Harry estaba recogiendo todas las pelotas de tenis que estaban desparramadas por toda la cancha, mientras lo hacía no dejaba de decir cosas de mal modo.
- “¡Oh! Miren, allí esta Harry, él es maricon” – lo decía con voz molesta, tratando de repetir las cosas que le decían últimamente después de su declaración – “pero qué desperdicio de chico”, “enserio que los gays son unos suertudos, tendrán a Harry para ellos solitos”
No paraba de quejarse cómo han sido sus días desde que se declaro públicamente que era gay. En eso llega Charlie, él es el típico chico súper gay, salido del clóset que todas las escuelas tiene, que todo mundo lo conoce y por lo general sólo tiene amigas, es raro verlo platicando con chicos a menos que les este coqueteando.
- Hola, guapo – decía Charlie muy coquetamente
- Hola, Charlie – le dijo Harry incómodamente.
- Dicen por allí que eres gay – decía Charlie sin dejar de sonreír.
- Pues… algo así – dijo Harry.
- Pillo… no seas tímido conmigo – le dijo Charlie coquetamente.
- Amm… de acuerdo – dijo Harry asqueado.
- Oye ¿qué tienes en la mano? – Le preguntó y tomó su mano – Ohh… qué bien se siente tu mano, es muy suave – le dijo y le hizo una cara pervertida.
- ¡AH! – Gritó Harry y se alejo de él - ¡aléjate de mí!
- Harry, seré honesto, siempre me gustaste, eres realmente atractivo – le dijo Charlie directamente.
- Ah… - decía a duras penas Harry, se encontraba realmente asqueado – bueno, a mí ya me gusta alguien.
- Estoy seguro que esa persona no te hará sentir hombre, así como yo lo haré – le dijo y le tomo ambas manos.
- ¡Aléjate de mí! Me das asco – le dijo Harry.
- A ver… - dijo Charlie confundido - ¿eres gay o no?
- Pues… creo, me gusta un amigo.
- Déjame besarte… él no te dará besos tan placenteros como yo – dijo Charlie tan pervertidamente.
- Ah... – decía Harry asqueado.
No dijo nada más y salió corriendo, Harry no planeaba quedarse con ese sujeto, podría violarlo, de verdad que tenía mucho miedo Harry.
Taylor…
De nuevo volví a escuchar un libro caer al suelo, miré al lado mío y Paul lo recogió después de exhalar algo de aire. Cuando él estaba agachado se cayeron más libros y lo golpearon en la cabeza. A mi solo se me escapó una risita, después me acerque a ayudar a recogerlos. Él estaba muy serio, era raro verlo así, de hecho siempre estaba feliz, no sé que tenía.
- Paul… ¿estas bien?... es la sexta vez que se te caen los libros, algo te pasa – le dije.
- Odio mi vida… - dijo pausadamente – Taylor, no quiero contarte mis desgracias – después comenzó a derramar lagrimas
- ¿Qué? Paul, puedes confiarme lo que sea, también puedo hacer todo lo que quieras, con tal de que estés bien – le dije angustiada.
- Abrázame… - me pidió.
Sin pensarlo, me puse enfrente de él y lo abracé, duramos un par de minutos abrazados, él no dejaba de llorar. De repente veo a Harry enfrente de nosotros…
Harry…
Escape de Charlie, ese tipo es extraño, me doy cuenta que no soy gay, no me gustan los hombres, son asquerosos, sólo me gusta Taylor, pero es por su forma de ser. Entre a la biblioteca apuradísimo tratando de buscar a Taylor, me sentía tan asqueado que estoy seguro que con tan solo verlo me sentiría mejor. Pero no, cuando lo encontré estaba abrazado de Paul, él me vio y yo lo miré, después me fui corriendo, ya no quería verlo, ¿fue detrás de mí? Tal vez me diría que fue un malentendido, era obvio que no lo fue, porque no fue detrás de mi ni me dijo esas palabras que quería escuchar algo cómo “Harry, no es lo que piensas, es un malentendido, déjame explicarte” estúpido Taylor, ya hice la confesión de que soy gay, era más que obvio que es porque me gusta él y aun así me deja sin cuidado, al contrario ahora se la pasa pegado a su amigo Paul.
Taylor…
Vi como se fue corriendo, solo exhale aire y me quede quieta, no planeaba dejar a Paul solo.
- Ve detrás de él, no tienes que quedarte – me dijo Paul
- Paul… quiero quedarme contigo – le dije sonriendo
- Taylor… mi padre me golpea, nos obliga a mi madre y a mí a trabajar, mira – decía triste y se quito su camiseta.
- ¡Oh Dios mío! – exclame, tenía marcas, heridas y moretones en todo su abdomen y sus brazos - ¿todo eso te lo hizo tu padre?
