El doctor salió de la habitación dejándonos en un incómodo silencio, yo solo me limitaba a observar a Ron, era exactamente como me lo imaginé en mi historia, tan perfecto que exactamente no podía existir.
Las palabras de Ramson vinieron a mi mente cuando dijo: “parece que estas atrapada en tus fantasiosas historias de amor”, al parecer literalmente había sucedido.
Holy shit, me había vuelto loca.
—¿Cómo sigues Primor? —sus ojos negros intensificando su mirada en mí.
Primor.
Se acercó y me quedé sin aliento cuando pegó sus labios a los míos tan repentinamente que apenas pestañee, se separó un poco y me dedicó una sonrisa.
¿Me había dejado besar por un perfecto desconocido y me había gustado?
Uhm, se sintió confuso, tal vez debería besarme otra vez para comprobar que sí me gustó...
No Paola, enfócate.
Nada de esto podía ser real.
—¿Cómo sigo? —Repetí incrédula— debo de seguir durmiendo.
Ron no flaqueó su sonrisa, solo pareció ligeramente confundido.
—¿Por qué lo dices? —Dijo—, ¿no te sientes bien?
—Es que yo...
El dolor de cabeza comenzó a intensificarse, la presión me hizo gritar de dolor ante el mareo que sentía. Entre abrí los ojos dispuesta a decirle a mi nuevo esposo que llamara al doctor cuando de repente me di cuenta de que había desaparecido.
Miré alrededor completamente confundida, ¿había sido un sueño?
Es decir, sabía que era irreal, ¿pero por qué se sintió tan real?
La puerta se abrió, aguanté la respiración sin ni siquiera darme cuenta y solté un profundo suspiro al ver a mi padre entrar.
Por fin, un rostro real y familiar.
— ¡Papá! —Susurré en un hilo de voz, mi papá entró con alivio evidente en su rostro y se acercó para envolverme en sus brazos—, papá, ¿qué fue lo que ocurrió?
Mi padre se separó un poco y acomodó mi cabello detrás de mis orejas, sus ojos estaban irritados puede que de tanto llorar, ¿algo le había pasado a mamá? Sentí la sangre abandonar mi rostro ante lo que me fuera a decir.
—Unos hombres se metieron a robar a la casa, al parecer quisiste escapar y saltaste por la ventana —dijo—. Los vecinos escucharon el alboroto y llamaron a la policía, lograron atrapar a uno de ellos, pero el otro huyó y todavía no han podido dar con él.
¿Uno huyó? Solo esperaba que no fuera el que le había dado una patada en la cara.
Ese debía odiarme.
La puerta volvió a abrirse robando nuestra atención, un doctor que no era el mismo que me atendió cuando desperté, apareció. Sentí un poco de alivio cuando mi papá dijo que el doctor Rodriguez era el que me había atendido todo este tiempo que estuve inconsciente.
Ron.
El doctor de ojos azules.
No eran reales.
Que lastima, me hubiera gustado ser la esposa de alguien al menos un día a ver qué tal, o de verdad haberme metido en una de mis historias, habría sido emocionante...
Luego de que el doctor me examinara, dijo que debían tenerme bajo observación por unas horas, pero que hasta el momento había estado evolucionando bien, no tenía ningún hueso roto, solo rasguños y moretones alrededor de mi cuerpo.
Después de varias horas, subí a la habitación donde estaba mi mamá, por primera vez pude usar el ascensor exclusivo para pacientes por ser una paciente, ella estaba dormida, lo debí suponer, eran casi las tres de la mañana.
Verla ahí en esa camilla siempre me rompía el corazón, esquelética, piel pálida, como si apenas pudiera sostenerse a la vida. Mi padre había salido a hablar con uno de sus colegas a los alrededores, él nunca se aburría aquí, antes de que mamá enfermara él casi vivía en el hospital cumpliendo guardias y turnos extra.
Aproveché el momento para hablar con mi mamá, aunque sabía que no me escuchaba, posiblemente le hablaba a su subconsciente. Cuando de repente mi padre entró, y más atrás de él observé a...
¿Ramson?
¿Qué carajos hacía aquí?
