Crónicas Saturnianas I : Híbr...

By alyssareigns96

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Intensa, Romántica y llena de acción! Esta historia, te cautivará desde el inicio. Zoee Holt es una extrater... More

PROLOGO: "ANTES DE TODO"
PARTE I
Cap. 1
Cap. 2
Cap. 3
Cap. 4
Cap. 5
Cap. 6
Cap. 7
Cap. 8
Cap. 9
Cap. 10
Cap. 11
Cap. 12
Cap. 13
Cap. 14
Cap. 15
Cap. 16
PARTE II
Cap. 17
Cap. 18
Cap. 19
Cap. 20
Cap. 21
Cap. 22
Cap. 23
Cap. 24
Cap. 25
Cap. 26
Cap. 27
Cap. 28
Cap. 29
Cap. 30
Cap. 31
Cap. 32
PARTE III
Cap. 33
Cap. 34
Cap. 35
Cap. 36
Cap. 37
Cap. 38
Cap. 39
Cap. 40
Cap. 41
Cap. 42
Cap. 43
Cap. 44
Cap. 45
Cap. 46
Cap. 48
Cap. 49
Cap. 50
Cap. 51
Cap. 52
Cap. 53
Cap. 54
Cap. 55
Cap. 56
EPÍLOGO
¡Próximamente!

Cap. 47

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By alyssareigns96

1000 i'wos después de la caída de Saturno.

La Tierra. Ciudad de San Kara. 08:47 pm.

Ya se ha escondido el sol por completo. Y la luz de la luna no es lo suficientemente potente para iluminar las aguas de las costas de San Kara.

Es bastante tarde y los chicos aun no despiertan.

Xthina no dijo nada relevante después de lo último que le pregunte, así que cuando termino de preparar un poco de comida, me dijo que el equipaje estaba en la sala por si necesitaba algo. También me señalo donde estaba el baño, me dejo una mantas para poder arroparme por si tenía frio, y me dijo dónde encontrar algunos bocadillos por si no quería comer lo que ella había preparado. Luego se disculpó conmigo sin razón alguna y se fue a dormir.

Ahora estoy sola, sentada alrededor de la mesita de la cocina, tomando un rico chocolate caliente e intentando descifrar algo del libro, sin tener mucha suerte en la tarea.

El libro no ha revelado nueva información. Cada vez que lo intento leer, me dice una y otra vez lo mismo, quizás de formas diferentes, pero con el mismo significado de todo lo que ya se.

-esto es imposible. –murmuro. Cerrándolo con fuerza, por lo frustrada que me siento.

Sé que Xthina dijo que el libro dejaría que lo leyera cuando lo necesitara, pero siento que ahora es momento de que se revele ante mí y no pasa nada, solo puedo hacerlo vibrar y brillar como una estrella en el cielo de Saturno.

-Inservible libro. –digo, mientras lo alejo de mí y tomo mi taza llena de chocolate caliente.

No puedo creer que por primera vez en todo este tiempo, realmente tenga algo que pueda ayudarme a saber cuál es la razón por la que los dioses me eligieron para salvar a nuestra raza, y no este funcionando.

Bebo otro sorbo de mi chocolate y le dirijo una mirada llena de odio al extraño libro.

De pronto, una extraña corriente helada y tentadora se apodera de mi espalda baja. Dejo de beber de mi taza y siento unos pasos lentos y perezosos encaminarse hacia donde estoy.

-Hola. —dice Thayer, apoyándose en el umbral de la cocina.

Su cabello azabache esta revuelto, y no lleva sus guante de cuero.

Me gustaría decirle que no quiero volver a verlo más en mi vida, que no quiero que se siga inmiscuyendo entre mis pensamientos, pero no digo nada de eso. En cambio, dejo mi taza de chocolate a un lado y me limpio los labios con una servilleta, intentando calmar todas las emociones que él provoca en mí.

-hola. –asiento. Me levanto para ir a buscar más galletas y otra taza de chocolate caliente. —por fin has despertado...

Thayer ama el chocolate caliente más que a sí mismo. Quizás el amor al chocolate es lo único que tiene en común con la gente de la tierra.

Él se despereza y camina hacia la mesita, sentándose en la silla que está al lado de donde yo estaba antes ubicada.

-siento haber caído en su trampa. –señala. Bosteza y vuelve a desesperarse.

-ambos cayeron. –comento, y señalo con mi mirada a Ryker, quien sigue durmiendo plácidamente en el sofá.

Camino de vuelta, con las galletas y la taza de chocolate para Thayer.

-fue estúpido de mi parte. –dice él, intentando disculparse conmigo. –fue estúpido dejarte sola con la loca bruja Sat.

Yo asiento nada más. Le tiendo la taza de chocolate y me vuelvo a sentar con mis piernas entrelazadas sobre la silla.

-gracias. –dice, brindando con la taza.

-Xthina dijo que podíamos quedarnos aquí esta noche. –señalo, evitando mirarlo demasiado y así, retrasar sus preguntas acerca de la conversación que tuve con la mayya.

Él pasa sus manos por la taza caliente, dejando a la luz aquellas marcas en sus manos que le recuerdan al mundo lo poderoso que es. Y lo respetado que tiene que ser.

-eso presentí cuando vi todo nuestro equipaje amontonado en una esquina de la sala. –comenta, y come una galleta.

-no me quedo otra opción más que acceder a su propuesta. –digo, comiendo una galleta también.

-a esa bruja loca no se le puede decir que no, querida. –bromea Thayer.

Yo sonrió levemente.

Sé que esta liviana conversación no durara demasiado, y quiero disfrutarla mientras tenga tiempo.

-quizás es algo de mayyas. –digo, pesando en Ter y su extravagancia.

Él no dice nada, y se acomoda en la silla de madera, jugando con las migas que ha dejado su galleta sobre la mesa.

-al parecer a tu solecito le hizo más efecto el hechizo de la mayya que a mí. —comenta, cuando Ryker deja escapar un fuerte suspiro.

Yo lo observo, volteándome un poco e inclinándome hacia el umbral de la puerta, admirando lo hermoso y tranquilo que se ve cuando duerme.

-no lo llames solecito, Thay. –le advierto, cuando vuelvo a retomar mi atención hacia él.

-oblígame. –dice, desafiándome.

-te lo estoy pidiendo cortésmente. –le advierto. –no me tientes a perder la paciencia.

Toma una galleta, pero antes de que logre morderla se la quito de las manos y la meto rápidamente a mi boca, sonriendo con sorna.

