•ALENA•
Sobre las 10:45 ya estaba en la cocina.
Mi madre se dedicaba a sacar todos los ingredientes necesarios para realizar la comida mientras yo desayunaba tranquilamente.
Empezamos preparando un bizcocho de yogur ya que era lo que más tiempo nos iba a llevar. Me tocó a mí preparar la masa ~una asquerosidad, por cierto~ y acabé pringada de harina.
Una vez hecha, la volqué en un molde y directo al horno. Una cosa lista.
-¿Qué vamos a comer hoy? Es por ir preparando las cosas -dije ya que no me habían dicho nada relacionado con la comida.
-Pues... había pensado que podríamos hacer una barbacoa. ¿Qué te parece?
-Mamá, sabes que odio las barbacoas- respondí abriendo la nevera.
-Venga Alena, no seas una cría. Hace meses que no nos reunimos con la familia y por hacer una barbacoa no te va a pasar nada.
No era solo una barbacoa. Era la barbacoa más las conversaciones y preguntas de siempre: ¿Tienes novio? Ay pero cuánto has crecido. ¿Y el colegio qué tal?...
No me apetecía en absoluto.
-¿Quiénes van a venir? -pregunté preparando una ensalada ~mi padre es vegetariano~
-Los de siempre: los abuelos, mi hermana y tu prima -respondió ella.
Seguimos preparando un poco toda la comida y a continuación salí al jardín para ayudar a montar la parrilla y preparar la mesa.
Sobre las 14:00h vinieron todos los invitados y nos sentamos a charlar. ¡Cómo no! Aparecieron las preguntas de siempre.
- ¿Y qué tal en el nuevo cole, cariño? -preguntó mi tía.
-Bien aunque cuesta acostumbrarse.
-¿Hay por ahí algún fichaje?-dijo mi abuela demasiado entusiasmada.
En ese momento no sé si me puse colorada o no, pero sentí unos calores por el cuerpo...
-Mm no, abu.
-Bueno, ¿qué queréis beber? -comentó mi madre entrando en el jardín sosteniendo una bandeja con todas las bebidas. ¡Salvada por la campana!
Empezamos a comer mientras contaban anécdotas de cuando eran jóvenes. Mi prima y yo intercambiábamos algunas que otras miradas: habremos escuchado esas situaciones millones de veces y una ya se cansa.
Al terminar la comida, fui yo la primera que se retiró de la mesa.
-Bueno, tengo que subir a hacer los deberes para mañana, que me quedan bastantes todavía -a ver si así conseguía librarme de todos ellos y tener unos momentos de paz para mí sola.
-Espera, que te acompaño y así si tienes alguna duda te la resuelvo -dijo mi prima rápidamente. Ambas queríamos librarnos de aquella locura.
Mi prima Lucy y yo siempre habíamos estado muy unidas aunque últimamente apenas coincidíamos.
Entramos en mi habitación y cerramos la puerta ya que se oían las risas de toda la familia.
Me senté en la silla y saqué los libros.
-¿Qué tienes que hacer?
-Geometría.
-Horror -dijo mi prima sin ganas.
-A mí me lo vas a decir -comenté sacando la escuadra, el cartabón, compás y demás utensilios.
Tras varios intentos fallidos, recurrí a su ayuda.
-¿Me puedes echar una mano? Esto es imposible.
-Claro, a ver.
Se acercó y me indicó los pasos que había que seguir. En dos minutos habíamos acabado.
-Impresionante -comenté una vez visto el resultado.
Se rió.
Después me puse a hacer los deberes de español mientras ella cotilleaba un poco por mi habitación.
Yo estaba bastante concentrada, la verdad, en mis deberes y apenas prestaba atención a mi prima hasta que escuché:
-"¿Qué tal está mi cocinera preferida? Cuando estés libre, llámame"
Me giré rápidamente y entonces vi a Lucy con mi móvil en las manos.
-Uyy ¿Quién es ese chico? Conque ningún fichaje ¿eh? Está mal mentir a la abu -dijo con una sonrisa pícara.
-No es nadie -respondí arrebatándole el teléfono.
-Ya ya.. vamos, cuenta que soy tu prima.
-Ay -suspiré. Tenía razón, era mi prima. Entre nosotras no había ningún secreto- un chico especial- dije riéndome.
