Ahora que estaba frente a sus amigos, me sentía un poco temerosa, todos eran del equipo de natación, parecían seguir un patrón; todos fuertes, altos y parecían modelos de revista.
Me miraban como si esperaran que sacara los bolos y comenzara a hacer malabares.
No amigos, no vine a entretenerlos…
—Ramson —murmuré—, ¿podemos hablar?
Todos los amigotes de Ramson lo miraron con muecas de diversión. No pasé desapercibida la mirada exasperada que hizo Ramson, como si quisiera dar a entender que ya estaba harto de mí.
No lo comprendía.
—Estamos hablando ¿no? —dijo Ramson sin ocultar la ironía en sus palabras, sus amigotes soltaron unas carcajadas.
Estás pasando pena chama.
Mis mejillas se sonrojaron al saber que se burlaba de mí.
Solo pregúntale y vete.
—¿Tú me habías estado llamando? —Pregunté—, alguien me ha estado llamando desde ayer pero no dice nada...
—¿Qué es esto Ram? —Interrumpió un chico moreno de ojos azules que reconocí como Hendrick, era el co-capital del equipo de natación—, ¿intentas acosar a la chica?
¿Uh?
—No seas imbécil —dijo Ramson en respuesta y me miró de una manera completamente fría diciendo:— ¿Por qué te llamaría? Apenas te conozco.
Todos volvieron a reírse y sentí que ahora era todo mi cuerpo el que comenzaba a sonrojarse cuando sus amigotes me miraron de arriba abajo con un poco de burla.
La comprensión vino a mi cabeza, ahora entendía por qué Ramson actuaba así, quería hacer el papel de “chico genial” frente a ellos, humillándome.
—Solo era una pregunta —dije sintiendo la molestia subir a mi cabeza—, no tienes por qué ser un imbécil otra vez.
Todos comenzaron a reírse, incluso Ramson se rió con ironía, pero ante mi mirada seria y en espera de una respuesta, él adoptó su postura engreída.
—¿Tienes problemas mentales niña? —dijo Ramson con una sonrisa burlona y se volteó para mirar a Hendrick—, es la chica de la que te hablé...
Comenzaron a caminar lejos de mí, pero escuché cuando Hendrick le respondió:
—¿La que escribe las historias de ti?
—Esa misma —contestó Ramson.
Pasaste pena chama, huye por tu vida y ocúltate debajo de una roca.
Lo observé irse con sus amigotes dejándome a mí ahí en el pasillo sintiéndome como una estúpida.
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