-eres una inmadura. –dice molesto. Pero la verdad es que disfruta del simple momento tanto como yo.

Sonrió de lado y trago la galleta.

Hace mucho que no tenía una conversación tan simple con Thayer y me agrada volver a compartir uno de estos momentos con él.

-tú me contagiaste. –digo, sonriendo de manera cómplice.

Él bufa y toma un sorbo de su chocolate.

Lo observo atenta, mientras come y bebe con tranquilidad de su chocolate caliente. Sus ojos azules se ven calmados como nunca lo han estado, y sus facciones afiladas dejan de estar tan tensas. Luce cómodo y relajado, y me agrada verlo así, tanto que sonrió sin poder evitarlo.

-¿Por qué sonríes?—pregunta, pillándome con las manos en la masa. --¿te gusta lo que ves?—insinúa.

Sus ojos dejan de verse pacíficos y vuelven a ser de aquel azul zafiro y salvaje. Él está disfrutando demasiado de este íntimo y simple momento junto a mí.

Me avergüenza que me haya pillado mirándolo, y que además, sepa que sonreí al verlo de una forma que hace mucho no veía reflejada en su presencia imponente y oscura. Pero no digo nada.

-no estaba sonriendo. –miento, incomoda.

Dejo de observarlo y suelto una de las trenzas que cuelga detrás de mi oreja.

-claro que lo hacías. –dice. Me señala con una galleta, como si estuviera acusándome de un crimen. --¿Por qué lo hacías?

No tiene objetivo alguno mentir de nuevo, cuando él puede leer mis pensamientos y puede saber cómo me siento, así que dejo de ponerme a la defensiva, y acepto lo que me dijo Xthina hace unas horas.

-jamás te había visto tan tranquilo y, bueno, vestido de...--señalo todo su cuerpo. Su increíble y moldeado cuerpo, el cual ahora se esconde en un pijama improvisado que Xthina hizo aparecer puesto en él y en Ryker. –de pijama.

Él se observa a sí mismo y se percata por primera vez que ya no está vestido con sus costosas prendas oscuras, y deja escapar una maldición en nuestro idioma.

-maldita bruja. –murmura entre diente. --¿Cómo pudiste permitirle que mi hiciera esto?—añada, quejándose como un niño mimado.

Yo no puedo evitar dejar escapar una risita ante su incomodidad por encontrarse con pijama.

-no te burles, Zoee. –me advierte. –esto es de lo peor. –añade, señalando sus prendas e intentando quitárselas.

-no es para tanto, Thay. –digo, riendo. –es solo ropa... ¿acaso jamás has usado pijama?

Él me observa molesto y niega con su cabeza, como un Sat malcriado.

-¿Cómo que jamás has usado pijama?—pregunto, confundida. –entonces cómo...

Oh.

Él me mira con aquellos ojos azul zafiro salvajes y profundos para confirmar mis suposiciones.

Thayer no duerme con nada puesto.

El solo pensar en él desnudo entre sus sabana hace revolotear a mi hibridad, produciendo una extraña corriente eléctrica en mi oscuridad, y por extraño que parezca, mi luz también responde a aquel pensamiento.

-deberías considerarlo alguna vez. —comenta, con su voz aterciopelada, ya más calmada.

-¿considerar que?—pregunto, algo distraída.

Un extraño impulso me obliga a observarlo de nuevo.

-dormir...-señala mi pijama, también improvisado y tira de mi liviano suéter de lana hacia sí mismo. –Sin nada.-concluye en mi mente.

No soy demasiado rápida y mis mejillas se sonrojan demasiado, iluminando mi rostro, y haciendo que Thayer disfrute con un placer máximo mi incomodidad.

Me alejo de su toque con brusquedad, cuando siento su respiración contrastar con la mía.

-eres un idiota. –digo, quitándole de nuevo una galleta.

-gracias, querida. –dice, haciendo una falsa reverencia. –sabes que no puedo evitarlo...

Suspiro impaciente ante su comentario. Tomo un poco de chocolate caliente, mientras acerco de nuevo el indescifrable libro hacia mí.

-¿Qué es eso?—pregunta, señalando el libro lo suficiente lejos como para hacerme saber que le tiene algo de miedo.

Eso es interesante.

-es un libro "saturniano" que Xthina me dio. —explico. Lo abro y se lo acerco, pero él se aleja rápidamente. –Thay, no te va a morder, es solo un libro.

Él bufa, molesto por mi comentario, pero aun así no quiere tocar el libro.

No me sorprendo tanto como debería, porque yo también me comporte reacia frente a la idea de tomar el inservible libro.

-puedes tomarlo. –le digo. Tomo una de sus manos y la acerco al libro, pero él intenta impedir a toda costa tocarlo. --¡Thayer! Deja de comportarte como un bebe y toma el maldito libro.

Él se suelta de mi agarre, gruñendo en mi dirección, y toma el libro con la otra mano, haciendo que los símbolos de la portada brillen y vibren de la misma forma en la que hacen cuando yo lo toco.

-¿Qué rayos...?-Thayer se sorprende por como el libro responde ante su tacto.

Pienso que lo va a lazar lejos, pero hace todo lo contrario. Sigue tocándolo y tomando atención a cada símbolo que reacciona a su toque.

-sorprendente, ¿no?—comento, atenta también a los símbolos que se prenden y se apagan acorde al toque suave de Thayer sobre ellos.

Él asiente.

-Es un libro psíquico o algo así. –comento, restándole importancia. Thayer no me toma demasiada atención. –Xthina dijo que todo lo que sabe sobre mí, sobre la misión... sobre todo, lo sabe gracias a este libro. –le explico. –los dioses se lo entregaron a sus antepasadas. Supongo que es algo como una reliquia entre las mayyas.

Ahora sus ojos se fijan en mis manos, muy cerca de las suyas, que pasan por cada símbolo para luego abrirlo.

-¿Qué idioma es este?—pregunta Thayer.

-nuestro idioma...pero en primitivo, o al menos, eso creo que es. –respondo algo extrañada. Pensé que él conocía algo de nuestra lengua antigua.

-No. —responde. Sus manos acarician las esquinas de las antiguas hojas escritas con mi historia. De hecho, nuestra historia, y rozan muy levemente las mías. –conozco nuestro idioma y esto no se le parece en nada, Zoee.

¿Qué?

-¿Qué otro idioma podría ser?—pregunto, concentrada en cómo sus firmes manos toman cada hoja para hacerla girar.

-es más bien como...-las palabras brillan más ante el tacto de Thayer que al mío y me molesta que hasta las cosas inertes lo adoren tanto. –es el idioma de los dioses.