- Si, Taylor no sé qué hacer, hay muchos problemas en mi casa.
- Te ayudaré – le dije sonriendo y le sequé sus lágrimas con mis manos.
- ¿Cómo? – me preguntó.
- Mi papá es jefe de policías, puedo ayudarte con una denuncia y te aseguro que la tomarán en cuenta, por si ése era tu miedo.
- ¿Harías eso por mí, Taylor? – me preguntó con ojos brillosos.
- Sí, pero por supue…- no puede terminar de hablar porque él me interrumpió.
Bueno, mejor dicho me callo, pero con un beso. No me separe… la verdad no quería hacerlo, cuando dejo de besarme se disculpo.
- Taylor, perdóname – me dijo ruborizado.
- No te preocupes – le dije y le di un beso de piquito en sus labios, después le sonreí.
Terminamos de acomodar todos los libros y nos fuimos a mi casa. Paul le explicó la situación a mi padre y mi papá asustado dijo que haría algo al respecto, que no se preocupará. La cara de alivio y felicidad de Paul fue la mejor cosa que vi. Me sentía tan bien, al fin Paul podrá estar a gusto.
Pasaron los días y Harry no me hablaba, yo trataba de hablarle, saludarlo y de más, pero él se alejaba de mi, en fin no tenía planeado estar de rogona. Pero sólo pudo durar 3 días sin hablarme, pues al cuarto día fue directo conmigo. Estaba yo sentada en mi asiento y él llega, se pone enfrente de mí y con cara de disgusto se me quedo mirando, yo lo miraba también con cara de disgusto, después de unos segundos de miradas me dijo:
- Ten – me dijo y me entregó una invitación.
- ¿Qué es esto? – le pregunté.
- Una invitación, ¿no es obvio? – me dijo con sarcasmo
- Ya lo sé, tarado – le dije enojada.
- ¿Entonces para qué preguntas? – me dijo en tono burlista.
- Me refiero de qué tipo de invitación es
- Se casa mi hermano – me dijo.
- No sabía que tenias un hermano – le dije sorprendida.
- Da igual, estas invitado, ve formal – me dijo y se sentó al lado mío.
Me quede confundida, después lo miré y le sonreí. Para él fue imposible no sonreírme, así que también me devolvió la sonrisa.
- Taylor… ¿tú… eres gay? – me preguntó Harry de la nada, yo me sorprendí y mucho.
- ¿Qué? – le dije asustada - ¿a qué te refieres?
- Ya sabes, si eres homosexual, que si te gustan las personas de tu mismo género – me dijo con una explicación más detallada.
- Si, sé que es un homosexual – le dije enojada – y no, para tu información no soy homosexual como otros – le dije.
- ¿Qué? – dijo asustado.
- Así como se escucha, y molesta mucho que me preguntes eso – le dije.
- Pero bueno, ya sabes cuanta confianza hay entre nosotros, ¿no? – me dijo entre risas.
- Si – le dije, pues era verdad, nos tenemos mucha confianza, así que era valido que me preguntará eso.
Paul se acerco a la cancha de tenis y allí estaba Harry, organizando todos los equipos.
- ¡Hey! – Le gritó Paul a Harry – se te olvido recoger esta pelota – le dijo Paul y recogió una que estaba por allí.
- Veamos si cómo criticas juegas – le dijo Harry y le arrojó una raqueta.
- Bien – dijo Paul y se puso en posición para jugar Ya no había rivalidad entre ellos, ambos se divertían y reían cuando jugaban.
- Tomemos un descanso – sugirió Paul
- Bien – dijo Harry y se sentó al lado de Paul en una banca.
- Taylor es genial – dijo Paul mirando al cielo.
- Si… lo sé – dijo Harry sonriendo.
- ¿Te gusta todavía? – preguntó Paul
- Sí, mucho – dijo Harry.
- Si, Taylor también te quiere a ti… amigo, te dejo el camino libre, Taylor me acaba de ayudar con algo, lo menos que puedo hacer es darle la felicidad… Taylor es feliz contigo – le dijo Paul.
- ¿Pero qué dices? – preguntó Harry.
- Digo que si pensabas que yo era un obstáculo para llegar hacia Taylor, ya no lo soy, tú le gustas, es obvio…
- Paul… eres lo mejor – le dijo Harry sonriendo.
- ¿Amigos? – le pregunto Paul y le extendió la mano.
- ¡Amigos! – dijo Harry feliz y si le sacudió la mano.
- Bueno, se está haciendo tarde, nunca pensé en decir esto pero, me muero de ganas por ir a mi casa, nos vemos, Harry – dijo Paul y se fue.
Harry...
Prepárate, Taylor ahora si haré lo posible por enamorarte, en la boda de mi hermano te demostrare cuánto te quiero.