Él cruzó una mirada conmigo, pero mi mirada se desvió a la hermosa señora Donna Stone, sus tacones y vestimenta completamente impecables, hasta aquí olía su perfume, ella me regaló una pequeña sonrisa de labios rojos.
¿Qué hacían ellos aquí?
Podía imaginarme a las pequeñas Paolitas de mi mente correr como caricaturas por toda mi cabeza diciendo: “Alerta, alerta, invasión de los Stone".
—¿Cómo estás Paola? —dijo la señora Stone—, ¿Lista para irnos?
¿Ah?
¿Yo?
—¿Irnos a dónde? —dije incrédula mirando a mi papá en espera de una explicación.
—Paola, Donna se ofreció a hospedarte unos días en su casa hasta que te sientas mejor y la tensión de todo esto baje —dijo mi papá—, me pareció una buena idea.
¿Qué tú hiciste qué?
Miré a Ramson él no parecía mostrar ninguna expresión que lo delatara, la señora Donna cambió su peso de un pie al otro un poco incomoda ante mi silencio.
No, de ninguna manera.
Vivir con los Stone unos días, después de lo que me había hecho Ramson, no my friend, no lo creo.
Aclaré mi garganta y dije:
—Pero yo prefiero quedarme aquí... con ustedes.
Mi padre pareció un poco incómodo por mi rechazo evidente, y negó con la cabeza.
—No seas descortés Paola —dijo mi padre—, además, en ese mueble solo cabe una persona.
En eso tenía razón, solo uno de los dos podía acompañar a mi mamá cada noche, no tenía que sentirme como si quisiera deshacerse de mí, pero así me sentía, tal vez era porque me sentía indefensa y expuesta con lo que acababa de pasar, había caído del segundo piso de mi casa, todo parecía muy confuso.
—Está bien... —susurré entre dientes, no estaba segura, pero me pareció ver el fantasma de una sonrisa en el rostro del idiota de Ramson.
Me despedí de mi mamá colocándole un suave beso en la frente y le susurré que la amaba, me despedí de mi padre y luego seguí a los Stone.
¿Cómo es que ahora que no quería ver a Ramson parecía que el destino nos quería juntos? No lo comprendía.
Algo me decía que esta sería una noche interesante.
Nos montamos en la elegante camioneta, Ramson manejaba, la señora Donna no paraba de hacerme preguntas acerca de lo acontecido y yo le respondí exactamente lo que recordaba hasta que salté de la habitación. Llegamos a la enorme y elegante casa de los Stone, tenía sin duda cosas más costosas y lujosas que la mía.
Ramson fue el primero en entrar sin ni siquiera esperarnos o darme otra mirada, no sabía exactamente cómo actuar a su alrededor, nunca habíamos sido realmente amigos y se había comportado como todo un idiota ayer, prefería que simplemente ser invisible, una acosadora desde las sombras.
Esperé a la señora Stone mientras ella cerraba la puerta y activaba la alarma de seguridad.
—Por eso es bueno invertir en una de estas alarmas, aunque entiendo que ustedes no tengan una, son realmente costosas...
Murmuraba mientras apretaba los botones del equipo de alarma. Giré los ojos, por un momento había olvidado lo odiosa que era, aunque mi madre siempre la defendía hablando de que era una buena amiga y maravillosa persona... yo en realidad no confiaba mucho en las personas que usaban tanto maquillaje como ella.
—Qué bueno que Ramson escuchó que alguien gritaba —continuó la señora Stone—, salió y llamó a la policía, él incluso ayudó a atrapar a uno de esos malhechores... qué bueno que no ocurrió algo más grave...
¿Qué Ramson llamó a la policía?
Él me había escuchado gritar, él me había ayudado...
Tal vez Ramson no era tan idiota después de todo.
Nota mental para mí:
Primera noche en casa de los Stone, espero poder olvidar la imagen que reflejaba mi cabeza de Ramson Stone sin camisa acostado en una cama.
Dios me ayude a no caer por él.
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Solo diré una cosa: No den nada por sentado, esta historia da muchas vueltas y se darán cuenta cuando la historia comience a avanzar... 😊😊
¿Por qué lees y no votas? *Cara enojada* ¿Quieres problemas? ¿ah?
*sale corriendo porque odia pelear*