Bueno, podría haber pensado en ello antes de afirmar que era algo mortal, ya que este libro lo más probable es que nuestros dioses lo hayan creado.

-¿Cómo lo sabes?—pregunto, interesada en lo inteligente y concentrado que luce.

-no lo sé. –susurra, sin dejar de mirar sus manos y las mías, tan cerca pero tan lejos de tocarse.

Es como si el libro hubiera devorado su mente y lo hubiera hipnotizado para siempre. Quizás, de la misma forma en que devoro la mía hace unas horas.

-¿Thayer?—pregunto algo asustada por su actitud, pero no me responde de inmediato. --¿Qué sucede? ¿Cómo lo sabes?

-no sé porque lo sé, pero...-sus ojos azules se oscurecen más de lo normal. –es como si este libro me lo hubiera dicho.

No digo nada. No me muevo. No hago nada más que mirar a Thayer.

Xthina dijo que él libro podía ser leído por quien fuera parte de la misión, pero jamás dijo de qué forma podría ser leído, y quizás en vez de revelarse ante ojos conocidos hable en vez de hacerse legible. Y ahora se está revelando ante Thayer.

Quiero tomar el libro para que me hable a mí, pero sé que así no es cómo funcionan las cosas. Además, es probable que no me hable como le habla a Thayer. Es increíble que a hasta unas cuantas páginas antiguas lo prefieran a él antes que a cualquier otra persona.

Estúpido libro.

Thayer deja de tocarlo y me observa, con aquella mirada tan salvaje y atractiva que siempre tiene. Y de pronto, sus facciones se tensan, como si hubiera descubierto algo que no quería escuchar.

-¿Cómo se supone que este libro me pueda hablar?—me pregunta, confundido pero emocionado. --¿Cómo podemos leerlo?

-no se puede. –digo, desilusionada y con un poco de envidia. –revela la información que necesitamos, en el momento preciso y el lugar adecuado. Es como si el decidiera cuando estamos realmente listos para saberlo todo.

Él asiente. Y mira por ultima vez una de las páginas. Sus labios hacen una mueca extraña y sus cejas se enarcan con sorpresa, como si el libro le hubiera dicho algo nuevo.

-¿Qué ha dicho?—pregunto, entusiasmada.

Él me observa de sopetón, como si recién estuviera al tanto de mi presencia, y sus mejillas se sonrojan como nunca las había visto sonrojarse. Su rostro se ilumina, como si hubiera sido esculpido por la luz de la luna y luego deja de mirarme.

-Thayer.—le exijo.--¿Qué te ha dicho?

Él sacude su cabeza y cierra el libro fingiendo estar molesto por tener que dejar de verlo y lo aleja de nosotros para que no lo ensuciemos con las galletas y el chocolate caliente.

-nada. –susurra, y pone atención a sus manos tatuadas.

Jamás había visto a Thayer de esta forma, tan concentrado y poco impulsivo. Y el saber que hay algo de calma en su oscura personalidad hace más real lo que Xthina dijo antes de que saliéramos de aquella habitación.

-entonces... ¿Por qué has reaccionado así?

Thayer vuelve a mirarme, pero solo por unos segundos, y empuja hacia mi el libro.

-es su poder. –dice, nervioso. Pero no le creo. –es estridente.

Está ocultándome algo, pero por su confundida expresión, prefiero no presionarlo. Dejo de observarlo y centro mi atención en otra cosa. Cualquier cosa que me ayude a distraer mi mente del pasado y de Thayer siendo, bueno, él.

-eso ha sido lo más extraño que me ha pasado en la vida. –dice, señalando el libro cerrado. --¿Por qué rayos Xthina te obsequio algo tan inútil?

Yo me encojo de hombros y juego con mi taza de chocolate caliente.

-también pensé que era inútil, pero...-lo observo de soslayo y él solo tiene ojos para mí y nada más. Eso me preocupa. –quizás cuando lo necesitemos, revelara información valiosa.

-¿necesitemos?—pregunta, con esa intensidad tan característica de su voz.

¡dioses! No medí bien mis palabras.

-pensé que solo era para ti. –comenta confundido. –que solo tú y la mayya podrían llegar a entenderlo, pero aquí estoy... entendiéndolo.

Yo no digo nada, porque no sé cómo empezar explicando todo lo que ahora se.

Sus ojos azules, tan pero tan salvajes como el mar profundo, hacen derretir mi coraza de Sat frente a él.

-Zoee. –dice. Se acomoda en su asiento, volteándose por completo hacia mí. – ¿Qué fue lo que ella te dijo exactamente?

Eso no es una pregunta, es más bien una orden.

Me alejo de su extraña y cómoda cercanía. Me levanto de mi asiento, huyendo de su pregunta, como una cobarde.

-Zoee. –exige. –ella debió haberte dicho algo muy importante como para habernos drogado a mí y a Ryker con su malditas bebidas falsas. –añade, levantándose también de su asiento.

Yo aun no digo nada, y debo morder mi mejilla por dentro para pensar bien como comenzar esta explicación sin decir ninguna tontería.

Dejo mi taza ya vacía en el lavaplatos y me apoyo en el mesón del lado de este.

Y luego lo entiendo. Xthina quería que esto pasara. Me dijo todo a mí en privado porque quería obligarme a ser sincera con las únicas dos personas a la que sí o si no puedo mentirles.

Mi novio y el maldito atractivo oscuro de mi pasado.

-Thayer. –suspiro. –es... complicado. Todo realmente lo es.

Él enarca una de sus cejas con escepticismo y se cruza de brazos a unos pocos metros de mí. La sudadera que Xthina ha hecho aparecer sobre él, le queda demasiado ajustada y parece como si estuviera a punto de bucear en la pequeña bahía donde nos encontramos.

-no me vengas con ese cuento ahora, Zoee Holt. –dice. Su voz suena profunda y retumba en mi cabeza. –sabes que tu "complicado" no tiene ningún efecto en mí.

Él está usando nuestra conexión para fastidiarme.

-deberías sentarte. –le aconsejo. –porque esto es... muy pero muy complicado.

-estoy bien así. –responde, rechazando mi propuesta.

No podíamos ser tan parecidos en estos momentos.

-Xthina me dijo muchas cosas...-comienzo explicando. –cosas que te involucran tanto en la misión como lo hacen conmigo y con Ryker.

Él me mira con sus ojos azules, evaluando cada una de mis palabras, poniendo a prueba mis fuerzas y mi paciencia.

