Oblivion ✖️ Zayn Malik ✖️Term...

By Coffee-nights

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"- Me llamo Emma.- Él inclino la cabeza y no dijo nada. - ¿No me dirás tu nombre? - Pregunté. Se río de una... More

Oblivion
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Epílogo.

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By Coffee-nights

Cambie mi user, yay, ¿les gusta?

pd: escuchar multimedia <3 (Sí lo desean, obviamente)

pd2: queda taaaaaaaaaaan poco. 

No era fácil.

Intenté mantenerme fuerte luego de haber dejado su departamento, pero no podía hacer más que sentirme culpable, cobarde y…humillada. ¿Por qué mis sentimientos se mezclaban así?

Me negaba a aceptar que lo que Zayn decía era verdad, porqué el creerle significaba que todo este tiempo fui parte de su jueguito retorcido y no quería mortificarme más pensando en eso.

Lloré sin saber sí me dolía más el enfrentarme a esa realidad, o el haber dejado a Zayn… el vacío era impresionante.

Pasaron los días y nada parecía interesante cómo para salir de mi rutina; La cual en los últimos días consistió en quedarme en cama cuantas más horas resistiera mi cuerpo, y luego levantarme para ayudar a Lucy con las tareas de la casa.

Para que hablar del año nuevo… recibí 7 abrazos en total, pero aún puedo sentir esa amargura cuando, en casa de Lucy (Dónde celebre año nuevo) al momento de llegar las 12:00 me vi sola esperando que alguien quisiera desearme un feliz año nuevo… En teoría comencé el nuevo año en soledad.

Luego del receso de navidad, tuve que volver a lo que mantenía mis horas ocupadas: escuela, y trabajo.

Ya iba tarde a clase de Historia, pero no tenía el ánimo para ir corriendo por los pasillos, así que sólo me limite a caminar mirando mis pies pretendiendo que este sería un día bueno.

“Hey, espera” Una voz femenina se acercó a mí, mientras yo desentendida detenía mis pasos.

Me mantuve en silencio sin ganas de armar una escenita en ese momento, Camille había escogido un mal momento para molestar.

“Um…yo… bueno, ¿cómo estás?” preguntó escondiendo un mechón rubio y liso a la perfección detrás de su oreja.

“Camille, voy tarde a clases” Respondí en un tono monótono.

“Ya vas tarde, ¿qué más da que pierdas cinco minutos?” Bufé fastidiada, aunque encontré razón en su punto.

“Estoy bien” Cambié mi bolso de hombro y mire  a mi alrededor, asegurándome que no hubiera ningún profesor que pudiera llamarnos la atención por estar perdiendo clases.

“¿Segura?” Ante su pregunta la mire frunciendo el ceño, ¿Y a ella que le importa? “Um, escuché que buscas un departamento y bueno, mi hermana se fue del país y mis padres me dejaron ese lugar, yo no lo ocupo, ni lo ocuparé porque um… bueno, no me agrada la idea de vivir sola así que yo pensé que quizás tú-”

“¿Quién te contó?”

Se quedó callada y abrió los ojos sorprendida ante mi actitud. La verdad es que no me agradaba que la gente, y mucho menos ella estuviera husmeando en mi vida. Ya suficiente tenía con los problemas del enfermo de mi ex novio, el enfermo que tenía por padre, y la enferma que a veces llamaba madre.

“Oh, pues… mmm, hace unos días acompañé a Harry en la pizzería y salió el tema-”

“No necesito tu lástima” Fue lo primero que farfullé mientras ella seguía abriendo la boca como un pez bajo el agua. “Y el que te estés acostando con mi compañero de trabajo no significa que pueden chismosear sobre mis problemas”

Camille cerró los ojos y tomó aire, por su expresión parecía que estuviera contando hasta 10 o algo.