Mi prima me cogió la mano y me sentó en la cama. Le encantaba cotillear, al igual que a mí. En algo nos parecíamos.
-¿Cómo se llama? ¿Estáis saliendo?
-Tranquila, tranquila. Sí, estamos saliendo y se llama Ansel.
-¿Ansel? Me gusta. Ansel y Alena, Alena y Ansel. Queda bien. Seréis la parejita A-A. Ya verás que contentos se ponen todos en cuanto se lo cuente - dijo levantándose.
-Te mato-respondí poniéndome de pie.
-Ni de coña lo iba a hacer- dijo riéndose y volviendose a sentar en la cama.
-Bueno, ¿y cómo os conocisteis?
Le hice un breve resumen de lo que había ocurrido entre nosotros, saltándome algunas partes.
-Ayyy que bonito. Cómo me gustaría volver a tener 15 años y volver a vivir la emoción de estar enamorada -dijo Lucy con una sonrisa- Pregúntale a ver si tiene algun amigo para mí.
Y yo que pensaba que era tonta...
-Pues me parece que tiene unos cuantos.
-Dile que me los presente YA por fa -dijo entusiasmada.
-Ya veré -quería hacerla sufrir.
-Pero primero preséntame a tu chico.
-Lucy, no -dije negándome.
-Que sí, vamos. Le llamas y nos vamos por ahí a pasar la tarde.
Le miré a ella: iba con unos pantalones de cintura alta granates y un crop top blanco. Después me miré a mí: ese día llevaba puesto un vestido clásico de color azul.
-Lucy, mira que pintas tengo, por favor -a su lado no era más que un montón de basura.
-Pues nos vamos de compras. Ya está planeado. Vamos, llámale o bajo y les digo a todos que estás con él.
-Vaale -simplemente lo hice porque sabía que mi prima era capaz de bajar y contárselo a todo el mundo.
Sonó un pitido, después otro y al tercero ya lo cogió.
-¿Sí? -puse el altavoz.
-¡Hola! -dije mirando a mi prima.
-¿Qué tal, pequeña?
-Bien, gracias.¿Tú qué tal?
-Bien aunque ahora que estoy hablando contigo, muchisimo mejor -sentí un vuelco en el estómago. Me encantaba ese chico.
-Lo mismo digo. Esto... -dije bajo la atenta mirada de mi prima- esta tarde voy a ir de compras con mi prima, ¿te apetece venir?
-Mmmm y ¿qué os vais a comprar? -preguntó él.
-Lencería -contestó rápidamente Lucy.
-Entonces me apunto (risas). ¿Cómo quedamos?
-Os llevo en mi coche si queréis- dijo mi queridísima prima acercándose el teléfono.
-Perfecto, te paso a buscar a las 17:00. ¿Te parece bien? -comenté yo.
-Genial. Pues hasta esta tarde, chicas. Adiós, princesa- y colgó.
•PAU•
¿Qué? ¿En serio? Objetivo conseguido. A pesar de la emoción, supe controlarme.
-¿Lo dices de verdad? Quiero decir... ¿y cómo así has cambiado de opinión sobre él?
-Sinceramente no lo sé pero todo ha sido a raíz del día que me hice las heridas. Jess se portó como un héroe y después... en tu casa pues nos besamos.
Se me hizo raro escuchar esas palabras. Sarah continuó con su relato.
-Bueno, en realidad me besó él pero yo me dejé, a ver, no me aparté y eso así que supongo que algo significaría. Después -hizo una pausa- tuve el impulso de quitarle la camiseta y así lo hice. ¿Crees que me he pasado?
Y siento si te ha molestado o algo. Sé que tenéis una relación especial entre vosotros y... ay Pau no sé que hacer.
-No, no de verdad. Yo estoy con N y Jess es solo un amigo. Por mí no te preocupes.
-Es que ha pasado de ser el típico chico gracioso a uno que se preocupa y hace todo lo posible por verte sonreir. No sé... es algo raro.
-¿No vais a dar un paso más? -pregunté bebiendo un trago del café.
-¿Qué? No creo que sea lo mejor... Supongo que lo único para lo que me quiere es para olvidarte a ti y bastante me han herido ya.
-Que va, no pienses eso, tonta. Jess te quiere pero de verdad. Que se le nota en la mirada... Yo que tú lo intentaría. No pasa nada por arriesgar. Recuerda que a parte de perder, también puedes ganar.