Sigue jugando con mis fortalezas y debilidades como siempre.

-bien...-su voz es como un ronroneo para mis oídos. Maldigo el día en el que Thayer aprendió el arte de la persuasión. --¿Qué tengo que ver en todo esto?

-bueno...--suspiro rendida. –eres uno de mis guerreros. —añado rápidamente, evitando a toda costa mirarlo.

Thayer no dice nada, solo me observa aturdido.

Yo camino rápidamente hacia el umbral de la puerta para cerrarla y asegurarme que Ryker siga durmiendo y no se entere de nada. Aun no quiero que él sepa sobre todo este mal rollo de mi destino.

-¿estás de broma?—es lo único que puede responder, cuando yo exijo que diga algo al momento en que cierro la puerta tras de mí.

-para nada. –digo con sinceridad, apoyándome en la puerta ya cerrada.

Él ríe por lo bajo sin poder creerlo aún.

Me apoyo más en la puerta, utilizándola como apoyo para no derrumbarme, y espero que Thayer diga algo más, pero solo se me queda observando con intensidad por casi cinco min enteros.

-y...-él pasa sus manos por su cabello castaño oscuro con frustración. --¿Quiénes son los otros guerreros?

-eso tú debes decírmelo a mí. –respondo, sin observarlo del todo. He descubierto que mis pies descalzos son mucho más interesantes que esta conversación.

-¿a qué te refieres?-pregunta confundido y aún demasiado aturdido como para verse amenazante.

-te dije que era complicado. –exclamo, frustrada.

Me alejo de la puerta y me siento en el sofá lleno de cojines que se encuentra frente a la ventana y entre los estantes de la loza anticuada que tiene Xthina en un rincón de su caótica cocina.

-ambos sabíamos que lo sería. –comenta, volteándose en mi dirección. –pero también sabes que necesito... realmente necesito saber a qué te refieres con todo esto de ser "tu guerrero".

Vuelvo a suspira y paso mis manos por mi cabello, de la misma forma frustrada que Thayer lo hizo hace un rato.

Si, no podríamos ser más parecidos en estos momentos.

-no solo eres mi guerrero. –él me observa con toda la atención que puede concentrar en mí. –eres mi primer guerrero.

Él vuelve a maldecir por lo bajo, pero luego me observa confundido.

-significa que eres como mi mano derecha o algo así. –respondo, antes de que pueda formular su pregunta.

La conexión sirve para ambos lados y tengo que aprovecharla como él lo hace todo el tiempo.

-¡vaya!—exclama.

-siento que esto sucediera, Thayer. –confieso. Y lo digo enserio.

Sé que Thayer no es bueno cuando le dan responsabilidades, y es mucho peor cuando tiene que hacerse cargo de algo y al ser mi primer guerrero tendrá que liderar a los otros guerreros. Y apoyar mis decisiones.

Thayer es un oscuro, así que imagínense lo que puede hace si se convierte en líder.

-en verdad lo siento. –repito, más para mí misma que para él.

Entierro mi rostro en uno de los tantos cojines del pequeño y alargado sofá, escondiéndome de su presencia abrumadora.

El sofá se hunde en uno de los lados, informándome de que Thayer se encuentra junto a mí. Quita el cojín de mi rostro y lo lanza con los otros.

-Zoee...-intenta llamar mi atención. Despejando mi rostro de algunos cabellos rebeldes que se han escapado de mis trenzas. Su toque es frio, pero esta vez no me alejo de él. –no creas que estoy sorprendido y molesto por ser tu guerrero...

-¿entonces porque es?—murmuro, asustada por nuestra cercanía.

-Querida...-él deja escapar una risita nerviosa y me recuerda el pasado. Eso es malo. Siempre es malo. –es un honor poder ser tu guerrero, créeme... es solo que me ha tomado demasiado por sorpresa la noticia.

-no lo entiendo. –lo observo sin realmente hacerlo.

-combatir a tu lado en todo este desastre siempre ha sido la razón por la que sigo aquí, fastidiándote. –explica. No puedo evitar reír por su intento de levantarme el ánimo. –y quizás en el fondo de mi oscura esencia sabía que algo como esto podría llegar a pasar, pero... no creo que yo sea el indicado para el puesto.

Entonces es eso lo que lo asusta. Teme defraudarme o ponerme en peligro.

¡Eso es peor de lo que Xthina me confirmo antes! Thayer jamás dejara de sentirse diferente por mí y yo quizás jamás logre superarlo. ¡Peor aún! Thayer es un oscuro de pies a cabeza, y todo lo que dice, piensa y hace siempre tiene un doble propósito. Y nunca entenderé porque es tan diferente conmigo a como es con todos los demás Sats humanos con quien convivimos en este pequeño planeta.

-no digas eso. –lo aliento. –si hay alguien perfecto para el puesto de mi primer guerrero, ese eres tú. –confieso.

De qué sirve fingir frente a él. Además, quiero saber cómo reaccionará al saber que yo—lamentablemente—confió en sus habilidades.

-¿en serio lo crees?—pregunta sorprendido por mi declaración.

Yo asiento.

-Thay...-suspiro. Es hora de la verdad. –hemos luchado juntos muchas veces... me conoces desde siempre y aunque deteste admitirlo, hacemos un buen equipo juntos.

-eso no lo creías hace un tiempo, cuando todo esto comenzó. –me saca en cara, con una sonrisa traviesa.

-es cierto...--sonrió levente. –y aun creo que somos un desastre juntos, pero al menos somos un efectivo desastre.

Él sonríe con satisfacción y su oscuridad incita a la mía a mostrarse viva.

-entonces, gracias por el ascenso, jefa. –comenta, haciendo una reverencia.

Yo bufo molesta por el apodo.

-ahora... ¿Cómo sabremos quienes son los otros guerreros del equipo?—me pregunta, entusiasmado con la idea de liderar a alguien.

Yo observo la puerta, esperando que Ryker no escuche nada.

-¿Ryker también es un guerrero?—pregunta Thayer, confundiendo mi gesto.

-¿Qué? ¡No!—exclamo rápidamente. –Ryker no es un guerrero.

-entonces... ¿Quiénes son los otros?

-te dije que se supone que tu deberías saberlo. –le aclaro, molesta de nuevo con él. –Xthina dijo que el primer guerrero me llevara hasta el segundo, y este al tercero, y así sucesivamente.

-lamento informarte que no tengo ni puta idea de quién es el segundo guerrero. –responde. Se muestra indiferente, pero sé que está preocupado.

Lo miro atentamente.