“Harry no tiene nada que ver en esto” Respondió tranquila y luego sacudió su cabeza. La mire impasible, y noté que su maquillaje no estaba tan cargado cómo solía ser. “Cómo sea, puedo cobrarte un renta mínima, de hecho pensé en no cobrarte y sólo dejarte vivir ahí, pero sé que no lo aceptarías”

“¿Qué demonios pretendes Camille? Escucha, te conozco hace seis años, sé que me odias, y ¿ahora apareces queriendo ayudarme? Sí es para tratar de quedar cómo niña buena frente a Harry, pues  no me ocupes a mí para tus actuaciones.

Nunca has sido buena conmigo… y en realidad ¡con nadie! Siempre te has encargado de hacer miserables a los que son menos que tú. No vengas con discursos así porque ya estoy cansada de que me mientan… ¡estoy cansada!”

El silencio inundó el lugar, y para mi sorpresa, al mirar a la chica sus ojos estaban húmedos y rojos, demostrando debilidad a través de ellos mientras mi respiración era irregular contra mi pecho.

“Yo no soy mala Emma, tu no entiendes-“

“¡Claro que entiendo! Y sí, eres mala… o cruel, o como quieras llamarlo”

“¡Bueno, ya no más!” Gritó cerrando los ojos con fuerza y apretando sus puños. Sus largas pestañas guardando pequeñas lágrimas. “Yo cambié” Murmuró “Harry me cambio”

Gruñí y rodé los ojos maleducadamente. Esta chica ahora estaba loca.

Tomó aire y se paró firme, volviendo a la postura de la Camille que yo conocía.

“Sí tu pudiste cambiar a Zayn, ¿Por qué Harry no podría cambiarme a mí?” Preguntó y sentí que mi sangre se helaba. ¿Yo cambié a Zayn? “Al fin y al cabo, no somos tan diferentes” En un movimiento rápido froto sus ojos haciendo desaparecer sus insipientes lágrimas y habló una última vez: “Llámame sí cambias de opinión, puedes ir a ver el departamento cuando quieras”

Y dicho esto, se fue, mientras yo, antes de darme cuenta, corrí al baño más cercano sintiendo que las situaciones simplemente me sobrepasaban.

(…)

“Las clases de matemáticas son cada vez más aburridas” se quejó Lucy, mientras acercaba el plato con arroz hacia mí, en un intento de que yo no notara sus intenciones.

Desde hace días que Lucy ha insistido con el tema de que no puedo dejar de comer, de que debo alimentarme y mantenerme fuerte, pero ¿de qué sirve comer, sí sigo sintiéndome vacía?

“La profesa Jones debería jubilar pronto” Comenté moviendo los pequeños granos de arroz sobre el plato. Mi comida se enfriaba y cada vez mi apetito se hacía menos.

No seas estúpida, estás siendo débil. Alegó mi sub consiente mirándome enfadada. Hasta mi sub consiente sabía que sólo estaba haciéndome un daño, así que aparté el asco por unos segundos y tomé una porción más de arroz intentando sentirme satisfecha

“Sus exámenes son cada vez más difíciles, creo que se está desquitando con nosotros por su aburrida vida llena de gatos” Lucy comía entretenida mientras se expresaba sobre nuestra profesora de matemáticas.

Luego de terminar me levanté a lavar los platos, dejando que el agua helada bañara mis manos, y juntando espuma en los platos divirtiéndome verla desaparecer.

“Nena, tu teléfono” gritó Lucy desde la sala de estar.

Sequé mis manos contra mi pantalón mientras iba a buscar el aparato a la mesa, donde antes lo había dejado.

Un número desconocido hacia que el sonoro tono llenara la habitación. Intenté reconocer el número pero puedo jurar que nunca lo había visto antes.

“¿Hola?” contesté poniendo el aparato entre mi oído y hombro, mientras volvía a la cocina para continuar con mi labor.

“¿Señorita Brynston?” Preguntó una voz profunda, parecía un empresario o algo así, por su tono educado.

