientras les hago sexo anal. – dijo el jefe, sonriendo con lascivia. En ese momento tuvo una erección. Melissa rió.

- Es un excelente fetiche. – dijo ella, también un poco presa del alcohol que estaba dominando sus palabras, mientras se acercaba al jefe y recorría con un dedo sus pantalones. Los dos chicos la miraron entre sorprendidos y con lascivia. Vanderwood suspiró.

- Muy bien, muy bien, a lo que vinimos. – dijo Vanderwood tratando de sacarse la idea de la cabeza de tener a Melissa amarrada para él solo. - ¿Dónde están sepultadas las armas?

- Al lado de la tienda del cojo. Todos son tan imbéciles que nadie sospecha que es el cojo quien protege las armas. – dijo el jefe, balbuceando.

Todos sonrieron al tener la información necesaria. Cuando Saeyoung y Vanderwood se disponían a salir, Melissa se quedó junto al jefe, mirándolo.

- Podría quedarme aquí con él... para hacerle creer que sí estuvo con nosotras. – dijo Melissa, sonriendo, mientras se sentaba a horcajadas encima del jefe.

- Es una pésima idea. Pero a medias. – dijo Saeyoung. Vanderwood sonrió.

Tomaron a Melissa por los hombros, para sacarla encima del jefe, y le dieron de beber mucho más, hasta que él cayó inconsciente. Luego, lo dejaron encima de la cama, desnudo, mientras Melissa se quitaba el sostén hábilmente debajo de la ropa, para dejarlo tirado a su lado. Dejó marcas de labial en su cuerpo, y Saeyoung aportó divertido a eso, mientras Vanderwood ponía los ojos en blanco.

Luego salieron de la tienda, mientras Amín los esperaba afuera, le dieron la información necesaria para que él reconociera de quien se trataba y los ayudara a ubicar la tienda. El cojo en ese momento oportuno no se encontraba en la tienda, por lo que aprovecharon la oportunidad de cavar inmediatamente. Desenterraron entre todos el cajón repleto de al menos unas 200 armas, mientras Amín les entregaba un bolso a cada uno para transportarla.

- ¿Por qué carajo la dejaron beber tanto? – preguntó Amín, cabreado con la situación, mientras ella reía. Vanderwood y Saeyoung miraron al suelo, sin saber muy bien qué responder. Sabían que había sido irresponsable de su parte.

Convencieron a Melissa que la mejor opción era que se quedara vigilando, ya que probablemente si andaba por el bosque se podría caer con las armas o algo parecido. Melissa se quedó ahí esperando, mientras todo el daba vueltas. Una vez que dieron tres viajes cargando y cambiando las armas, se percataron que Melissa había desaparecido. "Mierda", pensaron todos, y comenzaron a buscarla alrededor. Amín y Saeyoung decidieron ir a buscarla, mientras Vanderwood terminaba con el trabajo. Luego de dar vueltas por todo el campamento, escucharon la risa de Melissa proveniente de una de las tiendas de los sujetos que trabajaban ahí. Saeyoung y Amín se miraron, y decidieron entrar. Justo cuando entraron, Melissa se estaba besando con el dueño de la tienda, mientras él tenía una mano en uno de sus pechos. Habían varias botellas esparcidas por el suelo.

- Chantilly, querida, el jefe te está buscando, quiere jugar con ambas. – dijo Saeyoung, que aún seguía con el vestido puesto, mientras sonreía. Reprimió con todas sus fuerzas el instinto de golpear al hombre para no ser descubiertos. Amín caminó hacia ella, y le ayudó a levantarse. Melissa tenía una botella de ron en su mano, que estaba bebiendo. Trató de hacerle el quite a los brazos de Amín.

- ¿Chantilly? ¿No se te ocurrió un nombre mejor, idiota? – preguntó Melissa riendo. El hombre los quedó mirando mientras arqueaba una ceja.

- Chantilly, ¿Por qué siempre que bebes se te olvida hasta el nombre? Disculpa, nos tenemos que ir donde el jefe... - dijo Amín, tratando de disimular el problema, y arrastrándola hacia afuera de la tienda.

- ¿El jefe? ¿Pero acaso no recuerdas que está inconsciente en la tienda? ¿O es una mentira para tenerme para ti sola? – preguntó Melissa, mientras tomaba del cinturón a Amín. Saeyoung la miró boquiabierto.

Lo mejor en ese momento era volver donde Vanderwood para salir corriendo. Amín tomó a Melissa y la subió a su hombro, mientras Saeyoung le dio un golpe con una botella al hombre de la tienda, el que cayó al suelo inmediatamente. Ambos corrieron en dirección a Vanderwood, mientras Melissa gritaba que la bajaran. Saeyoung miraba a todas partes, pero de pronto escuchó disparos a su espalda, hasta que llegaron donde Vanderwood. Por fortuna, él ya había terminado de cambiar todas las armas, e incluso se había alcanzado a cambiar de ropa, y se encontraba terminando de enterrarlas. Al ver a sus compañeros correr hacia él con Melissa en brazos, corrió hacia el auto.

Los cuatro se dirigieron al auto de Melissa estacionado en un par de metros más allá.

- ¡No quiero que Vanderwood maneje mi auto! ¡Amín, manéjalo tú! – dijo Melissa, tirándole las llaves. - ¡Y tú, ve adelante! – le dijo a Saeyoung mientras ella y Vanderwood entraban en la parte trasera del auto. 

¿Qué carajo le sucede a Melissa? pensó Vanderwood. 

Nota de la autora: Parece que esta misión estuvo un poco mas interesante para los chicos, ¿les gustó? 


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