-¿Zoee?—pregunta, cuando yo no respondo.

Sacudo mi cabeza, para distraer todos los recuerdos que se vienen a mi mente cada vez que lo veo. Cada vez que me siento obligada a perderme en sus únicos y profundos ojos. Cada vez que su esencia fría e imparable, se conecta con la mía. Cada vez que su voz y su presencia me dejan sin saber que hacer conmigo y estos extraños sentimientos.

Me siento mal. Me siento sucia. Ryker es mi novio y lo quiero. Thayer es solo pasado y nada más. Tiene que permanecer así.

-quizás se revelará su nombre en algún momento. –me encojo de hombros. La verdad es que ya no estoy tan concentrada en todo el tema de la conversación con Xthina. –puede que lo averigües cuando necesitemos de un segundo guerrero.

-puede ser...-murmura. Me observa como yo lo hice hace unos segundos. --¿estás bien?

Yo frunzo mi ceño, preocupada. Como sé que Thayer sabe cuándo le oculto algo, decido contar todo lo que me embarga en este momento. Y sabemos que es el tema de que Ryker es oficialmente mi guardián, considerando toda la idea y las normas que conllevan ser parte de la "misión rescate" y ser el guardián de una hibrida.

-¿hay algo más, cierto?—adivina.

Yo no digo nada, solo suspiro.

Él se acomoda en su lugar y se acerca un poco a mí, como si supiera que en estos momentos necesito su consuelo y su apoyo, aunque deteste reconocerlo. Su mano se posa levemente en mi hombro y lo presiona suavemente, diciéndome que siempre va a estar aquí, que siempre va a estar conmigo.

-sabes que puedes confiar en mí. –me recuerda.

No del todo...

Es decir, sé que puedo confiar en Thayer, pero no puedo dejar de lado el hecho de que es un oscuro. Y con la oscuridad jamás se puede estar tan segura. Además, no quiero mirarlo, porque sé que voy a ceder, pero aun así lo observo disimuladamente. Nuestras miradas se encuentran y siento que, a pesar de todo, estamos lejos de ser amigos, porque Thayer es mucho más que eso y tenerlo cerca de alguna u otra forma, me hace sentir segura.

Pienso que es porque una parte de mi es tan oscura como lo es él. Y porque fue Thayer quien me convirtió en lo que soy ahora.

-lo sé. –murmuro.

Él asiente y compartimos una sonrisa tan fugaz que no sé si fue del todo real.

-entonces...-dice. Me incita a desahogarme.

-hay mucho más...–vuelvo a mirar hacia al frente, donde se encuentra la puerta. –hay mucho que la mayya me conto sobre...

-tu destino. –me interrumpe.

Yo asiento.

-asumo que te dijo lo que tu solecito...-lo fulmino con la mirada, para que deje de llamar de esa forma a Ryker. –Lo siento...-dice. Es sincero, pero aun así sonríe de forma traviesa. –ella te dijo que papel jugaba Ryker en todo esto también, ¿cierto?

Vuelvo a asentir. Muerdo mi labio inferior, mientras siento a Thayer suspirar a mi lado.

-al parecer todo lo que temía que sucediera, bueno... está pasando. –comento.

Dejo escapar una risa seca y torpe.

Tengo ganas de llorar. Realmente las tengo, y tengo tantas ganas de llorar que ni siquiera puedo derramar ni una sola lagrima.

-es mi guardián, Thay. –digo. No lo miro, sino que sigo observando hacia la puerta. —Ryker es mi guardián, y tu mi primer guerrero.

Suspiro y repito aquello, pero en mi mente, tratando de asumirlo todo. Trato de asumir esta nueva realidad donde mi amigo oscuro está involucrado en mi vida más de lo que alguna vez yo misma le permití estarlo, y donde mi novio de luz tiene la obligación de protegerme, incluso arriesgando su vida.

Qué suerte la mía...

-oh. –es lo único que Thayer dice. –Zoee...

Nuestra conexión me ínsita a mirarlo y cuando lo hago, sus ojos me atrapan como una nave espacial a las estrellas.

-sé que no soy el mejor dando consejos, pero...-señala con una sonrisa muy mínima. Su mirada se suaviza. –no tienes por qué sentir que esto que está pasando es tan malo.

Lo miro confundida.

-Thayer...-lo miro sorprendida por lo comprensible y buen amigo que está siendo. –no creo que hayas entendido bien lo que te acabo de contar.

-oh, querida. He entendido muy bien lo que me has contado. –responde.

Me acerca a sí mismo, para que pueda utilizar su hombro como apoyo y símbolo de consuelo. Y pensé que me sentiría extraña estando tan cerca de él, pero la verdad es que ni siquiera rechace su amable gesto. De hecho, lo estaba disfrutando.

-Zoee...-dice mi nombre con aquella voz profunda que derretiría a cualquiera. Incluso a cierta mayya si estuviera aquí. –creo que deberías ver el lado bueno de todo esto.

Me alejo de él rápidamente, y dejando escapar una risa divertida.

-¿Quién eres y que has hecho con el oscuro que estaba aquí a mi lado?—exclamo, con diversión.

Thayer rueda sus ojos.

-no estoy de broma. –me advierte. Sé que le ha costado mucho lograr pronunciar toda esa frase.

-yo tampoco. –digo, seria.

Él me mira con aquella sensación extraña que a veces me hace sentir.

-sé lo que piensas. No puedes jugar conmigo, y lo sabes. –confiesa.

Sus manos viajan a las mías y traza una línea de calor con sus dedos, desde mi palma hasta el final de mi antebrazo. Una luz calipso como el color de mi energía, sigue los rastros de calor, recordándome como fue cuando el desbloqueo mi hibridad.

El color de mi oscuridad mezclándose con la suya. Y solo él ha logrado enloquecer a mi parte oscura.

Y a mi hibridad.

Hace mucho que un toque de Thayer no producía eso en mi piel. Hace mucho que no me sentía tan conectada a él como me siento ahora. Y no es algo romántico ni nada por el estilo, sino que es algo íntimo. Un sentimiento de poder y confidencialidad que compartiremos para siempre, porque Thayer es el oscuro que desbloqueo mi hibridad. Y algo más que aún no logro entender. Quizás nunca lo haga, y prefiero mantenerme ignorante frente a ese tema.

-lo sé. –susurro, con una voz débil, que se va apagando por la deliciosa sensación de su oscuridad embargando a la mía. –es algo que jamás dejas de recordarme.

Él sonríe de lado.

-es la estúpida conexión...-murmuramos al mismo tiempo.