“Um, ¿sí?”

“Buenas tardes, soy Mark Clark, gerente de inmobiliarias  Roben” Inmobiliarias Roben… ¿Dónde había escuchado ese nombre?, “¿Tiene unos minutos para hablar unas cuantas cosas?”

“Claro… ¿pasa algo?” Me apoyé contra el mueble de la cocina, dejando los vasos con espuma a medio terminar. Mi atención se había centrado en la conversación por el momento.

“Bueno, espero que pueda venir pronto a nuestras oficinas para poder hacer todo de forma adecuada, pero considerando que es algo tarde quizá ¿podríamos agendar una pequeña reunión?” Preguntó el hombre con seguridad y fluidez dejándome sin entender ni lo más mínimo.

“Disculpe, pero me temo que no sé de qué habla” Respondí intentando hablar a la misma altura que él.

“De su nuevo departamento señorita, ¿qué no está enterada?”

“¿Qué?” Tartamudee, “Creo que hay un error”

“No lo creo, señorita.” Rio alegremente al otro lado de la línea. “Déjeme ver” el sonido de páginas se escuchó en la lejanía hasta que el hombre dejo escapar un pequeño sonido. – “El señor Malik ha dejado un departamento a su nombre”

Mi pulso se aceleró al oír su nombre y por un momento me quede ajena a la situación, ¿Zayn, qué?

“No” murmuré pensando que no había sido escuchada pero supe que estaba equivocada cuando Mark me respondió.

“El señor Malik dejó la llave, y la totalidad del departamento pagada, además dejó todo el papeleo a su nombre” Explicó el hombre con calma.

“Él no… el sólo arrendaba ese lugar” tragué saliva e intenté no seguir tartamudeando, incluso si eso significaba ignorar el dolor que volvía luego de días.

“Al parecer hace unas cuantas semanas comenzó con las gestiones y logró comprarlo. Según lo que tengo entendido volvería a su país y es por eso que decidió dejar todo listo de una vez, la verdad es que fue bastante puntual al hablar con mis secretarias”

¿Volver a su país?

“Sabe… ¿sabe sí dejo algo más?” Cubrí mí boca con la palma de mi mano, intentando ahogar mis gemidos, el dolor se hacía cada vez más insoportable mientras miles de pensamientos se retorcían en mi mente.

“Dejó dos juegos de llaves, que los tengo yo en mi poder. Uno tiene un llavero rosa, y el otro es sólo la llave sin nada más.”

No me sentía capacitada para responder, no quería responder nada.

“En fin, ¿Cuándo podría venir a mi oficina para firmar los papeles señorita?”

“Yo…lo llamo luego” Corté en un acto de desesperación.

Comencé a sollozar y a jadear en busca de aire.

No entendía, ¿por qué se iría? ¿Por qué iba a dejarme? ¿Por qué no peleo por mí?

Sé que le pedí que no me siguiera, sé que me sentía traiciona por él y sé que es un acto puro de masoquismo querer que vuelva estar a mi lado, pero no podía entender por qué él había decidido irse sin más.

De pronto Lucy entro a la cocina mirándome en horror mientras yo me abrazaba en busca de mantenerme fuerte.

Se acercó y envolvió sus brazos a mí alrededor, buscando desesperada una respuesta a mi estado.

“Se acabó Lu, se acabó” Respondí deshaciéndome en los brazos de mi amiga.  “Él se fue, se acabó Lucy”

El solo decirlo me llevaba a un lugar lleno de pena y melancolía. ¿Dónde estaba el Zayn que me había prometido jamás dejarme?

Dolía saber que ahora estaba sola, y que no importa cuántas veces intentara juntar mis piezas, Zayn se las había llevado con él y siempre quedaría ese lugar faltante. Porque a pesar de todo él había sido el que me había enseñado a amar, y a ser amada, él me había cuidado cuando tuve más miedo y fue mi demonio a la vez. Él era el que sabía hacerme sentir segura cuando quien me ponía en peligro era el mismo.

