Ya estaba casi de noche, el atardecer se veía precioso; lastima que no pueda quedarme, a la próxima traigo a mí perro.. Mm, acabo de darme cuenta que no le puse nombre al perrito, que torpe soy, jaja.
Me acordé qué mis padres siempre que quería tener un perrito me decían que les colocara Coco, buen nombre, ¿verdad?,está bien, así le pondré, Coco. Pero ¿Porque les gustaba ese nombre?, es raro pero único.
💀
Ya había anochecido cuando llegué a casa, sentí un aullido y fui corriendo hacía Coco, se veía decaída.
-Ven aquí bebé- la miré un poco trizte y la acaricié.- Te llamarás, Coco...- Sonreí.
En un plato que tenía le eché la comida a Coco y fue enseguida a el.
-Me gustaría ser un perro al menos, alguien me querría- dije triste.
Mi estómago rugía nuevamente, no se que hacer... Aun que coma alimentos, igual los voy a vomitar. Pero al menos, no me sentiría tan mal... Suspire agotado, pero no era un agotamiento físico sino psicológico.
Fui a la cocina y me hice un sándwich, admito que lo disfruté. ¿Pero que más podía hacer si no quería ser gordo?, toda mí infancia me molestaron por ser un maldito gordo, y ahora que e podido ser delgado no lo echaré a perder.
Después de terminar el sándwich, me di cuenta que Coco estaba absolutamente dormida, debió estar cansada, pobre, ¿Como alguien no hizo nada viendo que llevaba ahí por horas?, yo pensé que tenía dueño. Pero no podía estar más equivocado, al menos, ya tiene a alguien que la quiere y lo protegerá.
Me acerqué a Coco, y me la llevé a mi habitación, si soy más específico a mí cama, necesito compañía y esta bebé será la compañera perfecta; Sonreí.
La metí bajo las sábanas para que esté calentita, también me estaba dando sueño pero antes me dirigí al baño hacer lo mismo de siempre.
Suspire cansado, ¿Hasta donde iba llegar con todo esto? Las lágrimas amenazaban en salir, sólo cerré los ojos y metí dos dedos hasta mi garganta haciendo que vomitara.
Caí al suelo de rodillas, no aguanto está situación.
Me quedé analizando unos minutos y me fui de ahí.
Cuando me iba a dirigir a la habitación escuché sonar mí teléfono por una notificación.
Me acorde que lo dejé en la cocina y lo tomé, salía que tenía un mensaje de un número desconocido. ¿Pero quién podría ser si no soy para nada social para que alguien me hable?, ¿como consiguió mi número?, bueno decidí por una buena vez ver que pasaba y quien era.
Desconocido:
Hola, niñito.
Yo:
¿Quien eres y porqué tienes mi número?
Desconocido:
Qué cortante eres niñito.
Yo:
Dime quien eres o te bloqueo.