Lo observo, sorprendida y admirada por como pensamos y actuamos de una manera tan parecida.

Y duele...

Me duele saber que quizás ame a otra persona, cuando Thayer sigue amándome a mí sin importar nada.

-escucha...-dice, alejando su dulce y frio toque de mi mano. Un sentimiento de desolación se apodera de mi corazón. –es una joda que Ryker sea tu guardián, que yo sea tu primer guerrero, y que tu consejera sea una bruja loca como Xthina, pero...-guarda silencio, y esta vez se percata de que estoy concentrada en todo lo que dice. –eres Zoee Holt, querida. Y hemos salido de mierdas más grandes que estas, así que...-él se encoje de hombros, haciéndome sonreír involuntariamente.

-¿Así que...?—digo, incitándolo a seguir con el lindo y extraño discurso que está llevando a cabo.

Dioses... Thayer D'laud dando un discurso motivacional.

Lo observo. Pero esta vez realmente lo miro, y lo contemplo no como el oscuro de mi pasado, sino como el Thayer que es ahora. Lo contemplo como el Thayer que se ha convertido oficialmente en mi primer guerrero.

-no bajes los brazos frente a todo esto...-dice, mirando por la ventana durante unos segundos. Señala hacia afuera. Hacia las estrellas y hacia el mar.–eres la única hibrida que ha pisado este planeta y...-sus ojos buscan los míos y esta vez me atrapan sin ninguna dificultad. –tu mayor don es que eres única e invencible, pero todo ese poder a comenzado a eclipsarse por el miedo que tienes de no hacer lo correcto, de que quizás no estás preparada para enfrentarte a tu destino...

Se acerca un poco más a mí y entrelaza sus manos con las mías tan rápido, que ni siquiera puedo alejarme de su tierno gesto de apoyo.

-Thay...-murmuro, confundida y afectada por sus verdaderas y poderosas palabras. –yo...

-No. –me interrumpe. –lo que trato de decirte es que eres Tú...

-¿y qué significa eso?—pregunto en un susurro silencioso. --¿Qué significa ser "yo"?

Thayer se aleja de mí, dejando de tomar mis manos con las suyas.

-Zoee... no tienes que tener miedo a equivocarte. –responde, con firmeza. –yo digo que te mereces equivocarte todas las veces que quieras, porque al final del día seguirás siendo la chica que va a salvarle el trasero a toda nuestra raza y a los humanos por igual.

Sus palabras dan resultado. Y su actitud tan extraña y resuelta en él era lo único que necesitaba para romperme a llorar.

Y mi amigo y confidente oscuro no se siente compasivo ante mi reacción, ni siquiera intenta consolarme, solo me observa con aquella intensidad que siempre me ha observado. Y lo agradezco, en serio le agradezco no intentar evitar que llore.

-realmente...-seco mis lágrimas, pero es inútil porque vuelven a salir más de mis ojos. –necesito saber dónde dejaste a Thayer y que has hecho con él. Necesito que me lo devuelvas.

El oscuro sonríe con sorna y me estrecha en un abrazo—jamás de consuelo, si no por otro motivo—que recibo con los brazos abiertos.

¿Por qué Thayer no puede ser así todo el tiempo?

-gracias...-murmuro, mientras me acurruco en sus fuertes brazos. –jamás creí que de todas las personas en este planeta tu serias quien tuviera las palabras para hacerme sentir mejor.

Él acaricia mi cabello con cariño.

-me subestimas demasiado, querida. –dice, con aquella voz atractiva y persuasiva.

Y volvió a ser él.

Me presiono más a su cuerpo, y luego nos alejamos uno del otro.

Nunca podría haberme imaginado estar en una situación así de intima de nuevo con Thayer, sin querer matarlo, sin sentirme incomoda con su presencia. Y quizás, aunque compartamos una historia y sentimientos, podamos ser lo suficientemente maduros como para dejarlos de lado por un momento, para abrir paso a este lindo recuerdo.

-tienes que prometerme que no le dirás a Ryker nada de esto. –le advierto, secando disimuladamente mis lágrimas.

-¿a qué te refieres?—pregunta, mientras acerca con su mente una caja de pañuelos desde uno de los estantes de Xthina. --¿no le dirás? –exclama, sorprendido por mi decisión.

Me tiende la caja y le agradezco con la mirada.

-Si... Si le diré, pero aun no. –le explico.

Thayer me observa con sus cejas levantadas, esperando algo más como respuesta y no puedo evitar suspirar con exasperación.

-Thay... --frunzo mi ceño y me obligo a mí misma a permanecer serena. –necesito procesar todo esto yo primero... necesito asumir el hecho de que Ryker es mi guardián y pensar bien que voy a hacer con la idea de que no puedo estar involucrada con él de la forma en la que estoy ahora.

Algo oscuro y salvaje atraviesa su mirada. Algo como una maquiavélica idea oscura.

Si... volvió a ser el mismo Thayer de siempre.

-¿a qué te refieres?—pregunta, con demasiado interés.

Sospechoso.

-es una estúpida regla. –comento. –se supone que no puedo estar involucrada con nadie del "equipo".

-¿y qué pasaría si lo estuvieras?—pregunta, con esa oscura intensión detrás de su inocente pregunta.

-no lo sé...-me encojo de hombros. –pero no creo que sea nada bueno. Al menos es eso lo que Xthina me advirtió.

Desilusión se apodera por unos segundos de sus perfectas y malvadas facciones, para luego volver a la indiferencia máxima.

Algo está tramando.

-bueno...-él también se encoje de hombros. –lo único que puedo decir es que es una pena que pierdas a tu solecito. –confiesa, con una mirada desafiante.

Yo lo golpeo en el pecho lo más fuerte que puedo, con la caja de pañuelos.

-no podías seguir siendo el otro Thayer, ¿cierto?—alego, frustrada.

Se encoje de hombro de nuevo.

Me levanto, bufando en su dirección, extrañando al Thayer de hace unos minutos, pero para mi sorpresa una parte de mi está feliz de volver a ver a Thayer como siempre se comporta.

Oscuro e insolente.

Me acerco al estante donde se encuentra el chocolate en polvo para preparar más.

Thayer se teletransporta a mi lado con una sonrisa cómplice.

-prometo comportarme si haces chocolate para los dos. –propone, con sus ojos puestos sobre mí.

Yo lo alejo rápidamente de mi lado.

-bien. –acepto reacia. –porque necesito que me ayudes a armar nuestro siguiente plan.

Él me sigue el paso hasta la encimera, y esta vez me mira con interés.