“Yo quería perdonarlo Lucy, quería que me dijera que todo iba a estar bien”

“Todo estará bien Emma, todo estará bien” Su voz se craqueló haciéndome saber que empatizaba con mi dolor mientras me cubría contra su pecho.

Pero cómo iba a estar bien… sí Zayn había escapado, y había decidido no llevarme con él.

 

(...)

4 meses después.

El invierno se había ido, y la primavera intentaba posicionarse en totalidad en las calles de Denver. Los pequeños niños corrían en las plazas con sus mejillas rojas y frentes sudorosas de tanto jugar. Una pequeña niña columpiaba sus pies mientras comía un cono de helado sentada en una banca.

El Sol comenzaba a esconderse y los niños poco a poco eran llevados por sus madres quienes luchaban con la insistencia de – cinco minutos más- de parte de sus hijos.

Me gustaba ver cómo las madres casi desesperadas sacudían la tierra de los pantalones de sus niños. Busqué a la niña que comía helado nuevamente, pero al parecer ya se había ido.

Miré  la hora en mi reloj de muñeca y decidí comenzar a caminar hacia mi nuevo departamento.

Mi pelo ya no rubio, sí no de ahora tonos más oscuros se revoloteó, y mi chasquilla recta se apegó a mi frente. Aproveché de respirar hondo tomando la suave briza para  llenar mis pulmones.

Puse el reproductor de música a andar e elegí canciones al azar mientras caminaba tranquila mirando mis pies.

Tranquilidad. Esa era la palabra que tanto añoré y que en ese momento podía tenerla.

Luego de quince minutos llegué a mi departamento, bueno, de Camille.

Entré y me acerqué a un lado de la puerta para dejar mis llaves, sin poder ignorar el llavero rosa y la llave plateada que permanecían estáticas en el mismo lugar de siempre.

Recibía múltiples llamadas del señor Clark para saber qué haría con “mí” departamento. Pero ese era el tema, no quería hacer nada con él, desde el día en que recibí esa llamada donde me informaban  que Zayn había dejado el país, decidí desligarme yo también de él. Hace cuatro meses atrás me había resignado a sólo ser la ex novia ingenua de Zayn Malik.

 Me preguntaba cómo estaría ese departamento, ha de estar frío y lleno de polvo. Fue lo primero que deduje.

Alguien tocó el timbre rápidamente sacando de mis pensamientos. Tomé mi pelo en una coleta mientras me dirigía a la puerta.

Tan rápido como la abrí un beso fue depositado en mí mejilla.

“Sólo quería asegurarme que estuvieras bien”

Rodeé los ojos y sonreí dejándolo pasar.

“Estoy bien, ¿cuándo dejaras de tratarme como si fuera de cristal?” Pregunté cruzándome de brazos viendo a Ryan merodear por el salón hasta llegar a la cocina.

“¡Nunca!” Gritó desde la cocina donde rápidamente lo seguí descubriéndolo infraganti mientras hurgaba en mi refrigerador.  “¿A qué hora irás?” preguntó sacando una caja de leche y llevándosela directo a los labios, inmediatamente lo reprendí y bajé la leche tomando su brazo y acercando un vaso hacia él mientras reír como un niño pequeño que fue atrapado.

“Pronto, el vuelo sale a las cuatro, pero ya sabes cómo es, hay que estar antes y blablablá” respondí rodando los ojos y sacando un vaso para mí misma, mientras Ryan me servía algo de leche también. “¿Qué haces aquí de todas formas?”

“Pedí permiso y puedo saltarme la parte del precalentamiento, lo que me da exactamente…” miró la hora en su reloj “diez minutos más para hablar contigo”

“¿Cuándo es tu próximo partido de Rugby?” Pregunté sentándome en la encimera, balanceando mis pies de adelante a atrás, tal como la niña que había visto en el parque.

