En ese momento, juré que me pegaría y sería mi fin. Pero no fue así, el chico me soltó y me dedicó una pequeña sonrisa.
— Lo siento, no quería asustarte. Soy Im Jaebum, ¿Cual es tú nombre niñito? — su voz sonó calmada y amable.
— Mí.. Nombre es.. Youngjae. — por el nerviosismo jugó en mi contra provocando un sonrojo que noté por el aumento de temperatura en mis mejillas. Levanté mí cabeza para poder verlo mejor y que no vaya a pensar que soy un niñito cobarde. Aún que mi comportamiento dice todo lo contrario.
Pude ver su rostro de mejor manera, tenía pelo negro, unos ojos intensos. Tiene dos lunares abajo de una de sus cejas. Su color de piel era blanca, miré su ropa. Llevaba una remera azul, también unos jeans holgados con rajaduras en sus rodillas.
Lo seguía viendo, no disimulaba, él obviamente lo notó y me dio un golpe suave en mí hombro.
— ¿Terminaste de verme? Por cierto, tienes un buen nombre. — dijo casi riéndose por lo primero que había dicho.
— Gracias, tú.. También. — le dediqué una pequeña y tímida sonrisa. Jaebum me la devolvió — Bueno... Debo volver a clases.
— Sí, pues yo también, adiós niñito.
Salí de ahí y fui directo a mí salón.
— ¿Porque tardó tanto? Le dije que fuera a limpiar su nariz, no para que haga vida social y volver cuando se te dé la gana. — el profesor estaba bastante molesto, admito que me tardé. Sinceramente me distraje con ese chico llamado Jaebum. Pero tampoco no puedo decirle eso, tendré que darle una excusa.
— Bueno...
No alcancé a decir nada por que fui interrumpido.
— De seguro se puso a llorar por que el huérfano se siente solito. — dijo Jeon que después empezó a reírse al igual que todos
Las carcajadas no paraban. Hasta que el profesor al fin decidió intervenir.
No se qué mierda les causa gracia, los odio...
— ¡YA CALLENSE! Señor Choi. ¿Puedes decir que fue lo que pasó?
— Mí nariz no paraba de sangrar, profesor. Por eso no regresaba.
— Está bien, vaya a su asiento.
Fui a mí asiento avergonzado, gracias al estúpido de Jeon. Realmente lo odio a él y a todos mis putos compañeros.
Estaba llegando a mí puesto, pero tropecé, cosa que me hizo terminar en el jodido suelo. Al subir mi vista lentamente, vi que era el pié de Jeon. La cuál fue la causa de mí caída. Realmente estoy enojado, lo DETESTO.
— ¿Acaso eres imbécil? ¡Estás viendo que estoy pasando y me pones tú puto pie! — dije enojado, casi gritando. Jeon sólo me observó para empezar a reír, bueno.. Todos empezaron a burlarse.
El profesor se acercó. Me ayudó a levantarme, miró con mucho enojo a Jeon que no paraba de reír como un maldito enfermo.
— ¡Jeon, dos veces te has burlado de tú compañero. No toleraré esto! — salió del salón enojado.
Regresé a mí asiento. Después de decirle esto a Jeon, me da miedo. Abrí mi libró y saqué mí lápiz, para anotar lo que había puesto el profesor en el pizarron.
Empecé a escribir y sentí un fuerte golpe en mí mesa. Alcé la mirada y era.. Jeon enojado. De esto no sale nada bueno.