-¿Qué plan?—pregunta, con intención en su voz.

Me volteo hacia él, desafiándolo con la mirada.

-si el libro aun no quiere decirme nada más sobre ELLOS...-digo, señalando el antiguo objeto sobre la mesa. –tendremos que buscar a alguien más que sepa su plan.

-¿quieres que busquemos a tu madre?—pregunta, confundido.

Yo me encojo de hombros, obligando a mi corazón a mantenerse estable sin verse afectado por la mención de esa mujer.

Me acerco al dispensador de agua y le ordeno que haga dos chocolates para ambos.

-quizás...-prendo el fuego y me apoyo lejos de la encimera. –ella y Kohn son los únicos, aparte de Xthina que saben algo sobre ELLOS, que han tenido contacto con ellos. Y necesitamos saber que pasaría si yo termino siendo revelada ante todos.

-¿estás segura de que quieres enfrentarte a Kohn y a Celeste?—pregunta lentamente, probándome.

Yo asiento.

-esta vez estaré preparada. –respondo, con convicción. –esta vez no iré a ciegas. –añado, con una sonrisa cómplice.

Me alejo de él y atraigo dos tazas hacia mis manos, ubicándolas en el mesón más cercano.

-entonces...-él sonríe con sorna. –cuenta conmigo.

Yo asiento, sin dejar de mirarlo.

-y sabes...-él me ayuda a buscar unos bocadillos entre los estantes. –tengo el evento preciso para poner en marcha este plan. –explica, observándome con intensión.

Oh. Comprendo lo que me dice.

La ceremonia de las estaciones esta a la vuelta de la esquina. Y mi abuela dijo que este año, por muy complicadas que estuvieran las relaciones entre las legiones, se celebraría igual.

-¡increíble!—exclamo, sacando una galleta de la caja que ha encontrado Thayer en uno de los últimos estantes de la cocina. –el evento de adoración a los dioses es la única celebración donde luz y oscuridad estarán presentes en el mismo lugar.

-y es pasado mañana. —me recuerda.

Una sonrisa de triunfo se dibuja en mis labios.

-es el momento perfecto. –exclamo, entusiasmada.

Siento como mis esencias se mueven inquietas dentro de mí.

-Kohn si o si tendrá que asistir, porque es el líder de mi legión...-asegura Thayer, apoyándose en el mesón junto a mí. –y Celeste lo más probable es que este también ahí sin excepción.

Yo asiento, planeando todo ya en mi mente.

Estoy tan entusiasmada y contenta de que por primera vez tengamos una real oportunidad contra Kohn y contra mi madre que no puedo evitar que mi verdadera yo se manifieste.

Una luz parecida a un rayo cruza mi mirada, y luego es remplazada por el color grafito de la oscuridad, para quedarse por completo de un color Calipso centellante.

Luego, dejo que mi verdadera identidad Sat se desprenda de las facciones terrestres que todos en mi raza mantenemos para adaptarnos a este planeta.

Mi piel comienza a estirarse, a iluminarse como si estuviera hecha de escarchas. Mis dedos y extremidades se alargan y mis esencias se asientan en mi corazón, con alegría y seguridad,

Miro a Thayer, admirando mi transformación con una sonrisa cómplice. Sus ojos azules se oscurecen con intensidad y fría intención, para luego hacer lo mismo que yo.

Él se desprende de su identidad terrestre, dejando que las afiladas y parceladas facciones que lo caracterizan salgan a la luz. Su piel se Tenza y sus tatuajes se iluminan como el color de las piedras ónix ante la luna. Y cuando termina siendo él, le quito la caja de galletas de las manos, sin marearme por moverme tan repentinamente como la mayoría de las veces cuando me manifiesto, y sin dejar que su hermosa e inmaculada presencia a mi lado me tiente en lo absoluto.

Quizás Xthina tenía razón con aquello de aceptarme siendo lo que soy.

-creo que ya tenemos planes para pasado mañana. –digo, devolviéndole con intensidad la mirada a Thayer. Saco una galleta y sonrió como lo haría si fuera siempre hibrida.

-adoro las celebraciones. En especial, las que prometen un poco de distorsión.—dice él, guiñándome un ojo y saboreando el triunfo que tanto hemos esperado.

Hace mucho que no me sentía tan tranquila, tan segura de mi misma. Y estoy agradecida, por muy extraño que parezca, de tener a Thayer de vuelta en mi vida.

Puede que sea un idiota la mayor parte del tiempo, pero es el único que me conoce y me acepta con todos mis secretos.

Me gustaría que las cosas entre nosotros fueran menos tensas y más como estos momentos. Me gustaría no haberme involucrado con él hace casi dos años, y poder ser amigos como los Sats normales.

Eso me gustaría.

*_*

Me he levantado antes que todos. Y he aprovechado de dar un paseo por la pequeña bahía en la que esta ubicada la casa de Xthina.

Hoy estoy llena de energía. Y cuando vuelvo a la casa, no vuelvo ensimismada en mis pensamientos como siempre, sino que más resuelta y segura de mí misma.

Xthina esta con Thayer en la cocina y me encuentro con Ryker tomando desayuno en el mismo sofá en el que durmió toda la noche.

Me siento a su lado, y le sonrío, antes de contarle todo lo que paso en la pasada noche. Pero aún no le diré que es mi guardián. No estoy preparada para eso y él tampoco.

-es genial que te haya entregado esto. –dice, acariciando el colgante que Xthina me regalo para protegerme de ella.

-pues... creo que me lo debía. –comento.

Él sonríe. Y por alguna extraña razón me siento culpable.

¿Por qué? Ah, cierto. Aún tengo muchos secretos que él no sabe.

-Ryker ...-llamo su atención, cuando él la desvía a sus galletas.

Él asiente.

-¿te parece bien el plan?

-pues...-deja su taza y su plato de galletas en la mesita. –faltan detalles que afinar, pero aún tenemos tiempo para ello... y...

-pero...-lo interrumpo. --¿crees que podrías conseguir intervenir por nosotros en el evento?—pregunto, rogándole con la mirada.

-pensé que interrumpir una fiesta no era un problema para ti y mucho menos para Thayer. —comenta, burlándose.

Yo lo golpeo en el hombro y el finge estar dolido.

-¡vamos!—lo miro molesta. –sabes que es mejor que nadie sepa que estamos ahí, hasta que sea necesario. Además tenemos que...

-¡Hey!—exclama, interrumpiendo mi nervioso balbuceo. Acaricia mi mejilla y limpia mis labios de las migas que ha dejado el muffin en ellos. –por supuesto que puedo meterlos al evento... al fin y al cabo soy un Eden.

