Abrí los ojos, tardé bastante en adaptarme a la luz, ¿ya había amanecido? Me dolía demasiado la cabeza.
Miré alrededor sobresaltándome cuando me di cuenta que esta no era mi habitación.
—Mierda —Murmuré levantándome de la cama, pero mi pie se enredó con la sábana y caí con fuerza contra el suelo dándome un mal golpe en la rodilla.
Estaba en una habitación de paredes azules con afiches de cantantes de rock pegados alrededor, una computadora, un televisor, ¿Cómo había llegado hasta aquí? ¿Qué había pasado ayer? No recordaba más que yo bajándome del autobús y caminando hacia mi casa después de la escuela.
Escuché la puerta abrirse y un hombre de cabello rizado se quedó paralizado en la puerta al verme tirada ahí en el suelo.
Esto debía de ser una broma.
Me quedé congelada de la impresión, ¿Qué carajos hacía yo en la misma habitación que Ramson Stone? él era el chico que manejaba bicicleta todas las tardes y pasaba casualmente a las 3:15 pm frente a mi casa y se devolvía a las 4:30pm para ir a sus clases de natación hasta las 5:30pm, a veces los minutos variaban, pero siempre lo veía desde el balcón de mi casa, esperaba para verlo como toda una acosadora profesional.
Él estudiaba en mi instituto, eran dos secciones del último año, él estudiaba en la otra sección, era el jugador estrella del equipo de natación, su rostro parecía esculpido por los mismos ángeles y su cuerpo como si fuera el sinónimo de la palabra Adonis, lo admitía, era mi crush, como el de la mayoría de las chicas del instituto, pero él tenía una deslumbrante novia que parecía sacada de una revista de conejitas playboys.
Jamás lo había visto tan cerca, para mí, era como una súper estrella.
—¿Vas a quedarte ahí en el suelo observándome mientras se te sale la baba o qué? —se burló Ramson alzando una ceja.
¿Qué se me sale la qué...?
Cerré la boca y volví a la realidad, mis mejillas se sonrojaron cuando él comenzó a reírse de mí, y me miró con una expresión completamente engreída.
Maldición, me sentía demasiado humillada.
Me levanté desenredando mi pie de la sábana y cruzándome de brazos, mirándolo como si no tuviera todas las fotos de su Instagram guardadas en mi teléfono y como si no fuera mi amor platónico por casi diez años que teníamos siendo vecinos.
— ¿Qué hago aquí? ¿Esta es tu habitación?
Sabía que era su habitación, los afiches de alrededor las reconocía de sus fotos.
Ramson caminó hacia mí sin dejar de mirarme con una ligera sonrisa, maldición, jamás había cruzado palabras con él, nunca me había mirado, sentía la necesidad de correr y ocultarme, pero necesitaba respuestas.
Se detuvo cuando estuvo frente a mí, debía recordar como respirar normalmente.
—¿No recuerdas qué ocurrió anoche? — tuve que echarme hacia atrás al sentirlo invadir mi espacio personal.
Volvió a reírse por mi reacción, él sabía que estaba intimidándome, posiblemente estaba acostumbrado a tener esa reacción con todas las chicas, apreté la quijada ya harta de su actitud e intenté parecer firme.
—Si lo supiera no estaría preguntándotelo —dije—. ¿Acaso me secuestraste?
Mis mejillas se sonrojaron al ver que ahora parecía entretenido conmigo, y dio un paso más cerca de mí, sus ojos verdes fijando la mirada en los míos haciendo que mi estómago se revolviera.
Había soñado esto tantas veces que creí por un segundo que se trataba de otro sueño.
—Y si lo hice, ¿qué harás al respecto?
Dio otro paso hacia mí, tuve que alzar la cabeza para poder ver su rostro y lo observé inclinarse hacia mí, me desestabilicé mentalmente sintiendo que me quedaba sin respiración, di un paso atrás tropezando con la cama y cayendo sentada, Ramson soltó otra carcajada.
Maldición, estaba burlándose de mí.
Otra vez.
—Deja de ser un idiota. —Me levanté caminando hacia la puerta dispuesta a irme— Me pregunto qué dirá la policía cuando le diga que me tenías secuestrada en tu habitación.
Cuando iba a abrir la puerta parecía trabada, no fue hasta que vi la mano sobre mi cabeza y me voltee quedando de frente con el rostro de Ramson, me quedé más paralizada que una estatua, sin pestañear o respirar.
—¿En serio crees que te secuestré? —sonrió— ¿para qué querría secuestrar a la niña rara que me espía desde el balcón de su casa todas las tardes?
Mierda, ¿Cómo pudo saberlo?
Ramson alzó una ceja y acarició mi mentón con su mano sin ocultar una expresión engreída.
—¿Qué acaso no creías que no me daba cuenta de que revisas frecuentemente mi Instagram, mi Facebook e incluso escribes historias de mí en wattpad?
Abrí la boca sorprendida, me había descubierto, me sentía completamente desnuda, mis piernas comenzaron a temblar y la respiración me abandonó.
Entendía que supiera que revisaba sus historias en Facebook e Instagram al instante de que él las publicara para de alguna forma llamar su atención discretamente, pero era imposible que supiera de las historias de wattpad.
Las historias eróticas que escribía de él.
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¡Holaa! Si leíste y decidiste quedarte a leer, espero poder sacarte una sonrisa, es un placer tenerte como lector♥
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