“El viernes, ¿Irás?” Preguntó esperanzado.

Asentí y su sonrisa se amplió.

“Debo irme, maneja con cuidado  ¿okey?” Puso sus manos en mis hombros y me miró con real preocupación. Asentí nuevamente. El besó mi mejilla, y salió en cosas de segundos.

A penas la puerta fue cerrada, sentí esa soledad silenciadora nuevamente, odiaba cuando Ryan se iba y yo debía quedarme sola, por eso agradecí que tuviera cosas por hacer.

Luego de un rato, tome mis cosas y manejé hacia el aeropuerto  de Denver.

(…)

Tomé la maleta y camine hacia la entrada. Luego de que todo el papeleo estuviera hecho, Lucy, Tyson y yo nos sentamos a esperar la hora indicada.

“¿Estas emocionada?” le pregunte a mi amiga quien hace días no dejaba de tener una sonrisa plasmada en su rostro.

Asintió emocionada. Estás habían sido las vacaciones que había espero toda su vida.

“Gracias por venir a dejarnos, sé que me extrañarás así que puedes imprimir una foto mía cuando no puedas dormir” Bromeo mientras la conversación tomaba ritmo.

Al menos alguien lograba ser feliz con la persona que amaba.

Luego de dos horas, le di un último abrazo a Tyson, pidiendo que cuidara de Lucy. Y que me trajera un buen regalo de Francia, obviamente.

Moví mi mano despidiéndome mientras veía a mi mejor amiga y su novio desaparecer.

Volvía a estar sola.

Miré a mí alrededor y caí en cuenta que nunca había estado en ese aeropuerto.

Al mirar la hora y descubrir que no tendría nada mejor que hacer, decidí ir a paso lento explorando el lugar.

Sonreí al ver a una gran familia de al menos seis niños entrar a la puerta de embarque, se veían felices.

Y lo mejor, es que yo comenzaba, al fin a construir mi felicidad nuevamente.

Caminé y caminé dejándome mirar sin culpa a la gente que rondaba el lugar.

Leí el gran anunció de “Vuelos internacionales” y cómo la gente comenzaba a salir de ahí. Muchos eran recibidos entre abrazos y griteríos,  mientras otras personas se limitaban a salir solos y serios del lugar.

De pronto, me encontré mirando fijamente a una chica quien afirmaba con fuerza su maleta. Había salido hace poco desde la puerta de llegada y parecía esperar a alguien. La miré atenta, no pudiendo ignorar sus facciones… me parecían tan conocidas.

A distancia podía notar el café de sus ojos, y cómo dos mechones rubios se movían con fluidez junto a su pelo castaño. Sus rasgos arábicos se notaban claros y su atuendo era digno de una raza distinta a la americana.

Era una chica hermosa, y sin duda llamaba la atención entre el resto de la gente. Incómoda seguí mirándola, apreciando cada rasgo de su rostro…me parecía tan familiar.

Cómo si pudiera leer mis pensamientos, la chica comenzó a buscar con la mirada al sentirse observada hasta que dio conmigo. Aturdida, no fui capaz de apartar la vista mientras nerviosamente le sonreía y amablemente ella me devolvía el gesto ladeando la cabeza.

Sus  ojos… era igual a los de…

“Zayn” murmuré escéptica cuando llegó al lado de la chica a la que le sonreía cargando una maleta. Todos los ruidos del exterior desaparecieron mientras casi en cámara lenta veía a la chica hermosa murmurar algo a él.

Mi corazón no había palpitado con tanta adrenalina desde esa llamada cuatro meses atrás, cuando pensé que todo había acabado.

Pero toda esa adrenalina se congeló en mis venas, cuando sus oscuros ojos miel se encontraron con los míos, dejándome con nada más que un jadeo desesperado. 

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