Lo abrazo rápidamente y sonrió feliz por el hecho de que por primera vez tenemos una posibilidad contra mi madre y Kohn para sacar información sobre lo que sea que estén tramando ELLOS.

-se que es complicado. –le recuerdo. –pero Thayer no es bienvenido en su legión por ser un D'laud y yo... jamás he asistido a este tipo de ceremonias, así que...gracias. –digo. –sabes que no te pediría que utilizaras la carta de Ryker Eden, si no fuera necesario.

-lo sé.

Se ve triste al decirlo, pero sabe que no nos queda otra opción. Sabe que tenemos que descubrir que están tramando los semidioses mal nacidos de nuestra raza para poder acabar con ellos y salvar a la Tierra de su completa dominación.

-ha sido una semana bastante extraña. —comenta, cuando yo no digo nada más.

Hemos estado callados mucho tiempo.

Asiento, y sonrió falsamente.

Sé que Ryker no podrá tragarse eso.

-¿Por qué tengo la leve sensación de que no me estas contando todo?—supone.

Sus ojos verdes buscan en mi alguna respuesta.

-¿Por qué lo crees?—murmuro, evitando su mirada.

Ryker se acomoda en su lugar, y se acerca un poco más a mí, para colocarme mi nuevo amuleto de protección.

-tienes esa mirada...-murmura, cerca de mi oreja. Su aliento me hace cosquillas y vuelvo a sentirme culpable por no decirle todo.

Yo bufo y recoló mi cabello hacia un lado para que él pueda abrochar el colgante que me obsequio Xthina.

Ahora tengo tres amuletos. Y no me los sacare nunca.

-¿a qué te refieres?—mi voz suena normal, gracias a los dioses. –no tengo ninguna mirada.

Sé que está negando con la cabeza aunque no pueda verlo.

-aún no puedes entender...-murmura, mientras termina de colocar el colgante. –que no soy tan inocente como tú crees, ¿cierto?

Cuando su rostro esta frente a mi otra vez, puedo ver lo desilusionado que esta por el hecho de que cree que le he mentido, cosa que no he hecho, ya que solo he ocultado parte del discurso que me dio Xthina pasada la noche. Y es porque creo que es mejor de esa forma.

-todo lo que te he dicho es...-mis ojos no quieren encontrarse con los de él, así que poso mi vista en mi muffin. –lo que te he contada ha sido cierto... ha sido...

-¿suficiente?—adivina. Es como si me leyera la mente.

¿Será que el ser mi guardián le otorgue ciertas habilidades?

-Ryker . –digo con voz seria. Dejo mi muffin en la mesita y tomo sus manos para entrelazarlas con las mías. Están tibias y se sienten como un rayo de sol sobre mi piel.—Xthina dijo lo que sabía, nada más. Ella solo me dijo lo que el libro le había revelado.

Eso es en parte cierto, así que esta vez no me siento demasiado culpable.

Ryker deja de mirarme por un segundo y observa el libro tendido en la mesita junto a mi muffin.

-¿estás segura?—pregunta, inquieto.

Yo asiento, sin mirarlo de verdad.

No estoy preparada para que él sepa que es mi guardián, y él no está preparado para dar la vida por mí si algo sale mal. Ryker y yo nos conocemos desde hace muy poco, porque lo que paso en nuestra niñez no vale para nada, y él no puede cegar su sentido común y racional por lo que siente por mí.

En tiempos de guerra, todo vale. Y si tengo que ocultarle que es mi guardián por un tiempo, lo hare... cueste lo que cueste y duela lo que duela.

-bien. –asiente y me regala una de sus eternas sonrisas.

Se aleja un poco de mí y bebe de su taza de chocolate caliente—al parecer, él también está loco por la leche humana—y luego mira en dirección a la cocina.

-vaya consejera que te han otorgado los dioses. —comenta.

Es lindo de su parte haber cambiado el tema.

-ni que lo digas...-bufo. Tomo mi muffin.—pero presiento que por algo estamos unidas. Es como lo mismo que me pasa con Ter, ¿entiendes?

Él asiente, evitando sonreír ante lo excepcional que luce ella.

Miro rápidamente en dirección a Xthina y la observo deleitarse con tan solo observar como Thayer come un enorme sándwich de queso y le cuenta una de sus estúpidas historias sobre sus fechorías.

Ella está loca por el oscuro. Bueno, como todas las féminas del mundo, y quizás de toda la galaxia.

-al parecer está enamorada de Thayer. --agrega Ryker, sorprendido por la situación.

Yo, por el contrario, lo veía venir.

-todas las chicas en el mundo están enamoradas de Thayer, sean humanas o Sats...-respondo, mientras me encojo de hombros. –incluyendo las que no lo conocen.

Ryker ríe con diversión.

-lo bueno es que la única chica que no se muere por él...-sus ojos buscan los míos, y me pierdo en ello como si fuera lo más profundo de un bosque encantado. –es la chica que yo quiero.

Yo sonrió con complicidad. Pero con ese rastro de culpa que nubla mis emociones.

-eso es conveniente. –digo, con voz intensa y acercándome a Ryker. –para ti, claramente.

Él asiente, sin dejarme escapar de sus ojos color bosque.

-digo...-él se aclara la garganta y compartimos una mirada desafiante. —la única chica que no se muere por él, se muere... por mí.

Y me besa.

Pero esta vez no puedo perderme en sus labios. No puedo dejar que sus labios suaves y placenteros me hagan olvidarme de todo, porque en el fondo de mi corazón sé que lo que dijo no es verdad.

Es decir, quiero a Ryker más que a cualquier otro Sat en este planeta, pero también sé que aun tengo sentimientos por Thayer y sé que jamás dejare de sentir si él no desaparece de mi vida, y esa no es una opción porque lamentable y convenientemente es mi primer guerrero.

Cuando Ryker me acerca a si y me abraza mientras nos besamos, siento que su cercanía hace más efecto que sus labios y por dentro no dejo de llorar.

-te quiero...-murmura muy bajito, cuando nos separamos.

Besa mi nariz.

-yo también...

Y es verdad.

Pero hay muchas cosas que aun intervienen con la idea de que pueda amarlo.

Primero tengo que salvar a mi raza y a los humanos de ELLOS y después tengo que pensar que hacer conmigo misma y con lo que estoy sintiendo (y dejándome sentir) por primera vez por alguien más.

Lo siento, Ryker. No te mereces esto. 

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